Partida Rol por web

Miré el video en mi celular. Era raro. Era claramente un ataque de los Techies a estos, presumo, eteritas, probando unas armaduras raras, parecían sacadas de una película o un videojuego. Dos de estos eteritas se van y entran al cabo de un rato un grupo comando y despacha a los que quedan. Me llama la atención varias cosas: Primero, porqué no volvieron los otros si tenían una armadura militar, por más experimental que sea, a salvar a los suyos. A veces uno tiene que huir, pero... ¿Dejar morir a tu gente? Segundo, hay un desfasaje de tiempo con respecto a la llegada del grupo comando, lo cuál indica que los tipos que se quedaron no sabían esto... o estaban cubriendo a los otros huir con las armaduras estas. De hecho, la gente de las armaduras eran dos eteritas. Los tenía de haber oído de ellos. Científicos locos. Ahora bien, si estos tipos decidieron quedarse a morir, es porque sabían que esto iba a pasar y cubrieron el escape. Igualmente los "caballeros de metal" volvieron, pero tarde. Me es raro pensar que los tecnocratas hayan atacado a unos eteritas cuando estos probaban algún nuevo gadget. Más si teníamos una tregua con ellos. ¿Y si los eteritas atacaron primero y estos tomaron represalias? Muchas dudas.

Elena... ¿Estás segura que este video es posta? Por otro lado, no sabemos a ciencia cierta que pasó antes de asignar culpas. Sigo pensando que lo prudente es investigar, saber qué fue lo que sucedió con esas armaduras. Fíjate que los de las armaduras se van y los otros se quedan, y los de las armaduras vuelven tarde a "defender" a los suyos. Y los tipos que entran destrozan todo, no entran a robar nada. Voy a ver qué puedo averiguar de eso. Igual sigo sin saber bien qué pasó acá. Más considerando que el Agente acaba de confirmar que ellos no fueron. Y dudo que este mintiendo, no está en una posición para mentir. 

¿Qué me hace pensar? Había escuchado muchas historias sobre este mago en particular, aunque en ninguna de ellas mencionara su arrogancia. Sin embargo,  su suposición tiene algo a favor. Los tecnócratas no hacen explosiones de este nivel que permita a la humanidad ver que hay más de lo que les muestran.

¿Pero entonces de donde salió esa explosión? La confirmación de Ezequiel sobre el hecho que no hay nadie más aparte de nosotros me pone más nerviosa todavía. Si solo estamos nosotros, ¿Dónde están los magos?

El tecnócrata vuelve a hablar y sus palabras cargadas de superioridad tienen algo de verdad en el fondo. Los tecnócratas son muy eficientes en cuanto a desaparecer personas de formas coincidentes se trata, algo no está bien, de hecho algo está terriblemente mal. La voz de Atropos suave y mortífera es suficiente para templar mi espíritu de combate. La cercanía de un enemigo y su forma de hablar de los magos del concilio como se fuésemos basura… Solo las dulces y sabias palabras de Serena evitan que cediera a mis impulsos y cayera en un frenesí asesino ahora mismo.

Elena trata de entender a su amigo y su extraña forma de referirse a los tecnócratas cuando este contesta y me deja más perpleja que antes.

*Señor Ezequiel Rosencrantz, estamos en este lugar en busca de pistas, queremos desentrañar la verdad que oculta este suceso tanto como ud dice quererlo. Creeré en su palabra aunque eso nos deje con más preguntas sin resolver.*  

Tecnocrata, parece que el darhma no tiene planes para ud en este día después de todo. Nos retiraremos, pero debe entender agente, si esto no es más que una pantomima… volveremos por ud.

*Señor Rosencrantz, más tarde nos comunicaremos con ud, este es un tema delicado y debe resolverse. Agradecemos su ayuda, buena tarde. Elena termina el vínculo con el señor Rosencrantz por favor.*

Una vez el vinculo del otro mago este roto continuo.

*Elena, Atropos, Rugido. ¿Tienen manera de rastrear el posible rastro de quintaescencia que debió dejar esas armaduras?*

Cortó la conversación con Ezequiel tal cual Nocturna se lo había pedido. Cuando preguntó por rastrear las armaduras o a los magos, contestó de inmediato.

*Es lo que estoy haciendo desde que llegaron allá, pero no parece haber nada de nada por ningún lado. Me parece que...* se frenó un segundo. *Que los magos y las armaduras desaparecieron con la explosión. Y por desaparecer me refiero a que ya no existe nada de ellos.*

¿Que nos vamos a ir? Miró a Nocturna con asombro. ¡Aun no hemos conseguido nada de información! Puede estarnos mintiendo, ocultando cosas. ¿Que nos garantiza que no fueron ellos los que causaron esto?

Tenía los músculos tensados, los puños cerrados con fuerza y podían notarse las venas hinchadas en su cuello y frente. La voz le salía como un grito, mezcla de enojo, furia y desazón. Gotas de sudor brotaron por todo su rostro y los ojos se le inyectaron de sangre. La temperatura alrededor de Rugido estaba elevándose.

Él dijo que los eteritas aparecieron en su radar, ahora Elena no puede encontrar rastro de ellos ni de las armaduras y la tecnocracia intenta hacernos creer que no pasó nada, ocultar toda la información, ¡Burlarse de nosotros! ¡Y él está acá para reírse en nuestras caras haciendose ver como inocente cuando ellos son los culpables de la muerte de nuestros amigos, nuestros hermanos, de todos!

Respiraba a bocanadas, con la nariz fruncida en una expresión salvaje. Parecía que estaba a punto de perder todo tipo de autocontrol.

La situación se empezaba a tornar tensa. Es verdad que odiamos a la tecnocracia con toda la pasión que un guerrero impone a su lucha. Pero no es menos cierto las palabras de ese tal, Rosencrantz. Estamos en una tregua y no puedo romperla… Al menos no sin estar segura.

Las palabras de Atropos me indican que el tecnócrata está solo y sin posibilidades de refuerzos. Pero el DO no nos enseña a lastimar al débil y este tecnócrata evidentemente no es rival para nosotras. Sin contar el hecho que no somos asesinas despiadadas. Somos guerreras con una misión.

Cálmate Rugido-de-la-montaña. Este hombre no tiene más para ofrecer. No somos asesinos, somos mejores que eso… Somos mejores que ellos. Señalo al agente.

Trato de mantener mi vista sobre rugido, su expresión corporal me dice que no soportará mucho más, en cualquier momento piensa atacar.  *No iniciaremos una caza sobre nuestras hermanas en la capilla sin tener la certeza de nuestros actos y las responsabilidad de nuestra victima*

Me sentía en una encrucijada. Mi hermano estaba fuera de control. La forma como el calor emanaba de su cuerpo, como tensaba la mandíbula, como apretaba los puños. Era claro que estaba por atacar al agente. La pregunta no es esa, la pregunta sería ¿Estoy en capacidad de evitarlo? Podría tratar de afectar su mente, calmándolo con el poder de mi mente amplificada por el DO. Aunque eso podría ser demasiado lento. Podría tratar de interceptarlo, aunque en la situación que está eso podría resultar mucho más arriesgado que el enfrentamiento a un puñado de hitmans.

 Guardo mis espadas no las necesito, lo que está a punto de ocurrir requiere de mi concentración y de mis artes no letales. Miro a Atropos **no podemos permitir que muera el agente**. De inmediato me giro a Rugido. Está a punto de estallar. Me ubico en posición de luchar. Si rugido pierde el control tendré que detenerlo.

En cuanto vea que se adelanta de forma amenazante al Agente, me lanzare a su encuentro tratando de inmovilizarlo sin lastimarlo.

Rugido estaba completamente fuera de si. El espíritu del fuego con el que compartía cuerpo, aquel con el que había, según decían los rumores, fundido su avatar para obtener mas poder con el que enfrentarse a la Tecnocracia, estaba tomando control sobre él. Lo que Rugido no había contemplado, varios años atrás cuando realizó el pacto con el Espíritu, era que este tenía la oportunidad de desplazarlo por completo de su cuerpo y tomar el control total. Desde entonces, Rugido debía mantenerse completamente controlado y luchando por el dominio de su cuerpo día tras día. A pesar de su voluntad de hierro, estar frente a su mayor fuente de Odio le volvía vulnerable, inestable, no lograba contenerse. La Tecnocracia le había quitado todo cuanto él amaba y al estar frente a uno de sus Agentes la furia ciega le consumía por dentro y le hacía perder todo atisbo de racionalidad.

El calor que irradiaba el cuerpo de Rugido pronto se transformó en pequeñas llamas que se agitaban y bramaban a su alrededor. Inspiró con fuerza por la nariz y lanzó un rugido al aire, sus manos se tensaron como garras y su voluntad, guiada por el espíritu del fuego que había tomado el control, se expandía por el aire a toda velocidad. Brisa Nocturna se lanzó sobre él a toda velocidad, sin embargo estaba lejos de Rugido y él había reaccionado mucho más rápido que ella. La mente de Brisa Nocturna ya había calculado la distancia y el tiempo, estaba segura de que no llegaría a detener a su aliado de cometer un gravísimo error, sin embargo sintió una presencia que le envolvía por completo. La esencia de Brisa Serena brotaba desde el interior de su pecho y rodeaba su cuerpo como si de un aura se tratase. En aquel momento Brisa Nocturna pudo sentir la conexión espiritual que le unía a Brisa Serena mas allá de a cualquier otro ser en el mundo. Sintió su cuerpo más ágil, mas rápido. Gracias a la compañía de Brisa Serena logró llegar hasta Rugido antes de que él concluyera su ataque directo hacia el Agente, lo tomó por las muñecas y las aprisionó contra su espalda, con un pié le hizo caer y con la mano libre le sujetó la cabeza, para domarlo por completo.

Repentinamente y sin que nadie pudiese explicar como, comenzó a sonar música a todo volumen. Desde el interior del vehículo en el que Rugido, Nocturna y Atropos habían llegado hasta Lavallol, comenzó a sonar Sad But true, de Metallica con toda la capacidad que los altoparlantes fueron capaces de reproducir.

Rugido no dejaba de gritar y, a pesar de que intentaba librarse de Brisa Nocturna, sus movimientos eran en vano. Cuando Brisa Nocturna creyó que había logrado salvar al Agente del ataque de Rugido, la realidad le hizo ver lo equivocada que estaba. La voluntad de Rugido iba mas allá de sus movimientos, los tatuajes por todo su cuerpo habían comenzado a moverse y uno, en el centro de su pecho, tomó mayor color y vida que los demás: El Tatuaje que representaba al Espíritu del Fuego. El aire alrededor del Agente brilló por unos instantes antes de convertirse en llamaradas de fuego. El Espíritu estaba consumiendo todo el oxigeno alrededor del Agente para calcinarlo incluso con el aire en el interior de sus pulmones. Ya no importaba que Brisa Nocturna estuviera inmovilizando a Rugido, el fuego rodearía al Agente y le consumiría tanto por dentro como por fuera en cuestión de instantes. Las llamas cubrieron por completo al Agente ante la vista de todos los presentes.

El fuego se dispersó tan rápido como apareció, había generado el calor suficiente para reducir un cuerpo humano a cenizas sin inconvenientes. Cuando el humo se disipó, proveniente de la roca quemada por el fuego, en lugar del Agente se encontraba Atropos, completamente desnuda y con el cuerpo completamente quemado. No quedaban rastros de piel, de pelo, ni de ropa. En algunas partes de su cuerpo incluso podían verse sus huesos quemados. Atropos estaba tendida sobre el piso inconsciente. Lo último que había logrado transmitir mentalmente a sus compañeros fue: Le salvaré con mi vida solo porque eso es lo que me haz ordenado, Nocturna. Atropos no podía quitar al Agente del epicentro del fuego sin reemplazar el hueco que dejaba en la realidad con algo y ese algo fue ella misma. Para salvar al Agente intercambió posiciones con él.

Parado a unos metros, exactamente donde antes había estado para Atropos, se encontraba el Agente. Abrió los ojos de par en par y soltó una bocanada de aire repentina. Sus músculos se tensaron un segundo y los ojos se cerraron. El cuerpo del Agente cayó inconsciente al piso. Elena había aprovechado la oportunidad para realizar un asalto mental al Agente en medio de la confusión, la potencia de su descarga había logrado sobrepasar las defensas del Agente y causarla una contusión cerebral que le dejara inconsciente y a merced de su voluntad.

Rugido, al ver el cuerpo muerto de Atropos tendido sobre el piso se frenó completamente. Los ojos se abrieron de par en par y sintió como si el estómago estuviese a punto de salirse de su cuerpo. El cuerpo le temblaba frenéticamente y estuvo a punto de perder el conocimiento por el aturdimiento que representaba volver a tomar el control de su cuerpo. Dejó de forcejear con Nocturna sin poder quitar la vista de encima de Atropos.

Las cosas están saliendo de control, siento el aire caliente ser expulsado constante mente de forma rítmica como si de la pulsación de una estrella se tratase. Mis palabras no fueron oídas. Rugido-de-la-montaña esta fuera de control, rugido quiere sangre y ese espíritu está ganando la batalla y está más que dispuesto a dársela.

Está demasiado lejos. Pensaba horrorizada mientras mis piernas se esforzaban por dar alcance a mi impulsivo compañero.  Por el darhma No. Veo a Rugido encaminarse demasiado rápido y lejos de mi alcance. Esto no puede ser… Un manto frio y agradable me envuelve, protegiéndome de las feroces bocanadas calientes que despide Rugido-de-la-montaña. Siento la conexión mística nacer en mi pecho y recorrer mi cuerpo, es tan apacible. Detecto el aura de Brisa-Serena en el acto. Esta es su fuerza su poder  y me está ayudando. Siento como mis músculos se tensionan aún más y como si un guepardo en carrera por cazar el antílope se tratara. Alcanzo al antes distante Rugido-de-la-montaña.

“El cuerpo recuerda” Es una de las primeras enseñanzas que debemos pasar en el DO. Si bien es algo que sabemos es curioso cuando lo vemos en acción. Sé que debo inmovilizar a Rugido antes que haga algo de lo que nos arrepintamos, pero no deseo lastimarlo. Sin embargo, mis agiles manos y mi dispuesto cuerpo se encargan de reducirlo contra el piso en menos de 3 pasos.

Bien, Ahora el tecnócrata. Estoy por decir algo cuando veo con horror como el espíritu de fuego de Rugido lanza un poderoso ataque contra el tecnócrata. Sin importar cuan sujeto lo tengo. Una explosión de fuego ilumina mis perplejos ojos. La tregua… Nuestra seguridad.

Pero si el darhma tiene sorpresas en nuestra vida, hoy es definitivamente el día  en que más nos guardaba.  En lugar de ver el cuerpo calcinado del agente, visión que si bien no me molestaba entendía el grave problema que significaba. Pero no, ni todo el entrenamiento en el DO me podía haber preparado para lo que estaba viendo. El cuerpo calcinado era el de Atropos. Mi hermana de capilla y las últimas palabras de ella me martillaban el corazón cual estaca.

Suelto ha rugido de la prisión con que le inmovilizaba y corrí con todas mis fuerzas a atajar el cuerpo de atropos antes que esta callera al suelo.  El espectáculo es dantesco. La otrora poderosa Atropos yacía en mis brazos calcinada. Su vida se escapa de los ojos y la culpa se atragantaba en mi garganta. No… Por favor No. Son las palabras que salen de mi boca, nacidas desde el corazón.

Con delicadeza la dejo en el suelo y con las lágrimas nublando mi vista e irrigando el cuerpo de atropos me dedico a realizar los mantras del DO. Uno a uno cada movimiento lo sigo con la gracia y la precisión que requiere pues “el cuerpo recuerda“  y no necesita de mí. Al terminar la rutina doy una sonora palmada y froto las manos hasta que siento el calor en mis palmas.

Luego apoyo mis palmas calientes en el cuerpo de Átropos y empleo a fondo mis conocimientos de vida. Resiste hermana. Por favor.

Ahhh, un dolor lacerante me traspasa. La paradoja puede estar interfiriendo en mis intentos, AHHH. Es como si me enterraran un hierro caliente en el abdomen. Sin embargo, la resolución por proteger a mi hermana y la tozudez de no aceptar su muerte me hacen ignorar el dolor y volver a intentar. 

Rugido quedó arrodillado en el piso, sosteniéndose con los puños. Los ojos fuera de sus orbitas y respirando a bocanadas con una tremenda jaqueca. Las manos le temblaban, apretaba los ojos intentando contener la furia que habitaba en su interior. Su voluntad era férrea pero había caído ante el poder del Espíritu del Fuego que clamaba venganza contra la Tecnocracia, incluso había desobedecido a su líder, puesto en peligro a todos y matado a su compañera, Atropos.

El espíritu del fuego continuaba en la lucha por dominar a Rugido y por mas que él opusiera resistencia, la vista de Atropos muerta le causaba dolor y desorientación, le quitaba la voluntad de pelear al se causante de la misma destrucción que sus enemigos. Cuando parecía que Rugido empezaba a perder el control una vez mas, la mente de Brisa Serena se proyectó hacia el interior de su cabeza, tomó la consciencia de Rugido entre sus brazos y lentamente la envolvió con su presencia. Transportó la mente de Rugido a un Jardín Japones. No había nada alrededor de ellos, el suelo completamente cubierto de arena con caminos que iban y venían, rectas, espirales y curvas. Los caminos de Arena conectaban dos pequeñas islas de tierra, Rugido estaba en una y Brisa Serena en la otra. Mas allá de ellos, otras islas de tierra mostraban pequeños árboles bonsai, así como también había grandes piedras que los caminos de Arena rodeaban con fluidez.

*Yo me encargaré de calmar a Rugido*

Lentamente el cuerpo de Rugido calmó la tensión en sus músculos y poco a poco fue cayendo al piso acostado a medida que Brisa Serena tranquilizaba su mente y luchaba contra la furia incontenible de su interior.

El cuerpo de Atropos había perdido el pulso. La mayoría de sus órganos, o lo que quedaban de ellos, estaban expuestos y sus huesos calcinados. Su corazón se había detenido, la sangre se había evaporado por las altas temperaturas del fuego que había consumido la mayor parte de su cuerpo. Brisa Nocturna se aceleró en socorrerla, en curar sus heridas, en rescatar el cuerpo y alma de su hermana y a pesar de que la pérdida era enorme, creía que podía lograrlo. Poco a poco las artes curativas de Brisa Nocturna conectaron con el cuerpo de Atropos, sin embargo pudo sentir que algo, como si de un velo sagrado se tratara, protegía a Atropos con una voluntad muchas veces mayor que la de la propia Brisa Nocturna.

Entre los brazos de Brisa Nocturna y frente a sus propios ojos, el cuerpo de Atropos comenzó a reconstruirse. El hueso quemado se descascaró y tejido óseo nuevo comenzó a conectar con el viejo, los órganos empezaron a tomar el tamaño y color normal y la sangre brotaba de sus cavidades reconstruyendo venas, arterias y todo tipo de conexiones. El cráneo se recubrió de piel nuevamente y sus huecos oculares se llenaron por dos ojos completamente nuevos. La nariz y los labios se terminaron de formar poco después y el cabello volvió a emanar de su cabeza.

Dio una bocanada de aire y abrió los ojos de par en par, incorporándose en los brazos de Nocturna, agarrandose con fuerza de sus brazos. Respiró agitada, mirando a los ojos a su hermana de Capilla y sonrió con complacencia.

La bendición de las Moiras me protege, Nocturna. La muerte no vendrá en mi búsqueda hoy.

El cuerpo de Atropos continuó reconstruyéndose a una velocidad sobrenatural, incluso para los magos. En cuestión de apenas unos minutos su cuerpo estaría como nuevo. A un lado de ella quedaban restos de las armas que había llevado, revólveres y cuchillos, completamente echados a perder por el fuego. Despreocupada por su desnudez, buscó con la vista al Agente, al verlo tirado en el piso miró a Nocturna.

Llegué a salvarlo, ¿Verdad?

Creo... que me mandé un moco grande, ¿No?

Había esperado hasta asegurarse que Atropos continuaba con vida para hablar. En la voz se notaba que estaba realmente nerviosa, probablemente como nunca antes en su vida.

Quería dejar inconsciente al Agente por si llegaba a reaccionar ante el ataque de Rugido y esta situación se ponía todavía peor. Perdón, perdón, se que no debería haberle atacado pero me puse nerviosa y no sabía que mas hacer, no podía quedarme de brazos cruzados si él intentaba atacarles o llamar refuerzos o lo que sea.

Dios, que no vaya a explotar la Guerra por esto....

Sentía el dolor de la paradoja golpear mi pecho con brutalidad, cada enbiste era peor que el anterior. Pero eso no aminoraba mi intención de tratar de ayudar a mi hermana. Hemos pasado por mucho para aceptar que este es el momento que el darhma ha decidido para que se reencarne. No, no puede ser.

Reponiéndome al dolor físico y la pena moral, logro hacer que mi voluntad acuda a restaurar el cuerpo de Atropos. Sin embargo, al comenzar me enfrento con una voluntad férrea que no permitía dejarme entrar. Asombrada con el hecho trato de ingresar con más ansias, miro alrededor aterrorizada pensando que la tecnocracia sea la que me impida ayudarla. Sí es así, solo el Darhma sabe que pasara con sus almas pues sus cuerpos serán esparcidos por los 4 vientos.

Asustada y enojada centro mi atención de nuevo en Atropos pero lo que ven mis ojos me dejan en un estado de estupefacción que difícilmente podría ignorar aun en mis mejores momentos. Su cuerpo se recompone solo.

Atiendo cada uno de los milagrosos movimientos involuntarios de Atropos mientras se restaura su cuerpo y una sonrisa nerviosa se asoma en mis labios. Nuevos ojos aparecieron en las cuencas oculares de Atropos y en menos tiempo de lo que le toma a la tormenta descargar su furia contenida, una Atropos saludable me sonríe y abrazaba.

La felicidad me embargó  como si del fluido de un rio al romper el dique que la aprisiona se tratase. Frente a mis ojos y sujetándome con fuerza, se encontraba mi hermana de capilla. Atropos, la fría, la perfecta asesina… Y mi amiga. Correspondí el abrazo mientras las otrora lágrimas torrenciales de tristeza eran remplazadas por pequeñas gotas de felicidad.

Eres asombrosa. Trata de no asustarme así la próxima vez.

Luego escucho la voz de serena en mi mente, me giro y veo a un calmado rugido. *Gracias, lo necesitábamos*

Me levanto y limpio la cara con la manga izquierda. Hoy era uno de los días más agitados y extraños en los últimos meses, sin duda Serena tendrá mucho que decir al respecto.

Me muevo hacia el agente y le veo inconsciente, luego la voz de Elena me explica lo que ha pasado. *No te preocupes, no está muerto y claramente vio como evitamos su muerte. Si por esto ha de empezar una guerra la resistiremos unidos. Aunque confío que no lleguemos a esos términos.*

*Elena, ya que esta inconsciente puedes buscar información de los magos que buscamos en la mente de este tecnócrata. Igual no creo que dormido le importe si miramos.*

Me quito la chaqueta, mi prenda más exterior. No es una chaqueta propiamente dicha, ya que es suave y delicada para permitirme la mayor movilidad. Sin embargo, tenía una serie de vendas con las que cubría mi torso. Lo hacía para tener la mayor de las movilidades y en este momento protegerían mi intimidad mientras me despojo de la blusa. Luego se la entrego a atropos. Por ahora debes taparte un poco. No queremos mas ojos de los que ya tenemos.

Apenas terminé el ritual volví mi concentración hacia Lavallol. Lo que me recibió fue... una bella mujer desnuda. Recibiría algún comentario por ello. El agente estaba tirado, por todos los Dioses a los que no les rezo que no lo hayan matado, el muy animal de Rugido en la Cola quizás se lo cargó en uno de sus arrebatos de furia habituales. Pero no, parecía que estaba vivo. Y aturdido. 

La china loca ya me había cortado de la transmisión así que no me iba a arriesgar a molestarla más, en todo caso si la Tecnocracia se enojaba, iba a tener que juntarme con ellos a levantar de nuevo la tregua... Estos niños... Así que aproveché para textear a Elena.

Eli, estuvimos viendo atrás en el tiempo y al parecer los eteritas se volaron solos. Sí, ellos detonaron un aparato que terminó en esa explosión digna de videogame; de forma ACCIDENTAL parece, estaban sorprendidos, aunque no entiendo una goma de tecnología para discernir. Te puedo pasar lo que vimos. Por lo demás, eviten matar al tipo este, si necesitan asistencia avísame. 

Esperaba que al menos al tipo le pudieran sacar un par de respuestas. Principalmente que explique el ataque a los eteritas, cómo se llegó a eso, qué pasó, y saber si ellos rompieron la tregua o fue algo aislado... Decididamente hoy se les dio por joder a todos.

Lejos de donde estaban los magos, a unos 300 metros, un cordón policial evitaba el ingreso de medios de comunicación y mirones. La policía, manipulada por la Tecnocracia, evitaba que cualquiera se acercara a la zona para evitar inconvenientes, sin embargo no muy lejos de allí podía verse un helicóptero acercándose a la zona para cubrir los daños desde el cielo. Si permanecían mucho mas tiempo allí, probablemente aparecerían en las noticias de media tarde.

*No estoy segura de querer meterme en su mente, Nocturna... Estos tipos suelen tener trampas mentales para quienes intentan sondear sus recuerdos y las trampas funcionan incluso estando inconscientes. Si lo traen hasta la Capilla puedo sondearlo con mas cuidado pero no creo que sea buena idea secuestrarlo.*

Mantuvo unos momentos de silencio con el resto de su Capilla para hablar mentalmente con Ezequiel.

*¿En serio estos animales se mataron solos? No te puedo creer el quilombo en el que nos metimos por dos descuidados de los nuestros. Gracias Eze, no creo que Nocturna te vaya a pedir ayuda pero te mantengo al tanto.*

Volvió a dirigirse al resto de su Capilla, apenas se había interrumpido un segundo.

*Acaba de llamarme Rosencrantz de nuevo, dice que estuvieron escudriñando el pasado. Aparentemente los dos eteritas se volaron solos. Estaban construyendo una bomba de luz limpia para desintegrar todo lo que tocase. Les explotó en la cara antes de que pudieran terminarla. Tiene toda la pinta de haber sido un accidente.

Por otro lado, les sugiero que salgan de allí tan rápido como puedan. Los medios periodísticos llegaron hace un rato y la policía los está frenando, pero esta llegando a su posición un Helicóptero y no sería buena idea que las cámaras los vean.

No se preocupen, ya estoy ingresando al sistema del canal de noticias, no van a ser el nuevo Show de las 3, ¡Pero no pierdan mas tiempo!*

El aire a escasos metros parece vibrar, cuando un trozo de madera parece surgir de la nada perpendicular al aire. Como un  espejo que se rompe en pedazos pero sin ruido alguno un óvalo en el paisaje se dibuja recortado contra la nada. En su interior, la despertada hija de lupinos grita a los Despertados allí presentes.

-¡Por aquí!Deprisa. ¡Habéis llamado la atención de demasiada gente!

La mirada del engendro pasa alternativamente del Tecnócrata a Rugido, siendo difícil discernir a cual de los dos tiene disposición de tratar con más dureza.

La emoción sufrida de la enorme felicidad de ver a mi hermana de capilla con vida comienza a menguar y es entonces cuando mis sentidos empiezan a analizar la zona.

A los lejos puedo escuchar a los durmientes acercarse al  lugar, en cuestión de segundos estarán cerca. Pero más acuciante aún un helicóptero se acerca según el sonido de sus hélices.

Las palabras de Elena me tranquilizan en parte pero me molestan por otra. Se mataron ¿todo este enredo es por dos suicidas? Trato de respirar para tranquilizar mi corazón, en ese momento puedo ver como Serena ha tranquilizado completamente al volatín rugido. Lo que me deja con pocas opciones.

Miro el auto pensando escapar en él. Pero tendríamos que pasar por el gentío, no, eso no puede ser.  Podría convertirlos a todos en aves, pero no tengo el tiempo necesario sin contar que la paradoja está apunto de soltar su peso en mi contra. Necesito una idea.

En ese momento veo como se dobla la realidad en un punto determinado. Después de unos segundos sale un ser horripilante una especia de hibrido entre humanos y lobos. No era otra que  la líder de la otra capilla Luz-de-luna-nueva y nos insta a acompañarla.  El darhma nos cuida. Sonrío complacida.

Rugido, Atropos nos vamos. Sigan a luz-de-luna-nueva este lugar no es seguro. Antes de irme me voy a vehículo y busco que podemos tener que nos comprometa, luego lo cierro y salgo corriendo a la abertura que espera por mí, pero antes de hacerlo me giro y veo al tecnocrata tirado en el suelo. El darhma es caprichoso. Salgo corriendo y lo tomo en brazos lo acomodo en mi espalda y lo levanto del suelo. Me voy lo mas rápido que puedo cargando al hombre hasta el portal. 

Observó extrañada el portal que se abría en el medio de la nada. ¿Un portal a la Umbra en esta situación? Era extraño, ¿Acaso toda la ciudad se había enterado de lo que había pasado en Lavallol? Era difícil de creer y, por supuesto como era común en ella, Atropos desconfiaba de la situación. Al fin y al cabo había sido preparada para eso.

Rugido no parecía estar en condiciones de moverse, Brisa Serena le estaba manteniendo encerrado en una ilusión mental para que pudiera mantener a raya al espíritu del fuego que llevaba en su interior. Atropos avanzó hasta él y lo tomó por los hombros, cargándolo como si de un costal se tratara y se apresuró a caminar detrás de Brisa Nocturna al interior del portal.

Como un crack en mis oídos aparecía en lo alto de un almacén en el lugar, algo desorientado observé a mi alrededor intentando comprender la situación actual trás la explosión. Parecía que los durmientes no habían llegado todavía al lugar pero la presencia de un helicóptero en el aire me hacía sospechar que no tardarían demasiado.

Busqué indicios de algo,  o alguien y a quien preguntar. O siquiera Cuerpos o un indicio de algo; por la explosión que se sugería no estaba seguro de inspeccionar el tapiz pero era necesario. Alce un leve cántico más parecido a un mantra o algo similarmente grave y rítmico en honor a los espíritus de la información esperando que me permitieran vislumbrar las cosas ocultas y los patrones misticos.

Lo que Mournbringer notó tras inspeccionar la zona a través de sus sentidos místicos, le heló la sangre. Nada, absolutamente NADA. En cuanto el Agente y los magos desaparecieron por un portal, todo lo que quedaba por allí eran durmientes. O al menos eso fue lo primero que sintió. No había ninguna clase de espíritu cerca. Verificó que su conexión con la Umbra fuese correcta, la celosía era tan resistente como se esperaría de una zona de fábricas, sin embargo sus sentidos estaban perfectamente. No había ni un solo espíritu en el lugar, no había ni una pequeña, mínima variación en la Umbra en toda la zona. Sin embargo algo estaba ocurriendo y podía sentirlo.

La explosión había liberado enormes cantidades de quintaesencia en el aire, que flotaba y divagaba como hojas llevadas por el viento de otoño, impregnándose a todo lo que tocase. Una experiencia gratificante para cualquier mago que pudiera disfrutar de ella, sin embargo desde el momento en que se cerró el portal hacia la Umbra por donde escaparon los Magos, esa sensación estaba desapareciendo a una velocidad inesperada.

Agudizó sus sentidos, algo le hacía sentir incómodo, como si estuviese mirando directamente al sol del mediodía en verano, su cuerpo vibró por unos instantes y le obligó a cerrar los puños con fuerza para contenerse. Hasta que pudo sentirlo. Algo estaba ocultándose en la Umbra de un modo extremadamente efectivo, tanto que resultaba casi imposible notarlo, pero él lo había podido sentir. Se esforzó mas allá de sus límites para percibir lo que se ocultaba detrás del manto y su visión de la realidad cambió de golpe.

Parado en el centro de los escombros de la Fábrica, en la Umbra, se encontraba un hombre vestido completamente de blanco. Pantalones y camisa. Incluso sus zapatos eran blancos, no llevaba ningún tipo de símbolo, ni marca que le pudiera distinguir. Tenía el pelo negro largo hasta los hombros, le tapaba ligeramente la cara, sin embargo podía verse perfectamente que tenía los ojos cerrados y en sus manos sostenía una flauta traversa que hacía sonar con sus labios. La música era tranquila, en tonos mayormente altos. Segundos después de que Mournbringer le percibiera, el hombre vestido de blanco abrió los ojos directo en su dirección y, a pesar de tener la flauta en sus labios, Mournbringer podría jurar que estaba sonriendo. La música cambió a un ritmo frenéticamente rápido, pasando de notas bajas a notas altas con fuerza. Toda la quintaesencia residual que había quedado en el aire tras la explosión estaba siendo absorbida por el cuerpo del hombre como si de una super aspiradora se tratara. No solo estaba absorbiendo la quintaesencia residual en el aire, sino que la misma realidad a su alrededor estaba comenzando a deteriorarse, producto de la fuerza de su succión. Su música se extendía en el aire como si de tentáculos de luz se tratase, absorbiendo, corrompiendo y pudriendo todo lo que tocase, alimentando al flautista.

Mournbringer se sentía tan solo un espectador, por algún motivo que no podía comprender, sentía que aquella escena era inaccesible para él. No sentía magia alguna actuando frente a él, sin embargo aquel ser estaba manipulando quintaesencia de una manera realmente brutal y no apartaba su vista de él. Pronto terminaría de absorber toda la quintaesencia que quedaba en el aire y terminaría de corromper la zona.