Partida Rol por web

Sebastian corrió tropezando por los pasillos hasta dar con la puerta más cercana. Irrumpió en la enfermería sin ser muy consciente quien se encontraba allí y fue directamente al intercomunicador.

-Vamos, vamos.. crazy girl. Dime que lo tienes todo controlado.-

 Al notar el impacto, me agarro con una mano a la camilla en la que me encuentro acostado, que se encuentra fijada al suelo, mientras que con la otra agarro a la doctora para que no se caiga, mientras le digo, alarmado:

 - ¡Agárrate!.

 Entonces entra el capitán y se pone en contacto con la piloto por el intercomunicador de la enfermería. Mientras ayudo a Parisa a sujetarse a la camilla, pregunto:

 - ¿Que ocurre?.

Me levanto rápidamente y la cabeza me da vueltas. "Has perdido la costumbre de beber tanto, Jade", me digo abriendo y cerrando un par de veces los ojos con fuerza, sin poder evitar recordar los buenos tiempos en Persephone, cuando tener una botella de buen licor no suponía un lujo fuera de mi alcance salvo un par de veces al año.

En un movimiento casi completamente reflejo, cojo la pistola que siempre dejo a mi alcance durante la noche y la cuelgo del cinturón, atándola rápidamente al muslo. "¿Qué demonios está pasando?". Mientras me dirijo a la puerta de mi camarote, reprimo el instinto de ir directamente al puente de mando. Yo no voy a ser de mucha ayuda allí, porque mis conocimientos técnicos a penas pasan de lo más básico, así que prefiero dejar espacio y no molestar a los que puedan ayudar con lo que sea que está ocurriendo. Aún así, subo por las escaleras hasta el pasillo central y me mantengo a un lado mientras voy hacia las escaleras de la bodega de carga, donde no estaré en medio.

- Cap - le digo a Sebastian por un comuncador, asumiendo que ya habrá llegado al puente de mando. Suelo abreviar el título de "capitán" en situaciones poco formales y ha terminado por quedarse con el apelativo. - Estaré en la bodega de carga si necesitáis algo.

Me quedo en la parte de arriba, mirando hacia la nave con preocupación. Siempre sé qué hacer en un tiroteo, y, por supuesto, cuando estamos negociando un trabajo, pero cuando hay un problema técnico en la nave me siento completamente inútil, así que lo único que puedo hacer es quitarme de en medio para no molestar y ofrecer mi ayuda. Ya me contarán qué ocurre cuando la situación se calme y silencien esa maldita alarma. "Lo que me faltaba para el dolor de cabeza".

Estoy en un bar, bebiendo como un cosaco, varias botellas frente a mi y un par de despampanantes mujeres moviendo sus curvas frente a mi. Mis ojos no dan a basto entre una cosa y la otra, un par de preciosos pechos frente a mi cara, luego unas nalgas de infarto en una posicion capaz de partirme la cremallera sino llevara refuerzo. Alargo mi mano y relleno un vaso sin ni siquiera mirar su contenido cuando una de las preciosas mujeres me mira y me da tal soberano bofeton que me despierto en el acto. Mi cabeza dando vueltas, noto dolor en uno de mis hombros y para cuando mis ojos se abren del todo, me doy cuenta de que estoy fuera de mi cama.

Miro alrededor confundido, pasando mis ojos por el desastre que es mi camarote y que sin duda tras lo que sea que ha ocurrido... no ha mejorado un apice. Mi mano va a donde esta Hades, mi pequeña sigue alli. Sonrio para mi mismo mientras me levanto. Joder la cabeza me duele y no es por la resaca. Ya estoy acostumbrado a ese matarratas.

Me acerco al comunicador cuando escucho a Jade. - Voy para la bodega tambien. Que alguien revise si han intentado abrirnos un boquete o "solo" estan intentando asaltarnos. - Cierro el intercomunicador mientras de un salto comienzo a subir la escalera. Mi lenguaje corporal antes tranquilo empieza a volverse agresivo con cada paso que doy en direccion a la bodega, mi mirada advierte de las pocas ganas de coñas que tengo ahora mismo.

Si alguien es tan gilipollas como para asaltarnos mientras estoy con un cierto toque de resaca y con mi nivel de humor cayendo a niveles peligrosos, es que es gilipollas o suicida. En ambos casos espero divertirme.

Llego rapidamente a la bodega y veo a Jade en la parte superior de la misma. Si algo he aprendido con el tiempo, es que esa mujer es un peligro si le das un poco de espacio y un par de sombras donde ocultarse. Señalo mis ojos y la puerta, la señalo a ella y mi culo mientras sonrio, medio en broma, medio enserio, aunque mi rostro deja claro las pocas ganas de tonterias que tengo, mas Jade es... bueno, Jade. Estoy seguro de que ya sabe lo que esperar.

La mano en el arma y cerca de una buena zona de cobertura. Si algun cabron intenta entrar de la forma convencional... se va a llevar mas de un balazo de forma convencional.

Justo cuando le iba a dar las gracias a Beowulf noto el tambaleo, instintivamente este me ayuda a mantenerme de pie, no es que me hubiera hecho falta, pero el detalle se agradece. - Gracias, Beowulf. -

Inmediatamente entra el capitán en la enfermería, sorprendida escucho lo que dice... - Estaría bien saber que esta pasando. No digo que el hecho de que la piloto tenga esto controlado no me tranquilice, pero sería un detalle saberlo. - instintivamente lanzo la mano al costado debajo de la bata y me tranquilizo. De todas formas supongo que mientras no nos aborden poco podemos hacer los que no tocamos directamente la nave.

Mei se había quedado dormida en la sala del motor como hacia muchas veces, no fue le movimiento de la nave lo que la despertó, sino que por culpa de ese zarandeo se dio un golpe en la cabeza contra lo que estaba apoyada, sobresaltada se despierta y mira a todas partes, al principio algo aturdida, entonces abre los ojos de par en par y dice:

- biǎo zǐ (Puta) Que ha... que ha sido eso?

Mira el motor para ver si el golpe a supuesto algún daño ya que nunca se sabía, y no iba a preguntar qué estaba pasando en cabina, eso sería una pérdida de tiempo, mejor era primero ver si le había pasado algo a la nave, porque sin duda era necesario saberlo, mientras buscaba una posible avería decía para sí misma:

- Quien se ha atrevido a golpearte... se va a enterar

Sebastian pareció perder por un momento su halo de buen rollismo que tanto le caracterizaba y su cara se quedó petrificada en una mirada implacable y calculadora. -Aún no se nada. No hasta que Mirage conteste- Soltó en un tono monótono cuyo contraste con su jovialidad resultaba sorprendente.

Durante aquellos segundos en los que esperaba escuchar el golpe de la estática devolverle la voz de Mirage parecía estar escuchando a lo lejos, como intentando encontrar en las vibraciones de la nave algo que le diese alguna pista de que podría estar pasando.

Me parece ver a Ash a mi espalda, la sensación de sus ojos sobre mí es… extraña, ese hombre me confunde, me pone nerviosa a veces, y desde luego, los dos años que llevamos en la nave han sido… extraños, desde que me lo crucé tiempo atrás, ha vuelto a mis pensamientos como un cabrón, ha presidido mis sueños mojados, a veces eclipsando a Arrow, a veces confundiéndose con él. Soy débil, a veces soy yo quien lo busca, no puedo evitarlo, es un potente imán que empuja mi cuerpo a tocarlo, a tenerlo cerca. Ese cabrón de ojos verdes me tiene sujeta por los putos ovarios.

Sacudo la cabeza mientras mis ojos saltan de una estrella a otra, y mi mente vuelve a la misión, a lo único en esta puta vida que s eme da bien, volar.

De repente luces rojas por doquier, me levanto del suelo, farfullando maldiciones, ¿qué cojones ha pasado? Yo estaba aquí tranquilamente rallándome en mis putas movidas cuando no sé contra qué cojones hemos topado.

No tengo visual de nada en absoluto, los ojos de Libélula no me muestran nada, así que lo primero que hago ante el aluvión de gritos por el comunicador es tranquilizar al personal:

- ¡Joder, vamos a morir! – grito por el comunicador, bromeo, evidentemente – No mientras yo esté aquí. Sebastian, mueve tu culo hasta aquí. Mei, espero que estés lista. Mel, quiero ese hermoso culo aquí también, los demás, agarraos a algo.

Mientras tanto, mis manos se mueven por el panel, activando cámaras exteriores, y posibles fallos, quiero ver qué ha pasado y por qué, si hemos chocado contra algo, si algo nos ha atacado, si algo en la nave ha fallado ¿Qué coño ha pasado?

- ¡Joder, vamos a morir! – grito por el comunicador, bromeo, evidentemente – No mientras yo esté aquí. Sebastian, mueve tu culo hasta aquí. Mei, espero que estés lista. Mel, quiero ese hermoso culo aquí también, los demás, agarraos a algo.

 Al escuchar su broma acerca de que vamos a morir, respondo de mal humor, molesto por la gracia, que no tiene nada de divertido para mí, sobre todo dadas las molestas circunstancias:

 - Odio cuando hace eso...

 No necesito que me repita que me agarré bien. Me pongo en pié, para poder hacerlo mejor sobre a camilla, mientras ayudo a Parisa a sujetarse al armatoste para que no se le escapa de las manos y salga despedida por las turbulencias.

La alarma sigue sonando, y empiezas a oír unos ruidos muy extraños que parecen venir de detrás de uno de los paneles. Un pitido constante y agudo. La nave, después de la leche que se ha llevado, empieza a virar. Los motores empiezan a rechinar, y se empieza a llenar la sala de vapor que procede del panel que viste al principio.

Te levantas rápidamente, recomponiéndote del golpe. Miras otra vez los paneles y siguen como si nada, no parece haber nadie más parte de vosotros en muchos kilómetros a la redonda. Levantas la vista a los cristales que dan al exterior y lo único que se ve es Angel cada vez mas cerca. 

La nave está virando y cogiendo velocidad de una manera muy extraña. Tus años con la nave hacen que te des cuenta de que el golpe ha hecho no solo que cambiéis de dirección, sino que puede que algo se haya roto en los propulsores de dirección de la nave.

Agarras los mandos con fuerza, intentando corregir las vueltas que da la nave cada vez más rápidas, pero no responden como siempre.

Los movimientos de la nave no parecen voluntarios. Tus años con ella y con Mirage hacen que te des cuenta de que hay algo que no va bien con los controles. Puede que el golpe, lo que sea que haya sido, haya fastidiado algo en los propulsores.

Llegáis a la bodega de carga, agarrándoos como podéis de las barandillas. Hay cajas que se han movido de sitio, y el gancho que cuelga del techo se balancea peligrosamente. Menos mal que no había cargamento ahora, sino las cosas habrían sido mucho peor. No parece haber ninguna fuga en la sala.

El golpe os ha pillado desprevenidos a todos. No se siente ningún otro golpe, pero como buenos contrabandistas, sabéis que los problemas no vienen solos  y saltáis al ataque a la primera. El golpe ha hecho que cambiéis de dirección, eso está claro, pero ahora sentís como la nave empieza a virar cada vez más rápido, de una forma que no parece muy normal.

Las luces de emergencia siguen sin apagarse, parece que no sólo va a ser el susto...

Mei observaba todo para ver si había algún problema, lo bueno de pasar tantas horas allí era que prácticamente conocía aquello como la palma de su mano, entonces se da cuenta de algo, un panel estaba un poco extraño, con sus herramientas se acerca y es entonces cuando siente como la nave empieza a virar más de la cuenta, mira la zona y se da cuenta que está llenándose de vapor

• Que? Esto no debería pasar… que pasa? Ese panel, seguro que es algo de ese panel.

Rápidamente se acerca al panel para ver qué es lo que pasaba con él, estaba claro que habían sufrido una averigua por el golpe, y les había afectado, por lo que tenía que verlo y tratar de repararlo fuera como fuera.