Partida Rol por web

En cuanto veo como esta la bodega, retrocedo hasta donde cualquier movimiento brusco de la nave, no haga que ese puto gancho me convierta en una puta res colgante. Seguro que seria la hostia de divertido pero otro dia en situaciones mas controladas y con suficiente whisky. Vamos casi vacios y eso sin duda ha ayudado a que la cosa no haya sido peor, seria una puta mierda tener que lidiar con cargamentos volantes, o mierdas pesadas que deciden convertirse en pisapapeles de ultima generacion. Miro a Jade a la espera de ver como esta, apenas por el rabillo del ojo, asegurandome que todo va bien con la rubia.

Entonces lo noto, es muy suave al principio, pero rapidamente entiendo que lo que sea que nos ha golpeado nos ha hecho cambiar de direccion. La nave parece girar sobre si misma. Mierda, mierda y mas mierda. Se de que va esto, la fisica y esas mierdas no son lo mio pero lo he sufrido antes. Si la nave gira a suficiente velocidad en rotacion anulara la gravedad artificial... jodidamente genial.

Alzo la voz, llena de mala hostia, lo habitual segun se mire. - Baja de ahi Jade, y enganchate a algo... antes de que todo salga volando. - Busco el intercomunicador mientras tambien me engacho a algo.

Un tono de mala leche contenida, junto con un ligero rastro de diversion asoma a mi tono mientras activo el comunicador.- Dejad de jugar al puto tiovivo y estabilizad la nave de una jodida vez.... joder.

El golpe ha derramado algunas de las bebidas que había sobre la mesa de la cafetería, manchando mi ropa. Mientras me sacudo lo que puedo pienso "Como odio el trabajo de campo". La rápida reacción de ash y jade no me sorprende pero me parece un poco fútil. Tranquilamente cojo el comunicador:

-Capitán, me encuentro en la cafetería. Por el momento haré caso al inestimable consejo de la señorita mirage y me quedare en mi posición actual. Si necesita mi ayuda solo ha de solicitarla.

Tras esto busco entre mis ropajes hasta sacar una pistola pequeña que siempre llevo escondida. Me siento de cara a la puerta y me agarro con la mano libre a lo que pueda.

Mi reacción puede parecer cobarde, pero uno no llega a mi edad siendo un héroe temerario sino evaluando las situaciones con un cabeza fría. Si son un grupo de asalto de cualquier tipo, mi intervención poco efecto tendrá. Si es otra cosa, y se puede salir hablando de ella, es mejor aparecer cuando la situación este más clara.

Tras oir las indicaciones de migare, por el comunicador surge la tranquila voz de jamin: -Capitán, me encuentro en la cafetería. Por el momento haré caso al inestimable consejo de la señorita mirage y me quedare en mi posición actual. Si necesita mi ayuda solo ha de solicitarla.

Bajo por las escaleras hasta el control de la grúa y subo el gancho todo lo posible para que no dañe nada y, sobre todo, a nadie. En seguida vuelvo a las escaleras, agarrándome a la barandilla.

- Aunque vayamos sin carga, ahí abajo es posible que esos contenedores acaben saltando sin control por la bodega - le digo a Ash señalando las cajas que no están en su lugar habitual y que empiezan a deslizar con el giro de la nave. - Y no me apetece acabar siendo papilla de Ash o polvo de Jade pegados a la pared si nos engancha una de ellas.

Sujetándome al pasamanos de la escalera busco por la sala alguna de las correas que utilizamos para asegurar la carga, no tanto para fijar esas cajas como para evitar salir volando nosotros. No veo ninguna ahora mismo, así que me quito el cinturón y lo ato a la barandilla, pasándolo varias veces por mi muñeca, de forma que pueda desatarlo rápidamente, pero que me mantenga sujeta si hay otro impacto.

Intento mirar por la ventanilla de la puerta de carga para saber qué nos ha podido golpear. - Ash, ¿¡qué coño nos ha golpeado!? ¿Puedes ver algo desde ahí? - le pregunto obviando su comentario a Mirage. Estoy segura de que tanto ella como Melina y Mei están haciendo todo lo posible por retomar el control de la Libélula.

Cuando abres el panel, una nube de gas que estaba apretada sale disparasa hacia ti, tirándote de espaldas contra la otra pared. Te has dado un golpe en la cabeza, mareándote un poco, pero puedes continuar. Efectivamente, el panel que has levantado da a parte de los propulsores,  que chisporrotean de una manera muy extraña. A lo mejor si lo pudieras ver desde fuera...

Miras por a ventanilla, pero al ser tan pequeña y estar girando lo tienes muy difícil para darte cuenta de nada, pero en una de las vueltas ves que justo enfrente hay un planeta, y está mucho más cerca de lo que debería...

Frunzo el ceño, con los ojos recorriendo los paneles, no hay nadie cerca, los ojos de Libélula muestran a Angel, que se acerca a nosotros a un ritmo alarmante, no podemos seguir así.

Sujeto los mandos estamos girando a demasiada velocidad,

- Vamos pequeña, dime qué te pasa…

Les dos marcha a los propulsores al tiempo que intento volver a girar, quiero alejarme del planeta mientras no tenga el control de la nave. O podemos aterrizar así, besaremos el suelo de una forma muy poco elegante, más que un beso será una violación brusca y hasta el fondo sin lubricante.

En seguida me doy cuenta, los propulsores de dirección no responden del todo, mis mandos no giran bien. No veo contra qué hemos chocado, o se ha alejado muy deprisa o algo de repente ha fallado en los propulsores de dirección de la nave.

Ahora intento quitarles potencia, toda la que puedo, intento frenar la nave, aunque con al velocidad que llevamos, no serviría de nada, necesitamos un cambio de dirección y yo no puedo hacer nada desde aquí.

Frunzo el ceño, Mei.

- Mei, los propulsores de dirección están jodidos, nos dirigirnos a Angel, no puedo crregir el rumbo, nos estrellaremos contra el planeta, mis mandos no responden. ¡Joder! Dime que puedes hacer algo.

Sorbiendo, esta vez lentamente, el matarratas que Ash le había servido, Melina se permitió dejar que su mente viajara de un lugar a otro. El pasado, sus compañeros actuales. El pasado otra vez. En este ir y venir, sus pensamientos se volvieron más y más superfluos e inestables. El alcohol y el cansancio hacían que se le cerraran los ojos, y no tuvo muy claro si llegó a dormirse o si simplemente desconectó su mente de todas sus preocupaciones para viajar a una ilusión onírica.

BOOM.

El impacto la sacó de su ensimismamiento. Se despertó de golpe, con una sensación de alarma y un chute de adrenalina que hicieron que se le olvidara todo el alcohol.

- ¿Qué coño ha sido eso? - se exclamó, sin a penas darse cuenta aún de dónde se encontraba y quién estaba con ella.

Lo siguiente fueron varias voces por megafonía. Jade, Ash, Mirage. ¿Y el capitán? Se quedó a la espera, con el corazón a mil por hora, de pie con una mano aferrada a la silla con fuerza. Jamin se levantó tranquilamente y se comunicó con los demás, y esto Melina lo observó alarmada, sin poder comprender la tranquilidad que demostraba aquel hombre.

Sabía que tenía que ir a la cabina a ayudar a Mirage. Pero no haber escuchado la voz de Sebastian la llenaba de inseguridades y miedos. "Está yendo hacia la cabina" intentaba explicarse racionalmente. Sin embargo, en sus oidos escuchaba una voz del pasado, apremiante, desgarradora, desesperada. "Melina, ¡toma los mandos!" 

Sacudió la cabeza para librarse de aquella ilusión. Consiguió moverse, lanzándose hasta el comunicador que Jamin había utilizado unos segundos atrás. Lo agarró con una decisión y apremio que contrastaban fuertemente con la tranquilidad con la que Jamin se había comunicado.

- ¡Sebastian, más te vale estar de una pieza! Me dirijo a la cabina.

Lo soltó y salió corriendo sin mirar atrás.

La voz de Melina llega por el comunicador, apremiante y en claro contraste con la de Jamin. Intenta denotar un tono de decisión, pero se encuentra claramente alarmada, podría decirse que incluso asustada.

- ¡Sebastian, más te vale estar de una pieza! Me dirijo a la cabina.

Observo atentamente a mi compañera. Jade no tarda en bajar y activar la grua para guardar el gancho, borrandolo rapidamente de la lista de posibles amenazas.- Gran idea... gran idea. Ni putas las ganas de convertirme en una res volante, en mitad de este circo. - A saber que coño estaran haciendo en la cabina. Acto seguido vuelve a la escalera y se ata a ella con el cinturon, en un nudo de lo mas interesante.

Sin dejar de moverse comienza a hablar, sus palabras son secundadas por el deslizar de varias de las cajas, las cuales de caernos encima nos convertiran en papilla o polvo o simplemente en una pasta gelatinosa de dudoso gusto.... y eso que yo como casi de todo. Miro al comunicador y despues a la rubia y la sigo, subiendo por las escaleras y atandome con menos ganas y sin duda menos inventiva que ella a la barandilla. Una vez alli siento como la aceleracion de giro de la nave va aumentando. Mierda, lo dicho... que coño hacen en la cabina.

Jade me distrae preguntando por si veo algo afuera, la miro durante unos segundos mientras vuelvo al mundo real y entonces me encojo de hombros. Señal inequivoca de que no veo nada... y que probablemente tampoco me interesa demasiado. Aun asi, por el simple hecho de ser ella, hago un leve esfuerzo por ver si consigo ver que narices pasa fuera. Las opciones en estas situaciones son simples. Nos destrozan en pleno vuelo, en cuyo caso no puedo hacer una santa mierda o nos asaltan, en cuyo momento podre matar a todos esos hijos de puta y despues potar encima de ellos, como alguien no pare esta puta rotacion de una jodida vez.

Mei abre el panel y siente un golpe de gas que le lanza hacia atrás dándose un golpe, se encuentra tirada en el suelo algo mareada cuando la voz de Mirage le saca de su aturdimiento, aunque aun algo mareada se pone en pie tocándose la cabeza, se da cuenta que tiene una pequeña herida porque tenía un poco de sangre en la mano, casi dando tumbos se acerca al comunicador y dice:

• Estoy… en ello…

Trata de que no se note demasiado el tono de voz algo dolorido que usa y se acerca al panel, se agacha mientras suspira y se dispone a arreglarlo lo más rápidamente posible con cuidado

La voz de Mei sonaba algo dolorida cuando se comunica y se podia escuchar ruido en la sala de motores

- Estoy… en ello…

- Pequeña ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? Puedo mandarte a quien quieras Dime qué pasa por ahí.

- Capullo, deja el puto comunicador ¡Ya! sujétate bien a algo, un poco más fuerte que cuando te la machacas.... - Sonrío a pesar de la situación - cuidado con lo que no esté soldado. Nos dirigimos hacia Angel con los propulsores de dirección tocados, si no logro estabilizarla daré la alarma general de impacto, preparaos.

Mei escucha la comunicación y dice gritando ya que no estaba cerca del comunicador:

• No… estoy ocupada… solo es un arañazo…

Parece que está claro que ciertas personas son necesarias en el puente de mando. - Me agarro a algo con fuerza y noto como Beowulf se acerca a mi y me echa una mano. Incómoda ya por la insistencia siento la presión de la necesidad de soltarle una bordería... pero creo que no ayudaría. - Tampoco está tan mal que se preocupe por mi, solo me esta devolviendo el favor, seguramente en un combate me de mil vueltas, pero eso no quiere decir que sea una inválida, he sobrevivido a cosas peores y me se defender... en fin, supongo que se lo tendré que demostrar en algún combate para que se de cuenta. De mientras me haré la agradecida por estas cosas. -

Miro a Beowulf y le doy las gracias por la ayuda, aunque después me agarro a una barra de seguridad que hay instalada en la enfermería para este tipo de emergencias. Esperando a que el capitán salga presto a la cabina del piloto espero la siguiente sacudida. - Espero que esto pase pronto, odio sentirme tan impotente en estos casos. -

Escucho la contestacion de Mirage sin evitar mostrar una sonrisa ligeramente agresiva y llena de humor. - Si, si... tranquila. Me cogere con tanta fuerza como cuando clavo mis dedos en tus nalgas, que tu le pones mas ganas que esta nave cuando te saben dar caña. - Su ultima advertencia me resbala. Otro golpe, otro impacto mas, veremos si sobrevivimos. Sino, sera una pena no haber vuelto a catar a esta loca... pero que se le va a hacer.