Partida Rol por web

Tras despedirnos de Tarien y previó tomar alguna fruta más para comer en el camino, salgo de la casa junto al resto de mis nuevos compañeros. Miro el cielo un momento mientras vamos marchando, pensando en lo que nos deparará la búsqueda que acabamos de iniciar.

En un principio, me adelanto para mantenerme alerta junto a Mut, tal vez por costumbre, aunque después le dejo tomar distancia y me acoplo al resto de compañeros. Eso si, guardo las correas en mi bolso y aprovecho para dejar sueltos a ambos uncas, para que vayan caminando junto a nosotros y ayuden con sus sentidos en el camino.

"- Confiamos en tu vista, Mut. Ve adelante y déjanos saber si pasa algo- le digo al mediano con una sonrisa en mi rostro-. Por lo que pude notar, maese Naowën, parece tener pericia en el manejo del arco, arma a la que nunca he podido acostumbrarme. Eso nos deja a nosotros en el frente, ¿no es cierto?- comento mirando a Axe-. Disculpen, es que con los caminos visitados no puedo evitar pensar en estas cosas por precaución- agrego lanzando una breve risa y adelantándome un momento para tomar la posición que generalmente adopto en el grupo".

El grupo se empieza a organizar, los objetivos comunes estrechan lazos. Y sin demorar más las cosas, con el estómago lleno, salís al exterior. La mujer os acompaña hasta la puerta y os desea la mejor de las suertes.

Afuera os recibe de nuevo el fresco y nublado día. Es hacia el norte, donde la cumbres que detienen las nubes, donde el cielo está más cerrado. En este lugar abundan las colinas, algunos abetos sueltos que se vuelven más numerosos cuanto más al norte. Pero ahora mismo partís hacia el este. Y no es que queden muchas horas de luz, os vendrá justo llegar hasta aquella casa del pastor antes de que os sorprenda la noche.

Lleváis una hora y media caminando. No hay un camino que seguir, a parte de tratar de orientarse un poco en dirección al este, es un buen momento para pensar y/o fijarse en todo para tratar de localizar esa casa sin perderse o pasarse sin haberla localizado. 

- Creo que es hora que busquemos un punto de referencia que nos sirva para evitar alejarnos de la casa del pastor... - comento deteniendo la marcha, hasta ahora no ha pasado nada. Todo tranquilo, lo cual es bueno. - ...más o menos debemos estar cerca según lo que nos comentó Tarien...

Echo un vistazo hasta donde mis ojos alcanzan a ver, revisando si veo alguna voluta de humo que indique la casa a donde debemos dirigir nuestros pasos para hablar con el pastor y hacer noche allí si es posible.

Orientándome por las estrellas sigo el camino con mis nuevos amigos, hablando a veces de trivialidades, pero siempre atento a nuestra misión. 

-La casa del pastor no debe de estar lejos -comento, buscando también algún indicio de vida civilizada en este paraje en que nos encontramos.

Siendo pastor, en algún lugar guardará su rebaño, y éste hará ruido a su vez. Debería ser difícil pasarnos de la casa, pero todo es posible en un lugar desconocido.

Me fijo en las cosas que podrían indicar presencia de personas, escudriñando en la casi inminente oscuridad.

Tras algo más de una hora caminando el camino pareció desvanecerse conforme ganaban altura, según las indicaciones de la mujer la cabaña no debía quedar lejos, el grupo comenzó a fijar se en algún detalle que pudiera indicar el camino a la cabaña, pues la noche estaba acechando y cada vez haría más difícil su localización.

Naowën examinó el horizonte buscando alguna referencia para saber la distancia recorrida y si efectivamente habían seguido el rumbo correcto.

Una sensación de extrañeza me llega mientras nos movemos hacia el este, principalmente por lo raro que se siente volver a formar un grupo luego de lo vivido en el túmulo. Sin embargo, esa sensación deja paso a la satisfacción... tal vez, en este tiempo que llevo recorrido, me he convertido en un animal de costumbre que se siente a gusto en grupos numerosos.

Mientras caminamos, de vez en cuando hago sonar mi lengua contra el paladar produciendo un sonido particular que atrapa la atención de los uncas y les hace saber que les llamo para que se acerquen, dándoles seguidamente un poco de carne como premio cuando vienen hacia mí. Acaricio la cabeza de ambos y miro en los alrededores.

"- Todo pastor ha de tener animales que cuidar... estén atentos, pequeños, en caso que sientan el ruido de alguno de ellos- les digo a los animales con inocente seriedad, como si estos pudieran entenderme, y luego me levanto para seguir la marcha".

Hacia el norte observo las montañas y también llevo mi vista a la posición del Sol, intentando notar si hemos seguido adecuadamente la ruta hacia el este. Y asimismo continúo recorriendo con la mirada el horizonte para tratar de encontrar el lugar que buscamos.

Con el sol poniéndose a vuestras espaldas no es que hubiese demasiado tiempo para una búsqueda intensa. Pero al fin y al cabo de esa parecía tratarse la misión de buscar, y así estaba comenzando.

Al hobbit se le ocurre empezar oteando el horizonte en busca de alguna columna de humo. Axe trataba de fijarse en los detalles de por donde se iba. Naowën buscó referencias con la buena finalidad de orientarse y realizar un cálculo mental de donde os encontrabais. Pero es Angainor el que se da cuenta unos minutos después de la presencia en el suelo de heces en forma de pequeñas bolitas. Y no parecen ser de jabalí o animales salvajes, sino de pequeños o medianos rumiantes. Cabras u ovejas seguramente.

En un análisis más detallado observáis que las marcas en la hierba marcan un trayecto norte-sur, o sur-norte, según se mire.

"- ¡Ey, por aquí!- grito al grupo, haciéndoles señas a cada uno para que se acerquen-. Los animales del pastor deben haber pasado por la zona y han dejado saludables rastros de tal paso- comento mientras sigo con la mirada las marcas que han dejado".

Mientras espero a que estemos todos juntos, vuelvo a hacer el sonido con mi lengua para que los uncas se acerquen hacia donde estamos y, dado que la luz del día se está yendo, vuelvo a sujetar sus correas para evitar que se alejen demasiado.

"- El rastro parece moverse en esta dirección, deberíamos seguirlo- digo señalando el trayecto que se ve entre la hierba-. Espero no estemos tan lejos pues la noche ya está cerca".

*Miro a Mut mientras habla, sin poder contener una pícara sonrisa por el comentario, y luego observo a Axe.

"- Concuerdo con nuestro compañero respecto a ir hacia el norte. De equivocarnos, tocará regresar hasta aquí y seguir al sur, y en el peor caso tendremos que hacer noche a la intemperie y preparar guardias- comento comenzando a caminar hacia el norte".

Parece que Angainor ha encontrado un rastro fiable por lo que decido seguirle.

- Vayamos con cuidado, es posible que nos encontremos con el rebaño y aún puede tener algún carnero con ganas de guerra...y para vosotros puede que no pero para un hobbit pueden ser bestias indómitas... - digo de buen humor, ya que no es la primera vez que me enfrento a algún carnero humano. Cuando era frontero nos encontrábamos de vez en cuando algún ejemplar asilvestrado y teníamos que hacerle frente para luego aprovechar y comérnoslo asado ante un buen fuego y una buena pinta de cerveza.

Si llegaban a la cabaña del pastor antes de la noche aún podría cenar al calor del fuego seguramente y puede que degustar leche de oveja y cabra que es muy nutritiva.

Me fijo un poco más para concretar la dirección, por si acaso se ven las huellas de los animales hacia donde se dirigen. De todos modos si seguimos la dirección equivocada perderíamos el tiempo, pero solo habría que volver sobre nuestros pasos para retomar la correcta.

-Vayamos hacia el norte- propongo- . Si nos equivocamos, daremos la vuelta y ya. La cabaña que buscamos no puede estar muy lejos.

Tenía ya gana de saber algo más sobre el misterio que se nos había encomendado. El pastor seguro que podría arrojar algo más de luz sobre lo poco que sabíamos del lugar.

Cuanto más sepamos, menos sorpresas tendremos.

El rastreo no era una de las especialidades de Naowën quien asintió a la sugerencia de sus compañeros, el sol comenzaba a caer y el tiempo de luz se estaba agotando así que debían acelerar el paso si querían encontrar la cabaña.

El rastro dejado por los animales era la mejor opción y aquella cabaña no podía estar lejos, el elfo se ciño la túnica para protegerse del creciente frío e inicio la marcha tras el hobbit, de momento no había señales de peligro alguno por lo que su única preocupación pasaba por encontrar la choza.

Todos ya ven el rastro, pero ninguno parece tener muy claro que dirección tomar. Finalmente Axe, secundado también por Angainor deciden seguir el rastro en dirección norte. Así pues esa dirección se toma.

Tras caminar en dirección norte y en ascenso algo así como una hora, os dais cuenta de que la oscuridad ya es inminente. Tocará acampar al aire libre, o seguir en la oscuridad de la noche, bien hacia el norte o bien retrocediendo en dirección sur, aunque en la oscuridad solo el elfo y en menor medida el enano, son capaces de seguir el rastro.

El cielo sigue nuboso y amenaza con llover. Las coníferas en esta zona son más abundantes y se empiezan a ver algunos riscos.

La noche empieza a cerrar y eso indica que toca acampar al raso, lo mejor es buscar un sitio al resguardo del viento y encender una hoguera para calentar e iluminar la oscuridad.

- Compañeros, la noche nos alcanzó...es mejor que aprovechemos lo poco que queda de luz para que encontremos un sitio donde acampar...las coníferas pueden ser un buen refugio si sus ramas son tupidas...y si encontramos un sitio donde podamos encender una hoguera mucho mejor... - comento mientras oteo nuestro alrededor en busca de un sitio donde acampar y prepararnos para pasar la noche.

Miro al dunledino ya que estas tierras puede que las conozca mejor y le pregunto:

- Axe, ¿sabes si estas son tierras de lobos? - Los lobos no son de mucho agrado en La Comarca, aunque peores son los huargos. - ¿O de huargos?

- Axe, ¿sabes si estas son tierras de lobos? - Los lobos no son de mucho agrado en La Comarca, aunque peores son los huargos. - ¿O de huargos?

Huargos no has visto nunca, aunque eso no quiere decir que no existan. Lo de los lobos, si es algo más común, pero solo atacan si tienen hambre o se sienten amenazados.

-La oscuridad se nos echa encima, amigos. Dudo que sea buena idea continuar, como bien dice Mut. Acampemos y pasemos la noche al raso. Espero que no llueva, al menos.

Aún dudaba de haber escogido la dirección correcta, pero ya no eran horas de deambular por los caminos desconocidos. El amanecer y el descanso nos traerían nuevas oportunidades de orientación.

-Quizás lo sean al ser tierra de pastoreo y por lo tanto de comida para ellos. Lobos, me refiero. Amigo Mut, esos animales los hay casi por doquier, pues sobreviven a condiciones muy extremas. No obstante, yo no me preocuparía. No atacan a no ser que estén hambrientos o supongamos una amenaza, y además -hice un gesto hacia los dos uncas que nos acompañaban en el camino-, llevamos dos imponentes guardianes que creo que harían desistir de atacarnos al lobo más habriento. Eso sí, huargos no he visto nunca. Por mi territorio ni en el tiempo que llevo viajando... Pero  tampoco había visto uncas, y helos aquí. Es de prudentes estar prevenidos.

"- Es verdad, lo mejor será mantenernos cautos. Los lobos pueden ser un problema, pero la otra cosa que ha de preocuparnos son estas luces las que hablaba Tarien así como lo que sea que haya hecho desaparecer a las personas de la zona- menciono frente a las palabras de mis compañeros".

Con el Sol yéndose por el oeste, resulta cada vez más urgente encontrar alguna zona en la que establecernos, principalmente porque en breve los únicos que tendremos visión seremos Naowën y yo.

"- Mut, lo mejor será hacer lo que mencionaste... dejemos las huellas para mañana y busquemos un lugar donde asentarnos- comento y empiezo a caminar hacia la arboleda-. Con algo de fuego para calentarnos, veremos cómo repartir las guardias- agrego".

La noche al fin les había alcanzado sin dar con la cabaña, un pequeño contratiempo, el primero de muchos seguramente pero no había que darle mayor importancia. El frío poco a poco se iba haciendo notar, sin duda la montaña no era el mejor sitio para pasar la noche, pero si se habían embaucado en aquella misión no era para amedrentarse por un poco de frío.

Esta bien, yo haré la primera guardia si os parece bien. Si hay lobos no tardarán en aparecer y mis ojos podrán alertarnos antes si se acercan.

Se decide pasar la noche aquí. Quizá el temor más grande que presenta el grupo en este momento sea el de los salvajes canes. Por ello y por sana prudencia se van a realizar guardias. Además los uncas tal vez puedan alertar de las indeseadas presencias.

El hobbit se encargó de encender un fuego con el que calentarse. El humano se preguntó para si mismo si había tomado la dirección correcta. El elfo, que apenas necesita unas horas de meditación para recuperar su cuerpo para el día siguiente, se ofrece como primer vigilante. El enano también se acuerda de lo de aquellas luces, y hace por buscar un buen lugar en el que poder acomodarse. No hay grandes rocas en las que guarecerse, pero colocarse a sotavento de una colina no es mala opción.

Solo queda decidir el resto de guardias. De comer no hay ni gana pues ya se ingirió bastante en casa de la mujer.

Tras encender el fuego y acurrucarme cerca para mantener el calor les comento a mis compañeros mi ofrecimiento para la segunda guardia:

- Naowën, cuando termine tu turno avísame que haré el siguiente...¿a quién despierto después?

Acomodo mi espada corta en su funda cerca de mí, por si las cosas se torcieran de noche. Mi arco también está cerca por si tuviera que entrar en acción.

- Esperemos que tengamos una noche apacible, si los lobos hicieran acto de presencia formemos un círculo alrededor del fuego, espalda con espalda....es la mejor opción que tenemos al no tener una pared de sólida roca detrás nuestra...

Dicho esto me acomodo de nuevo para descansar un par de horas antes de mi guardia.

El elfo se acomodo en la base de un árbol, un tanto alejado del fuego para que su luz y olor no afectarán a sus sentidos.

Le gustaba la tranquilidad del bosque, el ruidoso silencio que desprendía mientras las horas pasaban.