Aun más incómoda
-No en el hospital, señorita, pero supongo que....alguien de su altura... podrá consultarle en su casa. O donde sea. En el hospital no quiere ser molestado bajo ninguna circunstancia nunca.
- Puedo comprender la dedicación de un hombre por su trabajo, le pediré al director su dirección. Mientras espero que mi amigo reciba los mejoras cuidados - hago una pausa y le sonrío - el dinero no es problema.
Me encamino hacia la salida para hablar con el director, por la farsa, y porque ciertamente quiero conocer a ese doctor tan fantástico.
-Tiene usted razon caballero. Trabajo en un teatro y mi jefe me habia mandado enviar una invitacion al susodicho Doctor, pero viendo que me va a ser imposible quiza debería volver e informarme bien del nombre.
-Debiera. Y debiera también cuidar sus formas, joven
Y muy dignamente se marchó el señor, hacia la calle
Cuando estás ante la puerta de Dirección, que parece cerrada, justo viene un hombre por el pasillo. Parece elegante y mayor. Pegaría que fuera el director.
-¿Le puedo en ayudar en algo, señorita?
Parece querer tapar una expresión de hastío.
- Busco al director de este centro.
Sonrio amablemente.
-Un servidor, señorita. -Inclina leve y condescendientemente la cabeza- Y usted es..
Mientras abre la puerta del despacho
- Hanna Justina Marseille - Hago una pausa, siempre la hago, es la mejor forma de asegurarme de que el nombre cala - Quería hablar con usted en lo referente a una donación... y al famoso doctor Amber.
-Pase a mi despacho, por favor.- te hace pasar e indica un asiento de apariencia cómoda aunque reudimentario- Siento no tener nada más a su altura. La verdad es que hablé con su estimadísimo padre hace poco y no me comunicó que hubiera ningún cambio en sus donaciones habituales para la la atención a los del Barrio Viejo. Pero cuénteme exactamente, ¿qué desea?
- Un reciente pero querido amigo mío está ingresado en su hospital, ha perdido ambas extremidades izquierdas y parece que parte del torax. Por lo que tengo entendido el doctor Amber está a su cargo. Me han dicho que si alguien puede hacerse cargo, es él. Me gustaría saber de donde proviene esa confianza ciega, e igualmente, costear todos los gastos que mi amigo pueda generar y si por casualidad necesitan algo más... - lo dejo como en el aire - Esta donación es mía, no de mi padre.
El director no puede evitar una sonrisa
-Es verdad que el doctor Amber trabaja aquí, pero no compartimos... métodos. ¿A su cargo me dice? Generalmente le dejo que se lleve a los pacientes que quiera y que le aplique sus... operaciones. Arriesgadas. NO CIENTÍFICAS.. disculpe, me sulfuro. Yo soy el director aquí. Pero él goza de excelente protección. Y sus métodos han conseguido salvar a gente. A gente muy importante. Pero también han hecho desaparecer a muchos sin nombre... No sé si sabe a qué me refiero. Me gustaría poder decirle que yo me haría cargo de su amigo y lo salvaría. Pero la verdad es que no sé cómo podría salvar a ese hombre. Es un hombre muy malherido, sé de quién me habla. La verdad es un milagro que aun esté vivo... En resumen, señorita que temo decirle que sí, lo mejor que tengo para ofrecerle a su amigo es el Dr. Amber pero siendo como es un nadie tendría miedo por su vida. Más no puedo decir.
Frunzo el ceño.
- Creo que comprendo... ¿Puede decirme donde puedo encontrar al doctor? Me gustaría informarle de que esa desaparición SÍ tendrá consecuencias. - Miro al director - Mi oferta económica sigue en pie. Si algún día necesita algo que mi padre no pueda darle, yo estoy disponible.
Sentía un ligero afecto por Barrio Viejo, probablemente porque era de ellos de donde sacaba mi diversión, sentía que en parte debía devolver algo, aunque solo fuera para que siguiese habiendo con qué divertirme.
Despues de toparme con ese rancio vejestorio decidi tomarme el resto del día libre hasta la función de la noche
-Muchas gracias, puede ir a descansar, mañana les levantaré cuando sea la hora.
-En su casa, por supuesto. Aunque esta noche irá al teatro...como todos, supongo, parece de obligado cumplimiento después del incidente de ayer. Disculpe que no le dirija a su localización en el hospital, el doctor en cuestión es muy celoso respecto a su trabajo. Y tampoco es como que suela encontrarle por aquí casi nunca. Y ahora que lo menciona, señorita...
Un edificio de maternidad para el Barrio Viejo después, te despides del atento doctor Molina, mucho más respetuoso hacia ti que cuando entraste.
Cuando los rayos de sol empiezan a despuntar por el horizonte Cato y su tía salen de casa de Lucius para ver un carromato en el que viaja un policia de uniforme y dirigido por uno de paisano.
Lucius recoge una serie de papeles y una bolsa de monedas de oro y se los da a Cato
-Espero que pueda rehacer una vida más tranquila
Salgo del edificio calmada. Pretendo no ir hoy al teatro, así que me encamino hacia su casa. Supongo que le encontraré, y si no al menos podré dejar el aviso.
Llegas a una mansión, al principio de la Alameda. No muy grande pero elegante. Tiene una pequeña capilla en el patio.
Cuando llamas sale una sirvienta, que te pregunta que qué deseas.
- ver al doctor.
-¿Disculpe Miss... ? El doctor no recibe visitas en casa.