Partida Rol por web

-Noto sinceridad en sus palabras, no me creo que quiera salvar Agartha pero si acabar con el monstruo y eso ya va bien para mí, el cuerpo de policía estará más que inclinado a contratar sus servicios armamentísticos, y parece que ustedes construyen algo más que armas (digo mirando a los guardaspaldas)

Extiendo mi mando para estrecharsela.
 

Sonrío un poco y añado mientras le estrecho la mano. - Aún son prototipos lo que hoy mandaré a mis artilleros a instalar las armas en las montañas de Agartha. Cuando encontréis al monstruo solo tendréis que lanzarle granadas de humo de color verde para revelar su posición. Inmediatamente después empezará a llover el infierno sobre la bestia. - 

-Excelente, un placer.

Me levanto a abrirles la puerta y despedirme, cuando pasa por delante...

-Huele a ceniza señor Aedalus, no habrá estado cerca de un incendio últimamente?

Me despido tranquilamente de Freimann, cuando dice que huelo a ceniza respondo. 

- Soy el diseñador principal de Garaliel Weapons. Pese a mis continuos baños y perfumes el día que no huelo a pólvora por alguna prueba de cañones, huelo a humo por algún experimento que haya salido mal. - 

Añado antes de abandonar la habitación. - Suerte inspector Freimann. -

Mientras me estoy yendo junto con los dos guardías parece que diga "- Tell me my friend, Have you ever danced with the devil in pale moonlight? -"

A toda respuesta, Vyktor se encoge de hombros y se marcha del comedor mientras se despide con la mano de espaldas a Aedalus y Victoria. 

De frente, la cara de Vyktor se retuerce de ira. Victoria tenía la suerte de estar bajo la protección de Aedalus, demasiada suerte. A la mínima oportunidad que tuviera se la quitaría de en medio. No soportaba ni un segundo más el carácter de aquella mujer.

Vyktor baja hasta su habitación, se sienta en la cama y mira distraído los bocetos de Julius Hunt que tenía en la mesita.

¿Quien era realmente ese hombre? 

 - Nos vemos - abandono el comedor y salgo de la mansión en dirección al cementerio de la ciudad.

El cementerio está muy tranquilo. Hay un funeral con bastante gente y alguno uniformado.

Llegas a casa. Tu hermano está en el escritorio. Te saluda con una sonrisa.

Me dejo caer en alguna silla cercana y le miro.

- Tenéis lo que querías ya ¿no?

El intermediario con Von Die.

-No le encuentro. En la cárcel dicen que ya se fue. En su casa no está...

Parece sumamente avergonzado y sonrojado.

-Sí sí, ya llegó la cabeza. -Acaricia un bulto al lado suyo.

Te despiertas pasada la media mañana. Has notado como gente entraba y salía del almacén donde estabas escondida.

Han dejado un periódico del día olvidado:

El periódico tiene un gran titular: ¡MONSTRUO ANDA SUELTO!

"Ayer por la noche se detectó a la presencia de una criatura grande humanoide en la ciudad que se dedicó a matar a todo aquel que encontraba a su paso. Fue avistado por primera vez en el mercado, donde acabó con la vida de dos policías que acabaron destrozados bajo un banco de piedra. Después se dirigió al Barrio Nuevo donde repitió su demostración de terror contra tres agentes que fueron destripados por lo que los testigos calificaron de enormes garras de metal. Desde allí se dirigió a las Universidades donde se atrincheró y una operación conjunta del ejército y la policía consiguió arrinconarse pero no evitó que se escapara. Hubo numerosas bajas por parte del ejército, que pudieran haber sido más de no ser por una arriesgada y valiente operación de nuestros Policías que, a las órdenes del Inspector Freimann de Barrio Viejo, lanzaron un zeppelin contra la Bestia. Desde este periódico agradecemos a nuestra fuerza(...) y recordamos a los caídos (...) En los próximos días habrá una reunión de emergencia de expuestos y sabios con la que se pretende solucionar la situación. No salgan de sus casas."

Dejo el periódico a un lado.

Se me ha revuelto el estómago al leer la noticia. Probablemente fuera mi culpa que ese monstruo quedara suelto y atacara a tanta gente.

Y entonces recuerdo algo. Cojo de nuevo el periódico y compruebo si dicen algo de Von Die.

Ni una palabra

Vuelvo a dejar el periódico.

La desaparición de Von Die podría ser mi as en la manga. Ahora lo sabía todo sobre él. Tengo muchos puntos a mi favor. Pero lo primero es lo primero. Si quiero saber sobre mi pasado, antes de que Aedalus me transformara en lo que soy, tendría que indagar. Un buen sitio por el que empezar fue aquel local que quemaron. El lugar donde asesinaron a Amber. Allí empezó todo.

Antes de marcharme decido buscar algo de ropa. No porque no lleve, si no para que no se me reconozca. Por lo poco que sé de Aedalus, no dejará que una fuente de información tan valiosa escape así como así. No se lo pondré fácil.

Voy a mirar qué clase de gente está entrando y saliendo del almacén. Quizá pueda tomar prestada alguna prenda.

Los que salen y entran son trabajadores del puerto.

El hecho de que lo acaricie me resulta un poco creepy, pero no digo nada.

- Ayer oí mucho barullo por las calles ¿qué pasó?

No me hace falta preguntar si lo sabe, sé que sí.

Vyktor no iba a sacar nada de aquellos garabatos. Es más, no tenían ningún valor para él que no podía entender como otros consideraban que aquello podía considerarse "arte". Tras volver a revisar sin éxito los dibujos, decide que él no los necesitaba para nada.

Vyktor sale de su habitación con los dibujos bajo el brazo y se dirige a la habitación que Aedalus le había prestado a Charlotte. Estaba indignado por el hecho de que fuese Charlotte la que desapareciese y no Victoria, podrían haber formado un gran equipo. Su poder le podría dar un nuevo sentido a las obras de Vyktor... Siempre que ella quisiera colaborar.

En todo caso, había que encontrar alguna forma de crear esa colaboración, así que en vez de destruir los dibujos de Julius, Vyktor decide dejarlos sobre la mesita de Charlotte. Suponía que de la misma forma que aún no había perdido gusto por la poesia, le sentaría bien recuperarlos. No es que ese tipo de aficiones le hicieran mucha gracia a Vyktor para alguien a quien iba a considerar un aliado, pero por el momento tendría que aguantarlo. Ya se acabaría adaptando ella al mundo que la rodeaba, siempre que Aedalus o Victoria consiguieran encontrarla... 

Vyktor sale del cuarto de Charlotte y se encuentra con el aburrimiento absoluto. No tenía claro cuanto iban a tardar en volver así que decide invertir el tiempo en algo útil y sigue practicando la creación de sombras y su manejo para atacar.