Partida Rol por web

Al menos no parecían peligrosos. Pero me superan en número. Optaré por esperar para lo de la ropa. Cuando se marchan, me escabullo entre las cajas para salir y me dirijo hacia el local donde desperté, moviéndome entre callejones.

-Oh...escuchaste eso..La verdad es que ahora que iban las cosas tan bien, no quiero casi pensarlo...

Te extiende un periódico

El periódico tiene un gran titular: ¡MONSTRUO ANDA SUELTO!

"Ayer por la noche se detectó a la presencia de una criatura grande humanoide en la ciudad que se dedicó a matar a todo aquel que encontraba a su paso. Fue avistado por primera vez en el mercado, donde acabó con la vida de dos policías que acabaron destrozados bajo un banco de piedra. Después se dirigió al Barrio Nuevo donde repitió su demostración de terror contra tres agentes que fueron destripados por lo que los testigos calificaron de enormes garras de metal. Desde allí se dirigió a las Universidades donde se atrincheró y una operación conjunta del ejército y la policía consiguió arrinconarse pero no evitó que se escapara. Hubo numerosas bajas por parte del ejército, que pudieran haber sido más de no ser por una arriesgada y valiente operación de nuestros Policías que, a las órdenes del Inspector Freimann de Barrio Viejo, lanzaron un zeppelin contra la Bestia. Desde este periódico agradecemos a nuestra fuerza(...) y recordamos a los caídos (...) En los próximos días habrá una reunión de emergencia de expuestos y sabios con la que se pretende solucionar la situación. No salgan de sus casas."

Entro en el local y encuentro un montón de trapos arrugados. Se mueven. Parece que dentro hay una persona. Un pobre diablo con la mala suerte de estar aquí, justo en este momento.

No sé qué relación tenía este fumadero con mi persona, pero pocas razones pueden haber más que ser una Yonki yo misma. Mi aspecto tras ser recogida por Aedalus no parecía indicar lo contrario. Si este hombre fue cliente del local, quizá sepa algo de mi.

Podía simplemente preguntarle... pero entonces no comería. Quiero... necesito comer.

Saco el abrecartas que cogí de la biblioteca de Aedalus. Estoy horrorizada por lo que voy a hacer, pero tanto a mis ojos como a los del resto del mundo, yo ya era un monstruo. ¿Qué iba a empeorar esto?

Me acerco con cuidado, aunque por los ronquidos no parece que vaya a hacer falta. Una vez a su lado, le agarro rápidamente la cabeza y clavo el abrecartas allá donde termina el cuello y empieza la cabeza. Con la otra mano, le tapo la boca.

- Shh. Tranquilo. Todo terminará pronto.

Una vez su corazón deja de latir, dejo reposar el cadáver. Entonces le retiro los trapos y la ropa para usarlos posteriormente sin que se manchen.

Una vez he apartado su ropa, me dispongo a comerme su cerebro.

En el fondo de mi corazón me duele muchísimo no dudar ya para hacer esto, pese a que solo sea la tercera vez.

Una vez termino el tardío desayuno, cubro el cadáver descerebrado con mis propias ropas, y me pongo las que él llevaba.

Lucio tenía un escueto pisito en Barrio Viejo. Robaba lo que podía y se emborrachaba con todo lo que podía.

Había sido Capitán de Barco. Pero conoció a S. y todo se acabó. No recuerda muy bien los tres años que pasó desaparecido en lo que él cree que era una isla del mediterráneo, pero le quedaban tatuajes en los tobillos y cicatrices en las manos.

En su tiempo había sido un hombre instruido, consciente, responsable.... pero cuando despertó en el hospital de Agartha entre fiebres después de haber desaparecido por un trienio ya no era el mismo.

Su hermano y su madre habían muerto. El uno de tifus, la otra de pena. Le quedó una herencia de un tío que tenía en Isla Madeira, con lo que gastó en tratar de comprarse un barco y volver a buscar la Isla...pero lo perdió casi todo en el juego.

Ahora se ganaba la vida contando historias en los bares y robando.

Así conoció a un joven, muy joven, casi un niño, que se hacía llamar Julius. Muy niño para ser un colgado, se decía.

Dibujaba y escrbía poemas, sobrio o ebrio. Y eran esos dibujos que le hacían recordar. Por eso se acordaba de él. Si tenía un pico, él lo compartía con Julius. Si tenía algo de dinero también, a cambio de que le dejara mirar cómo dibujaba. Alguna vez dijo que venía de muy lejos, alguna vez también dijo que iba a la universidad... Todo era nuboso, pero Lucius sabía que ese muchacho era lo único que le unía ya a sí mismo. A quien era antes de conocer a S y tener todas esas visiones tan extrañas.

Me dirijo a casa de Von Die para investigarla.

- Lo siento, viejo amigo. Pero quizá sea mejor así.

Son las palabras que digo antes de salir.

Me gustaría ir a la universidad e investigar sobre en qué estaba matriculada, pero allí destacaría demasiado. Así que por el momento iba a tomármelo con calma.

Dejo el cadáver oculto bajo mis ropas y voy a algún bar con poca clientela de la zona. No debería ser difícil dada la hora del día. Una vez allí, pido dos cervezas, aunque solo bebo una de ellas, con calma.

La encuentras cerrada.

El servicio dice que nadie se pasó por allí.

De vuelta al despacho doy orden de ir a preguntar a los guardias de las entradas si salió un hombre parecido a Von die, tras eso me arreglo un poco para la reunión urgente esta.

Una vez en la cárcel...

Miro a la falta de personal y el desorden.

-Alguien puede decirme qué ha pasado aquí?

Todo el mundo calla.

-Grave tiene que ser para callar ante un inspector de Agartha, un individuo muy importante para una investigación en la que ha muerto un agente ha desaparecido y cuando mando a buscar información vienen con las manos vacías. Y ahora vengo en persona y no queréis colaborar, muy bien.

Termino de tirar unos papeles que hay encima de la mesa.

-Ayer me jugué el cuello luchando contra un monstruo y en unas horas tengo una reunión con los mandos de la ciudad, a ver que opinan de la poca colaboración de la cárcel ante un caso que afecta a toda la ciuda.

Uno se adelanta

-Señor...no sabemos nada. El alcaide nos mandó llamar para recoger los cadáveres desfigurados de unos compañeros, nos hizo prometer que no diríamos nada y nos pagó bien. Con monedas de oro de italia o así. Cuento esto porque con la cantidad de oro que llevaba él encima, no creo que vuelva. Le ví cómo llevaba sacos enteros.

[Cosas que algo después de la reunión con Freimann]

> Voy a mi empresa y organizo que monten la artillería en la montaña de la ciudad. 5 artillerías con sus operarios y doy fondos para contratar una guardia. 

> Me voy a encontrar con la señorita Aster para organizar una cena con la gente más importante de Agartha para "Proteger Agartha". Voy a presentar un nuevo descubrimiento que cambiará el mundo.  Le pregunto también si sabe algo sobre la reunión de sabios que dice el periódico. 

> Finalmente cuando esté todo preparado.  Quizás vuelvo a casa, me disfrazo y pago a algunos contactos para que traigan a mercenarios rusos al puerto de Agartha. El objetivo es que lo puedan bloquear mientras hay un golpe de estado. Les digo que soy de una nación extranjera, pago bien y les digo que la clave para saber quienes están de mi lado es "El sueño de la razón produce monstruos". 

Leo la noticia y me quedo pensativa.

- ¿Sólo murieron policías? No comenta nada más en la noticia...

-Seguro que algún civil también... alguien sin importancia. La prensa - parece como si escupiera esa última palabra

Oís que llaman a la puerta principal y entra alguien a la sala de té. Se oyen voces. Una voz masculina y dos femeninas, seguramente vuestra madre y la condesa Aster

Entras al salón de té de los Marseille donde la condesa Aster y la sra. Marseille toman té.

-¡¡Aedalus querido!! Recibí tu nota. Exquisita. Como siempre.

No me hace ilusión la idea, pero lo normal sería ir a saludar, es lo que se espera que hagamos, especialmente Otto. En el fondo creo que mi madre hasta se alegraría si yo no fuera...

- ¿vamos a saludar?

- Buenas tardes. Mi querida Aster, siempre consigue hacerme sentir invitado. Aunque sea en la casa de los distinguidos Marseille. - Me inclino en una reverencia hacía la Sr Aster y la Sr Marseillte. Después de intercambiar el saludo protocolario les pido si me permiten participar en su reunión. Mi intención es ser breve con mis planes de organizar una reunión de lo más alto de la sociedad de Agartha pero busco el momento en el cual estén más receptivas.