Partida Rol por web

Akira abre los ojos y se encuentra con ese escenario; ella misma y el hedor corrupto de una masa de carne maloliente que está observándola acechante. La sola presencia de ese ser que manifiesta lo que está en su interior la pone enferma, frunciendo el gesto con claras intenciones en su mente.

No puede mostrar duda. No puede mostrar miedo. No puede mostrar ningún tipo de desesperación en ninguna de sus vertientes; de ello se alimenta la mancha y no piensa darle ese placer al jigoku. ¿Hacerse con el alma de Utaku Akira? Ni soñarlo, ¡bajo ningún concepto!

De dos pasos laterales se planta frente a su yo meditante encarando a la extraña criatura que las observa y se fortalece de sus debilidades. Primero mantiene la cabeza agachada con los ojos cerrados, como su otro yo... pero no tarda en abrirlos con las llamas de su corazón encendidas en sus pupilas. Determinada y cargada de fuerza, levanta la voz dirigiéndose hacia la oscuridad que la oprime.-Supongo que sabes por qué estoy aquí, ¿verdad?

-Largo. Estoy aquí para expulsarte de mi y que no vuelvas NUNCA MÁS.

El lugar pilla por sorpresa a Niou. Obviamente no esperaba verdes praderas ni un hermoso río de aguas cristalinas coronado por cerezos en flor, pero el ambiente opresivo, oscuro y grotesco le coge fuera de juego más allá de lo que le gustaría admitir. Por un instante se distrae y su voluntad... flaquea.

Apretando los dientes la furia de Niou escapa en un siseo colérico. La Mancha, que se aferra a su rostro como la garra de un animal horrendo, parece brillar por un instante al compás de sus ojos, y con un movimiento rápido y preciso el Cangrejo ha abandonado la postura de seiza adelantando una rodilla y desenvainando su espada para lazar un rabioso corte hacia Akira.

Tras pasar el momento Niou boquea asqueado, como quien acaba de probar un bocado de comida repulsiva. Le duele especialmente haber atacado a Akira, pero se fuerza a si mismo a no dejarse pensar en ello. La culpa es otra herramienta que la Mancha puede torcer n su contra. Debe mantenerse estable, no dejarse llevar más profundo en la vorágine del Caos. Cuando todo acabe pedirá disculpas a su amiga por lo ocurrido, pero ahora está seguro de que a ella le enfadaría más verle perder la concentración y el tiempo en disculpas que el daño ya causado.

La Fénix parpadea un poco confusa por la situación. Para cuando se da cuenta, ya está tras la figura de la propia joven frente a la criatura del Jigoku. - Así que eres tú... La oscuridad que está en mi interior... Mi Mancha... Lo dice con un tono sereno, mientras avanza con seguridad hacia su figura.

Cuando llega a la altura, pone su mano en el hombro de la chica. - Está bien, levántate Yukinawa Isawa. Eso no es más que una parte de nosotras, debemos aceptarla y usar el poder que nos otorga. Ya lo sabes, nos han arrebatado muchas de las cosas que queríamos, y lo seguirán haciendo si no le echas valentía. Así que levántate, samurai Fénix. Las palabras salen con determinación de la Fénix.

La figura es ella, su parte más débil y a la que debe apoyar y dar fuerzas para soportar las dificultades que aparecerán en su viaje y misión. En cuanto a tí, desaparece y dame tu poder. Aquel que me permita vengar el Honor de los caídos por vuestra influencia. 

La mirada de la Shugenja brilla manteniendo el contacto visual con el ojo viperino. - No caeré en la desesperación, ahora tengo compañeros que lucharan conmigo y yo quiero protegerles y usar todo mi poder para ello. Ayuda a levantar a la figura a levantarse y que se una a ella contra la aberración del Jigoku.

- Si no puedes hacer nada sola, apóyate en mí... Y juntas, la someteremos. Está determinada y aunque la tensión se palpa en el ambiente, no va a someterse contra aquella figura oscura. 

Yusei se mantenía sereno. Muy sereno. Él ya había estado en una situación parecida y había salido victorioso, y ahora no podría ser menos. La oscuridad poco a poco lo iba rodeando. Sencillamente, cerró los ojos y esperó algún tipo de señal. Estaba claramente preparado.

Preparado para luchar con todas sus fuerzas. 

El joven Mantis se levantaba también con cierta dificultad pero, no por ello iba a temblar a la hora de realizar su movimiento. Sin más demora, se giró hacia su compañero y amigo Niou, el cual hasta hace muy pocos momentos le había relatado su oscuro secreto. Agarró su waki y trató de golpearle sin pensárselo dos veces, con una mirada de ojos azules completamente perdida.

Yusei abrió los ojos a la par que el chasquido de los dedos de Halona. Se giró hacia atrás y se observó a si mismo sentado aún... Sin embargo, algo más llamó la atención del joven. Se sorprende de ver aquella masa amorfa, pero se encontraba muy confuso y, además, por alguna razón, le dolía un poco la cabeza.

No sabe muy bien qué hacer ni qué decir. Trata de calmarse y pensar, porque sabe que dejarse llevar totalmente lo podría llevar al más terrible de los fracasos: la muerte. Se mantiene en una distancia prudencial mientras observa detenidamente aquella cosa. Necesitaba poder analizar y buscar pistas para lograr su objetivo pero, ¿cómo demonios podría vencer a aquella cosa...?

Finalmente su mirada se centró en aquel ojo viperino.

-Seas lo que seas... No te tengo miedo- dijo con firmeza, y casi de manera automática, colocaba su mano encima de su waki, por protección.

La verdad, todo esto había sido cuanto menos extraño desde la llegada de este grupo, a pesar del resumen que me hizo Akira-san he tenido ciertos problemas para entender todo, pero con paciencia en mis tiempos de tranquilidad, he logrado entenderlo todo, por más absurdo que haya sido lo que me dijo. Entonces, pasando el tiempo, llegamos al punto en donde ciertas personas usarán aquella mancha, entre ellas Akira-san por lo cual estaba ansioso de ver aquello, mientras observo de que nadie se acerque con vida a Halona-sama. -¿Esto no es peligroso para ellos, Halona-sama? -Dije preocupado al ver la situación.

Observaba fijamente al grupo, aunque claro, una de las participantes me llamó la atención, como si ya la conociera pero bueno... Todo había empezado, aquel "ritual" o lo que fuese me estaba llamando quizás demasiado la atención, cosa que se reflejaba en mi rostro notablemente, siendo algo muy extraño en mi personalidad... Y de la nada, observó como dos empiezan a atacar a sus compañeros de manera poco amigable, ¿Esto es parte de la mancha esa? Que poder más temible, o en cualquier caso, que maldicion... Pero, en mi rostro había una sonrisa, emoción e interés en esto, ¿Qué sucederá ahora? Parecen un grupo especial, es lógico que salgan de esto, además que tienen una buena habilidad... Jé.

No todo estaba yendo tan bien como había esperado Nobu en un primer momento. Pese a todo, era normal, él mismo sabía que aquello no sería un juego de niños. Cuando se percató de lo que estaba por ocurrir se abalanzó frente a sus compañeros colocándose frente a Akira, no sabía si le daría tiempo de sacar su arma y parar el golpe, pero sin duda sería mejor que lo recibiera él a que lo recibiera su compañera.

En el momento que trató levantar su arma aún envainada, su mirada coincidió con la de Niou y pudo observar el horrible aspecto de su rostro manchado por la oscuridad. Esa visión consiguió perturbar durante unos instantes la mente del joven Grulla. En ese momento más que nunca tenía que tener fe y confianza en la voluntad y fortaleza de todos sus amigos.-No os preocupéis, concentraos en la prueba, nosotros velaremos por su seguridad.- ¿Hasta qué punto era cierta esa afirmación? Si bien era verdad que Nobu intentaría que todos salieron lo menos heridos posibles ¿Podrían realmente lograr ese objetivo? No estaba seguro, pero sin lugar a dudas al menos daría todo lo posible para que así fuera.

El mundo oscuro cautiva la atención de Niou por lo retorcido que es. La masa de carne flotante, ciclópea y supurante, le provoca más asco que miedo, y el ambiente en general es como respirar los vapores de un pantano. Se aprecia el aire enrarecido, viciado, cargado de miasmas invisibles que se filtran en el cuerpo de quien las transita. No tiene sentido tratar de combatirlas, no en una batalla frontal al menos, por lo que el Cangrejo trata de relajarse.

Su yo oscuro, por otro lado, le suscita emociones bastante distintas. Cuando se percata de su presencia Niou incluso se emociona un poco. ¿Es una ilusión, un truco de la Mancha, o quizás un reflejo real de si mismo? ¿De su yo interior? Las palabras de Jake Morgan acerca del origen del Caos le hacen pensar esto último, pero de momento, se mantiene cauto.

Poniéndose en pie el shugenja camina hasta colocarse en frente de su par oscuro, y se sienta adoptando su misma posición. Por un instante escruta sus facciones, maravillado de poder verse como la gente debe verle habitualmente. Sí, ha podido verse en espejos últimamente, pero eso no es lo mismo. El cristal es frío, y por muy perfecta que pueda ser la imagen que devuelve, la esencia de una persona es algo que se pierde en un reflejo. Has de mirarla a la cara directamente. Tras verse a sí mismo Niou sonríe y levanta una mano frente a si mismo. Hay una cosa que le apetece hacer por encima de todo...

Bajando la mano coloca una ficha de Go sobre el tablero. Lo haya o no, no es algo que importe. El puede verlo, su cuerpo y su mente están tan familiarizados con las trescientas sesenta y una intersecciones sobre la madera de kaya y al tacto de las piedras de pizarra y concha marina que no necesitaría realmente tener el tablero ante sí para jugar una partida. Y si est sujeto es realmente él, tampoco lo necesitará.

La monje Togashi observa como el ritual. Pareciendo este peligroso no pierde la atención en él. En principio el ritual va marchando bien, principalmente por la predisposición a la sinceridad respecto a sus compañeros y con Halona, no obstante no todo iba a durar para siempre. De un momento a otro, Halona, parece lanzar un hechizo algo extraño que la hace perder la visión, si ya Hikari no veía mucho, ahora mismo veía todavía menos. La monje cuando vio, parcialmente, la actitud de sus compañeros, ademas del ligero corte que le propino Yukinaku ya que no pudo verla bien y apenas pudo esquivarla, no pudo evitar levantarse rápidamente y prepararse para el combate. 

La mujer rápidamente se quita la parte superior de su túnica y ata las mangas a la cintura para que no le molesten. No va directamente desnuda, pero su parte superior solo lleva las vendas reglamentarias para tapar el pecho, no obstante encima de estos, se puede observar un gran tatuaje que coge la parte derecha de su cuerpo y se extiende en dirección a su brazo.

- Que mis ancestros me acompañen en esta prueba -dice mientras se ata la parte superior a la cintura- Y que aquellos en los que confían no luchen en vano y mientras que un "Bosque de bambú" se alce ante nosotros.

Después de decir aquella frase parece tomar una posición defensiva y acto seguido se concentra y desplaza el pie en un pequeño barrido.

- Aunque mi visión me haya abandonado, "La Tierra no necesita ojos" -dice terminando de hacer su kiho.

Este kiho no le devolvería la vista, pero por lo menos, durante un periodo de tiempo, le permitiría saber con exactitud si se acerca alguien con extrañas intenciones. Sabia que no podía dañar a sus adversarios de formas muy brutas, pero eso no quitaba que no les inmovilizara.

Akira se encara al monstruo y al ojo oscuro que le observa desde la oscuridad. Oye algunos susurros de los que la han estado molestando durante las últimas semanas... Pero de forma más intensa y fuerte que antes. Sin embargo, la Akira que tiene al lado se levanta, mirando hacia ella y sonriendo de perfil.

-¿Quieres echarle a él? ¿Y qué me dices a mí? ¿Qué significa expulsar para tí? Una persona que incluso mataría a su hermana si fuera necesario. Si se lo ordenase alguien por encima de ella. Tsk. No somos tan fuertes como piensas Akira, y quizás él sea capaz de darnos a nosotros eso.- Dice señalando con el pulgar a la criatura que cada vez se hace más visible.

El otro Niou parece esbozar una sonrisa pícara cuando ve lo que le propone su semejante. Sin palabra ninguna, se coloca bien delante de él, aceptando su reto sólo con sus acciones. Detrás de él está la criatura que observa expectante con su gran ojo, quizás algo distractor para el Niou normal, que lo ve a lo lejos encima de su contraparte.

La partida empieza de forma pausada pero intensa, o al menos su rival intenta hacerlo de esa forma. ¿Quién ganará la batalla de mentes? De momento, y pese a sus intentos... Niou se impone a Dark Niou.

Entre Yusei y el ser oscuro del fondo está su contraparte "Oscura". Al escuchar las palabras de su otro yo, Dark Yusei se levanta mirandole con el ceño fruncido. Levanta su Waki contra él, de forma amenazante, pero sin acercarse a él de momento.- ¿Qué quieres? ¿Y qué mas da que no tengas miedo? ¿Qué significa el miedo para ti? Le has contado nuestra mayor verguenza a una desconcida. ¿Te crees que ahora nos mirarán de la misma manera?- Sin duda, el otro Yusei parece enfadado consigo mismo.

-Y por si fuera poco, seguro que vienes a decir que tu podrás hacerlo todo tu solo. Cuando eres el más débil del grupo y lo sabes. ¿Un arquero? ¿Quién necesita un tipo de combate tan poco honorable? Por favor... deberías dejar que yo o él mandásemos. Yusei sería mucho más poderoso de esa forma.- Yusei abre un poco las manos, mientras el ser cada vez se hace más visible también.

La Yukinaku interior levanta la cabeza al notar la palmada en el hombro que le da su contraparte "normal". Se levanta junto a ella y esboza una sonrisa algo desagradable, negando levemente con la manera. -Heehehe. ¿Parte de nosotras? Por favor... esa cosa no es ni será nunca parte de nosotras. Pero sí que puede darnos poder. Mucho poder. Sólo tienes que seguir escuchándole. Hehehehe.- Dice entre risitas desagradable la otra Yukinaku.

La criatura poco a poco se vuelve más visible, acercándose a ambas desde el "cielo" de esa oscuridad. La verdad es que es bastante más grande de lo que podría esperar Yukinaku en primera instancia.- ShSHhh..-Khh.-Hjj.Hjjjggk.- La criatura emite unos sonidos muy raros, que podrías entender como una risa muy creepy y desagradable. Entre el ojo enorme hay diversidad de trozos de carne supurando el humo negro y un sonido permanente de jirones de piel retorciéndose constantemente.

-Puedo... darte poder.- Es lo que escucha Yukinaku como un susurro en su oreja, como si una presencia le hablase desde su espalda, estando totalmente rodeada.

Halona mira al grupo y posteriormente tanto a su guarda Akihiro como a Nobu y Togashi. Les hace un gesto con la cabeza cuando el resto menos Akira empiezan a levantarse y golpearse entre ellos y a otros que estuvieran mirando.- Akihiro, Nobu, Hikari, intentad frenarlos y paradlos. Yo no puedo hacer mucho, si hago alguna magia acabaré haciéndoles más daño del que debería.- Dice la maestra sensei ante todos. La verdad es que que diga eso no se sabe si es tranquilizador o preocupante.

Mientras, empiezan los ataques. Cada uno llevaba mínimo su Wakizashi, en una mezcla de la paranoia inducida por la mancha, y un poco de autoconfianza en que no fuera a ocurrir nada malo. No obstante, los cortes empiezan a volar como globos en una fiesta de cumpleaños. Togashi es atacada de repente por Yukinaku, haciéndole un corte en el costado. Niou es atacado a cara perro por Yusei que está a su lado, sin tiempo tampoco de esquivarlo. Y es normal que no tuviera tiempo, ¡Estaba ocupado clavándole su wakizashi a Akira! Nobu intenta cubrir a esta última, pero sin mucho resultado, pues el ataque de Niou fue rápido y certero.

Arcadia y Jake por su parte también intentan hacer algo. Jake intenta cubrir a Niou y protegerle de Yusei, mientras que Arcadia se coloca al lado de Yusei intentando que nadie le ataque a él tampoco. Están protegiendo a los objetivos, a costa de ser ellos los siguientes blancos fáciles.

La Togashi no hace ninguna expresión cuando siente el acero hendirse en su carne, sabe que no puede hacer otra cosa y debe actuar con rapidez. El acercamiento de Yukinaku hace que la monje pueda tenerla a mano y tirarla, grave error para ella, ya que la tiene localizada por su Kiho.

Cuando Halona habla ella ya sabe lo que debe hacer. Mínimo daño, máxima restricción.

- ¡Ki-rin! ¡Dame la sabiduría para ayudar a mis compañeros! -grito mientras se lanzaba contra la shugenja Isawa.

Hikari coge rápidamente la mano de Yukinaku y logra encestar la presa, claramente medida a la perfección, casi como si estuviera haciendo una kata, no obstante, la monje, prefiere mantenerla inmovilizada de forma directa.

- Perdóname si te hiero, Isawa-san -dice mientras hace fuerza sin importarle los resultados para inmovilizarla.

El ataque de Yusei pilla de imprevisto a Niou, que perdido en su furia no prestaba atención a su alrededor. Por un instante aprieta los dientes y el puño en torno al mango de su espada, pero tras unos instantes cierra los ojos...

Y exhalando aire lentamente de sus pulmones vuelve a sentarse en seiza, relajando su respiración. La Mancha en su rostro se agita en protesta, muerde su carne y trata de hacerle rabiar, pero el Cangrejo no desea dejarse llevar de nuevo.

"Una piedra arrancará ondas al caer en un estanque pero si no arrojas otra... las aguas volverán a calmarse", le dijo una vez su maestro. "Cuando crezcas aprenderás que es más placentero ver caer un pétalo sobre su superficie que una roca, Niou" añadió. En su momento el joven shugenja no entendió sus palabras, pero ahora... ahora tiene claro que no quiere arrojar ninguna piedra más en su estanque.

La reacción de su homónimo le satisface. Sea él mismo, su contraparte o su complementario, en cualquiera de los casos una versión de si mismo siempre amaría el Go. La partida se desarrolla con viveza, y pronto Niou trata de arrastrarla a una guerrilla de escaramuzas por todo el tablero.

El juego le absorbe, y aunque el ominoso ojo abyecto distrae levemente su atención de cuando en cuando, el Cangrejo trata de abstraerse lo más posible en la partida. No todos los días se puede tener una así. Sus maniobras son esquivas y sibilinas, cuando parece estar moviendo a la defensiva prepara un ataque, cuando el rival espera un golpe súbito Niou construye su defensa.

Hay un hecho que le hace especial gracia. Él ha empezado moviendo, lo cual significa que lleva las negras, y su versión "oscura" juega con las blancas. Es un contraste algo cómico y de alguna forma, burlón por parte del shugenja, que aunque terminase perdiendo la partida siente que ya le ha ganado parte a su álter ego al hacerle empuñar un arma de un color tan puro. A fin de cuentas... él ya había decidido empuñar la oscuridad mucho antes de empezar esta partida. No está mal que su oscuridad se vea obligada a empuñar la luz ahora.

La Shugenja parecía en su línea. Seguía poseída por la pesadilla de la Mancha y no controlaba su sed de sangre. Recibió la llave de la Togashi que la inmovilizó escasos segundos dado que una vez inmovilizada se retorció y agitó con la fuerza suficiente como para soltarse del agarre. Una vez liberada, rodó separándose de nuevo en dirección al centro de la sala y ahí esperó su oportunidad para volver a acometer toda la furia del Jigoku sobre sus camaradas... Al menos, momentáneamente.

Se giró mirando a todos los que la rodeaban como si no los conociera, impuso una mirada que mostraba el odio más profundo que una persona podría sentir. Su mirada parecía perdida y las garras de la oscuridad estaban sujetando los hilos que la manejaban a su imagen y semejanza... Una Yukinaku cuanto menos tétrica y oscura... Una sonrisa escalofriante.

¿Qué es lo que ha provocado al ritual para volverla de este modo...? 

Yusei apretó fuertemente los puños durante un momento. Es complicado enfrentarse a su parte más oscura y a aquella monstruosa cosa. Se armó de valor y se decidió a hablar.

-No voy a permitir que se haga más daño a costa mía. El miedo paraliza y no te deja avanzar y Yusei, ha decidido avanzar. Y hacia un camino lleno de luz y bondad. Un camino en donde no estarás tú- empezó a hablar con su parte oscura en tercera persona.

-¿Y sabes por qué? Porque Yusei no busca el poder por el poder como haces tú. Él utilizaría toda esa energía en un pos mucho mejor que el simple hecho de poseer y abarcar. Y no se dejará achantar tan fácilmente. Mayor vergüenza es vivir como se ha vivido hasta ahora, tratando de ocultar lo peor cuando precisamente así lo único que se conseguirá será alimentar ese miedo del que te hablo. Miedo al ridículo, a lo que pensarán de mi, a si estaré decepcionando a alguien más- colocó su mano sobre el wakizashi de la misma forma que su forma oscura. Si es verdad que iba a pelear, él tampoco se quedaría sin hacer nada. 

-Poco honorable es vivir sin dignidad. Y yo aún la conservo. Con o sin arco, mi poder no reside simplemente en mis conocimientos en la batalla. Si quieres luchar, no me contendré- advertía mirándole fijamente.

Yusei parecía complacido de ver cómo había herido a su contrincante. Pero no parecía ser suficiente, y quería ver más sangre. Más dolor. Sin embargo, delante de éste se había colocado una nueva figura, o lo que es igual... un nuevo objetivo. Casi de manera automática quiso atacar a Jake con su wakizashi. No obstante, el joven Mantis parecía bastante torpe en sus movimientos a pesar de que no parecía controlar del todo la oscuridad que lo abrazaba cada vez más. ¿Podrá conseguirlo sin ser atrapado en las más oscuras profundidades de su interior?