Partida Rol por web

Recuerdas historias sobre los demonios, recuerdas que hay un tipo de demonios,que basan su fuerza en la posesión de otras personas, que liberan parte de su energía extendiendo su poder en forma de colmena. Hay muchos tipos de demonios que pueden hacer esto, entre ellos se encuentran los Zug.

Percibes maldad en el ambiente, con una fuerza cada vez superior, sientes un aura maligna procedente de ese viejo trono, algo antiguo y oscuro.

Te da por pensar que quizás la actuación de Fher no ha sido tan incondicional como pareciera en un principio.

Pude sentir la maldad proviniente del trono y sumado a mis conocimientos de los Zug, aquello casi me paraliza del terror. Apenas habiamos logrado tenerlo a rayas en la habitacion entre los tres y ahora siquiera estabamos armados.
Que clase de santuario seria aquel y porque Fher nos habia conducido alli, estaba el llevandonos a la boca del lobo o simplemente desconocia lo que sucedia. Esto ultimo me parecia improbable.

Le dirijo nuevamente la mirada a Oswin indicandole la puerta, yo me quedaria alli para darle algo de tiempo, pero queria que el escapara.

-Espera- le susurré a Adarian -Estoy casi seguro de que Fher nos ha traído aquí a propósito pero no para que no nos encuentren, quizás también esté bajo el influjo del Zug...-  Quizás no fuera así, pero habría que tener cuidado. Teniendo en cuenta que tenemos la puerta cerrada por dentro y que nadie nos iba a molestar decidí que lo mejor era acercarme con mi compañero hacia el trono.

Comencé a caminar despacio hacia Adarian mientras le hacía un gesto negativo; no pensaba abandonarlo a su suerte y viendo como se había desenvuelto en las celdas prefería estar cerca por si había que pelear.

El trono poco a poco se da la vuelta y ante vosotros aparece un viejo al que reconoceis al instante. Se trata del anciano poseído contra el que luchasteis en la habitación.
-Volvemos a encontrarnos, pero esta vez no vais a escapar de mi, seremos legión y dominaremos este mundo-dice con un voz susurrante y fria.

-No puede ser... otra vez, no- pensé en cuanto se giró el trono y vi al maldito anciano -Adarian, ¿cómo llevas el tema de exorcizar?- le pregunté mientras me ponía en tensión preparándome para lo que a priori parecía un inminente combate -creo que sería un buen momento para demostrar el poder divino de tu dios...- le dije sin apartar la vista del anciano.

Sabíamos que el poseído era fuerte y rápido a la par que resistente, aún así había que intentar ganar algo de tiempo. Di un paso al frente y lo miré fijamente -¿Legión?- pregunté con cierto tono de incredulidad rozando la burla -Por lo que hemos visto de momento no sois mas que un grupito de pirados poseidos en un pueblucho de mala muerte... ¿Quién es vuestro... amo, vuestro señor? Intenta asustarnos de verdad porque a la muerte ya has visto que no le tememos- Le dije alzando la voz intentando parecer convincente.

La aparición del anciano poseido no me sorprendió en absoluto. Lamentaba que Oswin no hubiera aprovechado la oportunidad para abrir la puerta hacia el escape, ahora tendriamos que ganarnos esa posibiñidad o arriesgarnos a darle la espalda.
Mientras mi compañero intenta ganar tiempo hablando me pongo en posición para flanquear y al mismo tiempo evitar que pueda atacarnos al mismo tiempo con sus garras.

El demonio se levanta del trono, -quien es mi lider? Me preguntas, yo soy el señor del mal, azote de los clérigos, el segundo de azarov.La ruina y la tempestad vendrán conmigo, ejecutare gracias a mi ejercito, del cual formareis parte, en cuanto me ocupe de vosotros. Yo soy el Zug, asi pues temblad.Se quita la capucha y podéis ver como su piel cada vez está más podrida. Con un gesto de su mano el altar de piedra se desprende de su sitio y se coloca taponando la puerta de entrada, la cual se abria hacia adentro por lo que tropieza ahora con el altar de piedra. En un abrir y cerrar de ojos se mueve aunque tan rápido que no veis donde está

la justicia caera sobre ti demonio, no importa cuan grande sea tu ejercito siempre estaremos para ponerte a raya. Jamas triunfarás
Le.digo intentando atraer su atencio sobre mi, no podri de kinguna manera mover el trono por mi cuenta y liberar la salida. Ademas sentia su corrupción en mi, no sabia por cuanto tiempo pudiera luchar contra su control. Oswin tenia que hui y alertar al resto.
Volvi a mirar al guerrero y la puerta, en mirostro no habianlugar a replica. No tendriamos muchas oportunidades de escapar de allí tal como habiamos entrado.

Busqué al Zug sin ninguna suerte, no había ni rastro de él. Ahora estábamos atrapados y si la única opción era luchar parecía que las teníamos todas en nuestra contra. No parecía que el paladín pudiera hacer mucho mas que yo... y el altar que bloqueaba la puerta parecía demasiado pesado para que lo pudiera mover una sola persona.

-Mantente alerta- fue lo único que pensé que podíamos hacer, de momento.

El zug, se coloca detrás de Adarian, el cual no se ha dado cuenta de ello hasta que lo tenia detrás, al tiempo que le surraba en su oido, conn una voz fria y maloliente -tú ya eres mio, elimina a tu compañero y saldremos de aqui para unirnos a rus compañeros.

Escuxho l vooz de la tentacion de aquel demonio, y sentro mio siento que algo noesta bie, que parte de mis convicciones estan corruptas, desean bajar los brazos y simplememtw obedecer.
Tenias que huor mientras podias Oswin, ahora moriremos aqui y nadie lo sabra. El peligro de este pueblo y las capacidades del Zug debian llegar a oidos de nuestros compañeros

No sabía qué hacer. Estaba desarmado y aunque no fuera así me daba la sensación que sería igual de inútil luchando contra el Zug. Escuché las palabras de Adarian, en silencio; pensativo y dubitativo. La idea de abandonarlo a su suerte mientras yo huía me parecía poco honorable, además, todavía tendría que apartar el altar de piedra que obstaculiza la puerta...

Respiré hondo. Ya lo había decido, creo, que antes de pensarlo. Apreté los puños con fuerza y sin mediar palabra me lancé a la carga contra el anciano endemoniado tratando de asestarle un puñetazo en la cara.

Notas como tu voluntad se quiebra, pero tu espíritu es mucho más fuerte y te recompones, consigues no hacerle caso a lo que te dice el Zug, pero a costa de tu salud. Tu cabeza te duele muchísimo y sientes muchísimas ganas de vomitar. Notas como cada vez que te habla se te escapa un poco más de vida.

Oswin le lanza un puñetazo que le impacta el la cara. -Jajajajaja, solo eso puedes hacer?- dice mientras vuelve a mirarte como si no le hubiera afectado en absoluto, tan solo ves como su nariz se ha deformado por el golpe. El demonio lanza un revés con el puño cerrado a Oswin que le impacta en la cara

Observé con preocupación la impasibilidad con la que el Zug encajaba el golpe, con lo que su ataque me pilló desprevenido y casi me derriba.

Pero rápidamente me recompuse airado por su despectivo comentario y me lancé al contraataque lanzándole una buena patada al pecho para intentar derribarlo. 

No sabia por cuanto tiempo más podria resistir la corrupción del Zug, su voz desgastaba mi voluntad y drenaba mis fuerzas. Vi a Oswin descargar el gole que apenas si surtio efecto en el demonio y este le propinó un golpe que tumbo al guerrero.
Pese a mi situación me preparo para defender a Oswin de los ataques del Zug, buscando que este pueda encontrar un punto debil

El Zug ve como haces esfuerzos por intentar resistirte a él -No te resistas, acaba con tu compañero- te dice sonriendo mientras se recoloca la arrugada nariz en su asquerosa cara.- Juntos seremos legión, tus compañeros pronto vendrán, están fuera y pronto vendrán a por ti- Le dice en voz alta a Adarian.