Partida Rol por web

¡NOOOOOOOOOO!¡HIJO DE PUTA QUE HAS HECHO!

Jimmy preso de una ira que jamás había sentido comienza a disparar contra el maldito trastornado de Rick, un tiro tras otro hasta que caiga o la cabeza le reviente como una sandía. La pistola compacta y letal se sacude en sus manos cada vez que la corredera se desplaza hacia atrás escupienco casquillos de 9 milímetros incandescentes al suelo.

¡MUERE CABRÓN, MUEREEEEE!

Rick, detente por dios!!!!

Rubi sin pensárselo dos veces corre tan rápido como puede, la adrenalina hace que ni siquiera se dé cuenta del cansancio ni donde pisa ni nada.

Si en un primer momento estaba segura que iba a por Jimmy parece que es ahora Diamond el blanco. Ignoraba el porqué y no le importaba en absoluto.

Sólo quería entrar y parar a Rick. Y salvar a Steve. Y salvarse ella misma. Al precio que fuera.

Completamente decidida entra en la biblioteca ajena a los cristales rotos y a la sensación, cada vez más creciente, que quizá el precio que tenga pagar por salvarse ella y sus amigos sea Rick.

Avanzo rápido esta vez hacia la biblioteca, viendo que todos corren hacia allí sin ningún tipo de precaución y sabiendo que el otro arma estará apuntando hacia otro lado de forma prácticamente segura.

Me acerco a la puerta para ver qué está pasando, pero sin quedarme totalmente en medio del dintel, como una aparición que quiera atraer la mirada de todo el mundo..

- Esto huele muy pero que muy mal..

Sigue a los demás por pura inercia, sin saber qué hacer para detener a la enorme mole que parece tener un objetivo claro. Por alguna extraña razón la había tomado con Steve, y ni siquiera un balazo había conseguido detenerle. El mediano de los Skilton era un bocazas bastante fanfarrón, pero no merecía un final como el de Marcos.

- Mark, dispárale tú también. Y esta vez apuntad a la cabeza!

BLAM! BLAM! BLAM! BLAM! .... BLAM!

Click, click, click!

El sonido os paraliza la sangre.

Cuando Rubí, Eliz y Mark entran en la biblioteca, lo que ven les confunde.

Al fondo, a la derecha, de espaldas a la chimenea, Steve. Caído en el suelo con la cabeza absolutamente destrozada en un amasijo gris, rojo y blanco mate...

Detrás de él, Rick. De rodillas, con los brazos caídos. Derrotado. Aún sostiene el hacha. Su espalda aparece repleta de agujeros rojos por donde mana sangre, empapando su sudadera... Está de espaldas a vosotros, y no le veis la cara. Pero en ella no hay dolor. No hay sorpresa. Es la expresión proyectada por una mente destruída y enloquecida que ha perdido su nexo con el cuerpo... 

Apenas tres metros detrás de Rick, y solo unos pasos hacia el interior de la biblioteca está Jimmy. Su pistola humea, ya sin balas en el interior. Lágrimas de impotencia corren por su cara. El mediano de los Skilton a visto cómo Rick masacraba a hachazos a su hermano. Abrir fuego por la espalda ha sido un acto reflejo.

De repente, el destello de un objeto metálico llama la atención de todos aquellos que, atónitos, contemplaban la dantesca escena, cuando la luz de las llamas incide sobre él con el ángulo adecuado. Desde un rincón de la biblioteca, las sombras parecen haber tomado vida propia convertidas en una figura que emerge entre ellas, como vomitada por la oscuridad, lanzándose rápidamente sobre el cuerpo del arrodillado Rick antes de que ninguno tuviera tiempo siquiera para saber que estaba pasando.

La puñalada es certera. Algunos hasta son capaces de escuchar el golpe que da la hoja del cuchillo contra una costilla antes de deslizarse sobre su borde abriéndose paso a través del torax. Quien quiera que sea el que ha atacado al enorme deportista por la espalda, pasa su brazo desde atras por el cuello de Rick haciéndose presa en él para poder hacer fuerza y hundir el cuchillo aún más.

Por unos instantes no se mueve. Sólo mantiene fuertemente apretados su brazos. El mango es la única parte que queda a la vista del arma y el atacante puede sentir como la cálida sangre fluye lentamente, cayendo sobre sus manos, para brotar violentamente cuando retira el cuchillo formando un torrente de sangre que comienza a encharcar todo lo que hay alrededor. Sin duda, el corazón de Fabiano ha sido perforado.

La sombra, sin embargo, no cesa y vuelve a apuñalar a Rick una vez más, y otra, y otra más...demasiada ira contenida. En ese momento es cuando, al estar esa figura agachada cerca de la chimenea, pueden verse los mechones rubios como el propio fuego, esos dos pendientes brillantes, uno en cada oreja...

- FUERA!- Efectivamente. Es Diamante. Jadea nerviosamente y sus ojos están completamente rojos. Puede que por todo lo que ha llorado, por toda la furia que siente en ese momento, por toda la sangre que ha salpicado sobre su rostro...que más daba ahora- FUERA DE AQUÍ!!!- grita colocándose junto a su hermano Jimmy, con el cuchillo ensangrentado sujeto de forma amenazante hacia el resto del grupo que lo había visto todo desde la puerta, como un animal acorralado que no encuentra salida para escapar...

Otro gran charco de sangre se asienta definitivamente en el suelo, mientras uno más de los que empezamos en la camioneta queda atrás, y ya no formará parte del grupo que vuelva a casa.. - Si es que queda grupo

Sin alcanzar a comprender todo lo que ha sucedido, mantengo agarrada la escopeta, esta vez con las dos manos, en actitud defensiva, mientras mi expresión corporal deja claro que aquí hace falta una explicación.. Una gran explicación.

Instintivamente miro hacia Rubí, sin duda la que más debería haber sentido lo que ha pasado, y de cuya reacción ahora depende el rumbo de acontecimientos que seguirían en esta noche ya tan larga que parece no tener fin.

Diamante ha aparecido desde una esquina en la oscuridad, y no quiero que eso pueda volver a pasar. Creo que estamos todos, pero ya no me fío de nada. Mirando a mi alrededor busco cualquier señal o sonido de alguna presencia más..

¿Por qué estaba aquí sólo Diamante? pienso dándome cuenta que mientras el resto había salido al exterior, él había permanecido sólo dentro de la biblioteca.. Y después de esta noche, no creo que a ninguno nos gustara quedarnos solos en la oscuridad,, por lo menos durante una larga temporada.

Demasiado tarde, he llegado demasiado tarde...

Rubi no dejaba de repertirse esto mientras observava horrorizada la escena dantesca que se abría ante sus ojos: Rick muerto, Steve muerto, ¿o no? ¿Steve era una sombra que mataba a Rick?

Estaba contemplando la muerte de una persona a la que había querido, a manos de otra por la que se sentía unida, de algún modo... Y no pudo conectar con sus propios sentimientos. Lo habitual hubiera sido gritar, chillar, abalanzarse sobre Steve para salvar a Rick o sobre Rick para salvar a Steve, hacer algo.

Pero sus labios temblaban, al igual que las piernas, las manos...

"Fuera!" decía la sombra de Steve. Al cabo de un instante, que a ella le parecio una eternidad, apretó los puños y desechó las lágrimas que asomaban a sus ojos. Por fin su cuerpo respondió.

Dando un paso atrás se dirigió a Mark y Eli: Marchaos!! Y esperó que Jimmy también fuera con ellos.

Jimmy estaba en estado de shock, acababa de vaciar el cargador de una pistola contra un ser humano pensando que su hermano estaba muerto. Pero... no lo estaba, él había salido de la nada y estaba a su lado con un cuchillo de la ostia en la mano y había terminado con Rick.

Rick está muerto, Steve está vivo.

Rick está muerto, Steve está vivo.

Rick está muerto, Steve está vivo.

Rick está muerto, Steve está vivo.

Rick está muerto, Steve está vivo.

Rick está muerto, Steve está vivo.

De pronto Jimmy abraza a su hermano con los ojos enrojecidos a punto de llorar y la pistola se le cae de la mano, ahora inútil haciendo un ruido sordo contra el suelo.

Estas vivo, Dios, pensé que ese cabrón te habiá abierto la cabeza. Pero....

El joven se separa unos centímetros para mirar a su hermano.

¿Dónde esta Greg?

- ¿Que nos vayamos? ¿qué significa eso? ¿adónde se supone que debemos ir? permanezco quieto, sin moverme pese a la orden de Rubi. Pese a la orden de Steve.

Falta Greg, Rick muerto. Steve su asesino. ¿De quién era el cuerpo que Rick había destrozado con su hacha?

Intento entender lo que allí ha sucedido, pero todavía hay demasiadas cosas que no entiendo. Demasiadas cosas oscuras que hacen que no pueda hacer ningún resumen,, ni mucho menos tener todos los cabos atados.

Diamante recibe inerte el abrazo de su hermano sin responder ante esa muestra de cariño y afecto, mirando fijamente a Rubí. Siempre que el rubio Skilton la miraba desaparecía el desafio de la mirada que mantenía ante Spinner o Elizabeth por ejemplo, era distinta. Incluso parecía sorprendido de que ésta hubiera pedido hablar con él, a solas. Steve, que había bajado el cuchiilo, parecía estar dispuesto a hablar con ella, quizás sólo con ella, aunque la pregunta de Jimmy hizo que saliera de su ensimismamiento...¿donde está Greg?

Steve bajó la cabeza, incapaz de mantener la mirada de su hermano. Había llegado el momento pero no sabía como afrontarlo, ¿que podía hacer? ¿que podía decir? Sin embargo, no hicieron falta las palabras. De forma refleja, su cabeza se giró hacía el cuerpo que yacía en el suelo, un cuerpo al que no pudo seguir mirando más de un segundo debido al brutal estado en el que había quedado. Las lagrimas comenzaron a fluir por los ojos del quarterback, no así las palabras, que seguían intentando reagruparse en su cabeza para formar una secuencia lógica que explicara lo sucedido. Murió en mis brazos...por eso salí a buscarte - acierta a decir rompiéndose por el dolor de tan lamentable pérdida- Joder, Jimmy! No supimos ayudarle, no pudo aguantar más la fiebre...¿qué le vamos a decir a mamá? ¿que le vamos a decir? Ni siquiera va a poder despedirse de él, ni siquiera va a poder darle un beso ni un abrazo por mi puta culpa pero no sabía que hacer - apenas le quedaban ni fuerzas ni lagrimas para llorar-Se ha muerto, Jimmy...Greg ha muerto, tio...nuestro Greg...

Sencillamente Jimmy rompe a llorar, un quejido lastimero desde el fondo del alma que hace que le flaqueen las piernas, cayendo de rodillas mientras con una mano aun sigue agarrado a Steve.

Mierda... hijos de puta...

Aun de rodillas avanza hasta el cuerpo de Greg y lo abraza sin poder mirarlo directamente pues la visión del cráneo abierto es demasiado turbadora. El llanto se aplaca poco a poco y a la vez la mirada de Jimmy se pierde a unos mil metros y se queda ahí, acunando a su hermano mayor, inerte, lánguido, muerto.

¿qué le vamos a decir a mamá? ¿que le vamos a decir?

Por un momento Diamante dejó ir a su hermano Jimmy con Greg, al que abrazó y acunó como él mismo lo había hecho sólo un instante atrás. Él permaneció de pie, mirando hacía el mismo sitio en el que antes estaba su hermano Jimmy y viendo ahora la pared que había enfrente mientras un par de lagrimas caían sobre su rostro covirtiendo sus mejillas en un minúsculo rio rojo al mezclarse con la sangre que salpicó sobre él para desembocar en su barbilla, una barbilla que temblaba como la de un niño a punto de romper a llorar. Guardó el cuchillo con el que había matado a su mejor amigo sujetandolo entre el cinturón y sus pantalones, olvidando que los demás estaban allí, que Spinner aún seguía apuntándolos con una escopeta, secó las lagrimas pasándose la camiseta por la cara y se echó el pelo hacía atras mientras sorbía sonoramente por la nariz.

Llega con lentos pasos hacía el lugar donde estaban Jimmy y Greg. Sería la última vez que estuvieran juntos...ya nada será igual...piensa sentándose en el suelo junto a Jimmy, alborotándole el pelo con dulzura, como lo haría el propio Greg, mientras acaricia con la otra mano suavemente el cuerpo de su hermano mayor fallecido.

Una contracción sacudió el cuerpo inerte de Rick. Los que le miraban dieron un salto, esperando cualquier cosa menos un movimento por parte de esa masa ensangrentada. En todo caso, no quedaba ya nada de esa amenaza que había supuesto el capitán del equipo de rugby. Tampoco del amigo, del compañero de equipo ni del novio. Los otros habían fortalecido sus corazones con todo lo vivido. Nadie hubiera dicho que hubieran podido resistir el espectáculo de los últimos estertores de Rick. Pero lo hacen. 

La boca se mueve, pero solo mientras la sangre continúa manando como una fuente. Pronto las heridas dejan de sangrar, como si el bueno de Ricky se hubiera curado milagrosamente, como si nada de lo ocurrido fuera verdad. Pero las heridas no se han cerrado; solo se han quedado sin sangre que escupir. El cadáver de Fabiano pierde sus últimos resquicios de vida y se convierte en carne fria mientras Rubí contenía sus lágrimas. Mientras Diamante lloraba, pero no por él. Años después alguno de los presentes insistirá en que vio al moribundo musitar ...Rubí... con su último aliento. Diamante le hara callar.

Unos crujidos resuenan en la casa. Las maderas del techo y las paredes rechinan. Tal vez Marcos haya ido a un lugar mejor, después de que su cabeza fuera abierta por un hacha. Seguramente Greg, en cambio, haya ido al infierno, por insistir en no llevar gasolina de repuesto y condenar a sus amigos a algo peor que la muerte. Pero Ricky se ha ganado una eternidad diferente. Mientras las bombillas se balancean y las ventanas golpetean, ninguno de los supervivientes duda de que Rick no irá a ningún sitio. Su lugar ahora está en esa casa.

El balón de rugby gira en una esquina. Como si el viento soplara sobre él o como si un fantasma hubiera terminado de jugar con él.

Poco a poco la escena se iba clarificando en la mente de Rubi. Y se fue acercando al cuerpo de Rick, para despedirse del que había sido su novio. Las lágrimas fluyeron libremente por los ojos claros de la joven mientras caminaba despacio hacia el cuerpo del jugador. Al llegar hasta él se arrodilló, su mano temblorosa le acarició el cabello por última vez mientras con la otra se tapaba los labios para no ponerse a gritar ahora mismo.

Alzó la mirada para contemplar el cuerpo de Greg, que había confundido con Steve. Y lo entendió. Steve le había puesto la sudadera a su hermano, que había muerto minutos antes. Se escondió y esperó a que Rick descargara su furia contra el hermano equivocado. Entonces le atacó. Era una buena jugada. Digna del quaterback que es Diamante. Era él o Rick. Y Rick era imparable, su locura los habría matado a todos. Por más que le doliera perder a alguien a quien había querido. Porque había querido a Rick. Al principio se había sentido segura con él, que nadie podría hacerle daño. ¡qué ironía ahora que lo recordaba! También recordó la primera cita que tuvo con él, los primeros besos, las miradas que le dirigía, los celos que sentía por Eli, por cualquier chico que hablara con ella. También recordó que la seguridad y la protección del principio se convirtieron en agobio después. No quería asfixiarse, no quería acabar como la típica mujer temblorosa cada vez que el marido llega a casa. Creía que esta escapada podría hacer que las cosas con Rick volvieran a su cauce, como al principio de salir, cuando no se sentía presionada. Lamentablemente las cosas no podrían haber ido a peor. Marcos muerto, Rick muerto, ¿quál sería el siguiente? ¿Acabaríamos todos muertos? ¿Pasaríamos a engrosar la fila de desaparecidos del condado?

Alzó la mirada y se encontró con Steve y Jimmy, a su lado, aún aturdidos por el hecho de perder a su hermano. Sabia lo que sentían.

La sensación de pérdida, de vacío, de abandono brutal que hace que el corazón se te encoga y te cueste respirar, que desees con todas tus fuerzas poder volver atrás en el tiempo y cambiar lo que hiciste, decir lo que no te atreviste...

En ese momento sus ojos buscaron los de Diamante. En su mirada no había odio ni rencor. Sólo comprensión y dolor.

Un dolor inmenso que tenía que dejar salir si no quería volverse loca. Se incorporó rápidamente y buscó con la mirada una de las sillas que había esparcidas por la biblioteca. Cogió una y se dirigió a la columna más próxima, con paso firme, rápido, amenazador.

Soltó un grito desgarrador y empezó a golpear la silla contra la columna, dejando salir toda la rabia acumulada, golpeando una y otra vez hasta que sólo se quedó con la pata en las manos doloridas. Sollozando se apoyó de cara a la pared mientras los hombros subían y bajaban rítmicamente, aunque cada vez menos. Al final dejaron de moverse, la joven rubia se secó las lágrimas y se dio la vuelta, mirando al fuego de la chimenea.

Avanzó hacia Steve y Jimmy, hizó un ademán de apoyar su mano en el hombro de Diamante aunque no se atrevió y se quedó rozando apenas unos centímetros de la camisa, sus labios temblaban y los ojos decían lo que las palabras no alcanzaban a nombrar: que sentía la pérdida de Greg, la de Rick aunque entendía lo que había pasado, que no les culpaba, que la culpa era de esta maldita casa o convento y sus infernales habitantes.