Partida Rol por web

Dejando las llaves en el suelo, sales de la furgoneta con la mano derecha dolorida... Al abrir la puerta se enciende la luz interior de la VW. Miras nervioso a la zona del salpicadero y al suelo. Las llaves emiten un brillo apagado en la sucia alfombrilla del vehículo. Guardas un tenso silencio momentáneo buscando oir el sonido de una serpiente, un cascabel... algo... Pero no oyes ni ves nada.

Te miras la mano. Aunque solo han pasado unos segundos desde el incidente observas una pequeña picada, que se torna rojiza alrededor... Palpita. Bum-bum, bum-bum. No ha podido ser una serpiente... La herida es demasiado pequeña, ha tenido que ser algún insecto... Tarántulas, arañas, escorpiones...

Sin perder de vista lo que tiene a su espalda, se acerca hasta una de las estanterías. Es posible que alguno de los libros hable del propio caserón en el que se encuentran, y de esa forma podrán saber algo más sobre el misterioso edificio. Mientras tanto, Steve sigue haciendo el idiota como acostumbra.

La lectura es una de sus pasiones, y siempre le ha servido para alejarse un poco más de la realidad que tan poco le gusta. Lovecraft, Chambers, Shelley, Stoker, Poe... cualquier clásico lo suficientemente atrevido como para abordar temáticas oscuras y depresivas. Ese era su estilo.

Elizabeth parece ignorar los movimientos y comentarios del joven Diamante. Sus ropas negras se fundan en la oscuridad de la biblioteca, y la gótica se mueve acompañada por el resonar de las pisadas de sus botas contra el suelo de piedra maciza, el el "crepitar" del cuero que responde a los movimientos del cuerpo de la joven. Ésta se acerca a las estanterías, para echar un vistazo más de cerca...

Se acerca tanto a los libros que el polvo se levanta en las librerías al compás de su respiración... A la gótica esto le encanta... Lo tenebroso, la oscuridad, el miedo, la penumbra, el frío... ... ... ... en el alma.

Explorando más de cerca los libros llegas a la misma conclusión a la que llegó Steve. Todos son libros sacros y de temática religiosa. A ti siempre te ha gustado lo sacro, pero en su vertiente mística. Los cementerios, las estatuas de ángeles melancólicos, el ángel caído... las santas quemadas en la hoguera...

En más de una ocasión has llevado vírgenes encima, rosarios, y demás objetos místico-religiosos. Pero no por cuestión de fe...

Hay un tema que se repite en muchos libros: Las Dominicas. Su Historia, personajes destacados, conventos destacados... Muchos libros sobre las dominicas...

Además observas algunos libros sin título. Dos o tres, de igual formato. Con el canto negro intentan pasar desapercibidos entre los centenares de ejemplares de la biblioteca, sin conseguirlo. No están juntos colocados en la misma zona. Están como colocados al azar. Estás casi segura de que aunque solo has visto un par de ellos, si dedicas el tiempo suficiente puedes encontrar alguno más...

Gregory observa el suelo de la furgoneta desde el exterior, sin conseguir ver al bicho causante de la picadura. Tras mirarse las marcas de la mano se da cuenta de que son demasiado pequeñas para resultar una serpiente. No le reconforta pensar que haya podido ser algún tipo de araña o escorpión…

Como ha visto en numerosas películas, Gregory se lleva la herida a la boca, y tras succionar como bien puede, escupe al suelo, intentando así sacar el posible veneno. Venga ya, Gregory, no seas alarmista. Seguro que tan solo se trata de una molesta y dolorosa picadura, y nada más.

Encendiendo el mechero, Gregory echa un ultimo vistazo al interior de la furgoneta, intentando ver al culpable.

Al enceder el mechero te das cuenta de una cosa... la llama tiembla como un flan... Joder! Te ha entrado el temor, el miedo... por supuesto no a morir. Los jóvenes piensan siempre que lo de morir es para los ancianos... pero estás asustado.

Miras nuevamente dentro sin ver nada absolutamente. Quedas bloqueado momentáneamente sin saber qué hacer. El corazón te palpita en el pecho, la boca se te seca y la lengua parece hincharse por momentos...

Psicológico.... o... sintomatológico!?

Diamante se remango la manga de su sudadera para ver el reloj. ¿Cuanto iba a tardar su hermano en ir a por la furgoneta? Alli no habia de todas formas mucho que ver pero ya que se habia brindado a intentar iluminar la biblioteca de esa forma lo esperaria...si no tardaba mucho. El tiempo parecia ir mas despacio, sobre todo cuando uno se veia inmerso en oscuridad...y silencio...pues Elizabeth pasaba totalmente de el. Ya ni siquiera se enfadaba por sus bromas con lo que estas perdian toda la gracia. Estaba pegada a una estanteria mirando los distintos libros...mira que es rara...sin embargo, no podia dejar de lado aquella sensacion que sentia cuando lo miraba, cuando estaba a su lado...era como si aquella tia fuera un iman y el estuviera condenado a danzar alrededor de ella sin poder separarse de su atraccion. Tenia algo que no tenian las demas chicas...ni de lejos.
Steve, no obstante, viendo la poca atencion que Eli le daba, se limito a acercarse hacia las paredes, cogiendo dos o tres imagenes de las que estaban colgadas por las paredes y acercandolas a el mientras las iluminaba con la linterna...a ver si viene ya...se decia pensando en Greg observando los retratos. Era la primera vez que, estando solo con una chica, buscaba la compañía de mas gente...

Descuelgas desinteresadamente dos o tres de los cuadros colgados en la pared. Tienen mucho polvo y te llama la atención que los cuadros no tienen cristal para proteger la imagen... Las imágenes parecen fotos, y deben ser muy antiguas.

Nunca has sido un tipo religioso, pero está claro que las imágenes que tienes entre manos pertenecen a monjas. Son fotos de monjas... Hábitos antiquísimos, muy diferentes a la actualidad, pero parecen monjas...

Gregory no consigue ver nada dentro de la furgoneta, así que lo da por imposible. Lo que le haya picado seguramente ya se habrá marchado. Empieza a notar cierta sequedad en la boca, así como una hinchazón en la lengua.

¡Mierda, joder!

Algo nervioso, sin saber muy bien que hacer, Greg deja la furgoneta y sale en dirección a la biblioteca, en busca de su hermano y Elizabeth.

Mira!- dijo Diamante, intentando llamar la atencion de Elizabeth sujetando en alto uno de los marcos que habia cogido de la pared. En el brazo con el que sujetaba la linterna, y colocaba junto a su pecho a modo de cesta, llevaba tres o cuatro mas- Esto si que son disfraces y no lo que tu llevas- incluso en la oscuridad, la claridad de los ojos de Steve parecia abrirse paso y emanar una especie de brillantez azul.
Se dirigio con cuidado de que no se le cayera ninguno de los retratos hasta una mesa, donde desparramo todos ellos olvidando el esmero con el que los habia transportado. Se retrepo en la silla de madera, sin importarle la capa de polvo que la cubria y, escurriendose en ella hasta quedar sentado practicamente sobre su espalda, se acomodo en ella, entrelazando sus dos piernas estiradas bajo la mesa. Cogio el marco mas cercano y, frotandola antes sobre su pecho para quitarle la suciedad que la cubria, vio la foto que tenia en su interior, examinandola mas de cerca e iluminandola con la linterna. Serian esas monjas las que habitaban esa mansion? Se fijo con cuidado en cada una de ellas para ver si tras sus figuras, podia ver algun rincon de la fria finca en la que se encontraban. Quiza pudiera verlas ante la puerta del caserio, junto al ahora oscuro bosque, quien sabe si hasta hubieran posado en esta misma biblioteca? Sentia curiosidad. Ademas, puede que diera en la boca hasta al mismisimo pelmazo de Spinner si conseguia descubrir quien vivia en esa casa y para que era usada. ¿Para que era usada? Se dio cuenta de que eso tambien lo podria descubrir si miraba bien esas fotos. Sabia que las monjas, ademas de pasarse todo el santo dia rezando, solian dedicarse a distintas actividades...despues de todo era normal pues si no sus vidas serian aun mas aburridas de lo que de por si lo eran. Harian pastelitos? Cuidarian ancianitos? Serian maestras? A lo mejor veia en la foto como algun niño travieso se habia colado en segundo plano (esto daria por sentado que estaban en un orfanato como el creia), alguna monja con algun utensilio que utilizara...seguro que esas fotos, si estaban tomadas en aquel lugar, contestarian todas sus preguntas...ya lo dice el refran...una imagen vale mas que mil palabras!, incluso saco cada fotografia de su marco para ver si en su dorso tenian alguna inscripcion...alguna fecha...

Mientras Elizabeth parece haber encontrado su distracción en los libros, tú lo has hecho en las fotos...

Todas son iguales, el mismo encuadre, más o menos la misma distancia. Fondo uniforme sin definir. Nada especial. Podrían haber sido tomadas en cualquier sitio de la casa o fuera de ella. Los rictus que toman las caras no son naturales. Como si las personas retratadas no supieran realmente lo que es una foto. Caras serias, tensas. Ni pizarras, ni niños, ni nada que indique que podrían haber sido maestras. Nada. Eso sí, en el reverso de las fotos aparece un número de cuatro cifras. 1909, 1911... y así algunos más. Podrían ser fechas, o eso sospechas. De ser así, todas las que has visto están comprendidas entre 1906 y 1920.

With the lights out it´s less dangerous, here we are now, entertain us, I feel stupid and contagious, here we are now, entertain us- continuo silbando con un tono bajo, casi para el mismo, el resto del estribillo de la cancion mientras seguia el ritmo en su cabeza moviendo esta arriba y abajo. Pasaba una a una, las fotos ante sus ojos mientras las alumbraba con la linterna, acercandola tanto que cuando las dejaba sobre la mesa podia sentir la superficie de estas caliente- Menudos caretos!- dijo tirando la ultima foto sobre la mesa justo en el momento en que la cancion que silbaba tocaba su fin- no me extraña que se hubieran tenido que meter a monjas las pobrecicas.
Se incorporo un poco en su silla, poniendose mas derecho para poder ver mejor que es lo que estaba haciendo Elizabeth. Miraba unos libros con especial interes...estas cosas antiguas tienen que gustarle...supuso Diamond que decidio no molestarla. Tras unos segundos en los que el silencio empezaba a oprimirle en sus oidos volvio a mirar su reloj. Habian pasado ya algunos minutos y Greg no habia vuelto, ni siquiera habia escuchado el motor de la VW, al menos, el no lo escuchaba- Ya esta otra vez liandose un porro?- dijo levantandose algo molesto en direccion a la puerta. No le importaba que su hermano se fumara alguno que otro de vez en cuando, de hecho Jimmy hacia eso y lo veia hasta bien, pero lo de Greg habia pasado hace tiempo la barrera del porro ocasional hasta pasar a ser algo obsesivo y enfermizo y dudaba de como le estarian dejando la cabeza todas esas mierdas que fumaba. El ni siquiera sabia fumar y tampoco lo habia intentado nunca pues temia que los demas se rieran de el cuando lo vieran toser o atragantarse con el humo en su garganta. Tampoco era un santo, se metia sus buenas borracheras los fines de semana pero eso lo hacia todo el mundo...no?- Greg!- lo llamo asomando la cabeza por la puerta de la biblioteca mientras que intentaba encontrarlo con la luz de la linterna- Donde coño estas?

- Greg!- lo llamo asomando la cabeza por la puerta de la biblioteca mientras que intentaba encontrarlo con la luz de la linterna- Donde coño estas?

Coge uno de aquellos extraños tomos de lomo oscuro y sin título y lo abre. Son los únicos que destacan entre tanto libro. Probablemente no significaba nada, pero en aquel momento, cualquier cosa fuera de su sitio parecía esconder algún legendario secreto. No sabían donde estaban, pero la despierta mente de Elizabeth ya había comenzado a imaginar a un grupo de monjas de clausura escapando por la noche para leer a escondidas obras profanas que jamás serían aceptadas por sus superioras. Su imaginación continuaba más allá, con tórridas escenas lésbicas y extraños rituales paganos que incluían sacrificios animales y la ingesta de peligrosas sustancias. Por un instante, hasta ella misma parece darse cuenta de que su imaginación era demasiado desbordante, y sonríe para sí misma mientras niega con la cabeza levemente.

- Estás enferma, Elizabeth - Se dice para sí misma en voz baja mientras examina el contenido de aquel libro.

Mientras tanto, Steve intenta llamar su atención. Probablemente para gastarle otra de sus absurdas bromas adolescentes, por lo que se gira con desgana y observa lo que el joven deportista quiere enseñarle.

Cada uno a lo suyo parece haber encontrado algo, aunque de momento ninguno comparte sus hallazgos con el otro... Elizabeth y Diamond están en la misma habitación, pero en realidades diferentes. Para Steve esto no deja de ser un juego... Mancilla las fotos que observa, burlándose de los protagonistas y faltando al respeto a los muertos... Porque a juzgar por la antiguedad, a buen seguro los protagonistas de los retratos están bajo tierra. Se atreve incluso a tararear una canción estridentey chirriante en este lugar.

Eli sin embargo está en una realidad mística. Mística y erótica. Su mente bulle, su imaginación divaga. Observa al jugador de rugby como se acerca a la puerta y llama a su hermano, justo cuando vuelve la vista sobre uno de los libros...