Partida Rol por web

Sale al exterior pero frena en seco en cuanto descubre quien ha sido el autor de los disparos. Su amiga está en el suelo desangrándose, junto al cuerpo probablemente ya muerto de Diamante.

Instintivamente, levanta las manos y observa a los dos asesinos con gesto serio.

Mark, por lo que más quieras, no se te ocurra salir. Quédate donde estás.

El sentido común te hace ir por el camino más seguro. Levantar las manos y esperar acontecimientos. No hay escapatoria posible. Los agresores parecen no tener escrúpulos y estar decididos a disparar a todo aquel que se cruce en el camino.

¿Por qué?

Es posible que el ansiado día haya llegado. El día en que mueres. O no. Tu sexto sentido se dispara ante los acontecimientos. Ante ti hay un ser de cara pétrea que empuña una pistola sin piedad, apuntándote directamente a la cara.

Pero lo que te llama la atención es el individuo que hay detrás. Un ser de edad indeterminada, de andar decidido y siniestro, muy siniestro.

La repulsa y la curiosidad luchan en tu interior por hacerse con el hueco más grande.

Es poderoso, muy poderoso. Malvado y atractivo a la par... Con un árua muy profunda... y despiada.

Y de repente, de la casa, sale una chica que te pone en alerta. Has visto a decenas, cientos incluso de jóvenes góticos, como dicen llamarse. Estúpidos adolescentes enamorados de lo tétrico y lo oscuro pero que después salen corriendo en cuanto les hablas de "La Verdad". Los odias.

Pero esta es diferente. Irradia un áurea sobrenatural, un canal extrasensorial.

Tal vez esta muchacha pueda servirnos...

Los pasos de Eli hacia el exterior es lo último que me separa de la soledad y la humedad del interior de la casa. Rápidamente me agacho y recojo el hacha que hay en el suelo, ahogando la adrenalina cualquier reparo que pudiera darme cogerla del lugar en el que está, e incluso obviando si está mojada por la sangre del muerto.

Vuelvo a mi posición, fuera del alcance de las miradas del exterior e intentando no hacer demasiado ruido

- Si vienes a por mí, tendrás que entrar por esa puerta,, y en la corta distancia es más útil un hacha que una escopeta mi mirada recorre la escena, mientras mi mente intenta calcular el mejor punto en el que colocarme para abordar al intruso cuando quiera entrar a la casa.

Los ojos de Jack son capaces de captar cosas que otras personas no pueden. Cuando la joven muchacha salió de la casa, la oscuridad que envuelve el lugar no parece envolverla a ella.
Está cubierta de un halo de luz. Las almas que giran alrededor de la casa parecen mirarla con respeto.

Marcos se acerca con tranquilidad a Jack.

Esa chica necesita atravesar el velo para unirse a nuestra causa. Dispárala a las rodillas. Sus primeras gotas de sangre la harán plantearse el mundo y su instinto acabará uniéndola a nosotros.

La adrenalina podría haberte jugado una mala pasada. El mínimo ruido al coger el hacha, el más pequeño sonido emitido por tus pasos, un tropiezo con los muebles o un resbalón con la sangre. Cualquiera de esas situaciones te habría dejado sin oportunidades. Pero has estado rápido y sigiloso. Desapareces entre las sombras, logrando un buen ángulo de ataque por sopresa.

En cuanto la pálida muchacha sale al exterior y levanta las manos, Frank dirige hacia ella el cañón de su pistola, apuntándola directamente a la cabeza. Un nuevo disparo, una nueva muerte. Con un pensamiento tan simple, Frank comienza a ejercer presión en el gatillo... cuando escucha la voz de Jack junto a el. Frunce el ceño, sin comprender del todo las razones de Jack. Pero no era su tarea comprender. El tan solo ejecutaba las ordenes. Así, baja el arma hasta la altura de las rodillas de la muchacha y aprieta el gatillo.

BLAM!

De nuevo el sonido de detonación de la pólvora sacude el ambiente. La bala sale disparada hacia Elizabeth. El impacto se produce por encima de la rodilla derecha de la joven, que cae al suelo abatida. De alguna manera, la gótica sabía que el disparo no iba a ser letal... aunque la sangre mana a borbotones. La "oscura" ahoga un chillido de terror, aunque no puede contener el llanto.

BLAM!

Se produce un nuevo disparo en el exterior.

Elizabeth...

Cae al suelo tras recibir el impacto con un dolor que jamás había experimentado. Si bien había probado con anterioridad alguna perversión que incluía el daño físico, nunca hasta aquel extremo. La sangre comenzaba a manchar las manos enguantadas con las que intentaba taponar la herida, pero las lágrimas le impedían decir nada. Su única opción de supervivencia estaba ahora en una de sus botas, pero era bastante remota.

Probablemente le habían dejado vivir porque tenían algún plan especial para ella. En aquel momento hubiese preferido seguir los pasos de los demás.

Jack dejó que el sonido de su garganta saliera cada vez con más fuerza. El jardín se estaba transformando en un rugido de sonidos.
Se acercó lentamente a Frank.

Acaba con todos los que quedan. Que ella lo vea. Déjala que corra su sangre, que su alma alcance el limbo. Y cuando esté cercana a la muerte, entonces será mucho más receptiva al mensaje de la Orden.

Fran había hecho lo que Jack le había mandado. Cumplir las ordenes, como siempre. Así que ahora la muchacha yacía en el suelo con un disparo en la pierna. Pero Frank no sabía cuantos quedaban en la biblioteca, ni si estaban armados. Tal vez la joven le fuese de utilidad. Sin cambiar ni un ápice el gesto, Frank apunta a la chica, y su voz puede oírse por primera vez desde que entraron en acción.

Tienes suerte, muchacha. Si quieres seguir teniéndola, vas a decirme cuantos quedan adentro, y si van armados. Y la mentira no es una opción.