Banca pela - dije martillando el arma - algo no esta bien.... voy a mirar desde aca afuera a ver si veo algo por que esta mina parece estar al pendiente - camino hasta los limites de la ventana para observar que habia dentro del lugar.... podria ser algo de utilidad o una de esas mierdas.
- Cuida el coche o sacale las llaves wanna -
- Dale, anda tranquilo que ya esta por terminar... Mientras lo voy poniendo en marcha. - Termino de cargar el tanque de combustible para cuando Fede ya llegaba a las ventanas.
Colgue la manguera y me subi al auto para ponerlo en marcha. Para pasar el tiempo le dirigi unas palabras a la mujer y sacarla de su mundo estresante.
- Mi nombre es Matias, aquel es Federico... Como te llamas? Y si no es mucha molestia, como fue que te quedaste aca y sola...? Estas herida? -
Federico se aleja unos metros del coche, en donde quedan Matias y la muchacha.
Al acercarse a esa ventana, que la rubia miraba particularmente, Federico vé un movimiento, frente al vidrio. La zona está en la penumbra de un tejado por lo cual no la ilumina directamente la luz del sol.
Adentro hay al menos siete infectados. Cuatro están colgados, boca abajo, del techo, aparentemente durmiendo. Sus pies en forma de garra hacen que parezcan murciélagos humanoides. Tres están sobre el suelo, ovillados, entre estanterías llenas de revistas y comida chatarra.
Hay algo de sangre en el suelo, aunque no se puede ver bien desde dónde empieza el reguero.
- Me llamo Daisy Stevens... vengo de, vengo de Minesotta, en en un pueblo llamado East Village.
Daisy aprieta la barra de criquet que sostiene entre sus manos, de tanta presión un tendón de su antebrazo se remarca entre su blanca piel. Apenas mira a Matias, ya que sus ojos se fijan en cómo Federico se acerca a cierta ventana.
-¡No! -exclama y sale del coche corriendo.
Pero no hace más nada, se queda estática fuera del auto, mirando a todos lados.
Matias vé que mueve sus labios pero ninguna palabra asoma en ellos.
Me aparte al ver lo qeu habia alli, acercandome al pela para comentrarle lo visto....
- Che Mati... estamos en el horno, esos bichos parecen tener un nido ahi adentro..... - por un segundo pense en deshacernos de algunos de ellos prendindoles fuego o esperando que se quemaran tratando de escapar....
Mire a la mina que habiamos encontrado - respondeme algo y mas te vale ser sincera.... vos lograste salir de ahi adentro? estabas con alguien ? -
Al acercarse a esa ventana, que la rubia miraba particularmente, Federico vé un movimiento, frente al vidrio. La zona está en la penumbra de un tejado por lo cual no la ilumina directamente la luz del sol.
Adentro hay al menos siete infectados. Cuatro están colgados, boca abajo, del techo, aparentemente durmiendo. Sus pies en forma de garra hacen que parezcan murciélagos humanoides. Tres están sobre el suelo, ovillados, entre estanterías llenas de revistas y comida chatarra.
Hay algo de sangre en el suelo, aunque no se puede ver bien desde dónde empieza el reguero.
Atine a bajarme del auto, pero Fede ya estaba volviendo, asi que saque el cuerpo por la ventanilla.
- El coche ya esta lleno... hablemos en el camino. Por mas que los matemos, no van a hacer la diferencia. - Dije practicamente resignado.
- Vamos que tenemos mil cosas para hacer antes de mandarnos a la ruta. -
Me meti en el coche y puse 1° para empezar a mover.
Daisy los mira aterrada y se aleja unos pasos de los dos.
- Estaba sola... los ví anoche, estaba sola... Ya no tengo a nadie, nadie tiene a nadie. Todos están muertos o infectados, nadie tiene a nadie. Estamos solos...
Luego se queda parada, sin saber si entrar o no en el coche y con la barra entre sus manos, su única arma, algo que en otra época, más feliz, servía para hacer un deporte.
-Los ví anoche, cuando, cuando escapaba, estaba sola...
Y luego no dijo más nada.
- Sola ? de que escapabas.... de esas cosas ? - Le pregunte con intencion de averiguar un poco mas - Todos muertos? quienes estan muertos ? con la gente que estabas ? - Volvi a preguntar
Sí...
La joven comienza a llorar y no para.
-Están todos muertos: mi novio, mi padre, mi hermana, están todos muertos...
Se sienta en el suelo incapaz de sostenerse en pie y dice:
-No quiero morir también, no quiero morir... no me dejen aquí...
Se abraza a sus piernas y se mece como si tuviera cinco años. Entonces ven algo de sangre en su pollera, en el costado de una pierna, de la derecha.
- Me estas jodiendo no? te hirieron esas cosas no?..... flaca decime la verdad o aca termina tu viaje tu lo prometo - Ni en pedo iba a viajar con un piba que en cualquier momento podia matarlos mientras estaban dormidos.... -yo y mi boca la puta madre - dentro mio puteaba como nunca.
- Decime la verdad.... escapaste pero con consecuencias y no me refiero a la muerte de los que estaban con vos -
Daisy baja la cabeza y deja caer su palo.
-Sí... me mordieron la pierna... Cuando estaba tratando de salvar a mi novio...
La chica respira hondo, se agacha, recoge nuevamente su arma. Se saca un mechón rebelde del rostro y dice:
-Bueno, entonces... que tengan suerte. Eso.
Se dá media vuelta y comienza a alejarse despacio. Unos pájaros pían con fuerza desde un árbol cercano. Después de eso, no hay mucho más ruido en la calle.
- Bueno pela vos decidi..... se va sola o viene con nosotros hasta que se transforme en una de esas mierdas..... mucho no habla pero en fin.... - Le dije al pelado mientras buscaba algun recipiente como botellas para cargar combustible para tener de reserva.
Una risa nerviosa salio de mis labios. - Ahora tengo que ser yo el verdugo de esta mujer? Si es por mi, que venga... pero no voy a dudar en pegarle un tiro cuando intente algo. Y lo sabes. -
Mire a la mujer que ahora estaba de espaldas. - Si queres venir con nosotros, no tengo problema, pero te vamos a estar vigilando de cerca. Y no te quiero dar falsas esperanzas. Lo mas probable es que te conviertas en uno de ellos. -
Apoye la cadera en la puerta del vehiculo, cruzandome de brazos mientras Fede terminaba de cargar el bidon.
La chica se pone a llorar y entra en el coche despacio. No dice nada, solo asiente pero sus gestos dan a entender que ha entendido a la perfección lo que los chicos le han dicho.
Se queda quieta, en el coche, y luego, cuando sus fuerzas vuelven y la voz se le aclara, comenta:
-Si puedo ayudar, ayudaré. Cuando pase... lo que pase sí... lo entiendo. Sólo decirles que una vez que carguemos las cosas salgamos de aquí, hay muchos ahí dentro... como como ven.
Daisy sale del coche y también ayuda a cargar algunas cosas.
Diganme si llevan algo o directamente cargan y se van de ahí, o sea sólo el combustible.
Calculo que Combustible, Aceite (para motor), agua (si es que hay) embudo, herramientas (varias), linterna (no recuerdo si teniamos), limpiaparabrisas y no se que mas puede ser fede...
Dos o tres bidones de combustible, aceite, y busco herramientas en el talles ( que suelen tener las estaciones de servicio )
Federico encuentra los bidones de combustible, tres y una caja de herramientas. Además hay unas botellas de agua mineral que consigue hacerse cerca del kiosco pero sin entrar donde están los infectados. Las linternas y demás objetos deberán esperar un poco más.
Vuelven a arrancar el coche y van avanzando por la ciudad desierta.
De pronto la radio vuelve a sonar.
-Aquí Fordman, no os olvidéis que os espero en la Iglesia de...
Y, en ese momento, el coche impacta contra otro que venía de frente...
Federico y Matías logran evitar heridas mayores y la chica cae en medio de los asientos de atrás. Alguien sale del coche que los ha chocado.
Es un hombre joven, alto, de mirada inteligente.
- ¡Puta! ¿Gente...? ¿Hola?? ¿Están bien??
Para colmo de males pario la abuela.... LLegaba cargando los bidones que meti en la parte trasera del auto y un nuevo individuo entraba en escena... le mire algo desconfiado.... primero la mina que la mordieron y ahora este tipo que preguntaba si estabamos bien...
- Si ya nos vamos - Respondi a su pregunta
- Venimos de la Iglesia Saint Patrick. Vamos al refugio. ¿Quieren que les indiquemos el camino? De todas formas, Fordman debe aprobarlos primero.
Dice el joven. Entonces Federico nota que hay más personas en el auto, unas cinco por lo que parece.
-Es que se tiene que asegurar de que no sean infectados primero.
Spencer espera pacientemente la respuesta de los muchachos. Sandy está pálida.
-No... no me dejen -pide la chica temblando.