Partida Rol por web

Sonreí a Gretchel cuando menciona que le agradaba hablar con nosotros. Estaba por contestar algo, cuando interrumpió con la pregunta de si iba a competir o no, lo que casi me saca la sonrisa del rostro. Honestamente, no estaba preparado para la justa o para cualquier clase de torneo, solo planeaba mirar o saltarmelo como hice con la caza, pero las palabras de la chica me tomaron totalmente por sorpresa. —Probablemente, desde que me enteré que iba a haber uno que quería participar. — Dije sin pensar.

Una vez que me di cuenta a lo que había accedido tragué saliva e intenté no sonrojarme y lucir normal. "Mierda... voy a tener que hablar con Nathan." Pensé en ese momento. Ahora tendría que participar en el bendito torneo. —Te voy a buscar entre el público entonces. — Dije para no quedarme callado.

Padre, nada realmente fiable, rumores de pueblo. Pero lo cierto padre es que no tengo muy claro cómo empezó esta revuelta, y de ser como dicen sería bien sabido al menos las acusaciones entre ambas partes, Lord Sebastian te escribiría seguro buscando el apoyo en su rebelión si hubiese tenido alguna justificación. Pero yo todo eso lo desconozco. 

En cualquier caso no enredo más, los rumores son sencillos, la revuelta de los Errol empezó cuando Lord Buckler secuestro a Rhae Errol, y por eso nunca se ha podido hallar a las chicas ya que al menos la hija ha estado siempre en manos de nuestro señor. Aunque supongo eso es estupido, pero es todo cuanto pude encontrar por donde estaba investigando, y mejor compartirlo que vos y que vos juzguéis. 

- ¿De veras?- Frunció el ceño sorprendido, extrañado. No esperaba sin duda un rumor así. - Eso explicaría o justificaría de alguna forma, el estado de melancolía de Lady Cathelyn. Motivo no le faltaría.- Pareció meditar para sí mismo.

- Pero sí, resulta incomprensible que los Errol no intentasen que todo eso saliese a la luz para buscar simpatías u oportunistas entre los aliados de los Buckler. Más aún entre sus no aliados.- Volvió a dirigirse a Rickard.

- Y dime hijo, de tener  alguna base esos rumores o incluso de ser completamente ciertos, ¿cómo actuaría el futuro Lord Rickard?-

Los miro, con todo lo que había pasado, ya casi no recordaba que iba a haber un torneo. Clavo mi mirada en mi hermanito y me cruzo de brazos. -Pues a mí no me parece bien que vayas… ¿Y si te pasa algo?- Digo intentando imponerme, aunque en mi tono se pueden apreciar ciertos resquicios de preocupación.

Mis ojos se fueron moviendo alternativamente entre Gretchel y Samuel, tal vez hicieran buena pareja, la chica era muy agradable, si ella quisiera no me importaría que se juntaran, pero ya había dicho que estaba deseando marchar de casa. ¿Y si solo buscara la forma de librarse de su asqueroso padre?

-¿Por qué quieres participar en eso? Si es una tontería…- Miro a Gretchel, había dicho que debíamos dejar de quejarnos y me parecía bien hasta que había salido el tema del torneo. -Bueno… no diré más, pero no pienso cuidarte si te haces daño, tenlo claro.-

¿Qué haría yo durante el torneo? Me iba a quedar sin mi única compañía y no quería ver si hacían daño a mis hermanos, pero tampoco podía estar sin saberlo, era una situación bastante complicada.

Instintivamente empiezo a morderme una uña, mientras bajo la mirada para contemplar la orilla del lago.

-Deberías preocuparte más por mirar al frente o te van a descabalgar. -Contestó sin perder la sonrisa. -A ver de escuchar tantas historias de ser Barristan el Bravo vamos a mirar para donde no toca y Myria va a tener razón en preocuparse.

Entonces se puso seria temiendo haber tocado una fibra sensible. Y empezó a rebuscar algo entre sus ropas.

-Espera... -Pidió mientras seguía rebuscando algo que empezó a despertar la mirada de la pareja de hermanos.

-Toma, para que te de suerte. -Añadió tendiéndole un pañuelo con dos letras bordadas G.G. -Seguro que tu familia te habrá dado más cosas pero tener parte de la competencia supongo que te ayudará. 

Pasaron varios segundos, tensos e incómodos, el pañuelo olía a perfume de algún tipo de flor incierto para una pareja de jóvenes poco refinados. Lo que sí que les recordaba era al campo. Para la joven Gretchel también debió ser igualmente incómodo que decidió cortar el silencio con una despedida:

-Hace un rato que se fue Ser Roy... Debería volver. 

Rickard escucha la pregunta de su padre pero también la mención de Lady Cathelyn - ¿Lady Cathelyn Errol o Catelyn Buckler?  

Padre de ser cierto los rumores, habría que encontrar alguna prueba de ello y de tenerla es deber de todo hombre destapar un caso de usurpación y tiranía como el que sería este. Por supuesto hablando primero con aquellos de confianza que ahora son los menos y seguidamente con la casa Baratheon pues este caso les incunve a ellos. 

Pero sin pruebas esta acusación solo sería aceptado por quienes ambicionan tierras sin valorar lo que correcto y eso nos pondría a otra casa aun peor que la que ahora a perpetrado el crimen, de ser verdad que se ha hecho tal crimen. 

- Buckler.- Aclaró. Luego continuó escuchando a su hijo. Se rascó el lagrimal con el índice durante un instante mientras lo escuchaba. Cuando éste hubo finalizado, lo observó con cierto gesto de preocupación. 

- Hijo...- Respiró profundamente. - Peligrosos son los rumores si te dejas llevar por ellos. Los rumores son precisamente eso, rumores. Y demos gracias de que así sea o tus hermanos estarían en celdas ahora mismo.- Afirmó. Luego se acercó un poco a él con más confidencialidad. 

- Pero incluso de ser cierto, debes entender que lo bueno para unos es lo malo para otros y viceversa.- Asintió dispuesto a ser más claro.

- Déjame ponerte un ejemplo.- Propuso. -Rhaegar Targaryen, también secuestró a cierta dama, Lysa Stark. Estalló una rebelión liderada por los Baratheon, los Stark y los Arryn, entre otros. Finalmente la victoria fue para los rebeldes cuando el Matarreyes dio muerte a Aerys II, el Rey Loco, y Lord Eddard llegó hasta el Trono reclamándolo para Robert Baratheon. La diferencia en este caso es que ganaron los rebeldes. Con Lord Ralph, no.- Recordó algo de historia con esa analogía. -Puedo asegurarte que sólo el bando perdedor llamaría a nuestro rey usurpador, aunque el acto en sí tuviese todos los ingredientes para ser llamado así.- Explicó.

- Por qué...- No esperó respuesta pues era una pregunta retórica. - Porque la legitimidad es del bando ganador, Rickard. - Hizo una pausa. - Y en éste caso, de Lord Ralph y las casas que lo apoyaron. Sólo con repasar la historia por encima es sencillo ver esta realidad. Castamere es otro ejemplo muy conocido.- Se puso entonces en pie para servirse un poco de agua. 

- Pero pongámonos en el más probable de los casos, y es que ese rumor sean habladurías malintencionadas. ¿Qué crees que llegaría a pensar Lord Ralph, si llegase a enterarse de que una de sus casas vasallas, que lo apoyó durante la rebelión de los Errol, estuviese indagando sobre cualquier rumor que circule sobre él y su casa?. ¿Cómo cuantificaría semejante insulto, y cómo actuaría en consecuencia?.-

Negó ostensiblemente en aquel momento. - No hijo, no seguiremos el camino de ese rumor. Nos centraremos con el máximo esmero en descubrir a los responsables de la muerte de Lord Cleon. Ahí irán centrados todos los esfuerzos de cada uno de los miembros de nuestra familia. Más ahora que Lord Ralph aprueba y refrenda el casamiento de mi primogénito con Falia Gower, en pro de mantener la paz entre ambas casas.-

Estoy completamente de acuerdo, sólo contestaba vuestra pregunta, eso solo lo haría si supiese con absoluta certeza que los rumores son ciertos y como bien decís no voy a investigar esa absurda historia de campesinos. 

Por otra parte lo del matrimonio, Lord Ralph no puede apoyar ese casamiento, hace alianzas muy poderosas entre sus vasallos, si lo apoya es porque no tiene otra alternativa, si Ben tuviese má pretendientes la cosa cambiaría. Y bien sabes que jamás diría a mi hermana con quien juntarse, pero sin duda Ben Horpe no es una mala opción, y no me refiero a a tierras ni bienes. 

En cualquier caso, como mandeis, intentaré averiguar todo lo posible del asesinato. -Rickard se inclina en gesto de respeto para abandonar la estancia, si su padre no añade nada nuevo. 

Cleesten ladeó  un poco la cabeza con los ojos entrecerrados con cierta confusión. - Quizás me esté haciendo viejo Rickard, pero no comprendo por qué Lord Ralph, va a verse obligado a aceptar una unión entre MI primogénito y la bella segunda hija de Lord Alfric. Nuestra alianza con los Gower no supone un grave trastorno para nuestro señor.-

Soltó una sonrisa entonces, evidencia de que sí que comprendía. - Eres tú el que se desposará con Falia, no Ben. Y Lord Ralph apoya dicho enlace...-

A Rickard le había parecido imposible la propuesta de su padre, tanto que ni la había entendido, sino más bien lo contrario. -Oh disculpa padre creo haberme confundido, son muchas cosas de pronto. -lo cierto es que la noticia no le agrada, por lo que responde sin mucho entusiasmo pero sin reveldía -Si la creéis adecuada madre para vuestros nietos no tengo nada que objetar. 

Ahora con más razón que antes abandona la estancia tratando de mantener la compostura y no mostrar su disgusto. 

-Ya puedes ir con cuidado…- Digo algo resignada, luego me quedo contemplando la escena del pañuelo, había escuchado historias sobre esto, no había habido una dama que le había dado su pañuelo a un caballero dragón. Era la típica historia, hasta yo la sabía, así Robert se había convertido en rey.

¿De verdad le gustaría mi hermanito a Gretchel?

Mientras me siga haciendo caso y no me deje de lado me parece bien, es una chica muy agradable. Su voz me saca de mis pensamientos y la miro un instante algo despistada. Inclino la cabeza levemente, rememorando las palabras que había dicho y sonrío.

-Vale. Me alegra haber podido hablar un poco más contigo, espero verte pronto.- Digo mientras levanto la mano y la agito a modo de despedida. 

Tomé el pañuelo con una sonrisa, mirando del pañuelo a Gretchel. —Gracias, lo voy a usar. — Dije conteniéndome un poco para no llevarme la tela al rostro para oler el perfume más de cerca. —Sí, ya puedo ir con cuidado. — Le dije a mi hermana sin detectar el sarcasmo en su frase. Doblé el pañuelo y me lo puse en uno de mis bolsillos, para conservar la fragancia que despedía, queriendo usarlo durante el torneo.

Luego de eso, la chica anunció que se retiraba, a lo cual asentí. —Yo también espero verte pronto. — Dije con una sonrisa, saludando a Gretchel.

Al padre no le pasó desapercibida la reacción de su hijo. Parecía que creía firmemente en el desposamiento de su propio hermano con las hijas de aquel hombre tan desagradable y tenía sus propios planes para su enlace... ¿Sería por amor? Bien sabía que aquello era algo únicamente al alcance de campesinos quienes no entendían que el deber familiar estaba por encima de sus propios caprichos infantiles.

Tras dedicar una breve mirada a la puerta, se sentó brevemente para descansar. La negociación aunque fructífera había resultado agotadora.

A la hora de la cena todas las familias volvieron a reunirse en el gran salón, allí donde aquella mañana velaban el cuerpo del difunto Lord Horpe.

Se volvió a repetir la disposición del banquete del primer día con la excepción de una mesa, la formación quedaba asimétrica y con ello se evidenciaba la presencia del gran ausente de aquella noche. Sin embargo el finado no era el único ausente aquella noche, Nathan tampoco estaba y ya llevaba varios días de ausencia. Una ausencia que ya empezaba a ser problemática y que seguramente habría despertado alguna suspicacia.

Aquella noche desde su posición Lord Alfric estaba menos adulador que de costumbre y tenía una mirada furibunda con la que parecía pretender atravesar la cara del señor de la Casa Thalassos y su primogénito. Aquel día también decidió mantener cerca de sí a sus dos hijas como si temiese que éstas fuesen a ser arrebatadas.

La razón de aquella extraña reunión no era otra que terminar de cumplir adecuadamente con las exequias en honor al difunto y dar una adecuada despedida a su primogénito que con las primeras luces del día siguiente pondría rumbo a su casa. La comida fue copiosa y estuvo acompañada de algunas canciones fúnebres que terminaron de ambientar la escena, sin embargo no se extendió más allá del postre.

Tras el mismo cada uno empezó a incorporarse con la intención de encaminarse a sus aposentos hasta que Lord Thalassos les hizo una seña pidiéndoles que les acompañasen nuevamente como habían hecho en el día anterior. Tal vez supiese algo del desaparecido Nathan.

Llevaban unos cuantos minutos de charla insustancial en el interior de los aposentos de Cleesten. Una estratagema que había utilizado en más de una ocasión para asegurarse de que no había oídos indiscretos en el exterior, también para dar tiempo a que todo el mundo se marchase a dormir y no se viesen convenientemente distraídos por una palabra que no deberían haber escuchado.

Entonces carraspeó para dar a entender que ya podían hablar de cosas útiles e interesantes más la puerta le respondió

TOC TOC

Era Nathan que llegaba visiblemente sudado y sucio, también tenía algunos rasguños y heridas que parecían haber sido tratadas a toda prisa.

Cuando finalmente abrieron, el castellano ingreso a la estancia con paso grave y saludo con un cabeceo a la familia reunida. Pese a que su apariencia distaba la de ser la atildada que acostumbraba (cuando no estaba entrenando), y el dolor en el costado punzaba, se las arreglo para mantener la compostura.

-Buenas noches. Espero sepan disculpar la interrupción. +el comentario fue hecho en tono jocoso, para quitar hierro a la impresión que pudiera dar+ ¿Han pasado una buena jornada?

Era muy consciente de las manchas de hierba, la suciedad de las botas y el rostro y los cortes en el jubón, manchados con sangre y las apuradas curaciones que le habían aplicado los soldados abajo, pero había preferido venir de inmediato. Además, su equipaje estaba en la habitación que le habían dado en el castillo. Después de hablar, podría cambiarse.

Cualquiera que hubiese reparado en Rickard durante la cena hubiese visto un pesar sincero y profundo aunque pudiese confundir el origen de este. No estuvo muy hablador en la cena, y no tardó mucho en retirarse. 

Cuando la familia se reunion en la noche y Nathan apareció, dejo a este que hablase o fuese su padre quien le interrumpiese. 

Al ver entrar a Nathan, Cleesten se puso en pie y se dirigió con paso sosegado a una mesa camilla junto a su lecho. Tomó unos paños limpios que había junto a una palangana de cobre- Menos movida que la vuestra seguro, Nathan.-  Respondió mientras dejaba los paños sobre la mesa, junto a la silla que le ofreció como asiento con un ligero gesto de su mano. - Apremiantes deben ser las noticias que traéis si no os habéis ni tomado un respiro.- Tomó también un vaso de barro y una jarra que colocó justo al lado de los paños, después de llenar el vaso con agua fresca. Volvió a tomar asiento entonces frente a Nathan. 

- Contadnos, pues. Qué buenas nuevas traéis...-

Acepto el asiento y se sentó con un suspiro leve. No bebió, no de inmediato, pero si aprovecho para refrescarse la frente y el rostro mientras hablaba.

-He tenido un significativo progreso en las investigaciones. Aunque los criados no fueron nada cooperativos, en el pueblo surgieron mejores resultados… +dejo el paño, ahora manchado, a un costado+ Se de buena fuente que la hija de los Errol, Rhae, fue raptada antes de la revuelta por un hombre alto, fornido, de edad madura y poco cabello. No llevaba ningún emblema que lo identificara, pero creo poder reducir la lista de sospechosos.

Suspiro profundamente, estudiando un momento los rostros de los Thalassos.

-Veo que todos están serios… Antes de continuar, ¿puedo saber que ha ocurrido en mi ausencia? ¿Han averiguado algo sobre los asesinatos?