Partida Rol por web

Me siento en la mesa y dy un trago a la cerveza mientras escucho la pregunta de McLeud para reirme cuando me separo de la jarra.
La verdad es que familia.. sólo tengo a mi padre y casi ni nos hablamos. Le llamo en navidad y en su cumpleaños y él hace más de lo mismo, ahí se acaba nuestra relación. Creo que hace un año se volvió a casar o así, pero aún no conozco a mi madrastra. Digo encogiéndome de hombros. Y novio no tengo.. la verdad es que nunca he tenido uno que me durara demasiado..

McLeud se acha hacia atrás en su aciento y dice:

- Claro, todos los hombres fantaseamos con las mujeres de uniforme pero, al mismo tiempo, nos dan miedo.

Miedo? Miro a la jarra un segundo y luego miro le miro, un poco seria.. no sabía que le daba miedo a nadie.. pensaba que era porque primero me dedicaba a entrenar, vivía para y por el deporte y luego pasé a vivir para y por el ejército.. aunque ahora que dices lo del miedo... puede que tengas razón. Me quedo unos segundos en silencio. Bueno, lo que tenga que ser será.. siempre me puedo comprar 20 gatos si me hago vieja y sigo sin un hombre jajaja.

- ¡Gatos! Odio esas cosas. Me dan alergia... - Dice McLeud tomando otro trago - Aunque no creo que pintes para solterona; tus compañeros se ven muy interesados en ti. Por otro lado, ahora eres su superior y eso lo complica todo asi que... comprate los gatos.

Suspiro ante su comentario y le doy otro trago a la cerveza. Sí, supongo que será la historia de mi vida.. iré buscando 20 nombres para gatos. Luego sonrío y le miro.. creo que al primero que me compre le voy a llamar McLeud.

- Y seguramente lo primero que harás con ese pobre animal es castrarlo.

Crees eso por alguna cosa en especial? Digo echándome a reir sin poder evitarlo..

Mientras el teniente te hace ese comentario, tu que estás de frente a la puerta ves entrar a un viejo conocido. Se trata del coronel Edwars, el que está a cargo de los mercenarios, acompañado de dos de ellos. El problema es que el también los ha visto y se dirige hacia donde están.

Me pongo recta y muestro cara de desagrado mientras por debajo de la mesa doy con el pie en la pierna de Mcleud suavemente y con la mirada, le indico que mire hacia el hombre.

- ¡Mierda! Esta isla se ha vuelto demasiado pequeña - se lamenta McLeud. Después te dice - Diga lo que diga, no pierdas el control, Eve. Recuerda que ese sujeto es coronel.

Ya estoy empezando a morderme la lengua para no hablar demasiado.. susurro mientras miro de nuevo a McLeud.

Edwars se para al lado de su mesa flanqueado por dos mastodontes. Con una sonrisa falsa, les dice:

- Realmente me has defraudado, McLeud. Nunca pense que eligirias jovenes atractivas para tu equipo para después sacarlas a beber tragos y quizás que más.

Sonrío ante el comentario del coronel pero no digo nada más.. como le dije que haría al teniente.

Si en el fondo lo que te pasa es que contigo no se iría ni la mona más fea de un zoo..

Contrario a lo que podrias esperar, McLeud te toma de la mano y te guiña el ojo y dice muy fuerte, como para que todos los presentes escuchen:

- Debes entender, Edwars, que yo tengo la mente abierta y acepto que tú y tus amigos sean homosexuales, pero a mi me gustan las chicas, lo ves. No te preocupes, lo superarás.

Al final de lo anterior todos los que estaban en el bar se habían quedado en silencio y mirándolos a ustedes.

Trato de no echarme a reir a carcajadas y tapo mi cara mientras miro a la mesa, como si estuviera pasando vergüenza, aunque en realidad sólo intento que no se vea que estoy a punto de echarme a reir con todas mis ganas.

Realmente Edwars y sus matones no esparaban la reacción de McLeud, por lo que se demoraron en reaccionar. No obstante, Edwars tomo del cuello de la camisa a McLeud y le dijo:

- Ahora si colmaste mi paciencia, bocón.

Pero McLeud no se amilana y contesta:

- Ten cuidado, hijo de puta. No hay uniformes, no hay rangos.

Esta vez ya me parece que se están pasando ellos.. para una vez que el jaleo no lo armo yo.. Pero ya no lo puedo evitar más y hablo:

McLeud - digo poniéndome de pie y dejando el dinero de las cervezas sobre la mesa - te importaría si nos marchamos de aquí.. creo que estos bares no son de mi agrado. Únicamente miro al teniente, haciendo caso omiso de los demás.

Antes de que tu intención de retirarte se hiciera efectiva, escuchas claramente el sonido de un arma pasando una bala a su recamara. Se trataba del viejo de la barra, que había secado una escopeta recortada de alguna parte y se la apuntaba a Edwars. En ese momento dijo:

- No me interesa que problema tengan con el escoses, pero este es mi pub y no acepto que molesten a mis clientes. Si no se van en este momento, les volaré las bolas con esta belleza.

Todos ven la decisión en los ojos del viejo irlandés. En vista de aquello, Edwars suelta a McLeud y dice: