Llegas pronto. Haces ver que llamas a la puerta, por si alguien te observa. Obviamente, nadie abre. La casa adosada, aunque avandonada tras la muerte de los Peterson, se ha conservado bastante bien. Tras unas pequeñas obras, será un buen espacio para la ampliación de la agencia.
A lo lejos un hombre joven se acerca por la acera. Y dispuesta a cruzar la calle, una mujer. Ésta llega primero.
Llegas pronto. Quizás demasiado, o eso crees. Aún así una mujer joven se acerca a la casa en cuestión. Es un edificio que parece un poco dejado, las plantas han crecido sin cuidado y la acera está francamente sucia.
La chica parece acercarse a la puerta cuando ves, a otra mujer sentada en la puerta.
Linda parece abstraída, va andando con la mirada pérdida. Hasta que, de sopetón, levanta la vista para subir las escaleras hacia la puerta y ve a otra mujer sentada. - ¡Pero qué! - Un paso hacia atrás e intenta mantener el equilibrio. - Mierda, aún no has llegado y ya estás dando la nota. - Fuerza una sonrisa y añade. - Buenas noches, supongo que está esperando para la entrevista madame. ¿Aún no podemos pasar? - Se coloca bien el vestido gris. - Supongo que no soy la única que llega demasiado pronto a los sitios. - Se hecha la mano a la cara. - No parecemos desesperadas por el trabajo, ¿Verdad?
Buenas noches señorita. Mollie observa al hombre acercándose a lo lejos. Debe ser él... Así es, llevo un rato esperando, la puerta está cerrada lamentablemente, imagino que aquel caballero de allí será quien nos abra Parece tener muy claro hacia donde va. Mollie vuelve a mirar a los ojos a la mujer. No se preocupe por parecer desesperadas, a nosotras no nos sirve con hacer las cosas bien, como los hombres, debemos estar excelentes, y ello supone llegar antes. Por no hablar que debemos estar guapas...
Me giro y le pongo mi mejor sonrisa al hombre que se acerca. - Mucha suerte. - Digo entre dientes a la simpática señora.
Dos mujeres solas a estas horas... ¿qué harán aquí? ¿el trabajo?
Saluda respetuosamente
-Buenas noches. También me he adelantado por lo que parece. ¿Vienen ustedes por el trabajo? - trata de hablarles desde lejos y sin elevar el tono, como para no asustarles.
Me extraña que busquen también mujeres para un trabajo policiaco.
Muy buenas noches Contesta, aunque ya no queda nada de su tono agradable que mantenía con la otra mujer. Esperábamos que fuera usted quien nos había solicitado.
Mira alrededor más dubitativa que preocupada Espero que no se retrase en venir mucho más quien nos haya citado. Así es, hemos venido por esa nota en el periódico.
- Siento decirle que no. Vengo de hecho por el trabajo. Soy Scot Mastern. Estudiante de la Universidad. Mucho gusto en conocerles -dice sonriendo -no deberían tardar mucho en abrirnos.
En ese caso. ¿Te importa que me siente contigo? - digo mientras me subo la falda levemente para poderme sentar en la escalera.
Un placer señor Mastern Dice con la boca pequeña. Veo que Linda sabe posicionarse más rápido de lo que pensaba.
Empieza a mirar al horizonte, nerviosa, lleva mucho rato esperando. Espero que no se retrase mucho más
Un hombre con gabardina viene andando a toda prisa. Parece que os ha visto. Sonríe.
Me acerco a la verja con mi mejor sonrisa. - Señoritas, caballero. Me alegro ver que no hemos empezado aún. Venía medio corriendo, he salido tarde. - Me desabrocho la chaqueta. - Y sinceramente me he cruzado con un tipo rarísimo qué no paraba de mirarme de reojo. Al final se ha esfumado. Me sorprende ver a unas damas cómo ustedes aquí. Podría ser peligroso.
Mollie Tiende la mano, distante y fría, saludando al recién llegado. Encantada, imagino que esperaba encontrar a mujeres de la calle Nada, él tampoco es...
Mientras las dos mujeres y los dos hombres hablan, aparece un tercer hombre.
De los dos hombres, uno de ellos es el que te seguía.
Aquello se llenaba por momentos. Había demanda de trabajo, eso era bueno y la gente que venía tenía buena pinta, así que la cosa era seria -buenas noches, no , aún estamos esperando. Scot Mastern, estudiante. Mucho gusto caballeros.
La casa parece estar un poco dejada, hay plantas dejadas y algo de suciedad en la entrada. Aún así, dos chicas sentadas en las escaleras de entrada a la casa hablan con un hombre.
Dos hombres más acaban de llegar y se miran fijamente. Justo entonces un par más llegan a la verja y entran a la pequeña entrada que separa la calle de la puerta de entrada.
Señalo al tipo de la espesa barba blanca. - ¡Usted! Usted es el tipo que no paraba de mirarme por la calle. - Ladeo la cabeza y entorno los párpados. - Tiene mala cara. ¿Se encuentra bien?
Cojo del brazo a la chica. - ¿Crees que tenemos alguna oportunidad entre tanto hombre? Quizá nos hemos aventurado demasiado. - Agacho la cabeza. Eres una soñadora, siempre queriendo ir a dónde no te pertoca.
- Disculpe... vengo a estrevista, ja? No esperaba ver tanta gente... Doctor Conrad Muller.