Partida Rol por web

Creo que no había corrido tan rápido en mi vida, desde luego que toda una tripulación de un barco pirata era un acicate potente para darlo todo-¡mierda!-por mi maldita torpeza los había alertado, no se qué coño me pasa en los pies, en el cuerpo, en la cabeza...estaba siendo más torpe que de costumbre y eso no era normal en mí...

Sadie agarró la mano de Scott y echaron a correr al interior del faro como alma que lleva el diablo, cosa que hicimos todos los demás. Dentro de aquella pequeña estructura se encontraba nuestra salvación o al menos así lo habíamos entendido, aunque ahora no teníamos más elección que quedarnos allí y buscar el cuadro o algo que nos ayudase a volver a nuestro mundo. Pisaba los talones de Lex junto a Anne y de momento teníamos buena ventaja lo que nos daba la oportunidad de cerrar las puertas y mantener a Willy y sus secuaces fuera pero ¿por cuanto tiempo?.

-Si tocando el cuadron en el museo acabamos aquí y si Willy decía la verdad, aquí se encuentra nuestro billete de vuelta ¡vamos buscad!-insté con urgencia a todos, si no encontrábamos pronto aquel cuadro, terminariamos muertos, así que me puse a buscar por paredes y rincones ese cuadron o cualquier objeto sospechoso.

El profesor corría junto a Emiko para entrar en el faro. Era un no parar continuo, porque Willy podía ser muy cruel, lo sabía muy bien. Así que nada más verlo en el camino, no esperó, sino que echó a correr con la joven y ambos entraron en el faro. Todos estaban allí, salvo Anne, que venía más retrasada.

-Vamos, Anne. ¡Corre!

Al ver aparecer a Willy el Tuerto, me quedé pasmado observando cómo el capitán pirata y su tripulación corrían en nuestra dirección. Todos se estaban alejando ya hacia el interior del faro, y los únicos que quedábamos atrás éramos Anne y yo. No iba a dejar que nos tomaran prisioneros, por lo que agarré de una mano a Anne y decidí tirar de ella hacia el interior del faro.

-¡Vamoz, Anne! ¡No te dejaré atráz! -exclamé, tirando con fuerza de mi amiga mientras entraba en el faro.

Al ver la escalera del faro, comencé a subir rápidamente por ella, me asomé hacia abajo un instante y lancé un sonoro saludo, con intención de que se escuchara el eco de mi voz:

-¡HOLA! -grité, esperando a que el eco multiplicara mi saludo-. Jodé, ziempre quize hacer ezo. -Y seguí ascendiendo por las escaleras del faro.

En cuanto todos estuvisteis dentro, cerrasteis la puerta. Las manos eran de todos en general y de nadie en particular, y todas se movieron a enorme velocidad para poder dejar fuera a Willy y sus piratas antes de que llegaran.

Después, echasteis la barra metálica sobre la puerta, y segundos más tarde, sentíais los golpes de los piratas en la puerta y sus voces pidiendo a gritos que abrieseis igual que ellos os iban a abrir en canal a todos vosotros.

Debían subir las escaleras. Allí no parecía haber ningún cuadro y eso era lo que buscaban. Se trataba de la única forma de salir de ahí con vida, pues de no encontrarse el cuadro en el faro... estaban listos. Tarde o temprano los piratas entrarían en el faro y si para ese entonces seguían ahí, Scott no creía que fueran a tener demasiada piedad con ellos. No la iban a tener ya de por sí, menos cuando habían robado el mayor tesoro de Willy, su hija Sadie.

- ¡Venga, vamos! - Dijo entonces Scott sin soltar la mano de la hija de Willy y tirar de ella escaleras arriba. - Sigamos a Caleb. ¡Tenemos que encontrar la salida de este mundo! 

La carera había sido monumental.

Tan solo cuando cerramos la puerta tras de nosotros del faro, me sentí levemente a salvo. Me apoyé en la puerta y me dejé caer, para sentarme de rodillas y poder recuperar el aliento.

- Gracias Cal.- Dije a mi amigo cuando tiraba de mi para meterme dentro y no dejarme atrás. Pronto empezó a subir unas escaleras, imaginaba que al propio faro.

- La puerta no aguantará.- Dije levantándome de mi sitio al oir los golpes de los piratas tras la puerta.- Y hay que destruir el cuadro ese una vez volvamos.-

Una vez recuperado el aliento subí tras Caleb por la escalera. Imaginaba que el peligro era aún mayor, pues...- Son piratas, si ven que por la puerta no pueden pasar, intentarán escalar el faro!- Miré a Lex preocupada por mi mismo descubrimiento.-Rápido!

Caleb guió el ascenso, seguido de Scott y Anne. Emiko y Sadie no tardaron demasiado en emularlos y comenzaron también a subir, mientras los golpes eran cada vez más fuertes, dando la impresión de que la puerta no iba a aguantar eternamente.

-Recordad que hay dos cuadros, el faro y el barco, que uno es la entrada y otro la salida, porque en algún lugar de este sitio tiene que estar la forma de salir. Subid, rápido, mientras yo intento retenerlos.

Caleb continuó subiendo las sinuosas escaleras, aunque al mirar hacia abajo la verdad es que daba bastante miedo. Aquel faro era mucho más alto de lo que había supuesto.

Mientras tanto, los piratas seguían aporreando la puerta sin parar, y los golpes resonaban por todo el interior del lugar, haciendo que todo fuese mucho más inquietante.

-¡Pues escalemos mas rápido que ellos! - respondió Lex según aparecía una picara sonrisa en la comisura de sus labios al tenderle la mano a Anne y comenzar a subir a lo alto del faro en busca del cuadro – vamos Tricky Trick no pierdas nuestra estela – llamó a su primo – y por favor no te asomes por la baranda que con la suerte que tengo te me caes al vació

Pese al no parar, el agotamiento físico y mental debía hacer un esfuerzo, a veces una carcajada o una sonrisa infundía más energía que una hora de descanso, o al menos así quería creerlo. El asenso sería cansado y debían regresar a casa para destrozar el cuadro, dejando al maldito Willy y aquellos piratas encerrados por toda la eternidad.

-¡profesor! - gritó a medio camino cuando anunció sus intenciones – no se haga más el héroe que ellos tienen espadas y pistolas, suba de una vez – y acto seguido siguió subiendo tras el resto con Anne y Patrick bajo su atenta mirada

A uno, lo vigilaba por su racha de torpezas aquel día y a la otra, no quería volver a perderla.

Aquellas puertas no aguantarían eternamente y al ver que en la planta baja no había señales de cuadro alguno Caleb echó a correr escaleras arriba en búsqueda de una salida a nuestro mundo. Todos comenzaron a subir las escaleras tras él, pues si esos piratas conseguían entrar y nos atrapaban, nos depediríamos de nuestra breve vida.

Mi prima se encargó de añadir un toque de humor como siempre hacíamos incluso en un momento tenso y peligroso como aquel-No seas idiota, pienso subir pegado a la pared y tú deberías de hacer lo mismo, la mala suerte a veces se contagia y no me gustaría tener que ir a cogerte cuando estés a punto de caer por el hueco de las escaleras-contesté sacándole la lengua mientras comenzábamos nuestra ascensión practicamente corriendo-¡no perdamos tiempo, tenemos que salir de aquí como sea!-exclamé animando a todo el mundo a seguir subiendo.

Antes de que puedan hacer o decir nada más, los piratas logran echar la puerta abajo, y el profesor es impulsado hacia atrás con fuerza. Todos los demás termináis de subir al faro, en donde veis que lo único que hay es la luz girando alrededor.

No hay absolutamente nada más, pero a lo lejos, ya empezáis a oír como suben los piratas.

Bueno, y se puede saber para qué queríais que entráramos aquí, porque no hay nada. Es solo un maldito faro y estamos atrapados -dijo Sadie con amargura, temiéndose lo peor para sus amigos y también para ella misma.

Miró hacia abajo y vio como su padre encabezaba la marcha, arrastrando con él al profesor y con todos los piratas detrás.

Estaban acorralados. No tenían por donde seguir y solo un milagro les podía salvar entonces de morir a manos de esos piratas. Fue en ese momento cuando Scott abrió los ojos como nunca antes los había abierto y luchó por encontrar la salida hacia su propio mundo o al menos un el resquicio por dónde escapar de los filos de Willy y los suyos.

- ¡No perdáis la calma! - Gritó. - ¡Pensad, buscad! ¡Tiene que haber una salida!

Scott fue el primero en darse cuenta de que aquella luz que desprendía el faro no era normal. No parecía iluminar en verdad, y era más bien como un fulgor. Patrick también se dio cuenta. Era... diferente a lo que esperaban. 

Todos estaban en el pequeño rellano alrededor de la linterna que giraba los 360º por encima de sus cabezas, aunque solo con alzar una mano eran capaces de tocar el rayo de luz.

Era un fulgor extraño, muy extraño.

¿Sería eso el camino de regreso a casa? ¿Tenían que saltar hacia la luz? Podía intentarlo pero... ¿Y si no era así? El golpe contra el suelo sería terrible y mortal...

Scott rebuscó en sus bolsillos y encontró su teléfono móvil. Lo miró dos veces antes de atreverse a lanzarlo hacia el fulgor del faro. Si desaparecía o se mantenía estable dentro de la luz, él sería el siguiente en lanzarse hacia la luz.