Partida Rol por web

Odiseo sigue en la interactuando con algo, mientras Robin alza su arco para disparar a Kvothe que intenta colarse por la grieta antes de recibir el impacto. Pero Robin es mas rápido e impacta en el costado de Kvothe justo antes de que este se cuele por la grieta.  Don Quijote decide que la idea de Robin es buena y se lanza a la carga a por Kvothe pero llega demasiado tarde y este ya se ha escapado.

Elayne se acerca a Victoria y coge los ungüentos medicinales para ayudar a Victoria mientras ella no hace nada. Susan y su robot consigue escapar. Sherlock y Bridget también.

Rincewind parece pensarse el volver a entrar a por algo o no, pero al ver que Juana tiene intenciones agresivas para con su persona decide que lo mas apropiado es dejar su silueta ahí para que reciba los golpes y desaparece ágilmente por la grieta. Juana al ver que Rincewind ya no esta a su alcance busca un nuevo objetivo y carga hacia Deckard que parecía preparado para actuar pero ve la acción de Juana demasiado tarde. Por lo menos lo suficientemente rápido como para intentar esquivar su golpe con bastante éxito, recibiendo solo un rasguño en el costado de su estocada.

No has hecho la acción de vincularle y la he cambiado por esquivar porque no podías hacerle nada al ser invulnerable. Pero que conste puedes hacerlo.

Odiseo consigue abrir el cofre, dentro había botellas de cristal con líquidos y trozos metálicos. También había polvos extraños y otro tipo de materiales. Parecían materiales alquímicos.

Tienes 3 letales, si consigues materiales y descansar puedes curarte, podrías vendarte con tu ropa y quitarte la flecha para asegurarte de que no se infecte. Así también te curarías, pero mas lentamente. 

- Cuidado con ese libro y ese bastón - digo a Robin - Son malignos y deberíamos intentar destruirlos cuando sea posible.

Mientras hablo tomo los frascos de cristal y los lanzo tan lejos como me es posible, todo aquello que no sepa manejar es un arma para un enemigo. - Realmente esperaba algo más útil.

Flechazo a bocajarro en el cebollo de ulises cuando está vaciando el baúl. Con saña. Que se muera.

si no he calculado mal, tiro 9 dados para curtirle. ¿Si gasto FdV sumo 3 dados?

- Gracias, Elayne - murmuro mientras cojo los ungüentos que me tiende. 
Ha sido todo un detalle por su parte. Espero de momento no tener que recurrir a ellos. Lo intento una vez más por mis propios medios. 

Ataco a Deckard. Sino a Ulises. Sino cojo el escudo que queda, aunque no me hayas dejado cogerlo en el anterior round ¬¬

por si sirve de algo, corro por la grieta para llegar al otro extremo y que no me alcancen si deciden perseguirme.

La niña sonríe, arrodillada junto a Victoria mientras observa sus esfuerzos para recuperarse de la herida.
Sus ojos ambarinos reparan en un pedazo de papel enrollado con una vibrante aura de energía, que coge entre sus pequeñas manos, intrigada.

- Tal vez nos sea de ayuda.- Murmura en voz baja.

Cojo el papel con energía mágica que hay en el sector.
Si alguien trata de atacarme a mi o a victoria, la pido que cierre los ojos para brillar a plena potencia.

Los dados que tiras dependen tanto de la defensa de ulises como de los bonos del arco y como no los conoces yo hago las tiradas, eso si, puedes gastar fv para añadir 3 dados como siempre. Si ibas a tirar 7 tiraras 10 etc.

Alicia siguió al conejo blanco hasta un desvío del camino. El conejo se metió por un agujero que era demasiado pequeño para ella, a su izquierda tenía el camino normal al final del cual se veía una luz.

Rincewind corrió a toda velocidad por la gruta por si acaso le perseguían. Mientras corría noto un movimiento al fondo en la penumbra, el movimiento de alguien que sin duda también le había percibido a el. No había mucha duda de quien podía ser, solo una persona había cruzado por esa grieta.

El camino era amplio y se podía ver como la cavidad se expandía mas adelante. Ya estaban casi todos ahí reunidos, solo Deckard y Don Quijote habían quedado atrás. Ahora tenían que decidir si seguir adelante o esperarles. 

Momo y el principito siguieron a Casiopea a lo largo de la gruta que atravesaba el acantilado de piedra. En varias ocasiones se encontraron ante cruces de caminos y, muy decidida, Casiopea había tomado uno de ellos. Al final llegaron a una zona boscosa. Al fondo escuchaban el rugir del agua.