Partida Rol por web

Andaba yo p'aí tan felis, jon los mininfestantes de la ciudá, ajarrándome a los güenos mozitos, cuando enderrepente, sin saé como, acabé má sola que l'una, toa tirá en el suelo rodeada de panjartas d'esas. Juando taba a puntico de ponerme a jorar, piensando que rialmente llegué tiarde a la mininfestación y mi quidé sin sobá má mozicos... Jiasta que  ví a dó intrar en el bá mu despacico.

Mi lievanté y me coloquié las gafas y el pelo, salindo trá ellos. Indimás, en ese bá no jai niunca mozas, asin que jiera mi miejó oportunidás. Juando llejé a la tierraza jaí'staban el Fonsio y el Jutanasio.

Bienos dias sieñores, sí.... qui tal stan? les dije con mi mejó ducasión mientras mijaba de riojillo p'al interió del bá, biuscando a los güenos mozos... No jabia tierminao di dicirlo juando el  panajero soltó un berrío d'esos que te dejan to cagao y el brutaco del Frascuelo traía jagarraó a uno de los mozos. Que hacieis!!! Que hacieis!! Dijarme al mozico pa' mi!! Pa' do qui san saquedao no mi los quiteis asín!! grité juando vi como li piegaban jentre toos.

A CALLÁ LA BOCA Y TIA PA TU CASA TONTALBOTE!! El shasho eje no se sabé comportá... pos... andada de palos se viá a meté... tu como buena moja no te metaj con asuntoj de siñorej!

Pos el caso es que al Alfonso se le fue la mano con el bastón. Normá, ya no veía ni la mitá y como que metió el bastón ande no debía. En vé de pincharle la tripa, le dio un ataque de tos desos mu malos y el bastón se le fue to p'arriba, con tan mala suerte que se l'enganchó al perroflauta en to la boca atravesándolo de punta a punta.
El Frascuelo al verse el percal s'acojonó un rato largo...

-¡Alfonso l'ostia, que te l'as cargau!

Y como pa que paecíera que la cosa no iba con él, suelta al zángano ese, que tampoco se quejaba. Sólo gruñia y mordía el bastón del Alfonso (ya ves tu q'asco, to manchao de sangre, babeao y mordisqueao). Pero la maniobra como que no se le da mu bien, y el tiparraco aquel hace un giro extraño, tropieza, se cae al suelo, to enganchao con el bastón del Alfonso que lo suelta pa no caersen tambien (que tonto no es el abuelo).

Pa rematar la faena, el tontolaba ese del minifestante se cae encima de l'azá del Mariano, que la había dejao allí pará mientras iba a comprar el pan, y se da con tol cuello en el filo l'azá...

Resultao... Una cabeza con el bastón del Alfonso atravesá, que mordisquea y babea, y por otro lao el cuerpo del zángano ese que se levanta sin cabeza y con las manos alargás trata de coger al primero que se pone enfrente. A to ésto el Ermisildo que lo ha visto tó dice: -¡Copón!¡Como las gallinas!

Mientras tanto, el otro zángano s'entretiene mordisqueando el gordo d'escayola donde el Ermisildo apuntaba el menú del día.

¡La que se había liao en un istante! El Frascuelo había soltao al vago aquel cuando el panadero le enchufó la vara, que ahí eso pintaba mal y no quería de metese en lios. Pero to fue de mal en pior, y el guarro zas-tras-pl-as ¡descabezao! ¡Y moviéndose!

-¡La víhen santa! -dio un par de pasos para atrás con las manos en alto- ¡Yo na hecho ná! ¡Yo na hecho! ¡Tol mundo ha vihto que yo no sío! ¿Eh? ¿Verdá?

El Frascuelo no quería meterse en fregaos, y sin querer acababan de meterse todos en uno mu gordo. Asín no se había tratao a los manifiestante ni en Tordesillas cuando lo del toro de la vega.

...ya verá tú cuando venga la tele... ay omá...

Pocosebo veía estupefasto como el tipo desmochao aqué se iba paseandose tan pancho y ancho. Le dió un codaso al'ustaquio y señalando al nota aquel, le ijo.

Tronchasquina, tu que're ma mayó ¿Eso e normá? Lo desía sorprendíiiiico perdío. Daban gana de cogé el garrote y dale un garrotaso al otró gashón que estaba mordisqueando al muñecajo de forma tan tortisera. Le entró algo de encorajina y mirando al tontolava aqué le voceó pa que s'echusase bien y fino. ¡¡¡ TUUUUU, 'ESGRASIAOOOO!!! ¡¡¡DEJA DE COMERTE'L 'ÑEEEECO!!!

Le salió un gallo al darle el chillío pero el tipo aqué le empesaba a se cansino, en primero no se reía una broma y ende luego no tenia eucasión... ¡Con tó lo que se ponen deso los señorico de siudá!.

Miró al Nicodemo cuando le hicieron alusión y él se tuvo que descojonar, porque otra cosa no, pero el asunto tenía su gracia. Los jóvenes d'ahora perdiendo la mocha como los gallinos, hay que jode'se.

-Pos, hombre... Normal normal... Hace unos años, cuando enterramos el Elmerigildo pasó algo asín. Ya sabís, el Elmerigildo el Pocatesta, que le dieron con un martillo pilón y l'hicieron un bujero en toa la cabeza. Eso era pa velo, ¿eh?. D'esto que estaba metío en la caja los muertos y acababan de mete'lo al nicho. Pos como qu'empezamos a oír asín unos golpes, ende dentro de la caja. Tos pensando que era el apolladisi ese del que habla el cura tol día...- anda que sabía poco el pájaro del cura, tol día más que cacareando en la iglesia y luego bien que tenía la mano larga pa pedir cuartos. -Total, c'al final no'staba muerto ni mierdas, más que se había quedao en cama d'esos. Sí, hostias, los que se quedan así atontinaos y duermen tol día, que no se dispiertan aunque les vocees.

Miró al panadero y dijo lo que tinía que decir, las gentes del pueblo estaban pa aquello. -Pos bueno, aquí naide ha visto na, ¿mentindís? Nos llevamos al lao del pozo que tengo ahí en la viña, hacemos un bujero, lo metemos dentro y una poqueja cal viva. ¿Sabís c'os digo? Que luego viene la guardia y ninguno queremos que vengan los de los cartelicos de mierda a dar por culo con otras cosas, bastante tienen que nos quieren quitar el trabajo a nuestros jóvenes en el centro ese de la luz.

Alfonso ignorando a todo el mundo, coge el cuchillo de la tapa que le habían puesto y se agacha apoyándose en el bastón para que "la cabeza" no se mueva mucho... y como cuando estaba en el frente contra los comunistas, se lo clava en "toolojo" al bicharraco ese. 

- Shupa esa malnacío, eso a sío en defensa propia, ¡que lo a vitto toolmundo! luego se dirije al Frascuelo y le dice: tu deja de emmerdá sha y pon la radio joé que me parese que juega e madrí. En realidad es una gran escusa, pues el panadero no tiene ni puta idea de futbol, es más...  Alfonso se cree que aún se juega la copa del generalísimo.

—¡Copón, Willy! —digo al ver el garrotazo, que por poco me pilla a mí. Cuando me quiero dar cuenta, los dos perroflautas están más aviaos. Apartándome y cogiendo mi cubalibre, me echo a un lado, no vaya a ser que me salpique.

Tras esto, digo al panadero— Pero no le des más Willy, que están aviaos del to y no me han dao ni lumbre...

El Alfonso consigue quitarle la cabeza esa petarda al bastón, y al clavarle la chirla en el ojo, deja de mordisquear y el cuerpo que andaba de aquí p'alla cae a plomo, como si se hubiera quedao sin pilas. Endemientras, el questaba dentro mordisqueando escucha el berrío del Pajizo y se va pa el, con los brazos to extendíos, como pa darle un abrazo desos mu cariñosos de borracho total... Como cuando el Willy y el Frascuelo se pillaron la melopea aquella en las fiestas del pueblo y se tiraron media hora abrazaos diciendose en el baile eso de..

-Tio... erej mi ma mejor amigo... y el otro le contestaba tontas del estilo ese de -No, tu má... Que parecian dos gorrinos en celo. Mae mia, lo que nos estuvimos riendo tos hasta que se dieron cuenta.

Pos ná, que se iba to lanzao a por el Frascuelo cuando el Leopoldo se baja del cuatrolatas con sus perros. Porque el Leopoldo iba a tos laos con sus perros, que uno no sabe nunca por ande va saltar la liebre... o el jabalí, porque el Leopoldo no le hacía ascos a na. Que las malas lenguas decían que en sus tiempos mozos había cazao elefantes en África con el Rey. No, con el nuevo no, que está apollardao, con el otro, que era mu macho y cazaba, bebía, fumaba y s'iba de pilinguis.

¿En qué'staba? ¡Ah, si! ¡El Leopordo! Po eso, que se baja del cuatrolatas, que lo llevaba má estropiciao que de costumbre, to lleno sangre como cuando el de correos atropelló la piara cerdos del Pascual, que luego le tuvo que pagar to la matanza y un poco má y no sale con vida del pueblo.

¿Cómo? ¡Oh, si que m'enrollo! Pos eso, que se baja el Leopoldo y sin decir este carajillo es mio le pega un tiro al baboso ese que s'iba pal Pajizo. Pero un tiro d'esos bien daos, de los de postas. De los que no se hacen pa matar, sino pa reventar. Y el piojoso cae al suelo sin cabeza, porque tos sabemos que los carchutos de postas son mu malos y por algo están prohibíos pa cazá.

-¡¡¡MECAWENSUPUTAMARE!!! -Estaba mu clarico qu'el Leopoldo estaba mu cabreao, ya de normal siempre estaba cabreao, pero hoy parecía que un poco más que de costumbre. -Los piojosos estos s'an metío en la central y l'an liao parda. ¡Que yo lo he visto tó! ¡S'an liao a mordiscos los unos con los otros mu malamente! Luego han salio unos de seguridá mu raros, con cascos y to y s'an liao a tiros. Mu raro, ¿sabís? Los piojosos estos no se mueren si no les revientas la cabeza. Y si te muerden te pegan la tontuna y te vuelves gilipollas perdío. ¡¡¡Y pa colmo m'an pisao to lo labrao!!! Pero esto no se va quedar asín... Ahora mismo me voy a pegarle cuatro voces al Alcalde. A vé de que cojones va to esto...

Alfonso el panadero, escucha todo el parcal sin enterarse de la mitad, y de la parte que se entera se hace el tonto... le da igual lo que le pase a las cabras de ese y a los piojosos mientras él tenga su jubilación a final de mes. 

- Si ejke toro ehto e culpa de los socialittas comunitas COF COF COF, que han hundío er paí. Que ajko de verdá... me voy a exá un pis. 

Y a lo dicho se va al lavabo llevándose el periódico AS... madre mía, si su mano aún funcionara como antes y también lo hiciera su manguera el abuelete no sólo se contentaría con contemplar la chica de la contraportada.

- Ay vigen, que rikura de jaka

Aaaiiieeeehhh!! Peu qui tais haciendo!!! Tais to locos!! sexclamé juando vi comu piegaban a los mozos. Enluego vino el clarinete con el'scopeton to cargau y le piegó un disparo al otro mozo qui lo dijio to tieso enel sitio. Yo q'ma vía posto toa gapa pa'buscá mozo.... y vais y sus los cargais a toos! Con lo güenos mozos q'eran! Lo bien que jolían!!

Yo tambien mi vi a ver al arcalde!! Le ví a dicí to lo q'je visto!! Como si nota qui zoy la júnica mozica del pueblo! Qui mi quiereis toos pa vosotros y no mi diejais buscá un mozico pa'mi!! Me se caían unos piedazos de lajrimones del tiamaño d'un obús, mentras la boca se m'han'cía cada ves má jrande y me se llenaba de babas.

Pocosebo 'taba que no le alcanzaba l'camisa al pescuezo. Bía dejao a la vieja sola en casa y la susodicha se'bía apañao una botella de güisqui del colmao. Miró al Alfonsiyo con cara de'nortao y salió en plan pies pa'que sus quiero pa'charle el'ojo a la vieja y cogé la superpuesta pero más rapio de lo que se dice "amen".

Vo a mirá la vieja, que la dejao con la merluza durmiendo y esta cuando le da'al trinqui no sentera e'na. dijo mientras s'iba calle abajo.

Llego a la casa en un plisplas, normá, porque taba al laico la tasca y entro por la bodega como es normá. Lo primero fue charle el ojo las copeta y cogé una caja cartuchos desos loberos. Clarinete la soltaó una rasión de lantejas al desgrasiaó aqué sin media un buenos días, así que asin debía haserse. Armao con la copeta, con dos cartucho cargao y er seguro pueto subió a ve si veía a la vieja y de paso le escamotaba una botellica de sienpipe.

-¡Sus podís ir tos a la mierda! -Al parecer, el Ermisildo se había contagiao de la mala baba del "Clarinete". -Que sus importa un carajo lo que pase en el pueblo... ¡Pos a mi no! ¡Que vengan los zagales a morderme al "Callao"... -Es el mote cariñoso que l'abía ponío al monigote d'escayola, con el que tenía largas conversaciones cuando creía que naide le veía. -...me da mucho pol culo, to sea dicho. Y pa colmo, ahora to lleno sangre... ¿Sabís lo que cuesta quitá la sangre de la rajola? To ésto es por culpa de los zagales esos y de la joía centrás esa nucular. -Porque una cosa estaba clara... La culpa no era de Leopoldo. En los pueblos s'apoyan los unos a los otros... Bueno, menos cuando se trata de mojones y de lindes, que tol mundo sabe que los piazos son sagraos. Y si no, acordarsus de lo de los crímenes de Cuenca, que to el tinglao empiezo con un mojón q'un zagal había movío dos palmos pa gastar una broma. Y tol mundo sabe que quien más quien menos, tié la cacharra cargá por si hay que tirarle a una liebre... o a un paisano. Pero no, ahora la culpa era de los piojosos de la capitá que li habían llenao to de sangre.

-¡Hala, ya sus podís ir tos a cascarla al río! Yo mi voy con el "Clarinete" a cantarle las cuarenta al Chema. Está el bar cerrau, ya sus podís ir al hogar del jubilao, si es que no tenís pelotas pa hacé lo que hay que hacé.. Y ni corto ni perezoso, saca la escopeta de debajo la barra y se va detrás del "Clarinete".

-Espera PAISANO, que me vi contigo a dejá las cosas en su sitio. -Lo de paisano, dicho mu malamente, con inquina, como si tol que se quedara en el bar fuera de Mojuéllamos o algo pior... to dicho p'acer sangre. Que a la hora de arrimarse a la barra y contar lo bien que salía la breza n'el majuelo tos mu amigos, pero p'arrimar el hombro ni puto caso.

La cosa sabía desmadrao en un pispás. Con tiros y tó. El Frascuelo taba nonadao de la sorpresa. ¿Pero qué lehtaba pasando a to la gente, copón? El Clarinete se habíasplicao mu bien pero mu mal, y el Frascuelo no tenía na claro lo que taba pasando.

Lúnico cabía entendío era que taba pasando no je qué en la central. ¡Y ahí estaba su Chari! ¡Pero si acababa de dejála allí!

-Yo me voy pa la centrá que tengo la señora allí -dijo, sacando las llaves del coche.

Como la Chari se enterara de que taba pasando algo y no fuera a buscala, el Frascuelo se la iba a cargá.

—¿Y yo qué coño hago sin el bar? ¡Menuo Poblema! —grito consternado al ver que cierran el bar. No obstante, solo me queda una opción, además de esperar en la puerta. Está claro, y es ir a ver al alcalde, al menos hasta que Levantamozas se canse y vuelva a abrir el bar.

—Venga Willy, que sus acompaño a ver al alcade. ¡Podemos il en mi furgoneta! —Les digo a Clarinete y a Levantamozas. Desde luego, no tiene mucho sentido porque es cruzar la calle y llegar, pero por si acaso, así perdemos menos tiempo.

Mire a toos toa loca. No siabía q'estaba piasando aun, peru tienia qu'ir a vé al arcarde pa' disirle la q'jabían lío toos estos en el bá. Asín que ni me lo piensé y salí tras el Clarinete y el Levantamozas pa' xivarme de too. Y jesque era too ividente! S'estaban cargando a toos los mozicos pa' acá-pararme.... y no piedía piermitilo.

Ea! Tú! Borraxuso!! Le indica Alfonso el panadero a "Willy" Si ere capá de conducí con cuidao llévame pa mi kasa, que no kero ke me token eso piojoso! Así tinvito a una boteya de bueng ribera der duero.

A la mujén ni se la escuchó, qu'era mujén y moza, estaba atontiná. Además, ¿c'hacía una mujén en el bar si no era detrás de la barra? Asín no se podía con toas las mierdas de la capital que se les metía a las muchachas de ser como los hombres. Que se fueran a descubrir a la viña tol día, a ver si les parecía to asín bonito.

-¡Ejo ejo! ¡El alcalde al pilón!- gritó el Eutanasio to animáu. Pero siguía allí mirando al muerto y pensando c'aquello no pudía quedáse asín. Eso era una zanja y echar una poqueja cal viva, que se tardaba na. Como hacía el Natalio el Bocachancla con las ratas que pillaba y las metía en el pozo viejo. Aquello olía a revenío pero bien, que toas las plantas d'alrededor se le habían marchitau y to. -¿Pero c'hacemos con los muertos, copÓn?- acentuó el copón, porque aquello era sirio.

—¡Ah, pos siendo así, amos, que te llevo, Willy! —exclamo ante la propuesta del panadero. Que ir a ver al alcalde porque va el dueño del bar está bien, pero si me invitan a beber es mejor.

—Tengo la blanquita aparcá por algún sitio... A vel si me acuerco, que vaya poblema... —digo al no recordar muy bien donde está. Menos mal que no estamos en un sitio grande, y solo tengo que asomarme a la esquina del bar, la que hace chaflán, para verla ahí aparcada (o más bien tirada)

—Enga, amonos Willy.
 

-A los muertos que les den... Ya lus rezará algún paenuestro Don Urraco. Endeluego los enterramos, que ahora no m'apetece ná. -Dijo el Clarinete, y asín nuestros valientes prutagonistas se montaron en los coches y le dieron la vuelta a la plaza p'aparcar al otro lao, que era ondestaba el concejo. Porque claro, ¿ande iba a estar mejor el yuntamiento que al lao del bar?

Pos tol caso es quel yuntamiento estaba abierto y abandonao, y el Chema (el alcarde) estaba como loco guardando cosas en un maletón enorme. Comó el del Rugelio cuando se fue a la mili en el 38, que metió a la parienta dentro pa no sentirsen solo en las guardias. Al versen sorprendío, cierra la maleta to de golpe y pone cara de circunstancias.

-Estooooo... Yo ya me iba. Nos vemos... Chao...