Partida Rol por web

22 de Marzo de 1921 12:00

volvéis a poneros en camino, y a las cinco horas, como siempre, una nueva pirámide. Ya veis en la copia del mapa que hizo Sickert, que hay dibujadas ocho pirámides pequeñas, de esos extraños mojones que os estáis encontrando.

Como son las 17:00 seguís avanzando un poco, a insistencia de Morgan, para avanzar lo mas posible en el día. A las 19:00 os encontráis una pirámide Maya, muy diferente de las anteriores. No tiene dibujo de la ciudad de piedra, y sí está cubierta de vegetación. Además es de tres metros de alta. Calculáis que estáis cerca a la frontera con Guatemala.

No os cuesta trabajo encontrar, pues están a la vista, una hoja de machete oxidad y unos objetos metálicos. ¡¡¡Son de la expedición anterior!!!

22 de Marzo de 1921 19:00

-Es evidente que estamos en el buen camino, pero ¿cuanta ventaja nos pueden llevar? Sólo encontramos rastros, recientes pero rastros... Casi parece que nos estuvieran dejando miguitas de pan para que les siguieramos pero sin dejarnos alcanzarles... ¿Acaso es que ellos no necesitan descansar?-

-Han pensado que tal vez el reloj que encontramos fue de alguno de los de la expedición anterior que volviese , recuerden los dos cadaveres que encontramos en la premera de las piramides la que estaba cerca del rio ... igual volvieron algunos , dejaron una marca para indicar al resto que ya habian vuelto a pasar por allí y fueron a morir a la primera piramide ...- Reflexiona en alto Thomas .

-No se...Esto me escama...el reloj daba muestras de ser un rastro reciente...pero este machete está oxidado, y no creo que lo estubiera cuando lo llevaran consigo pues un machete oxidado no es una herramienta útil.-

Digo tras examinar los restos.

Cita:

Niego con la cabeza.

-No parece probable. El reloj tenía grabadas las iniciales E.W., eso hace pensar que era el reloj del propio Eric Williamson.

-Pues... ¿Damos un rodeo alrededor de la pirámide para comprobar si hay algo más? -inflexiona Allan, con cansancio, y apoyado más de lo normal en su bastón-.

-Si alguien encuentra una piedra tapando un pozo o algo así, ni se les ocurra levantarla.- dice Sickert con una mueca que podría definirse como "sonrisa tétrica" dibujada en el rostro, mientras mira a uno y otro lado a ver si hay algo más a la vista además de lo encontrado, incluso se aleja unos metros, pero no tanto como para perder de "vista" al grupo.

Con cierta curiosidad, comienzo a recorrer el perímetro de la irámide en busca de alguna puerta o abertura que de acceso al interior. -No se preocupe, no creo tener fuerza suficiente para levantar losa alguna y yo también aprendía la lección de la anterior.- digo levantando la manó levemente afectada por el gas mientras sigo recorriendo la pirámide

Acompaño a Emma para que no se quede sola. Mientras ella busca puertas yo corto la vegetación que cubre la pirámide, a ver si hay alguna inscripción reconocible bajo ella.

Emma se dedica a darle vueltas a la pirámide, pero esta es maciza, sin puertas ni nada destacable, sin embargo, Mortimer repara en algo en el suelo. Son unos libros de notas, encuadernados en piel y cubiertos de moho.

La mayor parte son hojas ilegibles, pero las restantes explican que Williamson y Baldwin se encontraron con un norteamericano llamado Gordon Lockley. Según las notas Williamson simpatizó de inmediato con Lockley y confiaba en él por completo, aunque Baldwin era menos entusiasta respecto a Lockely.

También os llama la atención la última anotación:

Ahora estoy convencido de que lograré probar mis teorías sobre los orígenes de la religión Maya. A juzgar por los grabados de Kalkamal debemos estar muy cerca de la antigua Bendal-Dolum, el templo perdido de los Dioses Prohibidos, y las inscripciones de las pirámides que actúan como hitos verifican esta hipótesis. El lugar no puede estar a más de 30 km al suoreste. Si Von Juntz no se equivoca. Anthony, Gordon y yo salimso al amanecer.

Llamo la atención de la señorita Dresden sobre mi hallazgo y empiezo a hojearlo. Me sorprende descubrir el nombre de Gordon Lockley y, a medida que avanzo en la lectura, mi sorpresa se transforma en indignación.

-¡Señor Lockley! ¡SEÑOR LOCKLEY! -Regreso al campamento con la furia vibrando en mi voz y agitando las notas con aire acusador-. ¿Qué significa esto? Aquí dice que usted acompañaba al doctor Williamson en su expedición. ¿Por qué no nos ha dicho nada?

Thomas como siempre estaba mas atento a la selva que a los descubrimientos arqueologicos , pero los gritos del misionero le hacen reaccionar .

- Miguel prepara el arma - dice en el dialecto que usa para comunicarse con su guía - y vigila no vaya a ser que alguno de estos quiera escapar - .

Luego se acerca al citado Gordon sin dejar de apuntarle con el rifle y le dice , - ya ha oido al misionero , así que venga queremos oir esas explicaciones y sea convincente -. Termina añadiendo mientras sonrie .

¿Yo? Pero está usted loco? Será otro Lockley. Para que demonios iba yo a ir con la otra expedición y luego a buscarla.

Dice Gordon.

-Lo que a mi me gustaría saber...- dice Walter bastante tenso -...es por qué, si ya ha estado con el grupo, nos ha tenido caminando por la selva todo este tiempo sin decir nada.-

Allan se sobresalta un tanto cuando oye al misionero acusar a Gordon. Debía de estar tan ensimismado en sus pensamientos sobre materias académicas, que ni siquiera se percató de la coincidencia de nombres.

-Estadounidense, Gordon Lockley, y miembro de las dos expediciones consecutivas de la misma zona -medita en voz alta, mientras niega con la cabeza- ¿Pero qué hace un diario de texto en mitad de la selva, y encima con información tan reveladora? Debió de ser dejado a propósito, al lado de una pirámide, que es el único sitio en el que nos molestamos en buscar, con el objetivo de que llegásemos a la conclusión de que Gordon estuvo con la otra expedición. Y que consiguió volver porque les traicionó.

-¿Pero quién y por qué querría que nos deshiciéramos de Gordon? -murmura pensativo- Creo que lo mejor será que miremos en las pertenencias de Gordon, pues quizás así encontremos algo que... eh... demuestre su inocencia. -farfulla, buscando uno de sus cada vez más escasos cigarrillos-. O lo contrario, claro.

El padre Sunhold escucha también asombrado la revelación del diario encontrado. La presencia del tal Lockley en el texto no puede ser una casualidad y es tan improbable que se trate de otra persona con el mismo nombre que hasta para un hombre de Dios resulta evidente que su supuesto compañero les había estado engañando durante todo el tiempo.

- Señores, haya paz, dice Sunhold intentando calmar los ánimos del personal. - Señor Lockley, visto lo visto no creo que nos crea tan ingenuos como para pensar que todo esto es una simple casualidad. Le pido por favor que no complique más las cosas, deje de mentirnos, nos explique claramente qué es lo que está pasando aquí y permita que estos señores revisen sus pertenencias, como bien dice el señor Grey

Miro recelosa a Lockley y me acerco despacio a Vincent. -Teniendo en cuenta el tiempo que nos distancia de la otra expedición no debería ser posible que el señor Lockley estuvira en ambas... A no ser, claro está que uno de los dos que dijeron ser Lockley sea un impostor...