Partida Rol por web

Los reinos del norte

El Señor de la Guerra (I): Misión a Moria

Cargando editor
12/09/2012, 00:12
Director

Notas de juego

Lo que oyes sobre Ost-in-Edhil te impresiona, así como las ruinas. A pesar de ser obra de elfos, no dejas de admirar el trabajo que hicieron con la piedra, aunque no lo reconozcas. No descartas en volver algún día a las ruinas para explorarlas, ya que piensas que, aunque los ejércitos de Sauron pasaron por aquí y saquearon la ciudad, podría ser que no descubriesen todos los tesoros que ocultaban los elfos, tesoros que podrían ser tuyos.

Cargando editor
12/09/2012, 00:16
Barahir Orodram

-Mañana comenzaremos el ascenso por el paso de Caradhras. Es un paso peligroso, por lo que tendremos que ser cautos y precavidos. Procurar descansar, serán dos jornadas de dura marcha.

Notas de juego

Hacerme tres tiraditas de Trepar. Dificultad difícil.

Cargando editor
12/09/2012, 09:12
Mellongaladh "Abraza-árboles"

En Ost-in-Edhil me aislo completamente de los que me rodean y, aunque realizo mis guardias y mis tareas, las ejecuto de forma distante y reservada. Cuando nos alejamos y llegamos a la Montañas Nubladas sigo pensativo, incluso diríais que distraído. Me esfuerzo en lo que hago lo suficiente para no ponerme en peligro a mi ni a los que me rodean, pero poco más. Estoy básicamente ausente.

- Tiradas (3)
Cargando editor
12/09/2012, 09:28
Mellongaladh "Abraza-árboles"

Notas de juego

Well, there is a Fortress in Ost-in-Edhil
They call Eregion
And it's been the ruin of many poor elfs
And you know I will be one

Cargando editor
12/09/2012, 12:36
Talin hijo de Thralin

El descubrimiento de los obeliscos, las inscripciones y el paso por las ruinas élficas me dejan inquieto. Es una de esas veces en las que uno se da cuenta de lo poca cosa que es en el mundo, joven, insignificante... En cierta manera también me aislo, pero más que por melancolía de tiempos pasados que no volverán, por lo difícil que es lograr que los tiempos presentes sean favorables a uno y uno consiga dejar su huella en el mundo. Sí, eso es, dejar la huella en el mundo.

Una vez que abandonamos las ruinas, parezco despertar de nuevo con la actividad. Al dejar el aura melancólica de Ost-in-Edhil me vuelvo más tratable que antes y regreso a mi lugar entre los infantes, siempre dispuesto a ayudar con la intendencia. Voy alegre, sí, cada vez más, vamos camino a la gran Moria, nada menos. Tal vez demasiado alegre (lo que hace a uno descuidado).

- Tiradas (1)

Notas de juego

Vaya asco de tiradas. Me pesa el culo...

Cargando editor
12/09/2012, 13:22
Director

A la mañana siguiente y tras aprovisionaros de leña, dado que haría frío en las alturas y así se podría evitar caer enfermos o morir como consecuencia del frío, reanudasteis la marcha. Guiados por Barahir, enfiláis por un antiguo sendero, que a vuestro parecer podría tratarse de un antiguo camino, en otro tiempo ancho y bien trazado, y que iba de Acebeda al paso montañoso. A vuestro paso podíais observar algunas piedras, muchas de las cuales parecían trabajadas a mano, aunque ahora yacían tumbadas y arruinadas en una tierra desierta y árida.

El camino ascendía lentamente hacia las Montañas Nubladas y desde vuestra posición podíais observar el Caradhras. Ante vosotros se eleva una cima majestuosa, coronada de nieve plateada, pero de faldas desnudas y abruptas, de un rojo cobrizo, como tinto en sangre. A medida que avanzabais, los flancos de la montaña parecían más sombríos y lúgubres, mientras podíais ver una nube sobre la cima.

Avanzabais muy rápidamente al principio; pero pronto el sendero se hizo abrupto y dificultoso; serpeaba una y otra vez subiendo siempre y en algunos lugares casi desaparecía entre muchas piedras caídas. La noche estaba oscura, bajo un cielo nublado, mientras un viento helado se abría paso entre las rocas. Tras acampar a lo largo del camino, al día siguiente reanudasteis la marcha, llegando a las faldas de las grandes montañas. El estrecho sendero bordeaba ahora una pared de acantilados a la izquierda y sobre esa pared los flancos siniestros del Caradhras subían hacia el cielo; a la derecha se abría un gran abismo en el sitio en que el terreno caía a pique en una profunda hondonada. Mientras avanzabais una fina lluvia comenzó a caer, entorpeciendo vuestro avance, ya que las rocas y el terreno se tornaron resbaladizos.

Tras trepar trabajosamente por una cuesta empinada, os detuvisteis un momento. La lluvia se había convertido en una leve nevada, no muy fuerte, pero que igualmente os molestaba. 

A vosotros dos os costó avanzar durante todo el trayecto, y en algunos momentos necesitasteis la ayuda del resto de la compañía, sin los cuales, es posible que no hubieseis conseguido llegar a vuestro destino. No fuisteis los únicos, los soldados y caballeros se asistían entre sí, ya que muchos se vieron incapaces de avanzar por las complicaciones que iban surgiendo en el terreno. Ocasionalmente se produjeron algunos desprendimientos, los cuales hirieron a algunos de vuestros compañeros, y se llevaron por delante a dos caballeros que no consiguieron esquivar una gran roca. Tras conseguir rescatar sus cuerpos y darles sepultura seguisteis avanzando. No fueron los únicos en caer, un Ragger, dos mozos y tres mulas cayeron por el abismo. Caradhras es llamado el Cruel, y se cobra con sangre el peaje del Paso del Cuerno Rojo.

Lo que pensabais que serían dos o tres jornadas de marcha, se alargaron hasta seis días. Por fin, al final de la jornada del sexto día, llegasteis al final del Paso del Caradhras. Hacia el norte el valle corría por una garganta oscura entre dos grandes brazos de las montañas y en la cima brillaban tres picos blancos: Celebdil, Fanuidhol, Caradhras: las Montañas de Moria. De lo alto de la garganta venía un torrente, como un encaje blanco sobre una larga escalera de pequeños saltos y una niebla de espuma colgaba en el aire a los pies de las montañas. Se trataba de la Escalera del Arroyo Sombrío, un camino profundo por el cual descendisteis hasta llegar al valle del Arrollo Sombrío o Azalnubizar para los enanos, Nanduhirion en lengua élfica.

Al este el brazo adelantado de las montañas terminaba bruscamente y más allá podían verse unas tierras lejanas, vastas e imprecisas. Hacia el sur las Montañas Nubladas se perdían de vista a la distancia. A menos de una milla y un poco por debajo vuestra había una laguna. Era larga y ovalada, como una punta de lanza clavada profundamente en la garganta del norte; pero el extremo sur se extendía más allá de las sombras bajo el cielo soleado. Sin embargo, las aguas eran oscuras: un azul profundo como el cielo claro de la noche visto desde un cuarto donde arde una lámpara. La superficie estaba tranquila, sin una arruga. Todo alrededor una hierba suave descendía por las laderas hasta la orilla lisa y uniforme, así como un bosque de grandes árboles, no lejos de la orilla.

Cargando editor
12/09/2012, 13:57
Barahir Orodram

-El Lago Espejo, ¡el profundo Kheled-zâram! -dijo Barahir- Ha sido un viaje muy duro. Podríamos presentarnos ahora mismo ante el rey de Moria, pero necesitamos descansar. Acamparemos en la orilla norte del lago. Mañana iremos a Moria.

Cargando editor
12/09/2012, 13:59
Director

En vuestro camino hacia la orilla del Lago Espejo el sendero se convirtió en una calzada perfectamente pavimentada. Talin no pudo evitar señalar con cierto orgullo que era de manufactura enana, "de gran calidad, como sólo pueden serlo las obras de los Enanos".

Tras llegar a la orilla y levantar el campamento, se dispuso una guardia. Barahir no creía que ante la cercanía de las Puertas de Moria fuesen a correr peligro, pero era mejor ser cautos. El resto de la jornada toda la compañía descansó.

Notas de juego

Si queréis hacer alguna cosa indicarlo, sino, vamos a Moria

Cargando editor
12/09/2012, 14:22
Talin hijo de Thralin

El trayecto por el paso ha sido duro, muy duro, y las pérdidas siempre se sienten, aunque con los compañeros perdidos sólo hubiera intercambiado algunas frases cortas. No obstante, ya estábamos ante Moria. Acampamos, un descanso que sin duda necesitábamos, y por primera vez en muchos días hice el equivalente enanil de "acicalarse": limpiar las botas de viaje, bruñir las hebillas, limpiar la cota de malla...

Notas de juego

¡¡A Moriaaaa!!

Cargando editor
12/09/2012, 14:57
Director

Notas de juego

No he podido evitarlo ^^

http://www.youtube.com/watch?v=U-RtO3bjVac

Cargando editor
12/09/2012, 16:12
Mellongaladh "Abraza-árboles"
Sólo para el director

Notas de juego

Gran descripción Telchar ^^

No hago nada en especial, así que, por mi, vamos a Moria, si veo que no voy a ser bien recibido me quedo fuera, no voy allí para retar a nadie.

Cargando editor
12/09/2012, 16:49
Director

Notas de juego

El mérito no es mío, es de Tolkien. Se encargó perfectamente de hacer según que descripciones, así que las uso de base adaptándolas a las circunstancias. El Paso de Caradhras está descrito por él, pero la Compañía lo cruza de noche, sólo he tenido que adaptarlo a vuestro paso de día ^^. Lo demás igual. Tomo nota, ya veremos como te reciben los enanos ;-)

Cargando editor
12/09/2012, 17:29
Mellongaladh "Abraza-árboles"
Sólo para el director

Notas de juego

Ok, estoy atento al respecto para evitar posibles conflictos. También observo como se comporta Talin respecto a mi a medida que nos acercamos a Moria. Es decir, si no se inmuta por mi presencia, si se muestra agradable, colaborador o lo que sea.

Cargando editor
12/09/2012, 20:00
Director

A la mañana siguiente os preparasteis para emprender camino a Moria. Por motivos de seguridad Barahir dispuso que los Raggers se quedasen cuidando del campamento, aunque Tarhad le acompañaría hasta las puertas. Si conseguían entrar, le acompañaría Angrod, su guardia personal y vosotros dos, salvo que los enanos de Moria pusiesen alguna objeción o impusiesen alguna condición.

Cargando editor
12/09/2012, 20:02
Barahir Orodram

-Dudo mucho que logremos entrar, pero al menos nos presentaremos ante ellos y podremos presentar nuestra petición para parlamentar.

Cargando editor
12/09/2012, 20:03
Director

Os pusisteis de camino siguiendo la calzada pavimentada, que descendía hacia el sur de forma sinuosa. A medida que os acercabais a vuestro destino observáis algunas construcciones de piedra, aunque no os parasteis para comprobar que tipo de construcción eran, o si estaban habitadas por alguien.  El camino hizo una curva hacia el este, llevándoos a un prado al lado de la laguna y allí, no lejos del camino, se alzaba una columna de ápice quebrado. La piedra estaba agrietada y carcomida por el tiempo y había unas runas escritas a un lado, tan borrosas que no se podían leer.

La calzada ascendía hacia las montañas, hasta encontrarse con una larga escalinata de amplios escalones tallados en la piedra que ascendían hacia el umbral de la entrada a Moria. Allí, en un gran arco se encontraban las Puertas del Este, la entrada oriental al reino de Moria. Estaban sujetas, sobre montantes, a un gran arco en la boca de la mina, abriéndose al ancho mundo, siendo en aspecto poco amistosas. A medida que os acercabais pudisteis observar que tenían inscripciones rúnicas en varias lenguas: hechizos de prohibición y exclusión en khuzdul, y órdenes de que se fuera todo aquel que no tuviese permiso del señor de Moria escrito en quenya, sindarin, la lengua común, las lenguas de las gentes de Rhovanion y las tierras brunas.

Antes de llegar a las puertas, un grupo de enanos bien armados salió a vuestro encuentro, en total una veintena. Uno de ellos se adelantó dirigiéndose a vosotros.

Cargando editor
12/09/2012, 20:31
Director

Notas de juego

Aunque ya lo habéis dejado atrás, hazme una tirada de inteligencia para saber que era esa columna que os habéis encontrado.

Cargando editor
12/09/2012, 20:34
Dwalin

-Saludos viajeros, soy Dwalin, capitán de los guardianes de la Puerta Este del glorioso reino enano de Moria.

Os mira a todos, mostrando cierta sorpresa al ver a Talin, tras lo cual esboza una sonrisa y cierta cara de desagrado al ver a Mellongaladh.

-¿Qué os trae ante Moria?

Cargando editor
12/09/2012, 20:35
Barahir Orodram

-Saludos Dwalin, mi nombre es Barahir, y vengo en nombre de mi abuelo Hallas, Príncipe de Dol Tinereb, en las tierras occidentales de Cardolan, y Amigo de los Enanos.

Al decir esto último Dwalin pone cara de sorpresa y los enanos que tiene a su espalda se miran unos a otros.

-Venimos en misión de paz, queremos hablar con su majestad, el rey Báin I, para entablar relaciones diplomáticas y comerciales, así cómo para pedirle ayuda, en nombre de la amistad que une a nuestros dos linajes, para la guerra que está teniendo lugar en Cardolan.

Cargando editor
12/09/2012, 20:39
Dwalin

-Bien Barahir, Príncipe de Dol Tinereb y...Amigo de los Enanos, no puedo daros permiso para entrar a Moria, ni a vuestros acompañantes sin el permiso expreso de mi rey. Informaré de vuestra petición y os daré su respuesta lo antes posible, mientras tanto tendréis que esperar.