Partida Rol por web

Cada uno de ustedes subió a una camioneta que les esperaba, la conducia un humano, a quien luego entenderian se le llamaban ghoul, eran criados que les ayudaban y servian, eran vuestros esclavos. Poco a  poco los fueron acercando a distintos lugares, se despidieron momentaneamente de los demás mientras entraban a los dominios de su siré.

La casa de Montano era lujosa, aunque el termino mejor era mansión. Cuando golpeaste a la residencia, el hombre que ya conocias te  abrié la puerta mostrando una sonrisa.

Mi amo la espera- dice el hombre- me alegra tenerla aquí señorita..

La casa era hermosa a pesar de ser la residencia de un hombre muerto, había muchos detalles italianos en las paredes pero ningún espejo.

Raúl te hace seguir a una sala enorme, con chimenea artificial (por más que se vea bonito te haces lo mas lejos de la chimenea pues siente una rara repulsión)

Y esperas.... y es entonces que le ves...

Bienvenida a mi casa,  o mejor dicho tú casa-  sonrie-  de ahora en adelante vivirás aquí, hasta que bueno, decidas irte por tu cuenta.... sé que tienes muchas preguntas, así que  te diré que tienes suerte de tener mi sangre

Cuando ingresas al dominio de tu siré, el chico que al inicio te gustaba y que luego te clavó sus garras  encuentras  algo que nunca esperaste de un "animal" como él

Mientras andabas por el lugar viste un sistema de computo en todo el cuarto enorme, con un circuito cerrado de TV, y  varios aparatos raros a tu alrededor, y lo más sorprendente, por lo menos para ti en este momento es ver a Eduardo, tu sire tecleando con ambas manos bestiales  frente a un computador de gran potencia. Entonces entendiste un poco el porqué ese hombre en la reunión te hablaba de tecnología, al parecer, este sujeto era una especie de experto en computadores, pero no solo eso, cuando ibas  entrando escuchaste que él se encargaba de la seguridad del Arzobispo..

Mirandote de reojo mientas termina de teclear rápidamente te dice.

Espero que vengas con ánimos de aprender, peleas bien- señala luego de parar de teclear mosntrando una cicatriz que estaba sanando con mucha rapides en  su rostro- creo que  tienes potencial, me demostraste que tienes lo necesario en la cena...

Dice ofreciendote una silla

No tenemos mucho tiempo, así que si tienes alguna pregunta  es momento de responderla.

El transporte te deja en una casa vieja, MUY VIEJA. En  el patio hay un  auto  clasico  en bastante mal forma, y  cabezas de muñecos clavados en estacas.

Mientras te  acercas a la puerta  puedes notar música norteamericana de los 50 que suena  fuerte, pero antes de  que timbres te abre la puerta una mujer que conoces.

LLegas tarde.

Dice la mujer sonriendo.

Me encanta llegar tarde...- dice sonriendo- pero sigue sigue.... es mejor que terminemos pronto... si si...

Dentro de tu obsesividad nunca pensaste ver un salón tan desordenado y raro, habia muchos espejos, los muebles eran viejos, y estaban puestos de manera extraña. Las paredes estaban pintadas con  algunos dibujos y hay un cierto olor a viejo desagradable que te enferma aunque estes muerto.

Llegas al sexto piso de uno de los edificios más costosos de Barcelona. Desde que entras, hasta que sales del ascensor puedes notar una gran elegancia en todo. Los colores fueron estudiados en cada zona y  hay momentos en que sientes que estas en una galería de arte y diseño de interiores.

Oh que bueno que llegas- dice el hombre con cierto tono elegante pero un poco bruzco- me alegra que hayas salido de la tumba, por lo menos podré hacer algo bien por el Arzobispo.

Blanca se despidió de sus “AMIGOS” sin querer hacerlo y demorándose para abrazar a cada uno de ellos.

Ni siquiera se replanteo el hecho de que a algunos de ellos les conocía desde hacía nada, tal era el poder de la UNION provista por el RITUAL.

Sin embargo se detuvo un mayor tiempo cuando le toco despedirse de KAREN a la cual abrazo con mucha fuerza mientras le susurraba al oído.

Recuerda mis palabras amiga, se fuerte, no dejes que estos monstruos dobleguen tu mente. Volveremos a estar juntas, escaparemos. Te lo he prometido, concluyo sintiendo ganas de llorar.

A continuación, se marcho sin mirar atrás. 

Durante el viaje se mantuvo parca y silenciosa.

Miro por la ventana la desdibujada imagen del exterior. Todo le parecía efímero, distante como un ensueño apenas recordado en una noche de mal dormir.

Ahora este era su mundo, y como las alimañas viviría en las penumbras de la noche, lejos de la luz del sol, lejos de la vida mortal.

Blanca se sintió mal y el fuego de su ira volvió a encenderse en su interior.

Poco contribuyo a su tranquilidad el ser llevada a través de aquella nueva sala llena de maquinas – las odiaba -, y finalmente, conocer a su Sire.

Su, Sire. ¿Acaso podía ser otro?, ¿Otro más que aquel muchacho que le había perforado el estomago con sus horribles garras?.

Le escucho, sin decir nada por el momento pero su rostro era un poema de odio visceral y sus ojos, miraban con la fuerza de una ametralladora, sus ojos eran balas que de haber podido, le hubieran destrozado el cuerpo a quien le hablaba ahora.

Si, dijo parca finalmente, ¡si tengo una pregunta!, acoto, dime como,

¿Cómo hago para matarte?.

El abrazo de Blanca me tomo por sorpresa y lo correspondí lo mejor que pude, en cierto modo yo también sentía aquel pesar por alejarme de ella, de ellas, incluso de aquel fanático, y aunque sabía que no era “real” estaba ahí y mucho no se podía hacer para negarlo, como tampoco podían negarse las cosas que se habían revelado ante nuestros ojos aquella fatídica noche.

Abrace a las otras chicas también, Darla y Karen, dándoles una mirada de pesar por alejarnos, y con cierto temor interior a lo que pasaría después con nosotros.

Pero ya nos veríamos y entonces quizá tuviéramos mejor visto nuestro futuro… 

Decir que la primera vista que había tenido de aquel lugar había sido terrible era decir poco, en realidad no me agradaba ni un poco, no me gustaban la apariencia caída de aquel lugar, como tampoco me agradaban las muñecas en picas en la puerta, vamos que… era el tipo de casa a la que nunca en mi vida me habría acercado, y ahora tenía que ir hacía allí… Ni siquiera guarde esperanzas porque el interior fuera mejor.

La puerta se abrió antes que tocara el timbre y miré a Anticona con la expresión más calmada que podía tener en la cara, sin saber cómo contestarle a sus palabras, “para empezar no había horario de entrada” pasó por mi cabeza, pero me lo callé, no quería tentar a mi suerte, además tenía una sonrisa en la cara y no sabía cómo  leerla.

-¿terminar pronto?

E ingrese a la casa, cuando me invito a hacerlo, mis labios se fruncieron en un rictus de profundo desconcierto, haciendo un esfuerzo por no retroceder, tomar un auto y entregarme al sol, ¿funcionaria lo del sol?, ese lugar debía haber salido del mismo infierno, jamás había visto nada tan desordenado, pasee los ojos alrededor, barriendo con la mirada el desorden de la habitación y tratando de no sufrir más de la cuenta, sospechaba que Anticona era del tipo de personas que me alteraban pero aquello era rebasar el vaso, aunque claro, la casa era suya.

Miré las paredes pintadas de dibujos aquí y allá también… los muebles viejos, donde debían criarse polillas al por mayor, los espejos, calme mi expresión rápidamente, y el olor, era como si un gato o cualquier otro animal llevara demasiado tiempo descomponiéndose allí, arrugue la nariz medio segundo, antes de recomponerme….

Me vuelvo a verla con la mirada más calmada que tengo aunque por dentro este como poco inquieto ante semejante ambiente, el lugar me enferma y yo también empiezo a creer que es mejor terminar pronto. 

Las dudas aún se arremolinaban en mi corazón, pero guarde silencio porque la mayor parte de mi pesar estaba en alejarme de ellos, por otro lado la parte lógica de mi mente me recordaba no olvidar a Kathalho ni sus palabras, no creía poder hacerlo, no estaba segura de querer saber que hacían con los traidores.

Huir estaba, por tanto, fuera de cuestión, era pequeña y nueva en aquel mundo de oscuridad y simplemente me despedí de mis compañeros abrazándome fuertemente a cada uno de ellos.

-Cuídense, y suerte- logre decir antes de subir a la camioneta que me llevaría con mi sire.

Al bajar de la camioneta eleve los ojos hasta toparme con la enrevesada arquitectura de la mansión de Santano, era hermosa, pero no me detuve demasiado a contemplarla desde fuera, en realidad quería ir a casa y ver a Randall, ya que ni mis padres estaban a disposición y ver a Adler sería un golpe muy bajo, toque con el puño cerrado apenas y con delicadeza, siendo consciente con cierto pesar de la falta de dolor en los dedos.

La puerta, en cambio, se abrió casi de inmediato y apareció el chofer, lo miré apartando los ojos de mi mano y titubeante le ofrecí una sonrisa suave, muy leve, el estremecimiento no vino como un reflejo ante el nombrar de su amo, cierto, tenía que verlo a él.

-Buenas noches –salude con suavidad, dudaba que fueran noches aún – gracias –sonreí con un tono extrañamente agradable, era extraño darme cuenta que incluso el llanto, el temblor, los estremecimientos estaban tan lejos… y pase al interior, “ojalá yo pudiera decir que me alegra estar aquí” pensé por lo bajo pero contuve mis pensamientos rápidamente, avanzando tras el sirviente con gesto sereno, estudiando con curiosidad la casa, el estilo era hermoso, sin duda cuidado, las paredes… los detalles.

Llegamos a una sala enorme, en donde observo con cierto grado de curiosidad y ¿miedo? Una chimenea artificial, al tiempo que camino me aseguro de ir lo más lejos posible de la chimenea, simplemente está claro que no es de mi agrado, puesto que esta me inquieta, no me gusta, es bonita pero no me gusta.

Así que opto por esperar a que Santano aparezca, esperando silenciosa hasta que le veo y él habla, le escucho tratando de mantenerme calmada, la idea de que este lugar sea ahora mi casa no es que me desagrade, pero los cambios son tantos que siento que voy a morirme de nuevo en cualquier momento, aunque la verdad sea dicha, imponerme sobre otros o reclamar no está entre mis cualidades, se me da mejor ignorar, pero en este caso no existe esa opción.

Así que simplemente le escucho, evitando pensar sarcásticamente que la modestia definitivamente no es lo suyo, fracaso miserablemente en no pensar eso, y de repente tengo miedo.

Así que hablo, con un tono suave y calmado.

-Comprendo –logro decir, y debo decir que me sorprende poder hablar con tanta calma – gracias por su amabilidad –digo internamente resignada, no creo que sea amabilidad y todo eso, pero prefiero guardar tratos agradables en la medida de lo posible a mí no me gustan las guerras frías ni las peleas, no me van a gustar jamás.

Elevo la mirada hasta él de nueva cuenta, y le observo, suponiendo que refiere que suerte está en que él tiene la suficiente sabiduría para contestar mis preguntas que, hay que decirlo, son muchas.

¿Puedo preguntar? No entiendo algunas cosas –emití al final, un poco inquieta 

El hombre sonrie. Es más la propuesta le suena terriblemente graciosa y  no duda en esbozar una sonrisa.

Creo que vas por buen camino si quieres hacerlo- dice el hombre no sintiendose en lo más mínimo amenazado- para matarme deberás superarme, pero además tendrás que mostrar a los demás una razón muy poderosa para justificar tu acción, deberás ser mejor que yo y posiblemente ganarte el respeto de otros... posiblemente luego de eso, podrás matarme.

¿Quieres ser un lider del sabbat?-  dice el  mirandote de reojo mientras termina de escribir algo-  preparate, entrena y el día de mañana si deseas podrás enfrentarme en duelo como dicen las tradiciones... pero ahora, dudo que puedas si quiera hacerme un daño serio....

Sonrie  mostrando una parte muy intelectual en su mirada...

Sabiendo que serás mi chiquilla revelde entonces tendremos que ver si eres merecedora para entrenarte como una campeona o lider... o una mediocre.

Eduardo te miraba sin miedo, y tampoco parecia en especial "amenazado" por tu deseo de matarle. No le conocias lo suficiente, tampoco sabias que esperar de él.

No arrugues la nariz señor  culto-  dice dandose cuenta de tu rechazo- deberás acostumbrarte a este lugar porque posible estes aquí un tiempo a menos claro quieras ir a un tugurio comunal...

En eso te dice

Sigueme debo mostrarte algo importante

Y en esa  te lleva hacia el pasillo, y entran por una puerta donde puedes ver una cocina, la cual curiosamente esta extremadamente limpia....parecía que no pertenecía a la casa...

Bueno,  pensé hablarte de muchas cosas pero

Abre la nevera

Mejor pensé mostrarte esto

Bueno- dice el hombre sonriendo- sabia que  lograrías salir de la tierra, y ahora es momento que preguntes lo que desees- dice el hombre  ajustandose la corbata- ¿y si comienzas por el principio?