Partida Rol por web

Turno de Tutoría

Brian aprovechó para ver si podía charlar con el Profesor Xavier respecto a su otro poder, el que apenas había manejado hasta el momento. Sólo en su presencia se había manifestado, y tenía intención de charlar con él para que le guiara al respecto.

Charles Xavier se encontraba en su despacho, repasando algunos dossiers, cuando Brian llamó a la puerta

Adelante, Brian, pasa y siéntate... Cuéntame como te va en la escuela... y lo que te preocupa, porque has venido por un motivo en concreto ¿verdad? le dijo con una amable sonrisa

El Profesor jamás osaría leer la mente de un alumno sin su permiso o sin que hubiera un motivo de extrema gravedad, pero el rostro y el lenguaje corporal del muchacho hablaban por sí mismos...

Pensé en lo que nos dijo la sita Grey y decidí acudir a alguna tutoría con algún profesor. Ahora mismo, lo que más me preocupaba era el vuelo y perfeccionarlo lo máximo posible, por lo que me fui a buscar a don perfecto Warren Worthington III y, pese a que me fastidiaba, escuchar algún consejo suyo sobre el vuelo.

Sabía dónde tenía mi verdadera debilidad y era en los sitios cerrados. Aún recordaba cómo salió volando el mutante en aquel pasillo diminuto el día que vine a la Escuela por primera vez y sentí cierta envidia. 

Era mi tarea pendiente y lo consideraba un problema, por lo que no ganaba nada aplazándolo. 

Pregunté a un corrillo de alumnos si habían visto a Warren, pero sólo se limitaron a encogerse de hombros. Obvié el dolor de tripa que sentía una de las chicas y seguí recorriendo los pasillos de Escuela.

"Ya verás, como, al final, está fuera", me dije, al ver que no lo encontraba.

Preguntas a un montón de gente pero nadie parece saber dónde anda el playboy, hasta que por fin, Logan al que ves vestido con un kimono y un rastrillo en la mano a punto de entrar en el jardín oriental, te señala con un gruñido hacia el lago.

Busca en los muelles o en los cobertizos para las embarcaciones. Por lo que sé, al guaperas le traían hoy un juguete nuevo...

Y efectivamente, a la que te acercas a la zona del embarcadero, divisas a un vehículo con remolque que se marcha, y a un muy ufano Warren Worthington III que está contemplando una fabulosa lancha

Hola, Jane! ¿Qué te parece esta monada? La Nero tiene más de 200 cv y me han prometido que, sin tocar nada, alcanza los 80 nudos***... ¿Te apetece probarla? dice con una de sus sonrisas de galán

Y alzando una ceja añade Porque no habrás venido a decirme que te rajas en lo de la cena...

Miré a Logan, intentando reprimir una sonrisa y se lo agradecí, sin quitarme la imagen de él en kimono.

Me dirigí hacia el muelle y el don perfecto, efectivamente, ya estaba allí entusiasmado como un niño.

Lo saludé con un vago gesto con la mano y me atención lo acaparó el extraño cacharro.

-Esto...- enarqué una ceja-. Muy bonito, sí- asentí, acercándome más para verlo mejor-. ¿Ya te has gastado el dinero en estas cosas?- pregunté, curiosa-. Eres un manirroto, Warren. Cuando vengan las vacas flacas, te arrepentirás- reí, andando por el muelle y acercándome al mutante-. Sí, sí, la cena sigue en pie- comenté, encogiéndome de hombros-. Venía simplemente a que me dieras unos consejillos para poder mejorar mi vuelo en sitios cerrados, pero, claro... teniendo esto aquí...- dejé la frase caer y miré la lancha-, cualquiera se niega a dar una vuelta- murmuré, divertida.

Warren ríe ante las advertencias de Jane Gracias por el consejo, yo también conozco lo de los sueños de José, pero a mí lo máximo de eso que me llega es el musical...

Tengo tanto dinero que ni despilfarrándolo a propósito acabaría con él. Pero no te preocupes, tengo un consejo de administración y unos directivos que se encargan de que crezca día a día... te dice encogiéndose de hombros, mientras te pasa un chaleco salvavidas y un casco

Si todo va bien, el año que viene competiré con la versión avanzada de esta monada en el campeonato mundial, en la Oryx Cup... en Doha, mujer, en el Golfo Pérsico... comenta como si fuera algo que todo el mundo debiera saber

Warren abre galante la cabina y te ayuda a sentarte y a abrocharte los cinturones de seguridad, y luego entra él...

¿Y bien, lista para vivir una experiencia emocionante de verdad? te pregunta antes de darle al encendido...

Turno de Tutoría

¿Tan transparente era? ¿O quizás era gracias a su poder? Tampoco importaba mucho, porque para lo que necesitaba hablar con el Profesor, debía ser muy sincero.

- Mire, Profesor... es sobre la otra habilidad que dijo que tenía... la de hacer que se muevan las cosas... no la acabo de entender. No se cómo hacerlo... Gracias a Piotr... al profesor Rasputin, he aprendido mucho de mi capacidad para sentir y moldear... pero...

No encontraba las palabras adecuadas, pero esperaba que Xavier pudiera entenderle.

Charles Xavier te sonríe plácidamente, mientras abre un cajón, del que saca un rollo de alambre

Ante todo, calma, Brian. Aunque no te lo parezca, has hecho la parte más difícil aprendiendo a dominar tu capacidad de moldeo. Esto otro, en realidad y aunque no te lo parezca, es muchísimo más sencillo... dice dejando el rollo sobre la mesa.

Desde luego, parecía como si hubiera estado preparado para este momento, porque una cosa así no es la que se tiene habitualmente en un cajón de despacho...

Ahora ten confianza en ti mismo, y piensa en una pequeña marioneta, y como si tú fueras el titiritero... Primero dale forma a esto, y en cuanto lo hayas hecho tuyo, que lo conozcas como material, verás como todo lo demás sale por sí mismo...

La confianza del Profesor Xavier en el muchacho es absoluta, y sabe que tras todo lo que ha progresado y vivido en estos últimos días, está listo para este paso...

Me burlé de Warren haciendo muecas con la cara mientras decía todo el dinero que tenía. Luego, me reí yo sola. 

"Maldito pijo", pensé, divertida.

-Sí, claro, claro- asentí-. Cómo no lo voy a conocer, si es legendario aquello- ni idea de qué me hablaba-. Y, si no me haces preguntas, sí, lo conocía desde hace... puffff, ni se sabe- bromeé, aún admirando la extraña lancha.

Cogí  el chaleco y el casco y lo miré con una ceja enarcada.

-¿Seguro que quieres me ponga esto?- pregunté. 

Solté un bufido y me puse el chaleco y el casco con pereza.

"Esto me queda enorme", pensé, amargada. "Dios, me debes un estirón".

Con cuidado, entré en la lancha, procurando no trastabillar y meterme la del quince, y me senté.

-Sí, sé abrochar un cinturón, gracias- comenté, apartando las manos de Warren y abrochándome yo misma el cinturón-. No soy una cría que va en el sillín del coche- repuse, riendo.

Debía reconocer que estaba emocionada. Todo lo que tuviese que ver con aquellas extrañas máquinas, me entusiasmaba. Movía las piernas, impaciente.

-Claro- contesté a Warren-. Ponlo en marcha- apremié-. Pero, no me seas abuelo, yo quiero velocidad, ¿eh?- reté, guiñándole un ojo.

Yo solamente quería asegurarme de que todo estaba en su sitio... y parece que así es comenta entre burlón y pícaro Warren, que termina alzando una de sus manos para comprobar el ajuste de la correa del casco y, de pasada, acariciarte la barbilla...

Vamos a complacer a la señorita... ríe el playboy dándole al encendido. Detrás tuyo oyes rugir los potentes motores de la lancha y, con nsuavidad, Ángel la aparta del embarcadero para dirigirse al centro del lago...

Una vez allí, poco a poco empieza a acelerar, y parece que la embarcación se desliza sobre el agua, cada vez más y más rápido...

Mirando el cuentarrevoluciones y el velocímetro, ves que os vais acercando a los 50 nudos por hora (90 km/h) cuando os vais acercando más y más a uno de los extremos del lago...

La aguja marca 60 nudos casi al mismo tiempo que te parece que la lancha va a salirse del agua y seguir por tierra cuando, de repente, Warren da un volantazo y la embarcación vira en redondo, para encarar toda la longitud del lago, justo casi cuando ya no quedaba espacio...

El X Man deja el motor al ralentí y te sonríe, divertido... ¿Qué tal por ahora? ¿Lista para correr de verdad? te pregunta desafiante

-Y está, y está todo en su sitio- sonreí, divertida.

Me puse colorada cuando me acarició la barbilla y me aclaré la garganta.

-Bueno, va- dije-. Demuéstrame lo que hace este cacharro- reí.

Puse los ojos como platos al oír el sonido de los motores y miré por encima de mi hombro. El sonido me puso los pelos de punta y ya no me parecía tan buena idea correr.

-Esto...- comencé, peor me interrumpí emitiendo un grito cuando la lancha se puso en marcha.

Disfruté como una enana riendo y gritando, ante la experiencia. Como en la montaña rusa de Coney Island levanté los brazos y reí como si fuera a caer al vacío.

-¡Yujuuu!

Sin embargo, callé cuando nos dirigíamos hacia tierra a tanta velocidad.

-Don perfecto, tierra- avisé.

Me empezaba a poner nerviosa porque el mutante no bajaba de velocidad.

-Pijo, tierra- volví a decir, sin apartar la vista de la orilla-. ¡Warren!- grité, emitiendo un grito ahogado y llevándome las manos a la cabeza-. Pero, qué cabrón que eres...- murmuré, mirándolo, cuando dio el volantazo.

Resoplé, un tanto enfadada y levanté un dedo, señalándolo.

-Ni se te ocurra volverlo a hacer, ¿eh?- avisé-. Menudo susto me has dado- dije, llevándome una mano al pecho-. ¿Qué quieres? ¿Que me dé un infarto?- bromeé.

Miré el lago y vi las pequeñas ondas que formaba la lancha en el agua.

-Anda, dale caña- respondí, enarcando una ceja-. Sorpréndeme.

Turno de Tutoría

Lo que el Profesor Xavier le pedía era fácil. El alambre era muy sencillo de moldear comparado con la roca, el granito o el acero que había manipulado en las clases con Piotr, incluso era fino y no significaba un gran esfuerzo trastocarlo. Alzando levemente la mano, sin tocarlo, transmitió su voluntad al alambre y este comenzó a danzar, moviéndose como una serpiente. Enrollándose y girando en sí mismo, no tardó en tomar la forma de un humanoide.

- Bueno, aquí está... ¿y ahora?

El Profesor Xavier sonrió complacido y haciéndole un gesto a Brian, le dijo que cerrara los ojos y que colocara su mano sobre la figurita que había creado

Siente el material, el alambre... cada vuelta que le has dado... su voz era como siempre cálida y tranquilizadora

Muy bien, ahora, sin dejar de sentir el alambre, imagina unos hilos mentales que van desde tu mano al muñeco y tira de ellos, con calma y con suavidad, primero uno... y luego otro...

Imagínate que el muñequito ha empezado lentamente a bailar según le ordenas con esos tirones mentales...

Charles Xavier hizo una pausa y entonces le dijo a Brian Y ahora haz que siga bailando, mientras abres muy lentamente los ojos...

Warren aún se estaba tronchando de risa cuando puso la lancha al ralentí Vaaaaale, no volveré a hacerlo, que aún te saldrá el corazón por la boca y tendré que recogerlo yo...

Y riendo añade Por cierto, había oído la expresión "ponerse blanco como el papel de fumar" pero tu tonalidad de palidez es verdaderamente singular!

El X Man espera unos segundos y cuando escucha que le pides que vuelva a ponerla en marcha, le da al acelerador de golpe a tope, haciendo que la lancha brinque casi como un caballo salvaje y salga disparada hacia adelante a una velocidad de vértigo!

La embarcación alcanza rápidamente los 50 nudos y los rebasa... 60... y ves que la lancha surca limpiamente el agua, levantando ondas de espuma a vuestro paso.

70 nudos... y te parece que las orillas del lago son casi un borrón multicolor que pasa a ambos lados de la cabina...

Miras de nuevo el velocímetro y la aguja ya está fregando los 80 nudos por hora, cuando te parece que la lancha ni tan siquiera toca el agua, sino que resbala sobre ella a una velocidad increíble en una especie de salvaje aquaplanning...

De nuevo ves acercarse tierra, esta vez mucho más rápidamente que antes, y la aguja ya pasa de los 80! La cara de Warren es de absoluta concentración y temes de que vaya a hacer de nuevo alguna tontería, que a esta velocidad podía resultar muy peligrosa...

Sin embargo, apenas unos segundos después notas que el roncar de los motores disminuye de intensidad, mientras Ángel reduce la velocidad para dar la vuelta limpia y tranquilamente a la otra punta del lago, y dirigirse al embarcadero...

A ver, a ver... un momentito, cuidado... que me ha parecido ver algo rojizo brincando entre tus pies... bromea Warren ¿Tienes el corazón en tu sitio, o he de agacharme a recogerlo?

Es que hay cierto apuesto multimillonario que quiere robártelo en una cita nocturna... y no me gustaría que el pobre se hartara de buscarlo y no lo encontrara termina diciendote en un susurro mientras la lancha llega al embarcadero, y sus labios se acercan a los tuyos para besarte

Turno de Tutoría

No le resultaba complicado detectar mentalmente el muñeco de alambre. Había descubierto que percibía un pulso similar en todas las materias que había manipulado, como si fuera un aroma o un color determinado. Era difícil de explicar para alguien que no sintiera lo que sentía Brian. De hecho, incluso para el joven mutante era difícil de entenderlo.

El Profesor pudo ver con una sonrisa cómo el muchacho movía los dedos como si realmente estuviera moviendo una marioneta, y cuando Brian abrió los ojos, observó con una sonrisa cómo el muñeco se estaba moviendo tal y como él deseaba. Saludaba a su padre y creador con una mano, enfervorizado, y a Brian se le llenaron los ojos de lágrimas.

Durante el resto de la hora, dedicó sus esfuerzos a conocer sus límites, pero ya había aprendido cómo manejar los objetos que transformaba. Sólo tenía que extender su voluntad a ello, y obligarle a someterse.

Aunque dicho así... sonaba perverso.

-No te rías, don perfecto- dije, aunque yo tampoco podía evitarlo-. Parecía que nos íbamos a estrellar, pero, claro, el dios de dioses, lo tiene todo bajo control- dije, poniendo los ojos en blanco y sacándole la lengua.

Aunque me quejara, me lo estaba pasando en grande. La lancha era fantástica y, pese a que me costara reconocerlo, Warren conducía muy bien.

Sentía vibrar un poco el suelo y miré las ondas que dejaba la lancha tras de sí. Aquello ya era velocidad. Demasiada. Pero, me seguía gustando, parecía que la lancha volara al ras del agua.

-Warren, sin coñas- dije, mirando cómo íbamos hacia tierra-, ahora sí que vas demasiado deprisa- advertí, mirando el velocímetro y el final del lago, alternativamente-. Para- exigí-. Warren, para.

Respiré de alivio cuando la lancha fue perdiendo velocidad y me calmé.

"Yo, a este tío, lo mato" pensé, mirándolo con una ceja enarcada. "Menudo susto, copona". 

-No, no, mi corazón está en su sitio, gracias- contesté, riendo-. Pero, me has dado un susto de muerte, don perfecto- le eché en cara.

Miré cómo la lancha se acercaba al embarcadero y me giré hacia el mutante.

-Oh, sí, sería una lastima que lo buscara, claro, no va a perder el tiempo en ello porque seguro que tiene muchas otras cosas que hacer, como contar su dinero y eso- respondí, sonriendo, mirándolo.

Cuando estaba tan cerca de mí que casi podía sentir el latido de su corazón, le sonreí, traviesa.

-Vamos, hazlo- lo reté, mirándolo.

Charles Xavier miró a Brian con una sonrisa cordial, llena de satisfacción

¿Has visto como no era tan difícil? y señalando al muñequito de alambre añade, sonriente Yo lo guardaría como recuerdo, es sencillo, pero muy bonito... aunque espero que no le vayas a llamar Pinocho!!!

El Profesor termina riendo y charlando con el joven de cualquier otra duda que tenga...

Warren sonríe ante tus palabras, y poco a poco sus labios se acercan a los tuyos hasta posarse en ellos, en un beso que, aunque primero parece suave, poco a poco se va comvirtiendo en más apasionado, a medida que él te abraza y la punta de su lengua empieza a juguetear contra la tuya y tus dientes, mientras sus manos...

De pronto oís bullicio y una voz infantil Andá, se están besando!!! y Warren se separa de ti con cara malhumorada

A esa voz le ha seguido de un coro de dos o tres más que preguntan ¿Dónde, dónde? ¿Quiénes son?

Una voz de niña que te suena contesta sabihonda Ésa es la chica que nos ayudó a mi y a Albert con los deberes de geografía... Vaya, no sabía que fueran novios!

Se dice nos ayudó a Albert y a mí... tonta! Y puede que no sean novios, que se pueden dar besos sin serlo... contesta otra de niño que te suena tanto o más... y entonces veis a cuatro niños de la clase de los pequeños que van con chalecos salvavidas, arrastrando de dos en dos unos kayaks hasta la orilla...

Niiiños, ¿qué es ese alboroto? De dentro de uno de los cobertizos sale la voz de Ventura, que sale cargando con un kayak de su talla Venga, venga, todos al agua y no molestéis... dice con una sonrisa de disculpa...

Niños... deben tener su razón de ser y existir, pero a mí a veces se me escapa! gruñe Warren, aún malhumorado, mientras abre la cabina de la lancha...

En fin, cuando llegaste venías a preguntarme algo ¿verdad? dice en tono formal, porque los niños aún andan cerca, paleando con sus pequeños remos e intentando ir todos juntos en formación...

Turno de Tutoría

Contento por haber aprendido a manejar su poder de animación, Brian se quedó un ratito más charlando amigablemente acerca de la escuela, hasta que tuvo que marcharse.

"Vaya, vaya, y yo que venía simplemente a tomar unos consejillos de vuelo" pensé, mientras rodeaba con mis brazos el cuello de Warren y lo atraía hacia mí.

Se me aceleraba la respiración a medida que el beso iba cobrando más vida, fuerza y pasión.

Pero, todo se vio interrumpido por las voces de los niños. Miré, totalmente ruborizada a los malditos críos y no pude sino enfurecerme.

"Malditos enanos" pensé, un tanto enfadada por habernos contado el rollo. "Pillada total".

Con un gesto de la mano les indiqué que se esfumaran de allí, que desaparecieran.

Vi también a Ventura y puse los ojos en blanco.

"Joder, como venga más gente a meter las narices, esto va a ser el camarote de los hermanos Marx" pensé, amargada y mirando a Ventura un tanto enfurruñada.

Me levanté del asiento con pereza y me quité el casco y el chaleco al tiempo que salía de la lancha.

-Qué inoportunos los críos, copón- murmuré, viendo cómo surcaban el lago con sus pequeños kayaks.

Resoplé de frustración y un tanto avergonzada y miré a Warren.

-Si, eh...- "¿a qué mierda había venido yo en un principio?"-. Ah, sí- recordé-. Consejos para volar en sitios pequeños, eso- sonreí-. No lo consigo- resumí, tajante-. Me fijé en cómo saliste volando el día que te conocí, pero no me explico cómo lo lograste, así que... - me encogí de hombros-. Si me podías dar algunos consejos, voy a ver si puedo solventar ese problema.

Eché un vistazo a los niños, aún un tanto abochornada por la pillada, aunque luego pensé que no había sido tan mala la pillada.... Hubiera sido muy incómodo ahí dentro.