Partida Rol por web

Bennett escuchaba a su compañera maldecir al payaso que acababa de irse. El estomago de Bennett aún estaba hecho un revoltijo pensando en si no hubiera hecho un farol donde podrían acabar esas personas por sus palabras. Pero era lo que ella creía correcto. Jane parecía aun enfadada y nerviosa.

- Jane, ven - Dijo mientras la abrazaba - Ya está, hemos ganado y somos heroes, todos. - se separó de ella mirandola a los ojos - Te has portado muy bien y estoy orgullosa de tenerte como compañera.

Esperaba que las palabras, ciertas de hecho, hicieran que su compañera se centrara en lo que habían ganado y no en lo que habían perdido.

Intenté reprimir mi reparo hacia los abrazos cuando Bennett me dio uno.

Me quedé quieta, sin moverme. Nunca sabía cómo reaccionar. 

Pero, sí reaccioné a las palabras de Bennett. La miré y asentí.

-Ya, ya, lo sé- respondí-. Pero, me cabrea mucho. Ha sido como intentar coger humo... Payaso- maldije, entre dientes.

"¿Héroes?" pensé, amargada. "Unos más que otros", opiné, aún recordando mi estrepitoso fracaso en la batalla. No lo iba a olvidar tan fácilmente. "Inútil".

Sacudí la cabeza e hice un esfuerzo por no mostrar mi frustración hacia mí misma y sonreí.

-Yo también estoy orgullosa de tenerte como compañera, Bennett- dije, sincera, sonrojándome un poco. No era algo que dijera todos los días.

Cuando me abalanzo a atacaral enorme humano, me quedo confundido , a pesar de que aun olfateo al mi enemigo , no logro verlo asi que me quedo un rato quieto en el sitio mientras otro humano se me coloca delante con los brazos abiertos con gesto apaciguador . Por un momento la mezcla de olores me hace detenerme , pero cunado el sujeto se da la vuelta veo un poco mas adelante como otros humanos estan ayudando a mi presa a escapar, asi que con un poderoso manotazo que pilla totalmente desprevenido al pobre Simon, lo lanzo a varios metros antes de emprender la carrera detras de mis presas.

Apenas liberado, Hank dio un par de botes para desentumecerse y... entonces cayó en la cuenta...

Shiro! El chico seguía en forma de oso, con Simon jugándose el tipo para calmarlo...

Logan arqueó una ceja y señalando al ojo hizo una muda pregunta, a la que Hank se limití a asentir

Logan, mejor será que te eches atrás... si tu olor no le gustaba en form ahumana, ni te explico cómo puede reaccionar si te acercas más... recomendó Hank añadiendo Llama a Scott, que venga con una nave y una pistola tranquilizante, por si acaso...

No quiero ni pensar la que se puede liar si llegan antes las ambulancias y la policía... susurro para ambos, mientras se aproximaba al oso y le hacía señal a Simon de que se apartara...

Hank McCoy no era un experto en animales salvajes, pero sabía lo suficiente como para actuar de una forma que el oso no considerara amenazadora, y a lo mejor, tal vez encontrara amistosa y todo...

De repente, un rugido espantó a Brian, y aterrorizado observó un gigantesto oso que habia salido de la nada atacando a Eddy y corriendo hacia la muchedumbre. ¡Era terrible! ¿Qué podía hacer? Se agarró a la puerta del coche y se quedó allí, paralizado, sin saber qué hacer. Si aquella criatura se acercaba mucho probablemente se metería a toda velocidad en el coche...

Me giré rápidamente ante el rugido.
-¡Shiro!- grité, asombrada-. ¡Shiro, para! ¡Vuelve!

El enorme oso emprendió la carrera a toda velocidad por la calzada sin detenerse ante ninguna voz.

-Madre mía, la que va a liar- murmuré, llevándome una mano a la frente.

Intenté quedarme quieta, lo juro. No moverme y dejar que Shiro desapareciera entre la maleza, pero el impulso me pudo y desplegué las alas para dirigirme tras Shiro.

-Venga, Shiro- le grité, desde el aire-. ¡Para! ¡Cálmate!

Después de voltear al chico y emprender la carrera , una bestia de color azulado se coloca delante del oso con gesto calmado y apaciguador, su olor es vagamente familiar y no emite ningún signo de amenaza así que el oso se detiene en su carrera y lo olfatea cauteloso. Después de unos instantes , cunado por fin decide que el no es una amenaza se siente perezosamente ene l asfalto y se rasca una oreja con la zarpa mientras mira curioso el espectáculo de luces que para el son los automóviles y el autobús, aun sin dejar de  mantener la guardia ante el tenue olor a miedo que le llega desde el autocar.

Hank McCoy parece que ha conseguido su objetivo. Está sentado a pocos metros del oso, y rebuscando, encuentra una piña llena de jugosos piñones.

Coge un par para él, y deja rodar el fruto para que llegue hasta Shiro con una cordial sonrisa.

En esto, al escuchar la voz de Jane desde lo alto empezó a lanzar maldiciones mentalmente, mientras mantenía la sonrisa y se mostraba juguetón ante el grizzly, esperando que aquello le distrajera lo suficiente de aquel pájaro molesto que venía a perturbar su paz...

Elsa estaba ayudando a sacar gente cuando vio como el oso lanzaba un zarpazo a Simon y éste salía volando varios metros más allá. La agente de SHIELD contuvo un gemido y, a paso decidido pero agachada por si el oso se daba la vuelta en vez de seguir yendo hacia el bosque, se acercó hacia el chico.

Aunque por suerte el traje le había protegido en parte del daño, había un buen desgarrón en su pecho, donde las zarpas del oso habían quedado marcadas...

Angustiada, cogió su cabeza entre sus manos y la puso en su regazo, mientras intentaba que recobrara el conocimiento...

Simon... ¿Simon, estás bien? Dime algo, por Dios! exclamó perdiendo un poco su habitual sangre fría...

Un momento después, el chico abría los ojos, con una estúpida sonrisa en la cara

El camión... ¿dónde está el camión? se atrevió a bromear, aunque cuando intentó alzarse se dio cuenta de que le dolía todo

Tonto! Me has dado un susto de muerte! Aquí te quedas hasta que venga yo con el botiquín o lleguen los sanitarios.. Es una orden! le dijo la chica que, tras darle un beso, salió a escape hacia el destrozado monovolumen

Se me heló la sangre cuando vi a Hank. Si bien mostraba una cara sonriente y amigable, presentía que sólo era mera fachada.

Miré al enorme oso y con alivio vi que todo estaba bajo control. Obviamente, gracias al mutante azul. 

Sin embargo, yo, ahora, no sabía si bajar o volver. La situación tenía pinta de encrucijada, aunque el destino era el mismo: una buena bronca. Sí, señor. Muy buena bronca por ser una inconsciente y querer hacer de domadora de osos.

Resoplé frustrada y di un bandazo, para volver hacia el autobús. Preferí no molestar, más aún, y aterricé junto a los chavales recién salidos del vehículo siniestrado.

Anduve con cuidado y con dolor en las rodillas por la carretera y me apoyé en un árbol cercano. Miré la baraja de cartas que aún tenía en mi mano.

Suspiré.

-Menuda nochecita- murmuré, echando la cabeza hacia atrás y apoyándola en el tronco, al tiempo que cerraba los ojos-. Menuda nochecita- repetí.

El oso coge la piña con gesto goloso , y se la lleva a las fauces con un crujido espeluznante. Una vez partida la piña , el oso degusta con frunción los piñones. Una vez que acaba con ellos , se levanta y se acerca a Bestia y lo olfatea con gesto esperanzado esperando que tenga mas frutos. Cuando comprueba que no tiene mas se levanta y con andares perezosos se acerca a un pino a un lado de la carretera  y se pone a buscar mas piñas siempre bajo la atenta mirada de Hank McCoy.

Mientras los demás logran por fin sacar a todo el mundo de autocar, el oso se arrellana en una zona de cesped musgoso, ahora que todo esta mas tranquilo , emite un enorme bostezo y al poco ronca plácidamente. Al poco de quedarse dormido  , la figura del oso parece fluctuar y en su lugar aparece la figura de Shiro , aun vestido con el traje de gala de la fiesta , que parece dormir plácidamente ajeno a todo lo que ocurre alrededor.

Hank se sentó cerca del muchacho, para velar su sueño, esperando la llegada de Scott con su nave. En cuanto éste llegó, siguiendo indicaciones de Logan, se acercó hasta donde estaban profesor y muchacho, con el botiquín y una pistola sedante, por si hacía falta... 

Gracias, Scott, pero con un inyectable a presión del botiquín bastará... dijo Hank en voz baja, preparando un sedante suave para mantener a shiro dormido hasta la mañana siguiente.

Una vez aplicado sin problema alguno, los dos hombres llevaron fácilmente al chico hasta la nave, y esperaron a que los demás estuvieran listos para volver a la escuela...

Mientras tanto, cerca del autocar siniestrado, el resto de X Men y jóvenes intentaba ayudar a sus pasajeros... y alguno, de paso, ayudar a un compañero

Brian, échame una mano, por favor... ¿Puedes abrir del todo esta otra puerta? Está deformada y es por no llamar a Logan para que la haga trizas delante de todos estos chavales, que suficientes sustos llevan esta noche... le rogó a su compañero con una sonrisa, obviando el hecho de que él podría hacerlo con tal de concentrarse un momento. Pero pensó que sería una forma de que su compañero se sintiera útil, y se le pasara aquella cara de miedo que se le había quedado...

El joven mutante miró extrañado a Miles, preguntándose por qué no podía hacerlo él mismo. Desconocía el alcance de sus poderes pero... ¿quizás no sería mejor que el doctor McCoy arrancara la puerta de cuajo? Con esos músculos, estaba seguro de que podía partir un árbol por la mitad si quería...

Pero supuso que era para que volviera en sí. Desde que todo se había puesto patas arriba, Brian se había quedado paralizado, agarrado a la puerta del coche como si fuera un salvavivas. Se sentía ridículo.

Concentrándose en la puerta, abrió la mano y la tocó. Estaba fría, y temblaba, como si estuviera empapada de las emociones de los estudiante: terror, duda, pánico... Les comprendía perfectamente.

Como no tenía que darle forma, sólo conseguir que se abriera, no tuvo que hacer muchos esfuerzos. Aunque quería demostrar que era un artista, y dejó que su yo más orgulloso saliera a la luz. Con un par de movimientos de sus dedos, hizo que la puerta se deformara y luego se abriera como si fuera una flor, haciendo que los estudiantes pudieran salir.

Cerramos ya la escena del combate, para abrir la de la visita a la sede del JAG, en Falls Church, Virginia

Sede del JAG, Falls Church, Virginia, 10.30 hora Zulu

Después de un vuelo plácido, en que Ororo deja dormir a Jane, llegáis a Falls Church, cerca de Arlington, Virginia. Aterrizáis con permiso en la zona privada del aeropuerto Ronald Reagan de Washington, donde os está esperando un Humvee militar para llevaros hasta vuestro destino.

Anda toma, dormilona, que ya verás como esto te despeja te dice Ororo antes de salir del aparato, ofreciéndote la píldora mágica del Dr Mcoy y un termo con zumo de naranja, mientras Logan mira con el ceño fruncido a Simon y Eddy

La próxima vez que no estéis a la hora en punto, os quedáis en tierra... gruñe, medio en broma ante el retraso de los muchachos a la hora de partir. El X Man se enciende un puro y, con una sonrisa divertida, entra en el vehículo militar después de que una solícita chófer de la Armada os abra la puerta...

Tras un breve recorrido en el que la conductora no dice ni palabra, comportándose como una absoluta profesional, llegáis al edificio que es la sede del JAG. Al entrar os entregan a cada uno una identificación de Visitante y un amable marine os indica el ascensor y la planta donde debéis bajaros...

Pronto veis que aquello es un hervidero de actividad. Cada uno va a lo suyo y aunque a primera vista parezca algo caótico, pronto descubrís cierto orden y control en todo aquel trajín...

En cuanto llegáis a la planta donde de béis ir, os encontráis a un marinero y  un sargento de los Marines discutiendo entre risas Mikey, eso de intentar llevar a un museo a mi hermana es lo más divertido que he oído en mi vida... ríe el Marine, algo zumbón

Pues menos burlas, Gunny, que ella se lo pasó la mar de bien, aunque no te lo parezca...  empieza a decir el marinero, pero en cuanto os ven llegar os preguntan adónde vais, y el Marine se pone serio de inmediato y se cuadra

Sargento de Artillería Víctor Galíndez, a sus órdenes... pasen, por favor, les están esperando... dice con completa corrección, mientras os guía a través de una serie de despachos...

Pasáis por delante de un despacho donde un apuesto oficial está hablando por teléfono de algo aparentemente gracioso, porque luce una sonrisa algo pícara en el rostro, pero el Sgto Galindez os lleva hasta el que parece ser el despacho principal de la planta donde, para vuestra sorpresa, os espera un individuo cargado de galones y condecoraciones, al que no debe faltarle mucho para retirarse del servicio activo...

Almirante Chegwidden, los visitantes que esperaba desde Westchester, señor! anuncia vuestro guía tras cuadrarse según manda el reglamento

Gracias, Gunny, puede retirarse... le dice el almirante en un tono mucho más cordial y distentido Y ustedes pasen, por favor, tomen asiento...

¿Qué hace Charly ultimamente? Díganle que el próximo día que se pase por Washington me lo haga saber y quedaremos para comer, hace tiempo que no nos vemos y eso no está bien en viejos amigos... pregunta AJ Chegwidden de una forma que hace que Logan ría por lo bajinis viendo vuestra cara

Ororo se encarga de tener con el almirante una charla trivial sobre el Profesor y la Escuela -que parece que el almirante conoce de referencias- y tras unos minutos de agradable conversación, en la que el militar demuestra tener tablas y mano izquierda para tratar desde a gente como Logan a jóvenes como vosotros os pregunta

Bien, pero ustedes seguro están tan ocupados como un servidor, así que vayamos al grano. Me parece que querían hablar con una de nuestras abogadas en relación a un joven, el Sr... Jason GreenWood dice consultando unas notas en su agenda. Y apretando una tecla de su interfono ordena

Gunny, lleve a nuestros invitados a ver a la Tte Col McKenzie, por favor...

Tras esto os estrecha la mano y os desea suerte en vuestra búsqueda, volviendo su atención a los dossiers que tiene sobre su mesa...

El sargento de los Marines os conduce a un despacho contiguo donde se encuentra una atractiva mujer que luce los galones de Teniente Coronel de los Marines.

Ella se levanta de inmediato de su mesa y os salda estrechándoos la mano con una deslumbrante sonrisa

Tte Col Sarah MacKenzie, aunque pueden llamarme Mac... Me parece que están interesados en un joven al que defendí el domingo pasado, junto a un marine, ¿verdad?

Ver a tantos militares me impone un poco, por lo que trato de no abrir la boca mientras vamos de un lado a otro hasta que llegamos a la oficina de la mujer, MacKenzie. Algo tenso aun, y con la sensacion de estar muy fuera de lugar me decido a ser el primero que hable, respondiendo a su pregunta.

- Asi es, estamos buscando a Jason Greenwood, y nos dijeron que tuvo un altercado a raiz del cual usted lo represento. Le agradeceriamos que nos contase lo que pudiese sobre lo ocurrido, y tambien sobre su paradero.

Dormí placenteramente durante el viaje y me restregué los ojos, cansada, cuando llegamos a Virginia. Tomé la pastilla me dio Ororo e intenté tragármela. No podía. Qué mal se me daba tragar pastillas. Al final, como los críos, la tuve que partir en dos para no ahogarme.

Parpadeé varias veces para acostumbrarme a la luz y seguí al resto hasta el coche, sin decir ni una palabra.

No sabía si fue por la pastilla o porque me encantaba todo aquello, pero no sentía completamente despierta y curioseaba todo lo que podía la ver un despacho abierto o una sala con unos cuantos militares reunidos.

Cuando nos presentaron a Mac me dije a mí misma que, al finalizar la entrevista, me comería la vergüenza y le preguntaría sobre los exámenes y las pruebas de acceso para entrar en el cuerpo. 

Mientras tanto, permanecí callada, dejando que Simon tomara la palabra por todos nosotros.

Lo cierto es que habían llegado tarde al hangar por culpa de Eddy, Simón había accedido a acompañar a Eddy a ver el estado de Amara nuevamente, pero esta ya no estaba en la enfermería.

Y claro, Eddy no había contado, con que Simón se movía más lento que el. Así que ambos habían hecho el camino a velocidad normal, y habían llegado juntos, pero algo tarde. Cosa de un par de minutos.

El vuelo había sido agradable y rápido. Aquel aparato le parecía increíble, y estuvo todo el tiempo del vuelo diciéndole a Simón, que mas tarde o más temprano aprendería a usarlo, y se lo llevaría a ver Illinois.

Como si allí hubiera mucho que ver.

Una vez llegaron al JAG Eddy se volvió mudo. Todo aquello le parecía asombroso. Todo el mundo estaba impecablemente vestido, y todo el mundo era profesional y correcto. Era la antítesis de un instituto americano medio.

Conoció un buen puñado de militares de distintos rangos, que no sabía muy bien como catalogar, y cada cual le parecía más importante que el anterior. Hasta que llegaron a una mujer, que era preciosa, firme y sobria.

Se dijo, que si alguna vez tenía que casarse, tenía que ser con una mujer como aquella. Porque con solo una mirada los dejo K.O.

Pero cuando Simón hablo de nuevo, salió de sus ideas para llegar de golpe a la realidad.

Miro a Jane, que estaba mucho mas despierta que momentos antes en el pájaro, y como ella no dijo nada.

Es que es un amigo de la escuela. Y aunque deseamos que no le haya pasado nada grave, lo cierto es que tanto el profesorado como el alumnado están preocupados por él.

Esta entrevista, es para intentar localizarlo, y ver si por algún medio podíamos ponernos en contacto con él, y comprobar su estado de salud.

Y con ello espero no estar quebrantando ninguna ley.

Tras hacer aquel apunte un poco más cómico, se dio cuenta de que no era apropiado. Había sido muy poco diplomático por su parte, y volvió a callar.