Partida Rol por web

...Et descargué con tremenda fuerza et furia un terrible mandoblazo contra uno de aquellos cuerpos horadados por los gusanos. Fue tal el impácto que fízome perder momentáneamente el equilibro et el tino, errando el contragolpe que envié al otro de aquellos cuerpos inertes, más non preocupóme aquel error, es más, disfrutélo, pues durarían algo más aquellos oponentes con los que desahogaría mis más bajunos impulsos de violencia et pendencia...

Previendo el ataque que la putrefacta criatura realizará sobre mí, me preparo para esquivarlo.

El barón no hizo sino ensañarse con uno de los muertos (M2), blandiendo su espada y demostrando su habilidad rasurando las piernas de aquella criatura con buena precisión...

El muerto se agachó a por su espada, la recogió y tras ello cargó contra el ballestero, que tenía ya casi el nuevo virote preparado...

El ballestero logró finalmente disparar el virote con gran potencia...

El muerto M3 no puede hacer nada contra la gran predisposición de Euxeo, al que no logra acertar con su garrote, y tampoco nada puede hacer por parar los ataques del Iñaki...

Resumen turno 3:

Y en éstas que, como solía pasar, llegó primero don Diego, que alzose imponente y sacudió su espada para quitarle las últimas manchas de desuso de la su espada, y que estampó su filo cruelmente contra una de criaturas que a ellos querían alzarse (puesto que a la otra no consiguió acertarle):

Daño a M2: 10 (sin protección): 10 puntos de daño --> RE-MUERTO

Tras ello llegó Iñaki con su bastón de combate (de los que pocos habían en Castilla, Aragón o cualesquiera reinos de la época), y casi lo hace astillas cuando lo impactó, hasta dos veces en el cuerpo del último muerto que quedaba en pie...:

Daño1: 5 (sin protección) (/2 por brazo): 2 puntos de daño
Daño2: 9 (sin protección): 9 puntos de daño: 9 puntos de daño --> RE-MUERTO

El barón se arrodilló en la misma tierra, clavó su espada en el húmedo terreno (y ésta clavábase bien y sin esfuerzo) y se apoyó dejando caer sus manos en su empuñadura, y a su vez su cabeza sobre sus manos... ¡estaba exhausto! Oíais su respiración entrecortada, pero estaba bien...

¡Santo Cielo! -estaba como sorprendido de que en su propia Baronía hubiera criaturas como las que acababan de ver...-.

Entonces don Sancho miró al cielo y se dio cuenta de que acababa de anochecer, que había acabado de hacerlo mientras mandábais a la tierra, de nuevo, a esas criaturas. Muy cerca se escuchaba un arroyo de corriendo.

Limpié la sangre de la mia espada en lo que antaño fueron las ropas de los muertos, et agora non eran más que harapos desvencijados. Tras envainar acerquéme al Iñaki; - Plebeyo, habemes sorprendido et demostrado que vuestra bravura non sólo es de palabra, sino también de puño et fuerza. Plácenme los omnes valientes et decididos, et vos sodes uno de ellos. - Et con ello díle a entender que olvidaba la anterior afrenta et agradábame contar con la su compañía en el grupo.

Trás las breves palabras con Iñaki dirigíme a don Sancho; - Señor, cae la noche, et témome que aquestos parajes non son seguros. Seguir el rastro entre aquesta oscuridad et niebla non es cosa buena. Más volver al castillo agora témome que supondría los mismos peligros. Propongo fazer noche en el bosque, más habemos de disponer de buen fuego et turnarnos en vigía. - Et trás exponer mi opinión esperé la decisión del barón, pues de su mandato dependiamos todos...

Tras la finalización de la batalla con los muertos vivientes, dejo caer la piedra que sostengo en mi mano, y me siento en el suelo, agradeciendo el seguir ileso.

Tras observar como las horribles criaturas han sido destruidas, regreso aliviada al lado de mi marido, y pregunto:

- ¿Estáis todos ilesos, o alguno necesitáis de mis dotes curativas?. -

Mirando al noble a los ojos, la verdad es que no sabía como tomarme sus palabras. Si solamente eran un cumplido, o en verdad sentía lo que decía. Pero como siempre digo, sus acciones hablaría por el.

Por otro lado, ahora sabía aqué nos enfrentábamos y la verdad es que no era algo a lo que estuviera habituado. Un Gaueko no era algo que tomarse a broma. Así, más preocupado por la situación que por lo anteriormenteacaecido con el noble respondo:

- Gracias Diego, Vos..... Se decía vos? que complicado era el castellano también haber peleado con bravura.