Partida Rol por web

Vincent iba asintiendo a las explicaciones de Ali, recordando poco a poco cómo funcionaba el juego. Nunca se le había dado demasiado bien, pero era divertido. Justo cuando iban a ir hacia la mesa para coger sitio, se acercó otra de las compañeras de la Tours. Él no conseguía ponerle nombre a su cara, pero le sonrió igualmente. Le sonaba que no era una persona especialmente abierta, así que se sorprendió un poco.

- ¡Hola...!- intentó darle un nombre, pero se rindió en seguida.- Ahora íbamos a jugar a póker. Creo que Ali quiere humillarme delante de toda esta gente...- se rió y miró a la doctora para poner cara de complicidad.- Pero en serio, se me da fatal jugar a las cartas. Nunca he apostado y, si lo hiciera, me quedaría sin dinero en menos de cinco minutos. Además, la gente suele adivinar mis intenciones muy deprisa... Me pregunto cómo lo hacen.- frunció el ceño, pensativo. ¿Sería cosa suya?- En fin, vamos a jugar. ¿Tú te apuntas?

-La verdad es que yo también iba para allá... Aunque parezca que me he perdido...

Había dos clases de personas que decían que eran muy malos; los que saben jugar y lo disimulan a la perfección,
o los que en realidad son MUY malos. ¿De cuál de los dos tipos sería él? -Pensé mientras miraba fijamente a Tanner-

-Piensa en chicas desnudas, a mí me funciona. Observé disimuladamente a Leblanc, esperando que viera mi farol.

Con tal discurso por su parte, no hacían mas que crecer mis dudas acerca del tipo de jugador que sería.
Presenté mi copa al frente, en señal de aceptación por su oferta.
-Pues si no interrumpo nada, vamos a ello entonces, ¿no?

Después de darme la vuelta para dirigirme hacia las mesas, miré hacia atrás, y mientras sonreía comenté:
-Mi nombre es Kat.

Parecía que al menos mi primera semana, en cuanto a lo de pasar desapercibida se refiere para este tipo, había sido un éxito... Quizá no decirle mi nombre hubiera jugado a mi favor con cartas en las manos...

 - Ah, Ackerhart ¡Hola! - La saludó sorprendida al ver que era una de sus compañeras en la Tours, sin tan siquiera haberse fijado antes en que ella también estaba por allí, y además iba a jugar con ellos. Aquello la llevó a volver la mirada atrás para buscar a Ishida, sintiéndose algo mal por no haberla invitado a jugar con ella y Tanner, - Estoy atolondrada, ¿En qué estaba pensando? - 

 - Sí, íbamos a jugar. - Rió con Vincent cuando la acusó, culpable. - No serás tan malo cuando me has pillado tan rápido. A ver si te estás haciendo el tonto y ahora me das una paliza... -  

 Miró inmediatamente a Kat, sorprendida y con una sonrisa en cuanto desveló su 'truco'. - Bueno, cada uno tiene sus estrategias. - Alzó los hombros divertida, sin juzgar a nadie, y casi temiendo la partida que iba a jugar viendo a sus compañeros.

Vincent se rió y le dio un golpe en el hombro a Kat, quizá demasiado fuerte al no controlar demasiado su fuerza.

- No sé si eso hará que me concentre demasiado...- respondió con una sonrisa.- Vamos, podemos sentarnos en esta misma mesa.- señaló la mesa que tenían cerca, trotó hacia allí y tomó asiento. Hizo un gesto a sus compañeras para que hicieran lo mismo.- ¡Venga, empecemos! ¿Las cartas se reparten automáticamente, o...?- tanteó la mesa, buscando algún botón que encendiera pantallas holográficas o algo parecido.

Todos parecéis estar disfrutando conforme podéis de la tarde de relax, alejando vuestra mente de los funcionamientos de la nave a la que tanto tiempo le tenéis que dedicar.

Recibes un mensaje de aviso en tu omni-tool. Levantas el antebrazo izquierdo para ver que puede ser, pero comprendes que tipo de mensaje es antes de abrirlo cuando ves al resto de tripulantes de la Tours hacer el mismo gesto de una manera u otra. Cruzas más de una mirada con alguno de ellos  y decides abrirlo, confirmándote que el tiempo recreacional ha terminado urgentemente. Te levantas, casi al unísono que el resto de los soldados que seguían sentados, pero cuando estas apunto de salir del garito te giras porque escuchas que se corta la retransmisión del partido de Urban combat y suena una música que tu cerebro humano identifica inmediatamente como una melodía de “Noticia urgente”.

Estado de alerta en Eden Prime al ser la colonia atacada por, lo que se sospecha, terroristas batarianos…

Nos os detenéis más, y ponéis pies en polvorosa hacia el puerto espacial. 

Su rostro mantiene ese gesto divertido con el que había llegado a la mesa; ceja levantada, ojos ávidos y curiosos y media sonrisa, apenas perceptible. Recorre el rostro de cada uno de sus contrincantes y examina las cartas suspendidas sobre el tablero, antes de lanzar una jugosa jugada y una buena cantidad de créditos. Sonríe internamente, aguantando su estudiada cara de póker. Casi cae en la tentación de relamerse los labios, complacida, cuando comprueba que uno de los jugadores está decidido a enfrentarse a ella y a su supuesto farol. Sus ojos permanecen fijos en los de él, luego en sus cartas y después en las suyas propias; puede sentir, incluso, el destelleo saliendo de su mirada, un vórtice que la atrapa y mantiene concentrada, tratando de adivinar sus intenciones. Hasta que…

El sonido de su omni-tool provoca que se remueva en su sitio, arrancándola de sopetón del juego de miradas en el que se había quedado anclada. Frunce el ceño, masculla y automáticamente observa a la mesa de al lado, allí dónde se han sentado sus compañeros, antes de leer el mensaje. Arrastra la silla, alejándose de la mesa e indicando que ella ha acabado y, con un gesto increíblemente serio que contrasta brutalmente con el distraído que había portado hasta ahora, se levanta y se dirige hacia el grupúsculo de compañeros. Al tiempo que camina escucha esa noticia que le provoca una sacudida. Mascullando un sonoro “Qué cojones” y sintiendo como se le eriza el vello de la nuca, modifica su ruta para salir directamente por la puerta.

Su momento de melancolía que le había provocado la risa duro poco. Su cara se tornó seria y se pusó de pie y rígido para comprobar su omni-tool. - Algo grave debía pasar para que no respeten el permiso que nos han dado. El mensaje les encomendaba a volver a la nave. Dejo créditos para pagar su bebida y la de su compañera.

- Debemos volver. le dijo en tono serio. - Algo grave debe estar sucediendo para que nos hagan volver nada más comenzar el permiso. Estaba disfrutando de la conversación, hacía tiempo que no me hacían sonreír. dijo en tono amable. Cambiaron la emisión del partido por un noticiario urgente, Edem Prime estaba siendo atacado. Espero a que su compañera estuviera lista y marchó con ella hacia el puerto espacial.

Ellie sonrió ante la anécdota de su compañero. Menuda debieron montar ese día en el comedor. A pesar de su adolescencia adusta y disciplinada, el militar había disfrutado de algunos momentos de travesuras juveniles.

Justo cuando se disponía a continuar con la conversación su omiherramienta comenzó a vibrar con fuerza. Un mensaje urgente de la comandante Ferguson: debían presentarse en la Tours de inmediato. Y a juzgar por las palabras de Exor, no era la única que había recibido el aviso.

La ingeniera apuró de un trago el contenido de su bebida y se incorporó junto al biótico.

—Parece que el deber nos reclama —le dijo a su compañero—. Una lástima, justo cuando las cosas se ponían interesantes. Volvamos.

Sin apenas haber podido sentarnos a la mesa, el "trasto" -así lo llamaba cariñosamente- hizo de las suyas.
Con un vistazo rápido me puse en situación, y al ver que tanto Tanner y Leblanc como el resto de compañeros de la Tours hacían lo mismo allí donde estuvieran dentro de aquella sala, me dí cuenta de que no era un simple contratiempo.

Me levanté, dejando atrás el póker, el partido y la conversación. El hilo musical del partido cambió súbitamente, lo que hizo que me girara inconscientemente. Sin dar tiempo al presentador de que ampliara la información, me largué de allí mientras el titular se convertía en un tenue hilo de voz.

Terroristas Batarianos... Estupendo...

Apenas crucé el umbral de la puerta para salir, activé el camuflaje táctico, no quería interrupciones inoportunas en mi camino. El resto del equipo de la Tours parecía haberse puesto en marcha. Me adelanté a paso ligero, mientras les comunicaba a través del trasto:

-Me dirijo al puerto, continuaré informando, cambio. 

Dicho eso, traté de buscar el camino mas rápido hasta nuestro destino.

Vincent sacó las cartas y se dispuso a repartirlas. En el tiempo que había usado para encontrarlas y echarles un vistazo para recordar qué figuras, colores y números había, ya se había acabado su tiempo libre, pues la omniherramienta le notificó de un mensaje urgente de la nave. Tardó unos instantes en reaccionar, pero al hacerlo se puso de pie inmediatamente, casi tirando la silla al suelo. Miró a su alrededor y comprobó que, efectivamente, era una llamada de urgencia para toda la tripulación. Puso una mueca de desagrado: aquello no podía significar nada bueno. Por otra parte, sin embargo, se alegraba de que llegara la acción.

También se quedó embobado durante unos segundos cuando apareció el boletín especial en la pantalla del garito, substituyendo el partido por un mensaje de última hora. Frunció el ceño y apretó la mandíbula con fuerza, tensando a la vez cada uno de sus músculos.

- Mierda...- masculló al oír sobre terroristas.

Eden Prime era una colonia humana y debían defenderla. Quizá no fuera el primero de sus compañeros en salir, y de hecho fue de los últimos, pero cuando lo hizo, corrió como un desesperado abriéndose camino entre los civiles para llegar rápidamente a la nave.

 - Hmm... - Chasquea la lengua y tuerce el gesto cuando comprueba que tienen que marcharse, y no por cualquier minucia.

 - Ahg, ¿En serio? - Masculla indignada cuando ve la noticia, levantándose tensa de un tirón con las manos apoyadas en la mesa, dispuesta a salir, y con prisas. De pasar un buen rato jugando al poker con sus compañeros a intervenir en un ataque batariano terrorista. Genial.

 - ¿Es que no podían meterse en sus malditos asuntos? - Se dice a sí misma con rabia, apretando los dientes.

 Al menos se ha mantenido sobria. Manejar agujas y constantes vitales sin estar al 100% no debe ser muy fiable, pero se alegraría más si nada de esto pasara, directamente. 

 - Batarianos... - Masculla mientras niega con la cabeza al salir por la puerta. No le gustaba discriminar ni estereotipar a las otras especies, pero que siempre estén metidos en líos no puede ser casualidad. Por algo deben tener esos dientes de sierra, y no precisamente para hacer amigos.

El puerto estelar era un caos. Tripulaciones tanto militares como civiles corriendo de aquí a allá, locos para embarcar en sus naves por si lo que esperaba a las colonias humanas era una cadena de atentados en caso de muchos civiles, o para responder al ataque en caso de los vehículos militares.

Vosotros no erais diferentes a los demás, avanzando esquivando o empujando a quienes os cortaban el paso.  El ambiente esta enardecido, con gente asustada, hostil y por lo general nerviosa. Algunos gritan consignas contra los batarianos, otros directamente piden su exterminación.  Cuando estáis cerca de la Tours veis que la comandante está entrando en ella, vestida de civil, y aceleráis el paso. Prácticamente llegáis todos juntos, alcanzándola en la zona de mando. Más de alguno de vuestros compañeros le está preguntando qué pasa, pero la comandante prácticamente pasa de largo y esquiva las dudas de la tripulación. El navegante les echa una mirada de reprimenda y sigue a la comandante a la sala de comunicaciones. El lugar queda momentáneamente en silencio hasta que Dawson una de las técnicos de comunicaciones de la nave es asaltada a preguntas cuando algunos de los soldados recuerdan que ella se quedó en la nave y suman 2 y 2 sobre quien recibió las transmisiones desde Terra Nova.  Tras las insistentes preguntas, Dawson se rinde, y musita en voz baja, rogando que “no se lo digáis al Navegante”

Los informes hablan de Geths.

La información pesa durante unos segundos, con algunos soldados preguntando que diantres son los geths hasta que algunos comienzan a explicárselo. Asimiláis la información mientras esperáis a que la comandante salga con las ordenes.

 Aunque parece ausente y pensativa mientras se dirige a la Tours, y una vez ha llegado, está atenta a toda clase de comentarios, con la esperanza de enterarse de algo más sin pararse a perder el tiempo ni incordiar, hasta que, como otros, acaba llegando a Dawson cuando alcanza la conclusión de que ella debe saber algo más. Alisha se limita a quedarse entre la gente que se amontona frente a ella para hacer lo mismo, observar, sólo que más abiertamente, hasta que las insistentes preguntas de los soldados la hacen hablar.

- ¿Geths? - Pregunta para sí misma frunciendo el ceño, incrédula, sin entender. De todo lo que esperaba, los geths eran lo último. Piratas, mercenarios, esclavistas, batarianos, ¿Pero geths, una IA? ¿Y fuera de su espacio, en una colonia humana? ¿Para qué? 

 Sin respuesta alguna, sólo queda esperar que los colonos sean capaces de aguantar hasta que lleguen refuerzos, y averiguar lo que pudieran al llegar allí.

Se dirigió rápido al puerto espacial junto a su compañera. El trayecto fue un poco atropeyado ya que muchísima gente se dirigía en esa dirección y no fue fácil ir abriéndose camino. El histerismo se estaba adueñando del personal civil y el caos crecía cuanto más se acercaban al puerto espacial. - Es un ataque de batarianos que la alianza resolverá rápido, ¿como puede la gente volverse tan nerviosa cuando estamos a tanta distancia de Edén prime? intento decirle a su compañera pero dudo que le hubiera escuchado ante tanta gente alrededor y el ruido que se generaba.

Finalmente llegó a la nave y se dirigí a su puesto de comunicaciones rápidamente. Su compañera de estación de comunicaciones Dawson se había quedado de guardía y seguramente se estarían dirigiendo a ella los tripulantes para esclarecer que ha pasado. Al llegar junto a su compañera la vió con cara de asustada y los tripulantes de la nave se acercaban a ella insistiendo en las preguntas. Exor se puso a su lado para que no se sintiera avasallada y le puso una mano en el hombro para reconfortarla.

Sin embargo, ella no pudo con la presión del resttp de sus compañeros y les sorprendió a todos con la realidad de aquel aviso. ¿Geth atacando una de nuestras colonias? Aquello no tenía sentido. Se recompuso y se dirigió a los que estaban alrededor de ellos.

- Tendremos que esperar al informe e indtrucciones de la comandante. Vuelvan a sus puestos, mientras tanto. dijo cogiendo a su compañera por los brazos y llevandosela a su puesto alejándola de la multitud que la acababa de acosar.

Al fin llegué a la Tours. La muchedumbre corría descontrolada, y no me sorprendía, pero el incidente
estaba muy lejos de donde nos encontrábamos. Dentro de la nave no era muy diferente.

Había un corrillo, y al acercarme, vi a Dawson siendo avasallada por preguntas y más preguntas.
Debió ser la presión, pues al final dijo una frase. Una frase sencilla y corta, al menos en la superficie,
pues tras esas palabras no se podía más que plantear infinidad de preguntas.

Geths... Prefería los Batarianos... Esos endemoniados amasijos de metal quariano no fallan una.

Como si fuera un guardaespaldas alejando a su protegido de los periodistas, Thompson agarró a Dawson
y se la llevó de allí, y yo no pude hacer otra cosa mas que seguir sus pasos. Necesitábamos más información,
y parecía que esta señorita era la que tenía las mejores cartas.

Avanzando rápidamente, me puse a la altura de mis compañeros, y tocando la espalda de Thompson pregunté, de manera discreta -que en este caso era con un volumen considerable, dado el revuelo que se había formado- 

-¿¡Qué más dicen los informes!?

La situación era un tanto complicada, porque, o bien fue un ataque geth orquestado a la perfección,
o era algo peor y las instituciones estaban ocultándolo...
Autómatas mecánicos renegados sin corazón. La cabeza de turco perfecta.

¿Pero... peor que los Geth? Me costaba pensar en algo peor, de veras que me costaba.

Antes de darle mas vueltas a las cosas, volví a la realidad, aguardando a una respuesta de Dawson,
o de quienquiera que tuviera algo más de información útil.

Vincent corrió a toda velocidad hacia la nave, chocando con varios civiles que también se daban prisa por salir de allí cuanto antes. Tenía que perder tiempo disculpándose y levantando a los más desafortunados, porque toparse con un soldado como él en plena carrera no era una experiencia deseable. Entre tropezones y pausas, llegó a la nave y entró para prepararse cuanto antes.

Allí había un montón de tripulantes haciendo preguntas. Él se mantuvo alejado, aprovechando su altura para observar desde la distancia para no agobiar aún más a Dawson. Los jefes de la nave estaban ocupados manejando la situación, de modo que le tocó a ella apaciguar la ansiedad de sus compañeros. Presionada por tantos, se vio obligada a responder algo muy extraño. ¿Geth? ¿Dónde había oído ese nombre antes? Vincent intentó hacer memoria hasta que empezó a sonarle algo sobre unas máquinas... Lo que había estudiado sobre ellos nunca le había importado demasiado, pero en ese momento se arrepentía de no haber prestado más atención.

- ¿Qué coño son los geth?- preguntó en voz alta mirando hacia la nada.

Negó con la cabeza y se encogió de hombros. Fueran lo que fueran, se llevarían un par de balazos cada uno. Si no se equivocaba, eran como robots independientes. Y los robots también podían caer por muy duro que fuera su metal. Vincent miró hacia todos lados, algo confuso por el griterío y la prisa de todo el mundo. Lo mejor que podría hacer sería ir a preparar su equipo y sus armas. Si tenía que bajar un pelotón a tierra, él sería el primero en ir, sin duda. Se abrió paso entre sus colegas para ir a la armería y ponerse el traje de combate.

Las caras de desconcierto la envuelven y la suya, contraída de una forma grotesca, lanza miradas hostiles a aquellos que la empujan y cortan el paso, tratando de hacerse camino.  Durante una milésima de segundo le invade el agobio, perdida entre aquella muchedumbre enfervorecida. Consigue, no obstante, tomar el control y salir y, escuchando un último grito que pide la ejecución de los batarianos y que le causa un escalofrío, abandona el puerto estelar y entra en la Tours, donde le espera un ambiente igual de crispado y enrarecido.

Busca con la mirada a la capitán y al navegante, que se sumergen en la sala de comunicaciones sin aplacarse lo más mínimo por las preguntas incesantes de la tripulación. Éstas parecen hacer mella en la técnico de comunicaciones, que acaba rindiéndose y les expide una mínima información. Mínima pero reveladora y cuanto menos inesperada. Su rostro muestra confusión. Geths…la palabra la transporta al pasado, a una de las lecciones que les impartían en la Academia. Pero…

—Los geths no salen del velo de Perseo…-musita, tal y como les habían dicho hacía años, contrariada y notando una presión desagradable atenazando su estómago que va en aumento. 

Decide quedarse donde está, apartada del tropel curioso, a la espera de la comandante y sus instrucciones, mientras trata de poner en orden sus ideas.  

Ellie camina apresurada al lado de su compañero mientras se dirigen hacia la nave.

—Está en la naturaleza humana, Exor —responde con cierta condescendencia—. Es nuestro instinto de conservación. Luchar o huir, no hay más opciones. Y dada la magnitud de nuestro enfrentamiento con los batarianos, no es para menos. Yo también trataría de asegurarlo todo y marcharme a un rincón seguro antes de verme atrapada en un conflicto a gran escala. Pero quién sabe, quizás tengas razón y no se trate de nada grave…

Ahí parece quedar la conversación, pues enseguida llegan a la Tours. Varios de los tripulantes que también se encontraban de permiso en local ya han tomado posiciones y esperan con cierto nerviosismo las instrucciones de la comandante o del navegante. Circulan varios rumores entre sus compañeros sobre la causa del conflicto y Ellie no puede disimular su sorpresa al escuchar a la técnico Downson les revela que los geths parecen estar involucrados en aquel asunto.

¿Geths? No es posible, piensa mientras los cuchicheos se expanden como la pólvora por la cámara central de la Tours. Preguntas de estupor se mezclan con respuestas apresuradas sobre la naturaleza sintética de su hipotético enemigo. Geths, vida artifical recluida en los confines del borde de la galaxia... ¿eran ellos en realidad los que estaban detrás del ataque a Eden Prime? 

Dejad a Dawson en paz, es una rata de biblioteca y no está acostumbrada a tanta popularidad

La voz de la comandante se eleva sobre todo el alboroto que estáis montando con vuestras preguntas.

Si, han sido los geths quienes han atacado Eden Prime. No sabemos el porqué, pero recientemente fue descubierta en la colonia una baliza proteana que ha sido destruida durante el ataque. Probablemente esa baliza sea la causa del ataque, pero son conjeturas y no nos incumbe a nosotros demostrar si son correctas o equivocadas. Los jefes nos han ordenado acudir al Confín Skylliano ya que se sospecha que los geths atacaron desde ahí, y haremos un reconocimiento de la zona. Alguna pregunta? 

 La comandante da más detalles sobre lo que ha ocurrido en Eden Prime, relacionándolo con una baliza proteana, aunque eso no explica gran cosa. ¿Por qué iban a querer los geths nada de los proteanos? Tal vez se trate de tecnología que pueda interesarles, pero tal y como dice Ferguson, sólo son conjeturas.

 Alisha chasquea la lengua frunce el ceño cuando oye que se dirigen al Confín Skylliano. Esa zona de la galaxia es una mierda llena de piratas, mercenarios, y chusma en general. Afortunadamente no se atreverán a atacar a una nave nuevecita y de tecnología punta de La Alianza, y si lo hicieran seguramente no tendrían ninguna oportunidad, pero estaría mucho más tranquila sin esa morralla pululando por ahí.

 Lo bueno es que los geths no forman alianzas, pactos, ni comercian, así que nada que no sean los propios geths debería interferir.

 Preguntas hay muchas, pero no parece que Ferguson tenga más respuestas que la información que acaba de dar, así que Alisha queda en silencio, pensativa, a la espera de que se resuelvan las dudas puedan tener los demás.