Partida Rol por web

Lin maulló con rabia. Aquella bruja iba a necesitar algo más que una escoba y que los de la perrera para evitar que agotase todas sus vidas en arrancarle la escoba, los rulos y la garganta...Los maullidos de Misi hicieron eco en las orejas de Lin que se alzaron recordando que estaban tratando de liberar a los cachorros. Miró hacia atrás y comprobó que los más pequeños estaban bien. Al ver a  Misi y Resaca cerca de ellos, pareció sentir cierto alivio. Se dirigió hacia ellos, en concreto a Marí y Rubik mirándolos como si los estudiase. Más al pequeño, pendiente de aquel mordisco que el perro rata le había lanzado. -Vamos camorrista- maulló con cierto conteto al ver que estaba ileso y le empujó ligeramente con la cabeza. -Princesa...- Dijo tomando de la nuca*(como tantas veces debía haber hecho con sus cachorros) a Marí y la colocó frente a su objetivo: la cárcel. Miró a Resaca y finalmente a Misi, asintiendo conforme a lo que había dicho. Había que darse prisa. Ni los propios humanos soportarían los gritos de aquella mujer, y tal vez, solo por no escucharla berrear, se presentaban allí en menos de lo que tarda una paloma en emprender el vuelo cuando ven a Lin. -Inspeccionemósla por fuera un momento- Maulló, no como orden. Más bien como propuesta.

Resaca, aliviada de que por fin se estuvieran alejando de la temible señora con rulos, y en parte satisfecha al oir al chucho patada hembra aullar de dolor, siguió a Lin, y con las orejas tensas y la nariz preparada para captar cualquier traza sospechosa, se dispuso a inspeccionar la zona, tal y como el gatazo había propuesto.

Al fin y al cabo, aquello se le daba bien. La gatica era famosa en su barrio por su perspicacia a la hora de darse cuenta de los peligros y percibir las cosas que otros gaticos más distraidos no eran capaces de ver.

Parece que la gatica blanca favorita de los espectadores había dado con algo. Estaba a tan solo un segundo de anunciarlo cuando Lin apareció y la agarró de la nuca como se supone que los padres hacen con los cachorros. Maúlla sorprendida pero se deja coger. Sus ojillos se tornan algo furiosos, algo gracioso en una cosa tan pequeña y dulce, pero al ver que no duele cambia su expresión y se deja llevar. Mueve la patita como puede en dirección al cobertizo.

- ¡Se puede entrar por el sótano! ¡Pero hay alguien! - Anuncia a maullido pelado al resto de gaticos. 

Lin abrió los ojos, echando la cabeza hacia atrás, divertido y sorprendido por la potencia del maullido de la pequeña Marí. Hizo un gesto con su pata subiéndola y bajadola con rapidez para tratar de pedir algo más de discrección. Trató de discernir lo que la pequeña sirena de barco blanca había maullado, en dirección al sótano. Se dirigió a Resaca con un maullido discreto. -¿Algo, Resaca?-

Rubik sacó pecho, completamente orgulloso, al escuchar cómo Lin le llamaba camorrista, y más todavía cuando le empujó con la cabeza. Dio algunos pasos con alegría, casi olvidando por un momento al perro y a la señora a pesar de los gritos. Y un instante después, cuando empezaron a trazar un plan, él alzó sus maullidos por encima del jaleo que montaba la de los rulos.

- Podemos meternos en varios sitios. - Señaló, contento de haber hecho aquella comprobación. - En el sótano, pero hay alguien, probablemente el carcelero. - Indicó. - O en el cobertizo. Podemos esperar a que la bruja se vaya y hacer que el carcelero salga por los maullidos de Marí. - Propuso, sintiéndose nervioso e inseguro al no saber qué nivel de aceptación tendría su plan. Y una vez acabó de hablar volvió a sacar pecho, sentándose sobre sus cuartos traseros, como si hubiera recordado a posteriori que debía resultar imponente.

Misi escuchó los planes, nervioso. La amenaza de la señora de rulos seguía ahí, pero tampoco podían entrar con el memo dentro. Asintió al plan de Rubik. Es ahora o nunca. Maulló. Ahora está entretenida avisando a los perros de la perrera, tenemos que hacerlo antes de que vengan.

Miró a Marí. Nosotros nos escondemos y tú maullas para que salga, ¿vale? Le dijo, dándole ánimo. Pero que no te atrape o tendremos que salvarte a ti también.

Empezaste a mirar a tu alrededor valorando las opciones. Tu vista era portentosa y famosa en todo el barrio así que en cuanto echaste un vistazo a la situación lo viste todo con claridad. Para esconderse la opción más obvia era la parte inferior del carro de metal, aunque también sería la más obvia a la hora de buscaros.

Entonces te diste cuenta de que la puerta del cobertizo estaba entreabierta.

Y cuando tus ojos se dirigieron hacia la cárcel de animales, pudiste ver que había una ventana en la parte baja, casi en el suelo. Debía ser el sótano del que os había hablado Piper, el lugar donde estaban los gaticos secuestrados. La ventana estaba entreabierta, pero de ella salía luz. Alguien debía estar dentro.

- Podemos escondernos bajo el carro de metal mientras Mari maulla, pero ese será el sitio más evidente... Aquel en el que el humano memo tendería a ir a buscarnos primero, al igual que los de la perrera...-maulló, arrugando la nariz, acercando el hocico a la oreja derecha de Lin, como si realmente el tipo de la cárcel de animales o la señora con rulos pudieran entender lo que profería- El cobertizo tiene una puerta entreabierta... Y la cárcel tiene también una ventana, ahí abajo, diría que da hacia el sótano. Podemos colarnos dentro, y desde la base del enemigo, buscar a los gaticos. No debería ser difícil. Es una vía posible que podemos usar aprovechando la distracción de los maullidos lastimeros, aunque no sería aconsejable dejar a Mari sola con ese garrulo.

Volvió a mirar a la cárcel de animales- Ahora mismo parece que hay alguien dentro. Debe ser el memo. 

Agarrada por Lin en su pellejo Marí escucha los planes que se proponen. Es su momento, y la gatica lo sabe. Ninguno de ellos podría emitir un maullido tan lastimero y que conmoviese las emociones de otro humano como ella.

- Deberíamos haser lo que dise Rubik. – Añade con convicción. – Si nos colamos con él ahí… Hay que haser que salga y serrar la puerta cuando esté fuera. Es un humano estúpido. – Dice con un maullido agudo y protestón. – Puedo maullar y luego meterme por la ventana. Puedo haserlo. – Repite casi suplicante, con ganaste de hacerlo por los gaticos. Mira entonces a los ojos de Resaca, Rubik y Misi. A Lin no, pues no tiene ojos en la nuca.

Rubik escuchó cómo algunos parecían estar de acuerdo con su plan. Lo cierto era que no quería ponerse en marcha hasta que su verdadera referencia dijera algo al respecto, pero Lin estaba callado, probablemente atento para protegerlos si la maldita señora se acercaba.

- Sí, hagamos eso. - Maulló en dirección a los demás, totalmente optimista. Entonces se giró hacia Marí antes de llevar una pata hacia ella en un gesto de aprobación. - Espera a que nos escondamos y llévalo lejos. - Le pidió. - Lo harás bien. - Enunció antes de mirar a los otros y comenzar a caminar en dirección al cobertizo. Sus pasos eran alegres: aquella era su primera misión y no paraban de tener aventuras. Hasta Lin le había llamado camorrista. ¿Se podía pedir más?

Parecía que el plan estaba en marcha. Tenían que ser sigilosos y confiar en las dotes interpretativas de Marí. No parecía un plan complicado, pero nunca se sabía, los humanos eran impredecibles.

Suerte Marí. Le animó Misi, restregando su cuerpo al suyo al pasar a su lado dándole ánimos. Nos vemos dentro. No te preocupes, si te atrapa te sacaremos a ti también. No permitiremos que te haga nada.

Maulló una última vez y siguió a Rubik. No había tiempo que perder, la señora probablemente volvería para vengarse de su feo perro.

Al final el plan de Rubik tuvo la aceptación necesario, y la gatica que cuelga de las fauces de Lin sabe que tiene un gran peso en la resolución de este. Hizo movimientos revoltosos para indicar a su portador que la dejase ahí mismo. Luego vino un gesto de ánimo de Rubik y un roce cariñoso de Misi. Marí no podía estar más motivada para maullar como un ángel. Con su diminuta cabeza y la barriguita en tierra asintió.

- No os preocupéis. ¡No me cogerá! – Asegura con un grito agudo. – Me voy a poner justo ahí. – Señala con la patita la pared a la izquierda de la puerta de Memo, suponiendo que saliese. – Tendrá tiempo de soooobra para desaparecer, y mientras vosotros… - Sonríe ansiosa y va corriendo a su posición. Espera la señal de aprobación para entonar. Parece que se preparada como una cantante pomposa de ópera. A menos que la interrumpan, va a ser una maulladora lastimera.

Lin soltó a Marí y la observó mientras se posicionaba. Luego al resto. -Yo entraré el último...- Anunció mientras volvía a mirar a Marí. Parecía claro que quería asegurarse de que a la pequeña nube blanca, le diese tiempo a salir corriendo. Sus ojos mostraban la determinación que era habitual en Lin cuando de los más pequeños se trataba. Solo con verle, era fácil suponer, que si las cosas no salían bien, no sería a Marí a quien cogerían. No mientras él pudiera evitarlo. Miró a Rubik...- Nos vemos dentro camorrista...- Luego a Resaca y a Misi.- Cuando digáis...-

- Vamos. Ella maulla, el memo sale y nosotros... Nos colamos. ¿No?-dijo, avanzando con la cabeza gacha y las orejas tiesas caminando junto a los demás, hacia la ventana, mirando alrededor, atenta, dedicándole un último vistazo a Marí- Ten cuidado-fueron sus últimas palabras, antes de sumergirse en la misión gatil.