Partida Rol por web

Ya solo quedaban dos enemigos, tres de los lados estaban controlados, al menos ya no les rodeaban. Era el momento de girarse y disparar a un nuevo enemigo.

Disparo una ráfaga contra su enemigo, solo uno de los disparos consiguió impactar pero solo de refilón, seguramente esa bestia ni se había dado cuenta del impacto recibido.

Había podido ver como otros dos orcos habían sido abatidos por nuestros disparos, al ver la cabeza de uno de ellos volar por los aires, un sentimiento de felicidad me invadió - ¡Asi es chicos! me teneis más contento con estos últimos disparos ¿porque cojones no habéis disparado así todo el puto rato? - Ya solamente quedaban dos bicharracos verdes, pero estában casi encima de nosotros - Esta es la última oportunidad de poder cargarnos a alguno con las balas.... -

Me dediqué a apuntar intentando concentrarme lo mejor posible, pero fué imposible, la imagen de esa cabeza rebentando tan lindamente, invadió todos mis pensamientos e hizo que me desconcentrara y lo único que conseguí fué desperdiciar otra bala - ¡¡maldita sea!! ¡¡LOS TENEMOS ENCIMA!! - dije gritando a mis hombres... - los que estéis más cerca, intentad retroceded y ponernos todos juntos para atacarlos todos a la vez, así tendremos más posibilidades de sobrevivir a un ataque físico contra los orcos..... ¡pero vamos, no os arrugueis que son 2 contra 10 cojones! ¡¡echadle webos al asunto y más riles!! -

Mi hermano tenia razon. Ya no daba tiempo a cambiar la caja de municion, y estaban encima nuestro. Retrocedi unos pasos, dandole unos golpes en el hombro a wedge para indicarle que habia que retroceder, y acto seguido, alzo la pistola, disparando. Para variar, fallo, por supuesto. ¿Como podemos fallar tanto? Me pregunto mentalmente, mientras comienzo a retroceder, obedeciando a las ordenes del Sargento. El sabria que estrategia era la mejor.

El pánico fluía por su cuerpo

JODER HUNTER RELAJATE  YA SOLO QUEDAN 2

Sus disparos pasaron entre los orcos sin consuguir que se inmutasen

Que alguién los mate de una vez¡¡¡¡

Mas orkos habían caído pero los que quedaban aun avanzaban hasta nuestras posiciones. - ¡Rendiros malditos cabrones!. Teníamos que intentar por todos los medios que esos bichos no penetraran en nuestras posiciones y se trabasen con nosotros en cuerpo a cuerpo, conocida su fuerza y resistencia podían acabar con varios chicos antes de abatirlos.

Una vez mas apunto a uno de los orkos mientras mentalmente me cago en los árboles, la oscuridad y la puta madre que engendró a unos bichos tan feos.

- ¡En el nombre del Emperador idos al infierno!. 

Me incorporo de mi posición para encararme a los orkos que se acercan peligrosamente, apunto durante un instante y disparo.

-Joder...me lo tenía que haber tomado con más calma- pienso al ver cómo mi disparo se ha perdido en la oscuridad. Parece que no los logramos detener y el sargento comienza a escupir desesperado las ordenes de que nos enfrentemos a ellos.

-Enfrentarnos a ellos? y una mierda cabrones...

Se nos echan encima...y parece que no es nuestro día.

Los orcos ya estan encima y no hay tiempo para más, una última ráfaga a la desesperada. El contorno del orco que se acerca gritando se alza delante mia a escasos metros, no me da tiempo a apuntar, disparo sin mirar esperando la carga de tal bestial ser.
 

Solo quedaban dos enemigos y estaban bastante alejados de Korlo así que aun no tenia que preocuparse de alejarse del enemigo. Korlo giro el arma hacia las amenazantes figuras y soltó una ráfaga de disparos, por desgracia estos se perdieron en la espesura como tantos otros antes.

Los disparos inexplicablemente rodearon a los orcos pero ninguno consiguio impactarles. Uno se vio retrasado en su carrera final por los arboles yaun no estaba en combate cuerpo a cuerpo, pero el otro con una ultima carrera llego hasta las posiciones imperiales aunque sin fuerzas para atacar, aunque ya estaba preparando su arma para atacar a uno de los guardias que tenia dentro de su alcance.

La cosa se ponía bastante fea, pues uno de los orcos había llegado a tomar contactos con dos de mis hombres - ¡¡Caballeros, ya los tenemos encima!! ¡no quiero titubeos ni mariconadas! esto se pone bastante serio - mi cabeza se debate entre disparar o acercarme a mis dos hombre y echarles una mano.... Las décimas de segundo que transcurrieron durante esas dos opciones que pasaban por mi cabeza, se hicieron eternas e intenté visualizar los pros y los contras.

Finalmente, decidí lo lógico - soy bastante bueno con las armas cuerpo a cuerpo.... mejor que con las distancias.... - tomé una difícil decisión - Mis hombres no van a morir a manos de un verdoso maloliente - asi que, me dirijí hacia donde el orco había tomado contacto con mis hombres y me coloqué junto a Fergus (o donde pudiera colocarme), agarré firmemente mi espada sierra y ataqué ferozmente contra el bicho verde. En un primer momento vacilé, pero me repuse y conseguí acertar al orco, pero lo único que conseguí fué un pequeño arañazo - Ojalá responda igual que le he atacado, sino........ va a doler -

Callidon bajó el arma y apretó el gatillo. Justo en ese momento el sargento pasó hecho una furia por delante suya cargando al orco que estaba dándose de leches con Soneka y Fergus. Instintivamente Callidón quitó el dedo del gatillo y subió el arma de nuevo.

Parándose a pensar y evaluando la situación, bajó de nuevo el arma y se centró en el orco más lejano. El que estaba más sano. Concentrándose en su propia respiración y acompasándola con el fusil, lentamente fue juntando los elementos de puntería de su arma.

En concreto, ese orko estaba muy cerca. Demasiado para mi gusto, cabe decir. Acostumbrado a ver al enemigo por la mirilla de mi cañon de asalto, verlos a una distancia tan corta no me gustaba ni un pelo. Seguí la misma estrategia. Alcé la pistola, y aprete el gatillo sin siquiera apuntar.

Total, apuntar no me daba resultado y disparar al bulto si me lo daba, por lo que aprete el gatillo, dandole al orko. Golpee el hombro de mi hermano, y con el pulgar señale hacia atras. Habia que replegarse antes de que nos alcanzara.

Teníamos al orko encima, ya poco se podía hacer para remediar la diferencia de tamaño y fuerza entre nosotros y él. El edor que despedía era lo suficiente mente fuerte como para herir nuestras fosas nasales. Suelto el rifle y desenfundando la pistola disparo al orko.

- Prueba esto puto bicho.