Partida Rol por web

-Sí, director. No le fallaré.

Me inclino respetuosamente antes de acompañarle a la salida del despacho. Tras ello recojo mis cosas y no pierdo tiempo en salir hacia CCToei. Que yo no tengo chofer y si hay atascos se me echará el tiempo encima.

-Hazte pasar por un cliente y pregunta por Yasuoka. Es el empleado. Y viste ropas normales, que no vean que eres de aquí.

Es lo último que le dice antes de subir al coche. El tema es serio y tiene que hacerlo lo mejor posible para poder cumplir con su misión y ayudar a la compañía a solventar ese problema. El centro comercial no está muy lejos de allí, pero al salir, está lloviendo. Lo mejor será coger un taxi. 

Mal día para hacerlo.

Con prisas, voy al vestuario a cambiarme. A mi no me llevará ningún chofer en un coche ya preparado sino que tendré que parar un taxi y vete a saber que retrasos puedo tener...seguro que se enfada si no estoy a tiempo.

Espero no tardar demasiado...me podía haber dado más margen pero no...no dice nada y claro, debo suponer que no tengo tiempo ¡Agh! Es frustrante mi querido/odiado jefe vampiro.

Me veo a mi misma mirarme en el cristal de la ventana del taxi. Dejo de inflar los mofletes, por la frustración, al verme.

No tarda mucho en cambiarse y llegar al centro comercial. De momento, el tráfico es aceptable y no parece haber mucho atasco en ningún sitio. Además, el centro comercial no está muy lejos de la oficina, así que no tiene que recorrer mucho trayecto. Lo que si que está a abarrotar es el centro comercial. 

Hay varios empleados, dispuestos a atender y ayudar a los clientes.

Al llegar, no me gustan mucho las multitudes, resoplo resignada y busco a quien me pueda ayudar a localizar a Yasuoka.

-Debo hablar con él, me espera. ¿Puede indicarme donde ir? Gracias.

El dependiente le indica una parte de la tienda, un poco extrañado por la petición. Pero el cliente siempre tiene la razón y muchas veces piden cosas raras, así que no dice nada... Al abrirse paso entre la multitud, llega a donde está Yasuoka. Le dice que espere un momento y desaparece una zona solo para el staff.

Al salir le entrega un sobre.

Compruebo que me ha dado lo que se supone me tiene que dar, las pruebas contra Mamiya, y si es así le asiento y me marcho. Debo entregar el sobre a tiempo. Si no me ha dado l oque debe...conocerá la ira de una secretaria ultrajada.

¡El Director confía en mi!

Parece que los papeles son correctos. Ahora comienza la parte difícil de verdad: llegar a tiempo a la reunión para entregarle los papeles al Director Touma. Al salir, el tiempo está peor. Por suerte, hay un par de taxis esperando clientes un poco más allá. Tras darle las indicaciones, el taxi arranca y se mueve por las calles, pero... el centro está colapsado. Parece que la espera va para largo. Todos han pensado que la mejor forma de moverse ese día, es en coche.

Sentada en el taxi con las piernas cruzadas no paro de mover el pie que queda en el aire. Molesta por la demora y nerviosa porque a este paso...no llego. Miro la hora una y otra vez.

-Esto va a tardar mucho en despejarse ¿Verdad?- pregunto al taxista. Aunque sé la respuesta. -¿Cuánto le debo si me bajo aquí?- en cuanto me responde le pago y me bajo.

Al menos andando avanzaré más rápido. Puedo incluso ir más directa, ya que no hay direcciones prohibidas ni giros obligatorios para un peatón. Me cierro bien el abrigo con el bolso por dentro, y los documentos en su interior, y me quito los zapatos. Los llevaré en la mano.

Buen día para ponerte tacones Kaya...

Salgo lo más rápido que puedo hacia el lugar de la reunión.

Es evidente que aunque el taxista quiera ir más rápido, no puede. Está todo colapsado y no parece que la cosa vaya a moverse en un futuro próximo. Tras pagar, le toca enfrentarse a la tormenta. La lluvia no deja de caer sobre ella y no parece que vaya a dar ninguna tregua. Además, es una mierda porque la lluvia empapa los cristales de las gafas y no le dejan ver, pero si se las quita el agua entra directamente en sus ojos y es aun peor.

Cada cierto tiempo, tiene que ir parándose para limpiar los cristales y así protegerse los ojos de la lluvia. Hasta que se le resbalan y...

Las pisa. Se ha quedado sin gafas.

-Oh...mis gafas...- las miro rotas en el suelo. Son parte de mi imagen pero ahora están rotas.

¿Será una metáfora de mi vida? Mis gafas, mi imagen, rotas. ¿Debería cambiar?

Las gafas han sido tanto una ayuda como una molestia en la lluvia, que puede ser "la vida". Igual que mi imagen...ayuda y estorba casi a partes iguales. Sacudo la cabeza alejando esos pensamientos de mí. Tengo un lugar al que llegar y voy tarde. El suelo está frío y mojado y yo descalza. Tengo que seguir corriendo...dejar atrás mis gafas. Suerte que no me he cortado en el pie.

Tarda poco más de 20 minutos en llegar a las oficinas centrales de Toei. Un edificio enorme con seguridad en la entrada. Bueno, básicamente como la Corporación Touma. Al mirar la hora, se da cuenta que la reunión ya habrá comenzado, aunque no ha tardado tanto como pensaba que tardaría. 

La lluvia sigue azotando la ciudad.

Sin gafas, con el abrigo empapado y el moño deshecho por la lluvia, descalza y algo jadeante- toda una impresión de secretaria imponente, por supuesto- entro al edificio. Sonrío levemente a los hombres de seguridad mientras me seco los pies en la alfombrilla de la entrada para ese efecto. Me apoyo en la pared para ponerme los tacones y solo entonces voy al mostrador de recepción.

-Buenas tardes. Soy Kaya Satozuka, secretaria del Director Touma, de Touma Corp. En estos momentos está en una reunión aquí, le traigo unos papeles que olvidé darle. ¿Puede indicarme donde ir, por favor?

Me doy cuenta de que, menuda secretaria, no tengo su número de móvil privado. No es cosa del trabajo pero...podría hacerme falta. En cualquier caso probablemente lo tenga apagado durante la reunión.*

Uno de los seguratas le impide que llegue hasta la recepción. Básicamente porque con ese aspecto, aunque lleve tacones, parece que sea una estudiante de secundaria. Ni el segurata ni la recepcionista se creen lo que está diciendo esa niña... porque eso es lo que parece con el cabello suelto, sin gafas y toda empapada.

-Pequeña, ésta es una empresa seria. No puedes jugar a las secretarias aquí. Aunque seguro que serás una buena secretaria cuando crezcas.

La recepcionista parece bastante amable.

-Venga, tienes que volver a casa que hace mal tiempo y estás empapada - dice el segurata.

Suspiro.

-Ya estamos...- sacudo la cabeza, negando.

Cuando los miro de nuevo estoy enfadada, aunque mi tono no es ofensivo ni hostil, solo serio.

-Mire, no tengo tiempo que perder. Mi aspecto es el que es pero pueden comprobar mi carné de identidad y mis credenciales de Touma Corp. Estoy aquí como parte de mi trabajo y ustedes lo están interfiriendo. Entiendo sus motivos, no es la primera vez que me pasa...pero eso no cambia nada.- saco carné e identificación. -Está diluviando y se me ha deshecho el peinado y caido las gafas, pero soy la de la foto.- mi dura mirada desentona mucho en mi rostro, espero que lo bastante para que se convenzan. -Además ¿Quién juega a secretarias? ¿Qué tiene eso de divertido? Ser mangoneada todo el día y tener que estar pendiente de todo menos de una misma.- es un trabajo que adoro, sí, pero ¿Cómo diversión? Ni de broma.

-¿Pueden indicarme dónde ir? O al menos comunicar al Director que estoy aquí si no se convencen. Piénsenlo, pueden meterse en líos que eviarán solo con enviarle una nota si es que no me dejan pasar.

La recepcionista comprueba la identidad y se disculpa con Kaya. Tras eso, marca un número y habla con alguien al otro lado de la linea. Tras unos 5 minutos, aparece el Directo Touma. Parece chocado por lo que tiene delante. Suelta una risita al ver su aspecto.

-Así que es por esto que usas esa imagen de secretaria frígida.

Se acerca a ella.

¿Frígida? ¿Eso piensa de mi?

Eso me duele, pero lo oculto con una sonrisa tan ancha y cálida como siempre. O más.

-Aquí tiene los papeles que necesitaba director, espero que le sirvan bien.- no puedo evitar un leve puchero, adorable. Si me diese cuenta de que lo hago, no lo haría. -Ya que ahora va a poder meterse aún más conmigo.

Realizo una inclinación respetuosa.

-Nos vemos mañana director. Estoy empapada y necesito una ducha caliente.

Me quito los zapatos mientras me dirijo a la puerta de salida.

Alza una ceja con ese último comentario. Sin duda, no es la forma en la que se debería hablar a un jefe. Hasta ese momento, con lo único que se ha metido es con su aspecto de secretaria estirada. Aun así, la considera la mejor secretaria posible.

-No te vayas. Espera junto al coche.

El coche está en el parking. En el sótano.

-Ya no es mi horario de trabajo, Director.- por lo que no puede darme órdenes -Y no podré trabajar si enfermo, cosa que pasará si tarda. Esperaré solo diez minutos.- no voy a quedarme como una idiota, empapada, por que le de la gana.

Bajo al sótano tras mis palabras, a veces hay que dejar las cosas claras. Sobre todo con quien acostumbra a tenerlo todo cuando y como quiere.

-Tu trabajo acaba cuando yo te lo digo.

Es una impertinente. Por muy capaz que sea le va a tener que advertir que no puede hablar así con su superior y con la persona que le da trabajo. Se marcha a la reunión. Al bajar, se encuentra con Matsushita, el conductor, y al ver que está empapada, le tiende una toalla para que se seque el cabello mientras espera.