Partida Rol por web

- Darla... - le reprendo. - No empieces otra vez con tu juego. - cambio la mirada hacia la camarera. - No te preocupes - hago gestos con la mano para que quite importancia al asunto. - su padrino no trabaja aquí. Le gusta marear a la gente y ya de paso ponerme de los nervios a mi... - no necesito fingir mi estado alterado, el no saber en que acabaría aquella situación empezaba a angustiarme. - Vamos a buscar a tu madre anda y a ver si dejas de hacer el tonto, ¿qué quieres que acabe como la última vez? ¿con tu madre llorando explicándolo todo? - Me giro, dando la espalda a la camarera, y tiro de nuevo de la mano de la niña. - Venga, vamos. ¿O quieres quedarte sin el pony? 

Ella te hace un gesto para que te agaches y luego te susurra al oido

- Dile como ez el hombre que buzcamoz a ver zi lo ha vizto

Y luego, pone cara pícara.

Se me queda cara de tonto al darme de bruces contra los planes de la pequeña, planes que yo había destrozado. Si me hubiera avisado... Tardo en responderle, también en susurros. 

- Ya no puedo, demasiado tarde. -

Me alzo de nuevo y empiezo a caminar hacia el exterior, pensando en la opción de volver a repetir su estrategia. Aunque, dándole vueltas, veo ciertos inconvenientes. Si preguntamos a alguien por nuestro objetivo y luego ve que no nos acercamos a él podría alarmarse, presuponiendo nuestras malas intenciones. Nadie sospecharía algo así de una niña, pero si del hombre que puede usarla para parecer inofensivo...

- Es mejor que nadie sepa a quien buscamos*- le comento en voz baja. 

Ando tranquilamente intentándo pasar desapercibido, es una ventaja no llamar la atención todo eso unído a una ciudad como Munich donde aunque sea el sur del país se nota la sobriedad e independencia del carácter aleman, donde tu vida no es importánte para nadie mientras no les afecte.

Miro los escaparates de las tiendas, me extraña aún esa visión nunca ni en los días más nublados dentro de la morgue había visto todo así, con ese halo mortecino...Todo parece estár roto y viejo y siempre parece que es medianoche, supongo que serán daños colaterales de este nuevo estado...

Me paro frente a un restauránte y miro a un grupo de gente joven comer y reír..

-Si no me hubiera dejado seducír podría estár comíendo una kartofensalat...Sólo pero..¿vivo? Bueno no sé realmente que es lo que soy ni como estoy, porque aún ese cuento del ser mitológico...He visto cosas raras muy raras en mis muchos años de trabajo y he deborado libros como el que más pero...¿yo un vampiro? No lo sé a veces.... En mi vida he podído matar a una mosca y mamá me decía siempre que era un gran chico...Debería habérle hecho mucho más caso....-

Camino mirándo cada cara con gesto disimulado, cada escaparate, cada local buscándo a ese tipo o alguna pista, he maquillado a mucha gente me quedo fácil con los rasgos.

-Quizás lo único bueno de este estado es que no tengo noticias de Flo pidíendome alguno de sus extraños favores...Bueno al menos por el momento...-

Nédara asintió lentamente y se agarró del brazo, aunque algo reticente. Actuar de aquél modo no era para nada su estilo, pero parece que no le quedaba otra.

Avanzáis por los pasillos principales del centro comercial. Al paso os salen empleados de los diferentes restaurantes y de las discotecas, cada uno intentando vender su local como el mejor del edificio. Subís al segundo piso y continuáis con el paseo, hasta que veis algo que os llama la atención.

Parece que se ha formado algo de revuelo en una de las discotecas.

Seguramente era por la edad, pero Hacket había sido sobrepasado por la astucia de la pequeña. No se esperaba algo así, aunque el plan parecía tener sus posibles fallos.

La mujer se queda mirandoos extrañada, pero unos nuevos clientes aparecen y por suerte eso os saca de su punto de mira. Una vez estáis fuera del restaurante, toca pensar en cómo continuar. De refilón veis cómo Nédara y Wilhem suben al piso de arriba.

Deambulas por el local sumido en tus pensamientos, observando cada rincón del centro comercial como si tuvieras que hacer un informe de ello, como si fuera un cuerpo del cual repasaras cada músculo.

De reojo, con disimulo, ves a tus compañeros. Darla y Hacket parecen estar montando una escenita en uno de los restaurantes, aunque todo termina bien y decides no actuar. Por su parte, la pareja a la que has abandonado desaparece por las escaleras, camino al piso superior.

Tu pasas a la zona de las tiendas, donde la mayoría se encuentran ya cerradas. Ves a lo lejos cómo un hombre con traje, aparentemente un vigilante de seguridad, entra en un pasillo lateral. Lo pierdes de vista, pero escuchas cómo una puerta se cierra en la distancia.

Krauser hizo un breve ademán de rechazo a un empleado de discoteca que quería convencerles de las bondades de su local, el horno no estaba para bollos; tenían un trabajito entre manos. De suma importancia.

- Observa querida, ahí sucede algo. Vayamos a ver-

le propuso el abogado a Nédara. Al parecer, había algo fuera de lo común en la zona discotequera, quizás el objetivo estuviera por ahí, aunque Wilhem prefería que no hubiera líos ni problemas. Un discreto seguimiento que culminara en el éxito de su primera misión para sus superiores.

- Erez tonto. No ez mala opzion - enfurruñada por que no le hagas caso, a lo que te tiende los brazos para que la cojas en alto.

Si lo haces, rodea tu cuello con cariñito, dejando la muñeca que cuelgue por detrás de tu espalda. Una imagen de lo más entrañable.

 - Mamoz a otro zitio y dizez que ez el tito y que hemoz quedado aqui con el. Que maz da que no noz azercamoz. Podemoz ir por una zorprezita para el - pone los ojos en blanco y te da la sensación que en la frase ha omitido un "cabeza hueca". Si no fuera porque lo mismo esta cría no sabe decir eso....

Camino hacia el ruido con gesto rápido ignorándo si esa niña y Hackett se pelean.

-Quizás ahí esté la respuesta a todo esto....-

Inténto disimular entre la gente y no paro de andar hasta llegar a donde he perdído al segurita de vista.

Suspiré* aliviada al ver cómo la cría se alejaba de mí. Por todos los dioses, demonios y gurús de turno que, si hubiera tenido que ir con ella, me hubiera arrojado a una pira bañada en aceite sosteniendo una vela.

Por primera vez desde la aparición de Darla, volví a sonreír, esta vez más abiertamente. Mi sonrisa,, más lobuna que vampírica era no sólo hermosa como la luna llena reflejada sobre el Báltico, sino peligrosa como el depredador que acecha tras una máscara de confianza.

Ladeé la cabeza al ver cómo Wilhem me ofrecía el brazo, y alcé una ceja sin borrar mi sonrisa: _Cómo queráis, mi Caballero Vampiro**, mas os advierto que no gozo de buenos modales y lo más refinado que hallaréis en mí, será la dulzura de mi voz.

Entrelacé mi brazo con el suyo mientras parecía reírme de un chiste que sólo yo degustaba. Al principio me sentí algo perdida, pero luego decidí dejarme llevar por el elegante vástago trajeado. Cuando nos detuvimos cerca de la discoteca, me pregunté cuánto destacaría mi atuendo en comparación con el de mi acompañante. Entonces Krauser habló y yo asentí antes de añadir entre susurros: _Sea pues, vayamos con disimulo.

La cojo en brazos mordiéndome la lengua, no tenía necesidad de responder nada. La niña coge gran altura debido a mi gran tamaño mientras la miro con cierta sorpresa. No esperaba que me pidiera que la llevara en brazos y realmente no se si sospechar alguna idea macabra en esa pequeña cabecita. Se que es lista, pero no conozco sus intenciones.

- Demos una vuelta primero. Si no lo vemos entraremos en cualquier sitio a preguntar.

Echo un vistazo hacia donde deberían estar Wilhem y Nedara, fijándome para donde miran por si ya lo han localizado. 

Ella te mira y luego mira a su alrededor.

- No azi no, a hombroz, azi no veo nadita - te indica esperando que la subas hasta ahí. Sobre ti puede alcanzar perfectamente una altura de 2 metros, perfecta para otear.

Si Hackett le sube echa un vistazo por todo el centro comercial mientras tamborilea las manos sobre tu cabeza cual niña encantada de que papá la lleve subida. Además, ?Quien va a sospechar de una cría tan linda y tan buena ?

- No me haz dicho que pinta tiene el tito....

Cuando llegáis al lugar, os hace gracia el nombre de la discoteca: Die Beißen*. La música, alguno de los éxitos repetitivos del momento, os llega como si golpeara vuestra cabeza, atontando durante unos segundos vuestros aguzados sentidos.

Parece que todo está en calma, por lo menos no hay peleas ni nada parecido. La gente baila, bebe o charla, aunque parece que se ha formado un pequeño corrillo en uno de los rincones. Hay un vigilante de seguridad, de los trajeados con pinganillo, pero tras mirar a un lado y a otro, sale de la discoteca sin reparar en vosotros.

Krauser se acercó a Nédara para susurrarle al oído:

- Acerquémonos a ese pequeño grupo de gente y echemos un vistazo de manera discreta. Si la barra queda cerca, podríamos pedir algo y comprobar si nuestro objetivo está ahí, si no, seguimos con nuestro "paseo", ¿te parece?-

le propuso el abogado. .

Alzó a la niña por encima de mi cabeza, situándola en mis hombros con delicadeza y poco esfuerzo. Su peso se hace incluso más liviano de lo que esperaba. Mi trato hacia ella podría hacerme pasar fácilmente por su padre.

- Ventipocos años...- voy recordando y repitiendo a la vez que me aseguro de que nadie va a escuchar mis palabras. - oriental, labios blancos, pelo mitad rubio mitad castaño, ojos pintados... Creo que te llamará la atención. - 

La situación me era grata. No tenía a mis pequeñas, pero sentía que alguien me necesitaba, aunque no fuera real. 

Ella, como si fuera una preciosa niña pequeña canturrea, te toca las orejas y te las retuerce sin fuerza como si fueras una moto, te pone la muñeca en la cara... en definitiva, todo lo que haría una cría de unos... cinco o seis años? Pero ella parece un pelín más grande. O quizás es que era corpulenta. Te preguntas que edad podría tener cuando la abrazaron.

- !Vamoz papi, vamoz! - entusiasta.

Al mismo tiempo que busca al tipo oriental... que seguro que es uno de esos tios con los ojos como si estuvieran cagando....también busca a su recien adquirida nueva mami.

Cuando llegas a la esquina, ves que el pasillo acaba súbitamente en una puerta. Esta cerrada y, por el ruido que oíste al acercarte, seguramente con llave.

Hay un letrero de: Solo Personal, con una señal de prohibido el paso. Un par de jóvenes pasan cerca de ti, cuchichean entre ellos como haciéndote burla, pero eso hace que quizás no reparen en lo que miras.

Darla estaba algo distraída al disfrutar del momento "papá", por lo que simplemente pudo ver que el estirado, Mathías, seguía en la misma planta que ellos, mientras que su "mamá" y el otro hombre no se veían por ninguna parte.

Pero Hackett está mucho más concentrado, quizás por los nervios, en lo que están buscando. Había visto cómo Nédara y Wilhem salían de su campo de visión al subir a la planta alta, donde solo podrían seguirles si subían. Mathías, en cambio, seguía allí, y es cuando el hombre descubre que parece haber encontrado algo.

Hackett observa cómo el introvertido vástago se acerca con disimulo a un estrecho pasillo lateral, como inspeccionando el lugar.