Partida Rol por web

Tetsu decidió cortar su extremo de la cuerda cuando sus compañeros subieron, ya que no tenían ninguna encima y les vendría bien para más adelante - ya fuera superar un obstáculo o amordazar a uno de esos supuestos bandidos - Cuando llegaron a esa nueva sala, el joven ninja quería atravesar la puerta y seguir adelante, pero había aprendido que sólo había prueba tras prueba, por lo que decidió ser cauto. Como Gekko estaba muy interesado en la inscripción de la puerta, él se dirigió a las pintadas. ¿Qué pintaban allí?

Gekko esbozó una sonrisa tras escuchar las palabras de su compañero. Luego salió de ese agujero, y tras eso ayudó a que él también lo hiciera.

Una vez fuera avanzó con cuidado. A pesar de que intentaba que no se le notase demasiado su cojera era evidente, pero no se quejó en absoluto. En lugar de eso fue con tiento, mirando bien dónde pisaba y lo que tenía por delante para evitar cualquier tipo de desgracia. Al llegar a esa nueva estancia echó un vistazo a sus compañeros y se encaminó hacia la inscripción, decidido a observarla con más detalle.

La cerradura estaba cerrada, aunque parecía que podrian intentar forzarla. Sin embargo, parecia una puerta robusta y tirarla abajo no sería tarea fácil. Estaba claro que detrás de aquel portón habia algo importante.

La inscripción rezaba una frase: ¿De qué carece un ninja?

Los dibujos eran cuatro, y debajo de ellos habia ranuras, cada una de las cuales tenia una llave. En el primero habia un hombre corriendo, en el segundo un rostro con gesto enfadado, el tercero era un brazo musculado y el cuarto un hombre escondido.

- Ahora mismo, de ideas - respondió en alto Tetsu a la pregunta de la puerta mientras observaba los distintos dibujos. Cruzado de brazos mientras se acariciaba la barbilla, parecía mucho más adulto, entrecerrando los ojos mientras evaluaba cada imagen - Rapidez o agilidad... fuerza... habilidad para esconderse... y rabia.

Hablaba para sí mismo, aunque el eco de la cueva permitió a sus compañeros escucharle.

- En la escuela nos enseñaron a mantener la calma, así que imagino que la solución es usar la llave de este tipo enfadado, ¿no creéis?

Tras lograr salir de aquel foso con la ayuda de Tetsu, seguí a este y a Gekko a la nueva estancia, en la cual lo único que había era una puerta al fondo con una inscripción encima así como una especie de pintadas en una de las paredes.

¿Y esto?- pensé cuando me acerqué y leí la inscripción, completamente fuera de lugar en lo que se suponía era una cueva en donde se ocultaban unos bandidos.

Tiene sentido- le dije a Tetsu, asintiendo ante sus palabras -Pero lo que de verdad me pregunto es qué sentido tiene esto en esta cueva- añadí.

El Aburame leyó con atención la inscripción mientras sus compañeros se dedicaban a ver el resto de la habitación. Sin embargo no tardaron en estar los tres frente al grupo de dibujos y llaves con un enigma por delante. A punto se encontraba Gekko de dar una posible respuesta cuando escuchó la propuesta por Tetsu y asintió, convencido.

—Probemos —enunció, dejando que fuera él quien hiciera los honores.

Después de eso se quedó pensando en las palabras de Ryuuji. Tenía toda la razón del mundo. Aquella cueva parecía expresamente diseñada para que la atravesasen unos ninja, y las capacidades requeridas no eran nada del otro mundo. No tardó en dar con la única conclusión que le parecía probable,

—No es una misión —dijo entonces con desgana—. Es un examen.

La idea de coger directamente las cuatro llaves rondaba su mente, pero la apartó en cuanto enunció esas palabras. Si estaban siendo observados, mejor que vieran que tenían las cosas claras. Entonces dio una vuelta sobre sí mismo con disimulo, escrutando para intentar dar con cualquier ninja que pudiera estar mirándoles oculto.

- Eso llevo pensando yo desde que hemos entrado - dijo Tetsu, cogiendo la llave del tipo enfadado y dirigiéndose hacia la puerta - ¿Cepos sin dientes? ¿Trampas sencillas? ¿Ilusiones? Esto forma parte de las pruebas de la Academia.

Cuando se plantó delante de la cerradura, inspiró profundamente, dubitativo.

- Pero lo que me pregunto es si están dispuestos a hacernos daño para darle más credibilidad a esto - dijo, introduciendo definitivamente la llave.

Si fuese así, eso explicaría lo que hemos ido encontrando hasta ahora- pensé al escuchar la teoría de Gekko, y de la cual Tetsu parecía estar bastante convencido.

Pues si es cierto…- empecé a decir -Podían haberse esmerado algo más para que no se notase- les dije -Sea como sea, tenemos que seguir, y si intentan hacernos daño, que no se quejen si nos defendemos- añadí, mientras esperaba a que Tetsu girase la llave para ver si habíamos acertado.

La llave entró en la cerradura correctamente. Sin problema alguno, giró la llave y tras el click pudieron acceder a la siguiente estancia. No sólo parecía que fuera un examen, sino que además, parecía un paseogracias al conocimiento y habilidades de los ninjas.

Entraron en lo que parecía la última estancia de aquella cueva. En el centro de la misma habia un altar, y sobre el altar un pergamino que parecía tener acabados dorados y de fina manufactura.

Tetsu estuvo a punto de salir corriendo para coger el pergamino, pero entonces se detuvo.

- No me fío - dijo, mirando alrededor - ¿Veis alguna trampa? ¿Algún Genjutsu?

Seguro que algo hay- le respondí a Tetsu mientras me asomaba para ver mejor la nueva estancia, atento a cualquier posible trampa que hubiese.

Y ese altar parece estar anunciando “¡TRAMPA!” a gritos- me dije al ver lo obvio de la disposición de la sala. Claro que más que las trampas me preocupaba que hubiese otro genjutsu. En el “abismo”, no había podido percatarme de la ilusión, pero dado que esta se había roto al atravesarla Gekko, tal vez pudiese aprovechar eso.

Con piedras tal vez- murmuré, más para mí mismo que para los demás

Cojeando, Gekko entró en la sala. Lo hizo en silencio, y lo primero que vio fue el pergamino. Sin embargo no puso más atención en él después de localizarlo. En lugar de esos sus ojos recorrieron el lugar mientras escuchaba a sus compañeros. No se sentía muy confiado, pero sabía que más le valía ser cauto.

Aparentemente no encontraron ni vieron nada que no les indicara que podian coger el pergamino. Incluidas las piedras lanzadas por Ryuuji, que tampoco parecian revelar nada extraño.

- Iré yo - dijo, tras inspirar profundamente - Soy el mejor de los tres en cuanto a Taijutsu se refiere, así que si es una trampa, tendré cerca a nuestro enemigo. Preparaos.

Y diciendo eso, camino decidido hacia el altar donde reposaba el pergamino dispuesto a cogerlo y salir de aquella maldita cueva.

Tetsu cogió el pergamino sin problema alguno. Se quedó esperando que pasara algo después de haberlo agarrado, pero tampoco sucedió nada. Ya era momento de salir de aquel lugar.

- Genial - dijo, observando el rollo. Recordó que le dijeron que no debía abrirlo, y aunque la curiosidad era muy grande, también lo eran las ganas de graduarse en la academia. Alzó el tuvo en señal de victoria y se lo lanzó a su compañero Gekko - Toma, eres el más cauto de los tres. Si lo llevo yo encima, seguro que se me rompe o se pierde.

Gekko observó, tenso y expectante, preparado para cualquier cosa, cómo Tetsu se acercaba y cogía el pergamino. Casi habría esperado que algún tipo de sello explosivo estallase en ese momento, o algo parecido, pero no sucedió.

En el momento en que su compañero volvió con el pergamino una media sonrisa estaba instalada en rostro de Gekko. Le parecía poco que eso fuera todo, pero aún así cada vez parecía más que así era. Aunque no descartaba encontrarse a los bandidos, o a algún tipo de profesor ninja disfrazado como tal.

De no haber creído que se trataba de un examen Gekko se habría planteado más el abrir el pergamino y echar un vistazo. Sin embargo lo más probable era que estuvieran siendo evaluados. De modo que cuando Tetsu le lanzó el pergamino simplemente se lo colgó a la espalda, junto a la calabaza, antes de asentir. Luego hizo un gesto hacia la puerta.

—Volvamos —enunció—. Con cuidado.

Directamente dio por hecho que avanzarían juntos, y que él iría en medio. Tampoco es que hubiera que proteger demasiado un pergamino, pero era la formación más inteligente para prevenir cualquier tipo de ataque con la finalidad de robarlo. De modo que esperó a que los otros estuvieran listos para avanzar manteniéndose entre ellos.

A pesar de fijarme todo lo posible por ver si había alguna trampa en la sala, e incluso de lanzar un buen puñado de piedras para desbaratar un posible genjutsu, no pude ver nada que me indicase que allí había alguna trampa, a pesar de lo cual, la disposición del pergamino en aquella estancia era tan sospechosa que no terminaba de fiarme y decidirme a ir a por él… claro que por otra parte, tampoco podíamos quedarnos allí eternamente. Por suerte Tetsu resolvió la situación ofreciéndose a ir a por el pergamino, por lo que me preparé para actuar pos si algo llegaba a suceder.

Ufff- suspiré al ver como llegaba y cogía el pergamino sin ningún problema -Tanto al principio para que al final sea tan fácil…- dije -… y encima ni siquiera nos permiten pegarle un vistazo al pergamino- añadí con cierto tono de decepción al ver como Gekko se lo guardaba -En fin, si ya hemos acabado, mejor nos vamos- les dije.

El grupo habia recuperado el pergamino y, misteriosamente, no les habia costado nada en absoluto. Quizás se podian haber llevado algun buen susto, como la caida al vacío que finalmente no fue tal, pero lo cierto era que las pruebas habian sido muy sencillas.

El camino hacia casa parecía un alivio una vez salieron de la cueva. Tardarian varios dias en volver por lo que se lo tomaron con cierta calma. Más o menos a mitad del camino, sucedió lo que habian estado esperando dentro de la cueva.

Ryuuji abría la marcha, siempre parecía el más decidido. Pero su paso fue cortado por un hombre. Parecía sonriente y tenia los brazos cruzados frente al pecho. Vestía ropas harapientas y sucias, y sonreía de una forma un tanto siniestra.

- ¿Creiais que os ibais a escapar tan fácilmente? - dijo - Un grupo de mocosos como vosotros no puede robar a la banda Menma y salirse con la suya. ¡Dadnos ese pergamino!

Tras él aparecieron otros tres hombres. Les superaban en número, aunque no por demasiado. Todos los presentes adoptaron la postura de combate. Esto no iba a acabar con una charla amistosa.