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Noches venecianas

Capitulo Uno: Los sotanos de Venecia

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27/04/2019, 23:54
Don Diego de Ruiz y Serrano

En ese caso supongo que es momento de caminar - respondo sin darle mayor importancia, acostumbrado como estoy a las órdenes.
Apunto el lugar, por si tengo que volver.

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02/06/2019, 16:22
Anna Sgorina

Anna comienza a guiaros por la ciudad. Torres, cúpulas y líneas barrocas de los palacios, trazaban una línea negra y dorada al recortarse contra el negro cielo. Ninguna brisa alteraba la calma de la gran laguna; galeras y barcas se deslizaban por la parte baja del Lido y en el tibio gris blanco del muelle, las góndolas con sus cuellos negros y erectos parecían mirar fijamente al espacio cual grotescos monstruos marinos. Delante de San Marcos, las palomas desfilaban con afectada rigidez. El león alado en su pilar, alzaba una garra pontifical en dirección a los dorados caballos de la lejana basílica, ignorando a la corriente humana que transitaba por allí a esas horas.

Se encaminó hacia uno de los edificios cerca de la Basílica de San Marcos y comenzó a bajar rápidamente por unas escaleras. Era sorprendente que en una ciudad erguida sobre una laguna pudiera haber un sótano. Tras pasar barias puertas llegáis a una gran sala.  El suelo está cubierto de mosaicos hechos de oro, bronce y una gran variedad de minerales. De igual manera, las paredes están decoradas con mosaicos, esculturas bizantinas y estatuas de varios santos y mártires.

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02/06/2019, 16:23
Narrador

La sala se encuentra abarrotada de personas. Un hombre altivo de pelo cano y rostro severo se encuentra sobre una tarima, Anna os comenta que es Narse el príncipe de Venecia. Justo a su lado un paso por detrás de él y sobre la misma tarima, se encuentra un hombre de unos treinta años de cabellera rubia y mandíbula marcada. Al igual que Narse viste una túnica elegante de corte veneciano y solo porta una simple daga en el cinto. Anna comenta que el rubio es Guillermo Aliprando, el lugarteniente de Narse.

El resto de la sala parece estar altamente polarizada, con dos grupos claramente marcados, un grupo a izquierda y otro a derecha. Entre estos dos grupos media docena de cainitas caminan sin rumbo, hablando entre ellos, y de vez en cuando con uno de los dos grupos.

El grupo de la derecha destacan dos figuras: un hombre de tez morena y espeso bigote; y una chiquilla de unos veinte años de piel pálida, casi blanca, y pelo negro como ala de cuervo. Anna comenta que ese es el grupo Lasobra.

El grupo de la izquierda, mucho más numeroso, destacan tres figuras. Un hombre de porte altivo y rasgos teutones, que parece centrar todo el movimiento del grupo; y otros dos caballeros uno de pelo largo y desenmarañado, y el otro con un impecable corte de pelo tipo mlitar. Anna comenta que ese es el grupo Ventrue.

En el grupo centro destaca una mujer que viste ropas musulmanas y se desenvuelve con soltura por la sala.

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02/06/2019, 16:37
Anna Sgorina

Dentro de poco comenzara la reunión. Comento Anna. Una joven sabe que en ella se tratara de esclarecer el rumbo de la cruzada. Los lasombras abogan por atacar Jerusalén usando la misma ruta que han seguido las anteriores cruzadas. ¡Una joven piensa que es una barbaridad inútil que les obligara a pasar por Constantinopla! Mientras que los Ventrue abogan por atacar Eguipto, el granero del imperio, y así debilitar al enemigo antes de atacar Jerusalén.

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03/06/2019, 08:12
Narrador

La sala se encuentra abarrotada de personas. Un hombre altivo de pelo cano y rostro severo se encuentra sobre una tarima. Justo a su lado un paso por detrás de él y sobre la misma tarima, se encuentra un hombre de unos treinta años de cabellera rubia y mandíbula marcada. Al igual que el otro hombre de la tarima viste una túnica elegante de corte veneciano y solo porta una simple daga en el cinto.

El resto de la sala parece estar altamente polarizada, con tres grupos claramente marcados, un grupo a izquierda, otro a derecha y uno a la entrada de la sala, muy cerca de ti. Entre estos tres grupos media docena de cainitas caminan sin rumbo, hablando entre ellos, y de vez en cuando con uno de los dos grupos.

El grupo de la derecha destacan dos figuras: un hombre de tez morena y espeso bigote; y una chiquilla de unos veinte años de piel pálida, casi blanca, y pelo negro como ala de cuervo.

El grupo de la izquierda, mucho más numeroso, destacan tres figuras. Un hombre de porte altivo y rasgos teutones, que parece centrar todo el movimiento del grupo; y otros dos caballeros uno de pelo largo y desenmarañado, y el otro con un impecable corte de pelo tipo mlitar.

En el grupo centro destaca una mujer que viste ropas musulmanas y se desenvuelve con soltura por la sala.

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03/06/2019, 08:26
Narrador

Finalmente está el grupo de la entrada. Donde hay una mujer con vestiduras bizantinas y otros tres hombres, cada uno de ellos con una flor roja como la que te dio la campesina.

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03/06/2019, 10:14
Don Diego de Ruiz y Serrano

Asiento, pues comprendo la posible disyuntiva.

Ambas son estrategias interesantes - comento - Desde luego el enfoque egipcio es mucho más cercano al enfoque de nuestra estirpe. Será más lento y costoso, pero también mucho más seguro. Por otro lado, a diferencia de en una partida de ajedrez, nosotros tenemos que preocuparnos de que nuestras piezas se acaben muriendo por el tiempo. Mucho dependerá de si consideramos tener la fuerza suficiente para que un golpe de mano sea viable ahora mismo.

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03/06/2019, 10:36
Narrador

En la sala entra otro individuo de aspecto rudo que también porta una flor roja en la solapa.

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03/06/2019, 18:03
Francesco

Venecia sin duda resultaba ser tan deslumbrante como contaban, era una ciudad con un encanto particular. La mujer les llevo hasta un lugar alejado de los ojos humanos donde en verdad se dirimian los asuntos de gran importancia.

La sala estaba llena de cainitas de las diferentes estirpes, algunas con más representación que otra.

Acababan de llegar y Francesco permanecio en silencio observando y evaluando la situación y a los presentes antes de realizar cualquier intervención.

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04/06/2019, 22:39
Akos

Años contempló la sala y todo el lujo que esta mostraba. Una parte de él sentía admiración ante tanta riqueza. Otra parte, quizá fruto del clan al que pertenecía, rechazó aquello. Solo eran piedras caras y metales valiosos. Todo manufacturado con esmero por capricho de gente poderosa que quería hacer ver al mundo su superioridad. Tenia que aferrarse a esa forma de pensar, analizar las cosas como lo que realmente eran. La verdad era que estaba rodeado de sus semejantes. Monstruos sedientos de sangre y ambiciosos. Sin duda los de la tarima eran el príncipe y algún ayudante. Les dedicó una reverencia y esperó el desarrollo de los acontecimientos. Si las cosas se torcían, estaba en el grupo más cercano a la puerta. Se cruzó de brazos y reflexionó sobre la niña que le había traído. ¿Cómo había sabido que era un vampiro? ¿Lo era ella también? Si no era un vástago, era por lo menos un goul. Tenía que tener algún tipo de percepción sobrenatural para identificar a los vampiros y algún truco para esfumarse en mitad de los pasillos. ¿Cuántos sirvientes como ella vigilaban la ciudad?

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05/06/2019, 20:43
Narrador

El joven se encaminó rápidamente por las escaleras. Era sorprendente que en una ciudad erguida sobre una laguna pudiera haber un sótano. Tras pasar barias puertas llegas a una gran sala.  El suelo está cubierto de mosaicos hechos de oro, bronce y una gran variedad de minerales. De igual manera, las paredes están decoradas con mosaicos, esculturas bizantinas y estatuas de varios santos y mártires. La sala se encuentra abarrotada de personas. Un hombre altivo de pelo cano y rostro severo se encuentra sobre una tarima. Justo a su lado un paso por detrás de él y sobre la misma tarima, se encuentra un hombre de unos treinta años de cabellera rubia y mandíbula marcada. Al igual que el otro hombre de la tarima viste una túnica elegante de corte veneciano y solo porta una simple daga en el cinto.

El resto de la sala parece estar altamente polarizada, con tres grupos claramente marcados, un grupo a izquierda, otro a derecha y uno a la entrada de la sala, muy cerca de ti. Entre estos tres grupos media docena de cainitas caminan sin rumbo, hablando entre ellos, y de vez en cuando con uno de los dos grupos principales.

El grupo de la derecha destacan dos figuras: un hombre de tez morena y espeso bigote; y una chiquilla de unos veinte años de piel pálida, casi blanca, y pelo negro como ala de cuervo.

El grupo de la izquierda, mucho más numeroso, destacan tres figuras. Un hombre de porte altivo y rasgos teutones, que parece centrar todo el movimiento del grupo; y otros dos caballeros uno de pelo largo y desenmarañado, y el otro con un impecable corte de pelo tipo mlitar.

En el grupo centro destaca una mujer que viste ropas musulmanas y se desenvuelve con soltura por la sala.

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05/06/2019, 20:46
Narrador

Finalmente está el grupo de la entrada. Donde hay una mujer con vestiduras bizantinas y otros tres hombres, cada uno de ellos con una flor roja como la que te dio la campesina. Y penas a unos metros de ti, se encuentra el hombre que vistes entrar con la flor roja. Desde la corta distancia puedes oler su aroma a tierra y naturaleza.

Notas de juego

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05/06/2019, 21:05
Narrador

Estáis reunidos cuando una nueva mujer entra en la sala, esta también porta la característica flor rojo. Sus cabellos también son rojos y su porte elegante.

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06/06/2019, 20:29
Narrador

Tras el encuentro con la niña, te encaminas hacia uno de los edificios cerca de la Basílica de San Marcos y tras pasar una puerta comenzó a bajar rápidamente por unas escaleras. Ester era el lugar que Adriana Occhiverdi te había indicado. Era sorprendente que en una ciudad erguida sobre una laguna pudiera haber un sótano. Tras pasar barias puertas llegas a una gran sala.  El suelo está cubierto de mosaicos hechos de oro, bronce y una gran variedad de minerales. De igual manera, las paredes están decoradas con mosaicos, esculturas bizantinas y estatuas de varios santos y mártires.

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06/06/2019, 20:30
Narrador

La sala se encuentra abarrotada de personas. Un hombre altivo de pelo cano y rostro severo se encuentra sobre una tarima. Justo a su lado un paso por detrás de él y sobre la misma tarima, se encuentra un hombre de unos treinta años de cabellera rubia y mandíbula marcada. Al igual que el otro hombre de la tarima viste una túnica elegante de corte veneciano y solo porta una simple daga en el cinto.

El resto de la sala parece estar altamente polarizada, con tres grupos claramente marcados, un grupo a izquierda, otro a derecha y uno a la entrada de la sala, muy cerca de ti. Entre estos tres grupos media docena de cainitas caminan sin rumbo, hablando entre ellos, y de vez en cuando con uno de los dos grupos.

El grupo de la derecha destacan dos figuras: un hombre de tez morena y espeso bigote; y una chiquilla de unos veinte años de piel pálida, casi blanca, y pelo negro como ala de cuervo.

El grupo de la izquierda, mucho más numeroso, destacan tres figuras. Un hombre de porte altivo y rasgos teutones, que parece centrar todo el movimiento del grupo; y otros dos caballeros uno de pelo largo y desenmarañado, y el otro con un impecable corte de pelo tipo mlitar.

En el grupo centro destaca una mujer que viste ropas musulmanas y se desenvuelve con soltura por la sala.

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06/06/2019, 20:32
Narrador

Finalmente está el grupo de la entrada. Donde hay una mujer con vestiduras bizantinas y otros cuatro hombres, cada uno de ellos con una flor roja como la que te dio la campesina. Y penas a unos metros de ti, se encuentra otra mujer de pelo rojo que también lleva la misma flor roja.

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06/06/2019, 20:34
Narrador

Finalmente entro una niña pequeña que también portaba la misma flor roja en la solapa del abrigo.

Notas de juego

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06/06/2019, 21:38
Narsés

El hombre cano y altivo se adelanta en la tarima, con un gesto pidió que la sala se callase. El murmullo de la sala se silenció, pero entre las últimas palabras sueltas pudisteis oír el nombre y el cargo del locutor. Era Narsés el Dux de la Serenissima Repubblica de San Marcos, el equivalente al príncipe, la figura cainita más importante de la ciudad.

Signore e signori. Estamos aquí reunidos para decidir el curso de esta nueva cruzada. Nuestra repubblica se comprometió a facilitar los barcos necesarios para la expedición, pero no está en nuestras manos el decidir el rumbo que ha de seguir hasta su meta. Su voz era suave y calmada, como la voz de un sacerdote dando un sermón. Por ellos, Signore e signori he tenido a bien dejarles estas salas para que diriman sus discrepancias, y los barcos, que con tanto cariño ha construido la repubblica, lleven a los cruzados a Tierra Santa.

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06/06/2019, 21:40
Lanzo von Sachsen

El hombre de aspecto teuton tomo rapidamente la palabra. Vestia un pesado abrigo ribeteado con piel de oso que dejaba entrever una poderosa espada colgada del cinto. Mis presentaciones no son necesarias. Dice con tono cortante y frio. Sus palabras, aunque en perfecto latin, tiene el sonido duro de los dialectos del norte. Soy Lanzo von Sachsen, heredero de la sangre de Hardestadl, y he venido a defender los intereses de mi casa. Todos los aqui reunidos deseamos la recuperacion de los santos lugares y el esteminio de esa plaga musulmana. Por ello, no debemos caer en los herrores de anteriores cruzadas. Debemos de atacar Equipto, el granero musulman, y asi desbiar la atencion del enemigo.

¡Primero hay que atacar el estomago para despues cercenar la cabeza!

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06/06/2019, 21:42
Narrador

Las palabras fueron recividas por el resto del auditorio con disparidad. El grupo que rodeaba a Lanzo las apaludio vivamente, muentras que el reto de la sala las discutio o las descalifico. Pero entre los rostros de la gente habia uno que mostraba verdadero pesar. La mujer de vestimentas arabes parecia totalmente decaida, las palabras de Lanzo deabian de haber sido un duro golpe para su estrategia.