Partida Rol por web

El tono de los dos vaqueros no me gustaba nada, mi rostro no podía ocultar el enfado que sentía ante sus palabras

-¿También vuestra madre os hizo así de maleducados?, si no vais a ayudarnos, ¡seguir vuestro camino!

No espero que mis palabras no tengan efecto, y más al mencionar a su madre, por lo que mi mano sigue agarrada en mi revólver, preparado para desenfudar a la mínima ocasión en que vea que vayan a disparar. Quito el seguro de la funda, para así no perder tiempo al desenfundar.

Ben entorna la vista para asegurarse de lo que está viendo. Esperaba no tener que volverlos a ver de nuevo.

"¿Qué es eso que llevan en el carro? No creo que sea prudente preguntarlo ahora..."

Ante la increpación de Bruce, Ben siente un escalofrío. Por una parte sabe que son tipos muy peligrosos, pero por otra, le inquieta que precisamente allí, en ese momento, se hayan encontrado por casualidad dos grupos de personas cuya empresa es la caza y captura de un hombre, según lo que acababa de decir el blancucho.

—Conque Pinkerton´s... ¿Buscáis a Burton Duvall?— Aunque de pocas palabras y discreto, no está en la naturaleza de Ben andarse con rodeos.

Jerry miraba de hito en hito a los hombres aparecidos en escena y a sus compañeros. Las manos cerca del revólver del viejo Coulon le hicieron hacer lo mismo. Pensó que se iba a liar una buena, después de que Ben Rumson no se anduviese por las ramas. El sudor corrió bajo su sombrero para colarse por el cuello de la camisa. No había oído hablar de los Pinkerton, pero aquellos dos tipos no parecían demasiado de fiar. Esperó a ver cómo se resolvía el asunto...

Los más veteranos de vosotros habéis estado en situaciones parecidas otras veces. Una buena amenaza a tiempo puede salvarte de un tiroteo y algunos de los que llegan a viejos se han labrado antes una mala fama de bastardos peligrosos.
Pero la situación ha cambiado. Hay un par de manos descansando sobre los revólveres y los siete sóis conscientes de ello.
El viento hace bailar chaquetas, armillas y gabardinas peró nadie se mueve ni un palmo. Las miradas fijas.
El encuentro es claramente ventajoso para vosotros. Sóis cinco y estáis en abanico frente a ellos dos. Ellos dejan ver las pistolas en su cinto y además hay un par de escopetas apoyadas en el banco, junto a sus rodillas.
Sorprendentemente ellos parecen muy tranquilos, casi relajados.

Su sonrisa se ha desvanecido y muy lentamente responde a Coulon:
- ... sería un placer presentarte al resto de la família. Disfrutaría mucho viéndolo...

Su hermano le dice algo rápido que no alcanzáis a entender. Parece una reprimenda

Rumson pregunta por Barton Duvall y desvia la atención. Los hermanos y a la vez detectives de Pinkerton se miran brevemente.

- ¿Barton Duvall dices? No podemos revelar nada de nuestros objetivos. No se si vosotros váis detrás de éste tipo o no pero si en realidad andamos detrás de la misma persona os recomiendo que nos lo dejéis a nosotros. Un Pinkerton siempre caza a su hombre. Lo mejor será que os volváis para casa.
Vámonos - le dice a su hermano - aquí estamos perdiendo el tiempo.

En la parte trasera de la esfera puedes ver unas ranuras. Parece que hay una puerta.

Aplicar las bonificaciones en la CU lo encuentro complicado. Fíjate que las tiradas de 3 y 62 con penalización de 30 puntos quedan en un 33 y un 92. Tienes un acierto.
Puedes ver que en la parte trasera-superior de la esfera hay unas inscripciones peró es imposible leerlas desde aquí.

Ben entorna los ojos hasta convertirlo en dos rendijas. Por esta vez se han librado. Pero meterse con los Pinkerton no es buena idea, no. Aun así, un escalofrío se abre paso a través de su espinazo. Van detrás del mismo hombre, y ello implica meterse en su camino.

Pero ¿Por qué?

¿Por qué Duvall? Nadie del pueblo ha podido contactar con los Pinkerton en tan poco tiempo, y mucho menos pagarlos. ¿Quizás Duvall llega dejando un rastro de sangre a lo largo de todo el oeste? ¿O hay algo más...?

Por una parte, la tentación de dejárselo a los Pinkerton para que le dieran caza y le ajusticiaren, es grande. Al fin y al cabo, seguramente conseguiría cazarlo. Pero por otra parte también hay algo que le escama. Algo que no está bien. Algo que se remueve dentro de sus entrañas y pone a prueba la llama titilante de la justicia. No, no pueden dejarlo así.

Ben inclina su rostro sobre el oído de Ted Fox y susurra:

—Esto no me da buena espina. Hay que seguirlos.

—¡Oh! ¡Vamos! Me he quedado con ganas de darles plomo a esos dos malencarados ¿verdad? Suerte tienen de que no hemos sacado las armas o estarían ya enterrados en el suelo.

El entusiasmo del joven era fruto de su inexperiencia, pero Jerry sentía que podían haber hecho algo más. Notó la tensión en los rostros de los veteranos y mientras se quitaba el polvo de la ropa, sacudiéndola, comentó: —¿Qué era esa bola que llevaban sobre el carro? Parecía tener unas letras pero no pude darme cuenta. ¿Alguna vez han visto algo como eso? 

-Cuando quieras señor de Pinkerton....

No quito la mano del revólver, está claro que la situación puede desmadrarse en cualquier momento y que todo pende de un hilo. Se fija en los dos extraños, y a la vez mira su carruaje. Esa extraña esfera le llama la atención.

Aparta la mirada al escuchar que tal vez estén persiguiendo al mismo hombre

-Nosotros estamos buscando a Duvall, y por muy Pinkerton que seais seguiremos con nuestro objetivo. Es más, es muy raro que os hayáis enterado de lo que ha pasado tan pronto....

Miro la esfera

-¿Qué lleváis ahí?, esa esfera es muy rara pero por lo que veo tiene una puerta, ¿no?

Antes de mandar arrancar a los caballos aún le queda tiempo de continuar su particular cruce de palabras con Coulon.

- Mucha palabrería y nada más es lo que hay aquí. No tengo ninguna necesidad de contarte lo que tenemos aquí detrás pero como estoy orgulloso de ello te lo voy a decir: és un nuevo prototipo de jaula, para llevar a los hombres que no nos dejan liquidar. ¿Satisfecho?
Si nos volvemos a encontrar, viejo, habrá más plomo y menos palabras.

Sin dar oportunidad a la réplica el hombre desfigurado pone en marcha el carruaje, con un gesto cargado de mal humor. En seguida los caballos logran poner el vehículo en una formidable velocidad pero aún así todos leéis en las maderas traseras del carro la siguiente inscripción: Jackson Brothers.

La tormenta de arena está lejos de desaparecer.

Dirigiéndose al grupo se exclama:

- ¿Una celda completamente metálica? ¡Santo Diós! ¡Que crueldad! Viajar allí dentro debe ser una muerte terrible y segura.

Continuando al hilo de lo que le ha dicho Rumson dice:

- Veo que es un hombre valiente, Rumson. Me pregunto qué cosas habrá visto y hecho antes como para no temer a esos dos. Admito de hay algo en ellos que no encaja, es todo muy inquietante, pero no sé si estamos en disposición de seguirlos. A ver qué dicen los demás.

Al alejarse el carro escupo al suelo, ya nos volveremos a encontrar...

La tormenta sigue siendo muy fuerte por lo que intento resguardarme mientras retomo la búsqueda de mi caballo

-¡¡¡IRONSIDEEEEEEEEEEE!!! -grito para posteriormente silbar

Ante el comentario de Fox me encojo de hombros

-Luché en la Guerra Civil, ahí ví de todo, así que dos granujas como esos dos no me dan miedo. Respecto a seguirlos, no veo muy claro que tenga que ver con nuestra misión, y por otro yo estoy sin caballo...
 

           " ¿Estas bien Jerry? Si estas seguro de continuar después de ver a esos dos dejame decirte que pronto debes aprender a mantenerte en tu caballo ... ya no digamos a montarlo que dios creo el cielo, la tierra, el oceano, las plantas así como las criaturas rastreras y aéreas ... finalmente al hombre para los ciudara ... incluyendo a los caballos, genesis 10-1,5 "   

           El predicador Dewey había estado demasiado tiempo callado tratando de imaginarse lo que el par de caza-recompensas realmente traían entre manos, pero al alejarse ellos les dijo a los demás:

          " Esa esfera parece un invento del demonio mismo y ese par de tipos me han dado también muy mala espina, sin embargo me parece que como han reaccionado si buscaran también al señor Duvall sería por otra causa, porque no pudieron haberse enterado aún; todos me han parecido bastante valientes y me alegra que el señor me haya colocado con ustedes, señor Coulon súbase a mi caballo y vamos por el suyo para continuar nuestro viaje a la mina ... si ellos también van para allá será mejor que tengamos cuidado "    

           Dijo lo anterior Allan aún montado y mirando con mas respeto a Ben, pero aún sin caerle bien del todo

"Vaya, por fin el hombre de Dios se atreve a usar su propia boca..." Piensa Ben, con algo de sorna. "Ya sólo falta que use su propia voz."

Sacudiendo la cabeza, rechaza las palabras de Ted Fox y les dedica a todos unos gruñidos de apremio. No es tiempo de hablar, es tiempo de actuar.

—Señor Coulon, si Pinkerton va detrás de Duvall, es por algo serio, y si queremos hacer justicia, hay que descubrir de qué se trata—. Lo más escueto posible.

Toma un trago de su cantimplora con cuidado de que no entre arena y, sin dejar de sujetarse el sombrero, enfunda un pie en el estribo y sube sobre Lewis.

—Vamos, caballeros.

Fox se está secando la sangre son la manga de su camisa. Respira un poco entrecortado pero habla alto para hacerse escuchar.

- Estoy de acuerdo en que sea lo que sea que esos dos hombres buscan en Duvall, nada tiene que ver con la pobre Alina. Es todo demasiado reciente. Además los padres de esa niña confian plenamente en el Sheriff Wetton y jamás acudirian a la Agencia Pinkerton si ya tienen la palabra del sheriff de que él se va a ocupar de impartir justícia. En Tombstone hay un par de Pinkertons, los conozco de hace tiempo y no se parecen en nada a esos dos. Uno es el Chico Fernandez, un borracho de cuidado y el otro es David Davies, lo conozco bién porqué nuestros hijos eran buenos amigos. És un buen hombre.
Una cosa está clara: o Duvall es algo más que un minero desgraciado o esos dos hermanos nos esconden algo importante.

-Que esos dos esconden algo es seguro, no me ha gustado ni su aspecto ni sus formas. Son mala gente

Doy unos pasos hacia adelante, cubriéndome los ojos con las manos para que la tormenta de arena no me afecte y vuelvo a silbar

-¡¡¡IRONSIDEEEEEEEEEEEE!!!