Partida Rol por web

Subir arriba de una de las características atalayas de Arizona requiere una tirada de Trepar. Si lo consigues ya puedes hacer una tirada de Descubrir.

Como alternativa, cerca hay una cornisa hasta dónde puedes desplazarte con los caballos y hacer allí una tirada de Descubrir con un penalizador de 30 puntos (no está tan alto como la atalaya).

Después de unos minutos de espera, Fox está resoplando como no lo había hecho hasta ahora. En contra de lo que aparenta, debe ser uno de estos hombres que prefiere trabajar a un ritmo lento que estar parado del todo. Finalmente opta por sentarse al suelo y refrescarse con un poco de agua o lo que sea que lleve en la cantimplora.

- Sr. Rumson, perdone por la indiscreción pero ya hace rato que me ronda una cuestión por la cabeza y aprovecho el descanso para preguntárselo. ¿Qué lo ha llevado a unirse a nuestro grupo? Quiero decir, evidentemente ésta es una causa muy noble, la que más. Pero usted no lleva mucho tiempo en el pueblo, al menos yo no lo tenía visto y no podía haber entablado amistad con la familia de Alina. Aparte de que claro está se va a perder unos cuantos jornales en donde sea que trabaje.

      Cuando se aproxima a la loma Allan reconoce la dificultad de subir allí montado, así que desmonta, asegura el caballo e intenta trepar a la loma  para descubrir hacia donde se ha dirigido Ironside.

      Pero al complicarse trepar regresa al caballo para montar a una cornisa cercana desde dónde puede desplazarse con los caballos y tratar de descubrir desde allí la ubicación del caballo (porque no está tan alto como la atalaya).

Por más que te esfuerces no consigues ver nada que se mueva en éste páramo casi desértico. A lo lejos en dirección oeste puedes ver una cordillera un poco más alta que las demás, probablemente es ahí adonde os dirigís. Se supone que es un buen sitio para los mineros y buscadores de plata, pero por fuera es del mismo color gris piedra que las demás.

Jerry baja de su privilegiado punto de observación. Lo hace con una facilidad propia de su juventud, despreocupado en un último salto en donde otro se podria haber torcido el tobillo.

Abajo y guardando los caballos lo espera el Predicador Dewey, que contempla en silencio el desierto de Arizona. En su día esta tierra fue una de las últimas Fronteras que empujó y conquistó el hombre blanco. Consigo trajeron grandes conocimientos a estas tierras, pero ninguna otra como la Fe en Dios.

Os reunís con la única compañía de los cactus y los pájaros que anidan dentro.

Montando en su caballo Jerry miró al Predicador. Le hizo un gesto para regresar con el resto.

—He visto el caballo. Está a unos diez minutos al noroeste.
 

           " ¡Muy bien hecho muchacho! ¡Alabado sea el señor!  Podemos regresar con los demás para decirles o ir ambos por el caballo y traerlo de vuelta, ya que Coulon no tiene monta y tanto Rumson como el asistente Fox parecieron poco dispuestos a alejarse para buscar su caballo. ¿tu que prefieres? "     

           Dijo lo anterior el predicador una vez trepó a su montura de nuevo y miro de reojo al resto.

Ben traga saliva, ciertamente, sabe que algún día tendrá que hablar. Tendrá que sacárselo de dentro antes de que se pudra como una manzana al sol y derrita sus entrañas. Aunque tal vez sea demasiado tarde para eso, y no es hoy el día. 

Para indicar que no está muy dispuesto a alargar la conversación, escupe una flema al suelo, con cuidado de no tragar arena, y suelta la escueta respuesta que le caracteriza.

—Para expulsar demonios, Sr. Fox. Hay cosas que no se compran con dinero. Y la redención es una de ellas.

Jerry tan sólo asintió y chascó la lengua al caballo para que se pusiera en marcha hacia la zona dónde creía haber visto a Ironside. Cabalgar con el viejo Dewey le reportaría algún sermón extra y le traía recuerdos de cuando le enseñaba matemáticas básicas en la parte trasera de la iglesia. Resignado trató de resolver el asunto cuanto antes, así que apretó los flancos de Emerald para que fuese al trote.

Marcháis hacia el noroeste en un suave descenso. En este páramo no ha quedado casi ningún cactus en pie y la visión es franca. Ironside debería ser fácil de ver pero estáis ya bastante cerca del lugar en que Jerry había visto algo y el caballo no aparece.

Finalmente os encontráis con Ironside casi por suerte. Está echado al suelo sobre un charco de sangre. Tiene varias heridas de bala en un costado y aunque tiene los ojos abiertos apenas puede mover ningún músculo. Las alforjas están cerradas.

Aunque vuestros compañeros apenas son dos manchas en la lejanía, podéis distinguir como Jerry baja de nuevo hasta el suelo, donde le esperaba el Predicador. Suben de nuevo a sus monturas y marchan, pero no parece que vengan hacia vosotros.

         El predicador iba a darle un sermón a Jerry ... cuando decidió cambiar la costumbre y no abordar de inmediato algún sermón para aconsejarle, sino darse tiempo simplemente de escuchar si él tenía algo que quisiera decir, así que simplemente le dijo:

         " Dime Jerry, ¿por que has saltado a la aventura con nosotros? ¿Qué quisieras hacer de tu vida además de disparar, jugar y ... ? "   

Al ver al predicador Dewey y a Wilis cabalgar en dirección incierta sin volver a ellos, Ben se impacienta ¿Qué diablos piensan que están haciendo?

—Eh, Coulon, Fox, mirad a esos dos—. Comenta, huraño, haciendo un gesto con el mentón hacia donde se encuentran las manchas borrosas.

La visión del caballo espantó a Jerry. ¿Quién había disparado al animal así como así? Antes de que el pobre bicho sufriera, Willis en un alarde de madurez impostada, sacó el revólver y apuntó a la cabeza del animal. No merecía sufrir más. Cuando apretó el gatillo sintió una mezcla de sensación agridulce.

—Reverendo, tome las alforjas. Sea lo que sea que llevaba Coulon ahí, seguro que es importante. ¿Quién cree que habrá disparado a Ironside?

- Que raro... O han visto alguna cosa muy cerca de allí o han iniciado una persecución sin tiempo de avisar. Aquí no hacemos nada, vayamos a ver. Sr. Coulon suba conmigo, Pasofirme ya está acostumbrado a cargar más de la cuenta.

        Cuando el reverendo vio al caballo malherido se fijó en el detalle de las balas de un costado y enmudeció por un momento, sin interrumpir la acción de Jerry que aprobó de inmediato, un momento después desmontó para calmar a su montura y avanzar con ella hasta donde estaba Ironside mientras decía:

        " Dios guarde en su gloria a Ironside, ¿habrá sido ese par de serpientes Pinkerstone o tendremos otros visitantes  que no quisieron ser sorprendidos?  No importa ya porque le dispararon, pero no entiendo porque lo dejaron así, es inhumano "      

         Amarró su caballo un momento al que pertenecía a Bruce, mientras que se daba un tiempo para rezar por la bestia para darle la extremaución un momento antes de terminar le arrojó un poco de agua bendita que sacó de una cantimplora que llevaba amarrada a su montura y al final tomó la escopeta, el rifle, sus municiones y las alforjas para llevarlas de regreso con los demás

Desde hace un rato observo a mis compañeros en la lejanía, nervioso. Espero que encuentren a Ironside

Extrañado, observo lo que hacen

-Estoy de acuerdo. Vayamos para allá, a ver que pasa. Total aquí parados no vamos a hacer nada. Espero que su montura, por muy acostumbrada que esté, soporte nuestro peso Fox.