Partida Rol por web

Ocaso

8. El largo camino hacia casa y Epílogo

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07/04/2016, 11:34
Bruce Coulon

-Por mi parte nada más que añadir sheriff. Todo esto ha sido un asunto muy raro y rocambolesco. Si me disculpan me iré a mi hogar, allí me pueden encontrar para lo que necesiten.

Hogar, extraña palabra, siento que lo que llamaba hogar es algo que se ha ido y nunca volverá

Notas de juego

Espero a la narración de Mei. Mi personaje asistirá pero se quedará observando desde lejos.

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07/04/2016, 12:33
Ben Rumson

Ben ha mantenido una cara de póker durante la entrada a Tombstone. Comprendió perfectamente a los lugareños. Qué vieron en sus rostros al entrar... O más bien qué no vieron. Partieron cinco hombres. Regresaron tres. Hay quién diría que no regresó ninguno, pero lo cierto es que están allí (En Carcossa), en Tombstone.

Se abren paso como Moisés a través de las aguas y una pequeña les sale al paso. A Ben se le para el corazón por un momento. Piensa en la pequeña asesinada y no puede soportar el nudo que se forma en su garganta. Luego, esa misma niña pregunta por Jerry Willis... Y se mira sus propias manos, las manos que intentaron salvarle la vida y que fracasaron miserablemente. No tiene fuerzas para decirle nada a esa chiquilla...

Se une a Coulon y Clanton frente a la oficina del sheriff y permanece con la vista baja. Se ha quitado el sombrero y se lo ha colocado en el pecho. No le apetece fumar y, ciertamente, tampoco sabe por qué pidió tanto tabaco en el campamento indio si apenas ha fumado en el camino de vuelta. 

Casi puede sentir el dolor de la madre de Willis cuando esta propina la bofetada a Coulon. Es tan tangible, tan sumamente real que parece expulsarlo por los poros, como si fuera sudor.

El sol quema 

El lago de Halí

y comienza a ascender lentamente por el cielo. 

Antes de que el Sheriff Wetton se retire, Ben lo agarra del brazo y lo mira a los ojos con una determinación que no tiene. Y le dice, con la voz firme que sale de ninguna parte.

—El condenado de Fox se defendió. Se defendió bien. Se llevó a varias de esas bestias con él... —Y ahí se corta, no puede continuar. El nudo en la garganta es muy fuerte, y la imagen del cadáver de Fox está muy presente en su cerebro, como la de Willis.

—Ya... me alegro —El Sheriff asiente con gravedad, pero, simplemente se libra suavemente de la presa de Ben y continua su camino.

Ben traga saliva y se prepara para lo único que le queda por hacer en el pueblo. 

No le cuesta mucho encontrar a los padres de Alina, el señor y la señora Hundle. Se reúne con ellos en plena calle y lo conducen hasta la puerta de su casa, donde hablar con tranquilidad. Se presenta ante ellos como Ben Rumson y mantiene su sombrero entre las manos y siempre sosteniendo la mirada al marido. Intenta hablar con firmeza, pero lo que sale de su garganta es una simple parodia ahogada de sus cuerdas vocales.

—Ya lo habrán oído de Bruce Coulon. Lamento que no hayamos traído a Duvall hasta la justicia.

Las lágrimas de la señora Hundle son como gotas de sangre a ojos de Ben, y su marido también lucha por sostener una mirada en la que, seguramente, sólo ve el vacío y el dolor.

—No se preocupe, buen hombre —Habla el señor Hundle, en un tono que conmueve a Ben por lo seguro que suena—. Han mandado a ese canalla repugnante ante Dios, y será la justicia que reciba, que es mucho mayor de la que hubiera podido recibir aquí.

—Sí... Estoy seguro de ello —Dice Ben, sintiendo la tenaza en su estómago aflojarse un poco—. Espero que puedan salir adelante. 

Tras unas palabras de condolencias y el intercambio de frases de despedida, Ben vuelve a ponerse el sombrero y se dirige al centro del pueblo, donde planea acudir al entierro de Jerry y de Fox.

Los misterios que sólo el gusano conoce.

Notas de juego

Mi personaje asistirá al entierro.

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11/04/2016, 06:43
Allan Dewey

         Es una mañana fría, el sol aun no sale del todo en el horizonte .... el viento empuja pedazos de matorrales a lo lejos mientras que la procesión de casi toda la gente de Tomstone, que camina detrás del cortejo fúnebre que carga un par de ataudes relleno con rocas, debido a la falta de los cuerpos del joven Jerry Willis y del asistente del alguacil, el señor Fox.

        Se sentía una opresión en el ambiente ... un pesar que oprimía los corazones de casi todos los presentes, cuando aullan los coyotes a la distancia para acentuar el momento en el que el predicador Dewey respiró hondo y comenzó a hablar:

        " Buenos días hermanos del pueblo de Tombstone!  Nos hemos reunido el día de hoy para mostrar nuestro apoyo a las familias de dos amigos nuestros, el joven Willis y el señor Fox; sobra decirles lo doloroso que es para nosotros este momento y al mismo tiempo es una oportunidad para reunirnos y fortalecer el lazo que dios nuestro señor desea tengamos entre nosotros sus hijos, alguien desea decir unas palabras acerca de alguno de nuestros hermanos? "    

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11/04/2016, 11:57
Hardy Malone

Yo sí.

Quién ha hablado es el otro ayudante del sheriff, Hardy Malone. Ha viajado toda la noche para poder asisitir al entierro de su compañero.

Quisiera decir unas pocas palabras sobre Ted.

Yo… no sé muy bien cómo empezar. Ted y yo hablábamos sobre nuestro trabajo muy a menudo. Y él siempre me recomendaba que lo dejara. Ted no tenía ninguna duda de que terminaría muerto si no dejaba todo esto pronto.

Quizás sería un borracho con una pistola no requisada, o un familiar con ganas de vengar un ahorcamiento… Ted veía mil razones por las cual podría estar muerto al final del día, pero aun así, cada día por la mañana se ponía su placa de Representante de la Ley con orgullo.

Cuando le preguntaba que porqué seguía él, no lo sabía con certeza. Hace mucho tiempo unos indios mataron a su primer hijo, y creo que la sensación de estar “impartiendo justicia” le ayudaba a sobreponer ese dolor. Nada más.

Era un buen hombre –dice mirando al suelo- y el mejor compañero que he tenido en estos años. No puedo creer que ya no esté aquí.

Malone estruja con fuerza su sombrero entre las manos mientras hace repetidos gestos de negación con la cabeza.

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15/04/2016, 23:08
Allan Dewey

       El predicador Dewey se acerca lentamente al Sherif para palmear su hombro como una señal de aliento y después de un momento de silencio retoma el sermón de manera un tanto respetuosa y solemne, mirando de reojo a la madre de Willis, al sheriff y al otro par de sobrevivientes durante el resto de la homilía, en la que terminó diciendo:

      " Finalmente hermanos nos encontramos esta mañana para rendir nuestro respeto al par de valientes hombres caído debido a su responsabilidad por su ... por nuestra sociedad, así como para darle aliento y apoyar a sus familiares y seres queridos, quienes les extrañaremos ... por mucho tiempo! "    

      Entonces Allan Dewey tosió un par de veces antes de hacer la seña de la cruz y santiguar la fosa que cubriría a un par de ataúdes vacíos mientras que la hermana de Willis tocaba con melancolía unas notas que su querido hermano mayor le había enseñado con la armónica solo para enmarcar la triste escena del ocaso de un par de buenos hombres, que se daba justo .... cuando el sol se asomaba al amanecer de ese frío día ... frente a la mayoría de la gente en el pueblo, fue entonces que de repente el predicador Dewey tomó de nuevo la palabra después de varios minutos de estar dudando en decir lo siguiente:

      " Tal vez este haya sido mi ultimo sermón hermanos, porque después de días de estarlo pensando necesito hacerles una confesión ... del peor secreto que he guardado no es de ninguna de sus confesiones ... sino mío mismo,porque mi vida pasada antes de convertirme en un hombre de fé, como ahora lo soy, me llevó por la senda oscura y dios me dio la oportunidad de errar mi camino, desde que me arrepentí de mis pecados he tratado de enmendarlos de muchas maneras, pero en este viaje que hicimos para encontrar a ese asesinó que asoló nuestro querido Tombstone mi pasado me alcanzó y el joven Willis descubrió que mis hermanos y yo ... matamos a su padre como a otros tantos en nuestras tropelías ... ya que yo no soy otro que el mismísimo Stanton ... quien voluntariamente se entrega el día de hoy a la justicia para cubrir sus deudas ante los hombres "    

       Tras decir lo anterior el predicador camina hacia el sheriff frente al resto del pueblo y levanta las manos para que pueda arrestarlo allí mismo antes de terminar de confesar:

       " Hace 10 años era el forajido conocido como Steve Clanton, el líder de la temible Banda de Clanton y dirigía incursiones a lo largo de la frontera con México asaltando diligencias, asesinando sus conductores, pistoleros y robando el botín "   

     Entonces el predicador saco sorpresivamente su pistola y después de unos angustiantes minutos se la entregó al sherif mientras que terminó de decir:

      " Perdí la cuenta de mis víctimas, pero a medida que iban pasando los años mi grupo empezó a menguar a medida que mis compañeros iban siendo capturados o asesinados. En Globe, Arizona el señor Ben Rumson, quién fue sheriff abatió a sangre fría a 4 de mis forajidos y fue él quién me reconoció apenas hace unos días "   

 

Notas de juego

         Doy un inesperado giro para preparar el colofón de mi personaje ... besos chicos!!

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04/05/2016, 11:54
Director

En la abarrotada iglesia, el asombro se levantó entre la concurrencia. Primero hubo unos instantes de silencio, para luego dar paso a algunos gritos aislados de ¡asesino!

Pero la gente no terminaba de decidirse. El sheriff Wetton se encaró a Steve Clanton con una severidad glacial.

¿Por qué nos hace esto ahora Allan? –le dijo casi en privado al Predicador- ¿Es que no estamos sufriendo ya lo suficiente para ti? -Wetton no esperaba ninguna respuesta para sus lamentaciones.

El gentío volvió a exclamarse cuando Geraldine Willis, la madre de Jerry, se desmayó. Así que finalmente y a regañadientes el sheriff esposó a un silencioso Clanton y lo condujo hacia la celda de su oficina.

A lo largo del día la oficina estuvo custodiada en todo momento por Hardy Malone. Mientras tato, el sheriff hizo unas cuantas averiguaciones y descubrió que la historia de Clanton podría ser cierta.

Cuando se dispuso a hablar tranquilamente con él para ver si quería cambiar su confesión, se dio cuenta de que el religioso estaba decidido a expiar sus pecados: no había marcha atrás en la condena que se había autoimpuesto.

A la última hora de la tarde, el sheriff clavó un anuncio en el tablón de la calle principal:

Mañana, a las 12:00 del mediodía en la puerta norte, se procederá al ahorcamiento del vecino Steve Clanton, también conocido como el predicador Allan Dewey, bajo confesión propia de asesinato, asalto, robo y huida de la justicia.

Si algún familiar quisiera reclamar sus pertenencias, las podrá recoger por la tarde en la oficina del sheriff de Tombstone.

La verdad de lo que ocurrió luego, y que se explica aquí por primera y última vez, nunca se descubrirá.

A la hora de la cena Clanton recibió una única visita. Era Geraldine Willis. Vestía de riguroso negro y tenía las mejillas resecas de tanto llorar. Aunque tenía un aspecto flaco y frágil, sus ojos mostraban una mirada resuelta.

Buenas noches Predicador Dewey –dijo-. Yo siempre le he conocido por ese nombre, así que para mí continua siendo Allan Dewey.

Venía a explicarle una cosa que jamás había explicado a nadie. Ni a Jerry, ni a mis padres, ni a usted mismo en el confesionario. Jamás a nadie.

La mujer tomó asiento cerca de los barrotes.

La guerra fue terrible, Predicador. Muchos hombres murieron allí. Pero otros muchos sobrevivieron sin ninguna necesidad de hacerlo. Algunos deberían haber muerto allí junto con sus compañeros de filas. Mi difunto marido, Marc, tendría que haber sido uno de ellos.

Usted lo mató, y lo hizo por egoísmo, como lo hacéis todo los hombres. Pero cuando lo hizo, sin saberlo también me liberó a mí y a mis hijos.

Verá, -dijo con la mirada firme- cuando Marc volvió de la guerra… era un hombre diferente. Un fantasma de la persona con la que me había casado. Cuando Marc llegaba a casa y cerraba la puerta, mi mundo se venía abajo.

Nunca logró recuperar ninguno de sus oficios anteriores a la guerra y luego se enroló gustoso como pistolero de diligencias. Necesitaba una excusa para empuñar una arma y quería huir de sus responsabilidades familiares. Sé que bebía, que se acostaba con otras mujeres y que gastaba su paga en el juego.

Cuando Marc murió, lloré mucho. Pero a medida que fueron pasando los meses me di cuenta de que una gran losa había dejado de retenerme. A partir de ese momento recuerdo el nombre de Steve Clanton como el del desgraciado que mató a otro desgraciado. No me debe usted nada, Predicador Dewey. Nada.

Al contrario, durante muchos años he llevado gustosa mis hijos a su Iglesia para que los eduque, tanto en las enseñanzas de la Biblia como en las lecciones de la vida. Y sé que usted siempre se preocupó mucho por ellos. Ahora entiendo el porqué.

Sé que su estima por Jerry era sincero y con eso me basta. Una madre siempre sabe estas cosas.

Geraldine se levantó y se dirigió hacia la salida. En el umbral de la puerta, se despidió del condenado con unas últimas palabras.

Predicador Dewey, yo le perdono del asesinato de Marc Willis. Le estaré eternamente agradecida por liberar a mi familia de su yugo y por el amor que usted sintió por mis hijos. Que Dios le acoja en su regazo.

Esa noche, bajo la clara luz de la Luna, un viejo y veterano forajido no encontró ninguna resistencia en las cerraduras de la oxidada celda de Tombstone.

Las estrellas contemplaron en silencio como el hombre se dirigía hacia detrás de la Iglesia, para entrar en la pequeña habitación que había sido su hogar durante los últimos diez años. Abrió un viejo arcón situado a los pies de su cama y cogió algunas de las pertenencias y recuerdos que había depositado allí a lo largo de los años.

Un cartel de “Se busca” dónde se pedía su propia cabeza por valor de 400 dólares, una Biblia en español que le habían regalado años atrás en México y hasta un bonito colgante cristiano que por extraño que parezca, se había encontrado en la saca que cogió del cadáver de Elroy Jackson. Todo ello y algunas cosas más las cargó en las alforjas de su caballo para luego cerrar la puerta de la Iglesia por última vez.

Antes de despedirse del pueblo, el hombre se arrodilló unos instantes para rezar por el alma de todos los vecinos y para agradecerles la segunda oportunidad que le habían concedido.

Finalmente, el forajido y su caballo se marcharon en silencio mientras todo el mundo dormía, con la certeza de que este no era su final. Aun le quedaba otra herida por cerrar y esta quizás sí que sería la última. Solo Dios los sabía.

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07/05/2016, 20:57
Ben Rumson

Ben deseó no haber acudido al funeral. No tenía ningún ánimo de hablar con nadie, así que se esforzó por permanecer invisible entre la gente manteniendo, en todo momento, la cabeza gacha. Lo peor de todo aquello, fue que no se sentía en deuda con Fox o incluso Willis, o al menos no de la manera en que lo hubiera querido. Y precisamente por ello se obligó a ir, para demostrarse a sí mismo que aún quedaba algo de humanidad debajo de su piel magullada.

Y cuando escuchó lo que Clanton tuvo que decirles, sus nudillos quedaron blancos de la presión y la rabia... Había sido un estúpido durante todo el viaje y se había dejado engañar de una forma patética. ¿El hermano de Steve? Claro, por qué no. Al fin y al cabo, él no es más que un saco de huesos apaleado.

El Sheriff se encaró con él y lo encarceló, pero eso no alivió la frustración de Ben, preguntándose, al fin y al cabo, si era la causa de esa frustración dicha mentira, o el hecho de que, aún con ella, una parte oculta de él, la que es perfectamente consciente de lo que han vivido juntos, seguía perdonándolo.

Por eso decidió no acudir a su ejecución y marcharse ese mismo día.

Ben nunca ha dejado de ser un trotamundos, y por eso no le ha llevado más de dos horas prepararlo todo. Provisiones, mudas, Lewis... Las superficiales raíces bajo sus pies hace tiempo que no han arraigado en ningún sitio, y Tombstone no es la excepción... Sin embargo... Sin embargo, el sentimiento de momentánea liberación siempre que deja atrás (A Carcosa) un refugio no se encuentra presente esta vez.

Tal vez es porque comprende que ya no tiene sentido. Después de las cosas que ha visto, el mundo se le antoja más hostil y aterrador, ahora que los papeles de las personas se han invertido en su cabeza. Por eso mismo tampoco le cuesta abandonar su trabajo en el ferrocarril. Ya se las apañará por ahí, como sea. Si los Indios pueden, él también.

Mientras da una calada un cigarrillo de tabaco Indio, recuerda vagamente que después de salir de las minas se prometió no volver a fumar. Pero, de nuevo, ello carece de sentido (En los ángulos de la realidad). Así que, se coloca el sombrero y sube hasta la grupa de Lewis por el costado izquierdo del animal, espoleándolo para abandonar Tombstone a paso lento. Ya anochece, es el ocaso, y hay poca gente fuera de sus casas. Pero cuando escucha el sonido de pasos, Ben se vuelve, con la vana esperanza de una cara conocida que le conmine a quedarse en el pueblo. No hay caras conocidas para él.

Una vez, en sus tiempos de sheriff, se topó con un cazarrecompensas. Otro vagabundo, que pasó unos meses en su pueblo y con el que trabó cierta amistad. Por ello, cuando se marchó, Ben no pudo hacer más que preguntarle por qué si se había sentido tan cómodo en el pueblo, tenía que abandonarlo. El vagabundo le dijo algo como que nació bajo una estrella errante y, en ese momento, Ben ni lo entendió, ni quiso hacerlo.

Y ahora lo entiende menos. Quizás él no ha nacido bajo una estrella errante, pero lo único que siente es el dolor de una herida supurante que no se cerrará jamás frente al calor de un hogar, y que le atormentará hasta el fin de los días.

Ben mentiría si dijera que no tiene nada planeado. Si no lo tuviera, está seguro de que no podrá sobrevivir mucho tiempo. Cualquier objetivo que mantenga su mente enfocada le sirve para huir de la desesperación y las puertas del delirio un día más, y es por ello que lleva dándole vueltas desde el mismo momento en que abandonó la mina.

Ya se hace de noche cuando llega al Rick Trading´s Post, y el joven parece estar barriendo el porche. Apenas sí le dirige una mirada fugaz a Ben mientras éste ata a Lewis al poste y desmonta. La noche deviene inusualmente cálida, y, de momento, no cree que su amigo tenga problemas en aguantar ahí un rato.

—Hola ¿Qué le vuelve a traer por aquí? —Dice Rick, sin mucha ceremonia.

—Trae —Contesta Rumson parcamente, y le arrebata la escoba para barrer él el porche.

Pasa un rato en el que, después de que Rick se encoja de hombros y fuera dentro para servirse una zarzaparrilla, ninguno de los dos medió palabra mientras Ben barría, sin mucha habilidad, el polvoriento suelo de madera.

—Pues no está nada bien —Declara finalmente el joven—. ¿Me va a decir ya qué hace aquí y qué quiere?

—Sí —Ben aparte la escoba y se quita el sombrero— ¿Qué precio tiene la información de lo que he vivido en nuestro viaje?

Los ojos de Rick brillan de repente con una curiosidad animal.

—Eso depende ¿Es interesante?

—Te lo contaré todo. Pero antes necesito información.

—Pues está de suerte —Contesta Rick con una sonrisa—. Precisamente de eso ando sobrado.

—¿Qué sabes de la agencia Pinkerton?

El chico parece aturdido durante un par de segundos, pero pronto comienza a recitar: 

—Pues es una agencia de detectives fundada en Chicago en 1850 por Allan Pinkerton...

—No, eso no —Le interrumpe Ben—. No vivo debajo de una piedra, y yo fui un Pinkerton, aunque no lo creas. Quiero saber lo que sabes de verdad.

—Creo... Creo que no sabe dónde se estás metiendo. ¿Sabe lo de las huelgas de ferrocarriles de hace tres años?

—Lo sé, y créeme que sé cosas peores. Sé dónde me meto y no sé si voy a salir. Pero necesito algo que de sentido a mi vida, sin rodeos, y necesito destruir a esos canallas, y con suerte, destruirme yo en el proceso.

Durante dos horas, Rick y Ben hablan con voz queda, como si los pumas que emergían de la maleza pudiesen oírlos. Después de escuchar la historia del antiguo Sheriff, el mercader de información se muestra mucho más colaborativo, y, aunque no termina de creerse varios detalles, sí que piensa que la agencia Pinkerton no es sino la cáscara corrupta y podrida de lo que un día fue.

Rick entrega al trotamundos provisiones para varios días, argumentando que se siente mal pues, después de haberle otorgado una información tan valiosa, él sólo ha podido ayudarlo con rumores que no llegan ni a la mitad de su valor. Pero a Ben le basta para empezar. Ya se las apañará.

La noche cerrada se cierne sobre Ben cuando decide acampar al abrigo de las rocas, preparando la clásica trampa de latas.

Mientras se sumerge en las horribles pesadillas que le esperan en su sueño, el último pensamiento que tiene es que al día siguiente pensará por dónde empezar.

- Tiradas (1)

Motivo: Barrer el porche

Tirada: 1d100

Dificultad: 36-

Resultado: 74 (Fracaso)

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09/05/2016, 16:26
Bruce Coulon

Bruce asiste al funeral de Fox y el joven Willis, pero en todo momento se mantiene apartado. Escucha con atención las palabras del predicador Dewey, pero no tiene ánimos para hablar. Cuando acaba y está a punto de retirarse, el predicador confiese su verdadera identidad. Por un instante su mano se dirige hacia su revolver, pero se detiene.

El pasado, pasado está, y lo que está enterrado, enterrado ha de permanecer

En ese momento una breve visión de un hambriento Duvall aparece ante sus ojos antes de desaparecer rápidamente. Coulon mira a su alrededor buscándolo, pero sólo ve un gran tumulto de gente, conmocionada por las palabras del predicador, mientras éste era esposado.

Bruce se retiró rápidamente y se fué al Saloon, pidió una botella de whisky y comenzó a beber. Estuvo así hasta que la acabó, unas horas después, mientras el camarero lo miraba asombrado. Tras pagar, y a trompicones, se largó

Anduvo un par de horas por el pueblo, farfullando cosas inteligibles, pero en un momento de lucidez se dirigió hacia el hogar de los Willis. Se acercó a la puerta, y a punto estuvo de llamar, pero retiró su mano. Cogió un paquete que llevaba encima, lo dejó delante de la puerta y llamó antes de irse.

El revólver del joven Willis tenía que volver a su madre

Llegó a su hogar unas horas después, para tumbarse en su cama. No acababa de tocar su superficie cuando ya estaba roncando...

Al día siguiente se levantó, estaba sucio y sudoroso, se aseó un poco y se dirigió al corral para ver a su pequeño rebaño de cabras. Lo que allí vio le heló la sangre, estaban destrozadas, cuerpos, cabezas y patas esparcidos por doquier, y muchas de las cabras con sus estómagos reventados. Se quedó contemplando el espectáculo aterrorizado, cuando una voz le habló a su espalda

-Tengo hambre, mucha hambre

Horrorizado se giró rápidamente para ver a Barton Duvall abriendo su boca hasta límites imposibles antes de lanzarse contra él

Bruce despertó gritando, estaba en su hogar, era de día, había sudado tanto que parecía que le habían tirado encima un cubo de agua. Rápidamente se levantó, cogió su rifle y se fue hacia el corral. Sus cabras estaban allí, sanas y salvas.

Se sentó en el suelo y se quedó observándolas durante horas....hasta que el hambre le hizo reaccionar

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09/05/2016, 17:10
Allan Dewey

Después de haber salido de Tombstone en absoluto silencio el forajido y su caballo Claude, se marcharon en silencio mientras todo el mundo dormía, con la certeza de que este no era su final gracias al buen corazón de algunos feligreses y conciudadanos ... con la cola entre las patas pero al mismo tiempo con la alegría de encontrar perdón en los corazones para dejarlo salir en libertad ...

Tras unas horas de montar lejos de allí, sin mucha prisa meditó que le quedaba otra herida por cerrar y esta quizás sí que sería la última ... antes de buscar establecerse como padre en otro pueblo cerca de la frontera con México ... solo Dios los sabía ... quería buscar al antiguo sheriff Ben Rumson para saldar las cuentas por sus antiguos camaradas de la banda, ajusticiados por su propia mano a traición y sin juicio ... o morir honorable por él para pagar sus antiguas deudas ... en el ocaso.

Tardó meses en encontrar un rastro que le condujese hacia donde el antiguo hombre del orden seguía su propia investigación con los Pinkerton y semanas de ayudarse de gente que encontró en su camino con su vestimenta de predicador para que tuvieran la confianza de ayudarle a seguirlo sin hacerse evidente hasta llegar a esa noche a su campamento y con completo sigilo para aventar una piedra con la mano mala a la trampa de latas para sorprenderle con su Colt cuando despertará antes de decir:

" ¡Buenas noches señor Rumson! ¡Hasta podría decir que me da mucho gusto encontrarle después de tanto tiempo que viajamos juntos para saldar viejas deudas entre nosotros, pero no crea que he venido con la cobertura de la noche para sorprenderlo solo para matarlo como un perro, eso pude hacerlo hace un rato a la distancia ... "
" Pero he querido venir hasta acá para pedirle se bata conmigo a muerte en un duelo mañana por la tarde en el pueblo mas cercano a la hora del ocaso, en caso contrario tendré que matarlo sin piedad aquí mismo, pero si acepta y huye mañana mismo comenzaré a seguirlo como lo he hecho desde que salí de la prisión de Tombstone y no tendrá un solo día de calma mirando por encima de su hombro con el miedo de que le ataque por la espalda como lo hizo con mis amigos y mi hermano menor "

- Tiradas (1)

Motivo: Discreción

Tirada: 1d100

Dificultad: 59-

Resultado: 24 (Exito)

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11/05/2016, 18:40
Ben Rumson

Ben no puede creer lo que está escuchando. La sorpresa inicial, que a punto estuvo de conseguir que el corazón saliese por su garganta, ha sido sustituida por una sensación de perplejidad absoluta. Tragando saliva y con la mano en su revólver, la aparte muy lentamente, procesando en su cabeza todo lo que acaba de oír, mientras siente el sudor goteando por su frente.

"Deberías matarlo ya...."

"Deberías decirle que aceptas"

"Dile que aceptas y dispárale por la espalda" Le susurra al oído la voz de Pinkerton desde (Aldebarán).

No. Ben no es así. Puede que su reputación haya quedado por los suelos. Puede que su vida haya sido destruida, pero si continúa por ese camino, ya nada lo salvará de la locura.

 —No sé cuantas veces tendré que repetirlo —Dice, con la voz temblorosa debido a la horrible pesadilla de la que acaba de ser arrancado a la fuerza—. Yo no maté a esos hombres a sangre fría. Fue el botarate de mi ayudante, ebrio como una cuba. Pero lo que sí es cierto...

Mientras habla, Ben se levanta dificultosamente de la esterilla sobre la que estaba tendido, al abrigo de una concavidad rocosa, mientras se sacude el polvo de la ropa.

—Es que pagué de sobra por esa equivocación mía. Cosa que no puede decirse de usted "Reverendo". O al menos, eso pensaba yo, pero, como le dije, considero que el viaje que hemos realizado ha sido una expiación suficiente.

Ben se agacha a coger su sombrero, lanzando una mirada furtiva a (Shoggot) Lewis, para asegurarse de que está bien, y se lo coloca.

—Ahora bien, acepto la oferta, si tanto busca vengarse de sus secuaces asesinos, lo suficiente como para eludir la horca de Tombstone y venir aquí, a buscarme, es porque quizás aún no se ha hecho justicia, y eso no lo podemos permitir.

En todo momento, Ben mantiene un semblante serio, pero ahora le dedica una sonrisa lobuna que jamás en su vida ha conseguido realizar, una sonrisa que muestra un brillo de demencia en sus ojos.

—Yo, Ben Rumson, por la autoridad que me confiere el Estado de Arizona como sheriff de Globe, sentencio a Steven Clanton a morir de un disparo por los delitos de asesinato, robo y obstrucción a la justicia. Espero que su revólver sea más rápido que su cerebro, Clanton. Quizás así me libere de esta pesadilla.

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17/05/2016, 11:45
Director

Las horas transcurrieron dulcemente a la vera del Rio Grande, en Texas.

Hasta allí le habían llevado a Rumson sus investigaciones sobre la Agencia de Detectives Pinkerton, y Clanton tras sus pasos. Rumson no tenía nada concreto, solo rumores. Un rito de iniciación para determinados agentes, una purga interna cometida a escondidas de la central en Washington y hasta un supuesto complot para asesinar al presidente Lincoln durante la Guerra de Secesión. ¿Qué era verdad? ¿Qué era mentira? La única e inmutable verdad es que la hora del duelo había llegado. Ya nada más importaba.

Los dos hombres habían gozado de unas magníficas vistas durante el día, con la compañía lejana de grandes rebaños y el suave transcurrir del agua. Ahora, con el revólver revisado cientos de veces y el astro rojo bajando en la hora del ocaso, cada uno se disponía a matar sus propios fantasmas y también los ajenos.

Notas de juego

Os lo dejo en bandeja.

Mientras vosotros dos os cruzáis las últimas palabras, conmigo podéis ir aclarando qué velocidad vais a usar en el duelo.

Como el momento es muy peliagudo, a Telchar lo pondré a mi lado para que vaya viendo las tiradas y las decisiones del master.

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20/05/2016, 23:27
Ben Rumson

Ben contempla a su adversario sin un atisbo de hostilidad en su mirada. Al fin y al cabo, el resultado del duelo le es indiferente, cualquiera de los dos posibles escenarios es válido para él y le beneficiará de una manera o de otra. Por si acaso, no ha atado a Lewis a un poste. El sombrero lo ha dejado en su cuartucho alquilado en la planta superior del saloon, no quiere que nada le entorpezca la vista, salvo las gotas de su propio sudor, que brotan en su frente debido al asfixiante calor vespertino que ya comienza a descender.

El Colt 45 que empuña fue diseñado ocho años antes, en el 72, por la Colt´s manufacturing Company, y no pasó un año hasta que el ejército de los Estados Unidos lo adoptó como arma reglamentaria, siguiendo dicho ejemplo prácticamente la mayoría de ciudadanos de la frontera, los open carry. Estaba siendo absolutamente decisivo en las guerras Indias, y ya se había ganado el apodo de "Pacificador". El martillo de dos posiciones hacía extraordinariamente fácil su recarga, y la fama que había ganado lo configuraban como un arma fiable, potente y duradera. Al fin y al cabo, estaba basado en los últimos diseños del legendario Samuel Colt, que murió diez años antes de verlo fabricado. Y, qué diablos, usaba la misma munición que el rifle Winchester del 73, era una maravilla.

Aquel día, el Colt 45 de Ben estaba en buenas condiciones y listo para disparar.

El viento levanta polvo de la llanura que se pega en el rostro del antiguo sheriff. También arrastra matojos que ruedan revotando suavemente sobre la tierra seca, sedienta. Qué curioso, los buitres aún no han llegado. Tal vez teman ser alcanzados por la bala del perdedor. 

Segúramente Clanton haya comprobado también su revólver una y otra vez, al fin y al cabo sería una pena que el duelo acabare con una malfunción de alguna de sus herramientas, totalmente anticlimático.

Al colocarse frente a frente, Ben entrecierra el ojo derecho, por donde le viene la luz del sol poniente, y le molesta. No pensaba hablar, pero no pudo evitar dedicarle a Clanton las que podrían ser sus últimas palabras. No es un secreto para nadie que él es un hombre de pocas palabras, pero las tradiciones siempre tienen peso.

—Si soy yo quien va a los infiernos, Clanton... —Habla alto, para que su adversario pueda oírlo— Puede decirme lo que quiera que les diga a los de su banda que estén pudriéndose allí abajo. Si soy yo quien va a los infiernos, Clanton, espero que me perdone, porque va a ser usted quien lo pase peor aquí arriba después de las cosas que sabe que hay arrastrándose por ahí.

Tras escuchar lo que el antiguo bandido, el hombre que arruinó su vida, tiene que decirle, las campanadas de la iglesia lejana comienzan a tañer. La señal. Una señal oxidada y seca, como los latidos de su corazón, como el tambor de un revólver descuidado. Pero no de su revólver, que está listo para disparar.

Flexiona sus dedos un par de veces, preparándose, y traga saliva.

Parece que el tiempo se ha detenido a su alrededor. Ahora sólo está él, sólo él puede moverse. Él y su enemigo, con la luz de la muerte en su mirada.

Baja la mano.

Desenfunda el revólver.

Aprieta el gatillo.

El estruendo del disparo parece llenar su mundo momentáneamente.

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Disparo.

Tirada: 1d100

Dificultad: 40-

Resultado: 5 (Exito)

Tirada oculta

Motivo: ¿Daño?

Tirada: 1d10

Resultado: 9

Tirada oculta

Motivo: Localización

Tirada: 1d20

Resultado: 4

Notas de juego

Tiro ambos dados en oculto ^^.

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23/05/2016, 07:17
Allan Dewey

Hola chicos, propongo una alternativa antes de mi turno del duelo que se me acaba de ocurrir, continuar con el duelo más tando a uno o a ambos públicamente, para que a las pocas horas del entierro el señor Brucé aparezca para desenterrarnos, como parte de un plan concertado para hacer nuestra búsqueda de los Pinkertone como fantasmas ante los registros de ellos mismos ... Que les parece la idea chicos?

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23/05/2016, 09:33
Bruce Coulon

Notas de juego

Mmmmm...no acabo de verlo. Bruce en principio sólo tendrá noticias de que Allan se ha fugado y Ben se ha ido de Tombstone, desconoce por completo que os vais a batir en duelo y mucho menos vuestra búsqueda sobre los Pinckerton. Es más, el ahora tiene que enfrentarse a los demonios que ha traído consigo de la mina ;-). Aparte que conjurar un fantasma no es cosa fácil, Bruce no tiene los conocimientos para invocar a nadie y traerlo desde el otro lado.

Otra cosa es que finjáis vuestra muerte para buscar a los Pinckerton...pero yo no he dicho nada....:-D

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26/05/2016, 10:11
Allan Dewey


" Los caminos del señor son misteriosos ex-sheriff; no dudo que mi hermano y mis amigos, así cono nosotros mismos podamos pasar la eternidad en el infierno, si embargo te pido que así como yo te arrepientas de todos y cada uno de tus pecados sinceramente, posiblemente dios reconozca nuestro sincero arrepentimiento y nos perdone, por desgracia yo no me perdonaría que la muerte de tanta gente simplemente quedase impune ... así que debo comenzar el juicio de dios conmigo mismo "

Entonces Steve Clanton desenfundó su arma tan rápido como le fue posible para apuntar y disparar al cuerpo del ex-sherif Ben Rumson con su revolver Colt 45, que también estaba en buenas condiciones y listo para disparar.

El viento levanta polvo de la llanura que se pega en el rostro del antiguo cuatrero. Clanton había comprobado su revólver poniendo todas las balas posibles y cargó un par de cartuchos mas si era necesario, con la esperanza de provocar al sheriff para que le matase allí mismo o quitarse de encima a un adversario que tarde o temprano iría tras de él.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Disparos (2)

Tirada: 2d100

Dificultad: 60-

Resultado: 86, 42 (Suma: 128)

Exitos: 1

Tirada oculta

Motivo: Daño (2)

Tirada: 2d10

Resultado: 6, 5 (Suma: 11)

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02/06/2016, 11:34
Director

Notas de juego

Rumson y Clanton, os falta a los dos la tirada de localización. Es 1d20 en oculto.

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02/06/2016, 13:07
Ben Rumson
Sólo para el director

Notas de juego

Yo creo que ya tiré D:

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02/06/2016, 13:18
Director

Notas de juego

Totalmente cierto, disculpa.

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04/06/2016, 20:51
Allan Dewey
- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Localización

Tirada: 1d20

Resultado: 4

Notas de juego


Tirada de Localización

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06/06/2016, 11:27
Director

Los dos revólveres disparan casi al unísono. Para un mirón sería difícil decidir quién ha sido más rápido aunque sin duda al hombre de la barba se lo veía más cómodo.

Las campanas continúan resonando a lo lejos cuando uno de los dos se mira su pierna izquierda. Casi en la cintura, a la altura de la ingle, empieza a manar una abundante fuente de sangre. Resopla profundamente. Duele. Duele mucho y la enorme mancha que se ha formado en pocos segundos no deja lugar a dudas: esto es el fin.

Su revolver cae al suelo y para evitar desplomarse él también, el herido solo puede arrodillarse sobre su rodilla derecha. Vuelve a resoplar, cansado. Ya no escucha las campanas pero no sabe si es porque han dejado de doblar o porque sus sentidos ya están embotados. Todo se está volviendo oscuro muy rápidamente. Su rival, mientras tanto, continúa allí delante impasible.

Poco a poco, Steven Clanton se queda tumbado finalmente sobre su costado derecho.

Al que fuera el hombre más sanguinario de su tiempo, el que finalmente trató de redimirse y que estuvo buscando la muerte con todas sus fuerzas, ahora solo le quedan unos segundos de vida. Lo justo para murmurar unas últimas palabras.

Notas de juego

Disparo Clanton: 80. Fallo total, no hay modificador de velocidad que lo pueda cambiar.

Disparo Rumson: 4. No es crítico por poco.

Daño Rumson: 9. +6 por estar en duelo hace un total de 15.

Localización Rumson: 4. Pierna izquierda.

Vida de Clanton en la pierna: 5.

Como el daño es exactamente el triple (15 sobre 5), la muerte es automática.

Bueno, me salto la norma que le exigiría a Clanton una tirada de CON para continuar consciente. Puede decir sus últimas palabras libremente.

De hecho aún podría intentar curarse su herida si lo quisiera. Es difícil, pero no imposible.