- ¡No des un paso más! Veo tus intenciones. Veo tu espada. Veo tu arco.
La elfa se dirige sobretodo a Skadi, pero también a Fardhinn.
Notas que la elfa, embutida en su armadura, está herida, pero muestra entereza.
El hombre que la acompaña no se mueve, parece tranquilo. Su yelmo dorado llama tu atención.
Tirada oculta
Motivo: Agudeza
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+2)=9 [5, 2]
Tirada oculta
Motivo: Agudeza
Tirada: 2d6
Resultado: 10(+6)=16 [6, 4]
Tirada oculta
Motivo: Agudeza
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+3)=10 [2, 5]
Información exclusiva para Fardhinn.
Notas, por su modo de hablar, que la elfa está herida.
Información exclusiva para Militsa.
Había echado la vista atrás instintivamente para indicar a Militsa que se cubriera ante posibles ataques, mas quedé extrañado al no verla.
Bajo el arco y extiendo una mano en alto con la palma abierta, para tratar de parecer menos hostil.
—¡Tranquila! No tenemos malas intenciones... —respondo a la elfa sin tener aún claro lo que mi compañera pretende hacer.
—Mi nombre es Fardhinn. Ella es Skadi. Viajamos al sur y nos ha sorprendido ver esta gran pira, nada más —digo con la esperanza de calmar los ánimos de mi compañera, mientras me sigo acercando con cautela—. Estáis herida. ¿Necesitáis ayuda?
Aguardo inmóvil ante las palabras de mis compañeros e intento prestar mayor atención a lo que dice la viajera.
Por sus palabras corroboro mi sospecha de que aún no fui vista y además agudizo mi oído porque puedo percibir algo más...algo a la hora de hablar
Fardhinn da unos pasos hacia la bandida mientras Militsa permanece agachada y en silencio tras una roca. La elfa escucha a Fardhinn sin dejar de observar a Skadi; parece no fiarse a pesar de las palabras del cazador. Muy despacio, y sin poder contener un gesto de dolor, se inclina para recoger con cuidado una larga lanza del suelo. Tras alzarla con orgullo se apoya en ella a modo de bastón. La lanza tiene en su extremo una harapienta oriflama de color rojo, con un gran sol dorado bordado en su centro.
Militsa no ve todo esto, pues está agazapada tras la roca.
- Fardhinn, veo tus intenciones y las de tu compañera. Veo que no sois de fiar. El altar y nuestras heridas no os atañen. Mi nombre es Sarïf, y mi noble Señor es Zeläj Deserïk, Barón de Anodiras y heredero de Arekenta. ¡Mostrad respeto por el Señor de estas tierras! ¡Dejad las armas y no teñiré esta nieve con vuestra sangre!
Por lo que oyes, por sus palabras y su forma de respirar, sabes que está herida de gravedad. Podrías atenderla y salvarla, posees los conocimientos y en tu bolsa llevas las herramientas y las hierbas necesarias.
Tuerzo el gesto un instante. No me gusta nada el cariz que está tomando la cosa. Y más aún me molesta el hecho de tener que hablar para salir de ésta sin luchar.
—¿Quién lo es en estos tiempos, mi señora? —respondo a la primera aseveración de la elfa—. Por supuesto que no nos atañen vuestras heridas ni... vuestro altar. Como digo estamos viajando al sur, y debido a lo peligroso del viaje creo que es normal llevar las armas cerca por precaución.
—Señor —digo sin saber muy bien como dirigirme al supuesto heredero de Arekenta, al tiempo que escenifico una torpe reverencia—. Disculpad mi osadía. No soy de aquí y me han enseñado a mostrar respeto a noble y vagabundo por igual. Hablo por mí cuando digo que en ningún momento he tenido intención de dañaros. He bajado mi arco y prometo no usarlo, a no ser que me sienta amenazado.
Me detengo a unos metros de Skadi y otros tantos de la elfa. Y quedo atento a la reacción de ambas, echando alguna que otra fugaz mirada hacia atrás.
Me mantengo inmóvil en el sitio dejando que sea Fardhinn quien hable con los desconocidos, las palabras nunca han sido mi fuerte, pero no guardo mi arma aunque tampoco me pongo en posición de combate. Tan solo les observo con el filo de mi espada apoyado sobre mi hombro. No tengo intención de rendir pleitesía, más cuando sus palabras terminan en una amenaza.
—No pienso desarmarme ante nadie —sentencio alzando la voz. Para luego dirigirme a mi compañero —. Si quieren dejarnos marchar sin combatir, así sea, pero no me doblegaré ante el señor de una pira y heredero de unas ruinas heladas.
Y acto seguido escupo hacia un lado con desprecio. Nunca había mostrado respeto por nadie que no se lo hubiese ganado anteriormente. Esta ocasión no sería la primera.
Necesito que hagas una tirada de Presencia.
Motivo: Presencia
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+1)=8 [6, 1]
Pufff, ni tan mal. XD. Si es que el pibe no está hecho para esto.
Las palabras de Fardhinn, aunque cargadas de su mejor intención, no son suficientes para restar tensión al encuentro, mucho menos cuando Skadi interviene. Por un momento el Barón incluso parece sonreír, pero su expresión se transforma rápidamente en decepción, enfado o algo peor. Está claro que ya no hay vuelta atrás ni salida posible sin derramar sangre. Sin pronunciar palabra Zeläj Deserïk hace un sencillo gesto de cabeza a su fiel y leal compañera de armadura, la cual parecía estar conteniéndose hasta este momento.
Militsa sigue escondida y sin ver lo que pasa.
- Sea pues.
Motivo: Ataque AA
Tirada: 2d6
Dificultad: 15+
Resultado: 6(+9)=15 (Exito) [2, 4]
Motivo: Daño -Absorción
Tirada: 2d6
Resultado: 6(-2)=4 [5, 1]
A pesar de su herida, la elfa de gruesa armadura hace un rápido y preciso gesto, y dejando entrever su satisfacción por el permiso que acaba de recibir por parte de su señor, empuña el estandarte y lo lanza certeramente hacia Skadi, alcanzándola. Skadi reacciona cargando contra ella, al tiempo que ésta desenvaina su espada para recibirla.
Skadi, recibes 4 Heridas. Ya las he puesto en tu ficha.
Empieza el combate.
El ritmo es: Skadi-Sarïf-Skadi-Sarïf... (Fardhinn y Militsa podéis intervenir, pero en segundo plano).
Skadi, tu primera acción para entrar cuerpo a cuerpo es acercarte a Sarïf, luego ella desenvainará su espada y luego te volverá a tocar. En otras palabras, es tu turno.
Defensa de Sarïf: 12. Absorción 4.
Recuerdo que gastanto 1 punto de Cansancio se puede aumentar el resultado de una tirada en 1, tantas veces como se quiera.
Fardhinn y Militsa, mientras tanto, ¿qué hacéis? No marquéis a Skadi en vuestros posts, pues está concentrada en el combate.
Sabes que el combate acaba de empezar. Al estar agazapada y escondida no ves nada, sólo oyes. Momentos después de las palabras de la elfa oyes un ruido sordo, un impacto.
Empieza el combate.
El ritmo es: Skadi-Sarïf-Skadi-Sarïf... (Fardhinn y Militsa podéis intervenir, pero en segundo plano).
Militsa, mientras tanto, ¿qué haces? No marques a Skadi en tus posts, pues está concentrada en el combate.
La situación está bastante complicada, y gracias a las palabras de Skadi sólo va a peor, el combate acaba de comenzar.
Tomo la decisión de arrastrarme tratando de bordear, todo lo posible, la escena de lucha. En un momento en el que Fardhinn me observa, le hago un pequeño gesto indicándole mi intención de acercarme al Señor de las tierras y que me guarde las espaldas.
Cuando me encuentro lo suficientemente lejos de la batalla pero lo bastante cerca del Señor, me incorporo y con una larga reverencia muestro mis respetos.
-Señor Zeläj Deserïk, quiero mostrar mis respetos ante su noble presencia- con la ayuda de mi bastón me yergo y entreabriendo mi capa muestro mis ropas -Como verá no poseo arma alguna que pueda temer, permítame que trate de enmendar el grandísimo error que ha cometido mi compañera de viaje, ninguno de los dos tiene intención alguna de atacarlo a usted o a su escolta. Ambos han estado siempre en territorio hostil, donde el respeto lo marca la sangre que derrame su arma. Valore mis palabras y acéptelas como disculpa por mis toscos compañeros. Si a mi Señor no le fuese suficiente prueba de respeto, podría ofrecerle servirle de gran ayuda- hago una pausa para colocarme la capa y mirarlo fijamente a los ojos - Poseo tanta experiencia en la curación, que tan sólo con escuchar las palabras de su acompañante, he advertido de la forzosa respiración que le causa la herida que padece. Podría curarla-
Haz una tirada de Presencia+Embaucar. La dificultad es alta: 15.
Te recuerdo que puedes gastar Cansancio para aumentar el resultado.
Motivo: Embaucar al Señor
Tirada: 2d6
Dificultad: 15+
Resultado: 6(+9)=15 (Exito) [2, 4]
ufff por los pelos!!!!!!
Tras comprender la idea de Militsa, niego con la cabeza para tratar sin éxito de disuadirla. No quiero que se exponga al peligro, pero nada puedo hacer para detenerla.
Mientras ella se acerca bordeando el área del combate, intento llamar la atención de los implicados y el Barón, tanto para darle tiempo a Militsa como para intentar detener el combate.
—¡Parad! —bramo mientras me acerco un poco más, bordeando el campo de batalla por el lado opuesto al de la curandera—. Mi señor, por favor detened este sinsentido.