Partida Rol por web

Después de destruir al guerrero guardo la espada y me quedo mirando mis manos.

No puedo creer que haya matado a alguien, aunque sea malvado.

Después miro al guerrero caido en combate, le cierro los párpados y rezo para que su alma descanse en paz. Cuando estoy terminando de rezar escucho la llamada de Emily.

Descansa en paz guerrero, no se puede negar que has sido un bravo guerrero o...un necio.

Una vez finalizadas las oraciones me acerco a Emily y es entonces cuando veo los dragones de colores.

Que divertidos, si hubierán más así podrian hacer un arco iris.

Entonces entiendo la situación, me acerco a Emily y hablo en voz más baja.

¿Qué hay que hacer?

Me giro hacia Matth, y le sonrío tirstemente.

-Sí, sólo estoy triste porque la dragona ha muerto, y lo sabía. Me ha dicho que cuidara de sus huevos, que ahora son dragones y...no sé que hacer. - lo observo atentamente, para ver qué tal se encuentra - Y tú, ¿estás bien? Ese bandido te dió un buen golpe...

Cuando Edgar se acerca, le señalo con cuidado a los dragones, que para nada se parecen.

-Pues...no sé muy bien lo que hay que hacer. La dragona no me dejó ninguna clase de indicación, pero el rojo parece muy avispado...me ha llamado mamá, y no creo que sea buena idea decirle toda la verdad...Aunque Scricky se lo ha dicho de forma bastante directa la verdad. Ay, amigo mío, a ver cuándo aprendes a tratar a los bebés...o le voy a decir a la cría de dragón que tú vas a ser su guardaespaldas - Sonriendo por la ocurrencia, me empiezo a preocupar... - ¿Y qué les vamos a dar de comer?¡No tengo ni idea de qué pueden comer! Le he lanzado algo de comida de la ardilla, pero no le ha hecho ni caso...como sean carnívoros la llevamos clara, que aquí no veo muchos conejos ni nada que se le parezca...

Me encojo de hombros y me acerco hacia el dragón azul, al que cojo en brazos con cuidado, sintiendo su peso y sus escamas aún blandas

-Yo estoy bien Emily…pero creo que deberíamos llevarnos a los dragones y buscar un sitio en el que descansar…esta pelea nos ha afectado a todos- miro a los demás, al cadaver del guerrero y al de la dragona.

-Sí, tienes razón, Matth. Como casi siempre...- con un suspiro de resignación, cojo al otro dragón en brazos, con cuidado de que no haga nada extraño, y me levanto. - Scricky, hazte a un lado, que no creo que a este dragón tan avispado le dé por estarse quieto todo el día.

Claro, ahora a saber dónde deberíamos descansar...yo hace tiempo que perdí el rumbo de la posada, y quizás esté demasiado lejos...

Observo como mis compañeros tratan a los pequeños dragones con mucho cuidado.

Si llegamos a alguna posada tendrán comida, allí podremos descansar pero debemos esconder a los dragones. No nos podemos arriesgar a que haya más gente como esos mercenarios.

Miro hacia Dafne.

Tú sabes hacia donde tenemos que ir, ¿verdad?.

El dragoncito azul suelta un bufido cuando Mathew lo coge en brazos, pero en seguida vuelve a dormirse quedandose inmovil. El rojo da un par de vueltas a la bellota antes de darle un golpecito con la pata haciendola rodar. Luego mira a Emily como si no entendiera lo que debia hacer con aquel extraño y pequeño objeto marron.

La ardilla continua haciendo ruiditos sobre el hombro de la chica.

Crickciskkryk! Rikirycksiiick?

Guardaespaldas de un dragon! Oye, pues suena bien. Tu crees que haran armas para ardillas? Yo quiero llevar una espada y un escudo! Por cierto, parece que no le van mucho las bellotas, podrias recogerla antes de que la eche a perder.

La pregunta de Edgar hace que te preguntes si realmente sabes hacia donde hay que ir. No tardas en descubrir que asi es. Para ti es tan claro que hay que seguir el camino hacia el norte como que despues del dia llega la noche.

Tambien sabes que Math esta jugando con cosas con las que no deberia ya que pueden ser peligrosas, tanto para el como para vosotros.

-Pues no, no parece que le guste...ya podrías recoger tú la bellota, que para algo es tu comida...Además, no creo que puedas encontrar armaduras de tu tamaño, aunque quién sabe, este sitio es muy raro...Y si no siempre puedes lanzarles bellotas, seguro que los irritas tanto como al pobre Matth.- con cuidado de no tirar a nadie, me agacho y la recojo, guardándola en la bolsa.

-La idea no es mala, Edgar. Pero, ¿cuánto nos falta para llegar a la posada? La dragona me dijo que crecían muy rápido, y cuanto mayor crecimiento, mayor energía necesita un organismo...

Empezando a imaginarme a los dragones pidiendo comida a todas horas, llego a la conclusión de que quizás deba preguntarles a ellos directamente. Y como el azul está dormido en brazos de Matth, pues...

Me agacho para quedar a la altura del dragón rojizo.

-Oye, pequeñín...¿qué te gusta para comer?¿Tienes hambre? Porque me lo tendréis que decir antes de que no podamos hacer nada...

Ante la pregunta de Edgar, Dafne se cuestiona si de verdad sabe hacia dónde ir pero la respuesta era muy clara para ella.

- Debemos ir hacia el norte.- dice con determinación y aprovechando que Emily y Matt están con los dragones se acercó a Edgar para susurrarle algo al oído.- Oye Edgar cuando tengo que decirte algo, pero ahora no puedo y temo que pueda ocurrir algo malo...- miró disimuladamente a Matt para que Edgar se diera cuenta, al menos un poco, de lo que hablaba.

El dragoncito gira la cabeza ante la pregunta de Emily como si no entendiera nada.

Raaaaaaurgh!

Despues da un pequeño saltito y mueve sus alas manteniendose unos segundos en el aire y cayendo de cabeza contra el suelo. Se levanta y vuelve a intentarlo, esta vez aguanta algo mas de tiempo en el aire y consigue aterrizar sobre sus patas.

El camino de tierra continua hacia el norte y Dafne asegura que hay que ir hacia alli.

El dragoncito gira la cabeza ante la pregunta de Emily como si no entendiera nada.

Comer pequeñin! Bellotas Math! Ruaaargh!

De detras de unas rocas aparece alguien que se va acercando a vosotros. Cuando esta suficientemente cerca lo reconoceis como el chico que vino con vosotros a este mundo. El chico va cargando con una gran hacha apoyada en su hombro y su vestimenta esta llena de cortes, desgarros y sangre. A unos pasos tras el, una mujer de unos 30 años ataviada con un traje negro ajustado y una capucha y capa granates tambien avanza hacia donde os encontrais. Ella no parece llevar armas.

Alertada ante la respuesta del dragón, ni siquiera me doy cuenta de que se nos acercan dos personas.

-¿Quéeee?¡Ah, no!¡De eso nada! Mira, pequeñajo, te voy a enseñar a comer bien. - Señalo a Scricky con un dedo - Él es amigo, compañero, ¡no comida! Comida es...mmm - me esfuerzo en pensar cómo explicarle la diferencia, pero como no se me ocurre nada ingenioso...- Comida es una chuleta, por ejemplo. Carne cocinada. Igual que tú no eres comida, ni yo tampoco. ¡Ya sé! Mira, dragón, yo te daré la comida si me prometes que me vas a hacer caso en ese tema, ¿vale?

A saber de dónde saco yo ahora comida... Abatida, me imagino a un mini-dragón hambriento lanzarse sobre la ardilla y me dan ganas de ponerme a gritar. ¿Cuánto faltará para la taberna del viejo?

Asiento con la cabeza ante el comentario de Dafne.

¿Habrá notado ella también algo?. Seguramente, con lo perceptiva que es.

Cuando unos individuos salen detrás de las rocas dudo sobre desenvainar la espada o no.

Si lo hago parecerá una amenaza.

Al acercarse más distingo una figura conocida.

Vaya, vaya, parece que has logrado hacerte con una gran hacha y otros amigos.

Miro a Jose, desconfiando de él

-¿de dónde sales?

- Del shopping que está aquí cerca... - Que pedazo de pregunta, todo un periodista... - Veo que ustedes han echo lo propio - Haciendo un repaso por lo que portan ahroa cada uno. - Pero no estoy aquí para dialogar mucho. Creo que vamos para el mismo lado, el Norte. ¿No es así? - Ahora esperando una respuesta precisa de todos.

La chica se acerca a vosotros y hace una inclinacion con la cabeza antes de presentarse.

Mi nombre es Mailen. En resumidas cuentas, mi mundo esta en peligro por vuestra culpa. Debeis acompañarme ante el emperador, el sabra que hacer.

El dragoncito rojo sigue mirando a Emily como si no entendiera de que va el asunto, mientras que su hermano continua durmiendo en los brazos de Mathew.

-¿Qué está en peligro por quién? - resoplo disgustada, incrédula. Osea que encima que nos trae aquí un viejo y nos deja solos, ahora encima toca aguantar a una que viene a criticar. Esto es el colmo.. - No sé por qué tendría que ir a ver a alguien que no conozco sin razón alguna.

Asqueada, decido volver a prestarle atención al pequeñajo, aunque no parece que esto vaya a llevar a algún lado. Así que teniendo en cuenta que es un como un bebé humano, mucho berrear y poco entender, le hablo claro.

- Vamos a ver. Yooo - me señalo - soy Emily, Emily, ¿vale? Yo te doy comida, pero tú tendrás que esperar. Quietecito y me tienes que hacer caso.

Para indicarle esto último, señalo al suelo. Me siento como una tonta intentando hablarle a las paredes...aunque antes hacía más la tonta al hablarle a la ardilla cuando no la entendía, así que no parece tan raro.

Dafne saluda a los dos muchachos con una gran sonrisa.

- Por fin estamos todos reunidos, mi nombre es Dafne.- se presenta a la muchacha.- Vamonos hacia el norte y en la posada, mientras descansamos, pensamos en lo que hacer ¿no?