Partida Rol por web

Miro hacia los lados sujetando el báculo

-Lo que quiera que sea recibirá una bola de fuego por mi parte…Edgar, vigila el lado opuesto al mío

Estoy atento, mientras me preparo para atacar a cualquier enemigo.

-Espera, Matth, primero habrá que ver si resulta una amenaza...quizás sólo sea un animal intentando cazar a otro...

Aún con el alma en los pies, me acerco a mis compañeros, no creo que sea buena idea estar separados en el bosque. Además...

-¡Gracias, Dafne!¡Las has encontrado!Ahora podré aprender el hechizo...- digo contenta, me encantaría entender a la ardilla...

Desenvaino mi espada con mis dos manos y me preparo para un posible ataque.

Más vale que te avise, si Dafne está en peligro no dudaré en correr para ayudarla.

Más nos vale a todos que Matth no falle al lanzar las bolas de fuego o podria resultar alguien herido.

Emily guarda las flores amarillas que Dafne encontro y cogio poniendo su vida en peligro sin saberlo.

El camino todavia transcurre un rato con total normalidad por medio del bosque. Pasado un tiempo podeis observar como, a lo lejos, los arboles dan paso a una enorme explanada. Alli observais algo en movimiento, pero todavia esta demasiado lejos como para distinguir de que se trata.

Paseo tranquila, sumida en mis pensamientos.

Podría tomarme la poción ahora...porque si tardo mucho, quizás la leche o algún otro ingrediente se eche a perder, y no pienso tomarme una leche agria. Además, quizás dentro de poco estemos ocupados y no tenga tiempo...Por otra parte, hasta que no me la tome el libro no me va a indicar cómo conseguir el otro, y también me gustaría conseguirlo, aunque tarde mucho tiempo en lograrlo.

Con una mueca de repulsión al imaginarme lo malo que tiene que estar todo mezclado, sigo las instrucciones del libro y me lo trago todo, intentando no atragantarme con la mezcla.

Mezclas todos los ingredientes de los frascos recogidos en casa de Moggur y te los bebes de un trago. El brevaje es ligeramente amargo, pero su sabor no es desagradable del todo. Cuando te lo terminas no notas nada distinto en tu ser y empiezas a pensar que no ha funcionado.

De pronto, de dentro de tu bolsa sale una aguda vocecilla.

Humanaaaaa!!! Sacame de aqui! Quiero ver que esta ocurriendo!!!

Emily mezcla el contenido de los frascos de casa de Moggur y las flores recogidas formando un liquido verdoso que se bebe de un trago. Al parecer no le afecta para nada.

Seguis caminando hacia el exterior del bosque mientras que los unicos sonidos que se oyen son los provocados por la ardilla dentro de la bolsa de Emily.

Se me escapa un hipido por el amargo brebaje, y en unos segundos muestro una cara de sorpresa. Estupefacta, cojo a la ardilla de la bolsa y me la subo al hombro, donde la suelo llevar siempre.

-Eres una ardilla muy curiosa, ¿lo sabías?

Con una sonrisa, guardo la bolsa donde tenía todos los ingredientes, ahora vacía, en la mochila.

La ardilla ladea la cabeza cuando la coges y le dices lo curiosa que es.

Mhm? Estoooo, acabas de entender lo que he dicho o solo ha sido casualidad? Porque normalmente no aciertas una, hija!... Bueno, probaremos con algo. Mmmmmmm... vale, si me entiendes salta a la pata coja!

-¿Qué?¡No voy a saltar a la pata coja sólo para que veas que te entiendo! Además, si salto te vas a caer...y desde mi hombro está alto para tí.

Pensando en una idea, giro el hombro hasta que mi boca queda justo al lado de la cabeza de la ardilla, para que sólo me oiga ella.

-Por cierto, me tienes que contar por qué le tienes tanta manía a Matth, y por qué le tiras las bellotas...

El pequeño animalillo levanta los brazos y parece sonreir.

Me entiendes! Que fuerte! Menos mal, porque estoy mas perdido que un conejo en un desierto!!! Habria estado bien lo de la pata coja, pero que le vamos a hacer. Oye, donde me has traido? Y quien era el viejo de ayer? Y estos que te acompañan? A Math ya lo conozco, pero los otros no me suenan de nada!

No es que le tenga mania, pero no me negaras que no es divertido tirarle bellotas! Has probado a tirarle tu alguna? Por cierto, me llamo Skiiickrikirkichuky, pero me puedes llamar Scricky.

Dicho esto se pasea por tu hombro, rodea tu cuello y aparece en el otro lado de tu cabeza. Luego empieza a lavarse la cara con la patita.

Emily se pone de repente a hablar con la ardilla mientras esta se pasea por sus hombros.

Cada paso que dais os acerca mas al exterior del bosque. Ahora ya podeis distinguir algo mas de lo que visteis antes. Dos o tres tipos parecen estar en medio de una batalla contra un ser parecido a un dragon, pero de un tamaño bastante mas pequeño de lo que estais acostumbrados a ver en las peliculas, siendo mas o menos como el doble de grande que una vaca.

-Vaya nombre más difícil de pronunciar que tienes, ¿no? Scricky, de acuerdo, ya sé cómo llamarte. Y...no, no voy a tirarle bellotas al pobre Math, que es mi amigo, no voy a ir por ahí lanzándole cosas.

Mientras sigo hablando con la ardilla, y empiezo a reírme de las cosquillas que me hace la ardilla al pasearse. Voy a decírselo y a contestarle a las preguntas que me ha hecho cuando veo cerca a unos hombres peleándose contra un...¿dragón?

Pero dónde me he metido...primero insectos gigantes, luego una casa que desaparece misteriosamente...y ahora un animal que se parece a un animal mítico.

Con un suspiro de exasperación corro hacia el lugar mientras vuelvo a sacar el bastón.

-Las preguntas para después, Scricky. Ahora vamos a ver qué ha pasado.

Vuelvo a envainar mi espada cuando compruebo que no hay peligro.

Falsa alarma.

Después veo como Emily hace un brebaje con mala pinta y se empieza a beberlo.

No bebería nada con tan mala pinta a no ser que dependiera mi vida de ello.

Después observo como los efectos de la bebida es hablar con la pequeña ardilla y niego con la cabeza.

No, definitivamente no compensa.

Ignoro la conversación de Emily con la ardilla mientras avanzamos, aún empuño el bastón, y estoy concentrado para reaccionar ante una posible emboscada

-¿Qué es ese ruido?

Al salir del bosque vemos a unos hombres luchando contra un ser parecido a un dragón enano "¿Serán hombres del Emperador?"

Scricky asiente cuando Emily le habla y en un segundo acaba de nuevo dentro de la mochila que transporta la chica.Acabais saliendo del bosque.

El paisaje cambia radicalmente de la densa vegetacion del bosque a la arida superficie de un desierto. Apenas se ven algunos arboles por los alrededores. A unos veinte o treinta metros veis ya con mas claridad a un par de hombres luchando contra un dragon que no deja de lanzar zarpazos contra sus agresores.

Dafne mira el paisaje con un poco de prisa ya que la pelea le llama más la atención que dicho paisaje desértico.

- Pobrecitos, ¿los ayudamos?

Mientras nos acercamos hacia donde están peleando, miro a Scricky, contenta de que se meta en la mochila, estando así protegido. Cuando mi atención se vuelve a concentrar en la pelea, veo cómo dos hombres pelean contra el dragón, éste lanzándoles zarpazos. Un poco impotente, me pregunto por qué pelearán contra el dragón, o por qué éste los ataca. Lo que no tolero es la violencia gratuita, así que desde mi posición, lo suficientemente alejada como para estas a salvo, les grito:

-¡Oye!¿Y vosotros por qué estáis peleando contra un dragón? Donde yo vivo no hay seres así, deberíais respetarlo un poco - y no dejando pasar la oportunidad, también le grito al dragón, al cual miro fascinada, todo sea dicho de paso - ¿Y tú por qué les atacas? La violencia nunca soluciona nada...al menos nada permanentemente. La violencia siempre atrae más, por lo que hay que evitarla siempre que sea posible. Y aquí, en medio de la nada, no creo que tengáis demasiadas razones para pelearos como unos críos.

Me cruzo de brazos, esperando que reflexionen un poco...seguramente no me hayan ni escuchado, pero tampoco es plan de quedarse mirando.

Veo delante de mí un dragón mitolígico, y lo único que se me ocurre es aleccionarlos, parezco tonta.

Tu atencion se centra unicamente en la batalla que esta teniendo lugar mas adelante mientras Dafne pregunta si seria bueno ayudar a esta gente. Cuando les gritas, los hombres giran durante una centesima de segundo su mirada hacia donde os encontrais para acto seguido continuar con su objetivo.