Partida Rol por web

Bueno, si será este nene... Ahora todos de nuevo "reunidos" en un mismo lugar, esperando que el cantinero nos de cobijo y una boca cerrada. Me quedo pensando en las palabras de Edgar y Matthew, evidencias, esas cosas sobran hoy en día. Pero decido quedarme callado, no es el lugar indicado para hablar de ello y menos con lo histérico que se podría llegar a poner.

Me limito ahora a esperar que terminen de juntar el dinero y ver donde está el reducto, pero no pierdo momento para seguir estudiando la reacción de todos los que allí se encuentran, cual de ellos podría delatarnos por un poco de licor o algo similar.

La ardilla que en estos momentos se encontraba sobre el hombro de Emily se da la vuelta y se vuelve al interior de la mochila a dormir. Al final parece que la tension va desapareciendo, o al menos reduciendo. Jose Maria sigue ojo avizor buscando a alguien que pudiera delataros, aunque cada una de las personas que alli se encuentras parecen estar mas centradas en sus cosas que en lo que hagan cinco desconocidos.

Dafne reune el dinero suficiente para pagar al posadero y se lo da. El hombre sonrie y se lo guarda inmediatamente en una bolsita que lleva colgada del cinturon.

Bien, cuando esteis listos os llevare hasta alli. Eso si, una vez dentro no podreis salir hasta que vuelva a salir el sol. No quiero que os vean y la paguen conmigo. Estais todos de acuerdo.

Bueno, eso no supone un inconveniente para nosotros, cierto? Si quieres ir hasta donde te dije lo mejor seria hacerlo ahora o en mitad de la noche, mientras todos duermen. Asi podiras llevarte a los dragones con facilidad y nadie intentara convencerte de que te quedes.

Cuando Dafne entrega el dinero al tabernero me invade un pequeño sentimiento rácano.

Como sigamos así vamos a acabar puliéndonos todo el dinero, después de esto debemos encontrar una manera de ganar dinero.

Yo estoy listo.

Respondo ante el comentario del tabernero.

Espero que no nos delate.

Dafne sonrie y acepta las condiciones del tabernero.

- Lista Uff eso ha sido demasiado efusivo...

Finalmente me convenzo de que nadie podría delatarnos, salvo el posadero obviamente y aciento a las palabras del posadero, dando a entender que estaba listo, pero se me cruza un pensamiento en la cabeza. Me dejé a los dos hermanos hablando solos en la habitación. Voy en búsqueda de ambos para contarles lo que tenemos que hacer y ver de que entiendan de que hay que hacerlo.

Finalmente accedo a entrar al refugio con todos, aunque no creo que vaya a dormir mucho...Y por si acaso deberíamos establecer turnos de vigilancia. De momento no digo nada para no contrariar al tabernero, pero la idea no se me va a escapar, y pienso proponérselo al resto.

-Bien, entonces vayamos.

Como siempre, me aseguro de que los tres polizones de mi bolsa estén bien escondidos e invisibles, y me acerco al resto para ir al refugio.

Despues de pensaroslo un rato decidis hacer caso del consejo de Dafne y esconderos todos en el lugar indicado por el posadero. Jose Maria sube unos momentos para bajar en seguida con Mailen y Lamien que traen gesto serio. Seguis al barman a traves de un pequeño pasillo hasta que llegais hasta lo que parece ser la habitacion privada del dueño de la posada. Este se agacha y aparta una vieja alfombra deshilachada que muestra una trampilla de madera.

Bien, aqui la teneis. No os asusteis por el aspecto que tenga desde aqui fuera. Por dentro es mejor de lo que parece. Cuando querais podeis ir pasando. Eso si, os pido que no hagais mucho ruido por dos motivos y hableis bajito. Uno es que si alguien os busca podria oiros y el otro y mas importante es que yo duermo justo sobre vuestras cabezas y me cuesta conciliar el sueño, asi que me gusta el silencio. De acuerdo?

El hombre habre la trampilla y unas escaleras que bajan quedan visibles para todos.

Miro hacia la trampilla y bajo con gesto resuelto, empuñando el báculo ante mí, solo por precaución.

Sigo al posadero confiado mientras nos lleva hasta su escondite.

No gana nada si nos traiciona, no creo que saliera bien parado como para disfrutar de ello.

Cuando Matth baja por la trampilla yo bajo detrás de él.

Estaba pensando que me parece que soy el único que no puede curar a los demás, cuando haya peligro puedo hacer de tanque para distraer a los enemigos. Así vosotros tendréis tiempo para preparar vuestros hechizos devastadores y protegerme cuando me veais débil.

Más vale tener claro los planes de una batalla antes de que sea iniciada y no perder tiempo en ello en el fragor de la lucha.

Entro detrás de Math, aunque sin confiar en el posadero, y con cuidado de no bambolear demasiado la bolsa para no molestar a nadie. El bastón lo llevo, cómo no, atado a la mochila, pero siempre a mano por si surge cualquier cosa.

-Sí, pero sería de más ayuda el evitar cualquier tipo de heridas. No hace falta que te lances contra alguien para evitar que el resto salga herido. Es más...simplemente con que evites que los que luchan con espada nos ataquen siempre a los que atacamos de lejos, sobra.

Le contesto a Edgar con educación, aunque aún estoy bastante enfadada con él.

El escondite es el mismo que seguro todos nosotros hemos visto en muchísimas películas, es más, yo si tuviera que buscar a alguien sería el primer lugar donde buscaría. Dejo que todos entren y bajo de último, desconfiando ya de la situación donde ahora estamos metidos.

Dafne es la última en entrar pero no le importa, al fin ha conseguido que todos estén reunidos y seguros.

- Tengo bastante sueño, por lo que si queréis algo o me lo decís mañana o me despertáis. Cuando sea mi turno de vigilancia estará al cien por cien, pero para ello debo dormir ya.- se duerme dónde puede.

La estancia es muy distinta a lo que parecia desde fuera despues de bajar casi dos metros de escaleras. Es casi como si fuera un piso inferior, con habitaciones y una pequeña salita con una mesa y varias sillas. En las habitaciones hay suficientes camas para diez personas. Dafne se dirige a una de ellas y cae en un profundo sueño.

Me siento en una d las sillas, mirando hacia la puerta

-Haré la primera guardia…así luego podré dormir tranquilo

-Bien, creo que deberíamos hacer las guardias de dos en dos, porque con diez que somos...son suficientes cinco.

Lo que prefiero no decir en voz alta es que no me fío del nuevo ni de la mujer para que la hagan solos, pero de todas formas siguen siendo suficientes, así que tampoco creo que me digan nada.

Pongo a los dragones y a la ardilla acomodados en una cama, y me siento en la misma.

-Vale, yo haré también la primera, porque no estoy cansada, y no me fío del posadero, como dije. Buenas noches al resto.

- Yo pienso que es hora de que aclaremos mejor las cosas, que mejor momento que este para que sin levantar la voz, sepamos todos lo que los demás sabemos. - Miro a todos con un tono seguro de mis palabras, esperando que confíen en lo que digo. - Prometo responder todo lo que me pregunten y espero lo mismo de su parte. Pero a estas alturas si no podemos confiar en los que estamos aquí, que nos queda. - No reparo en nadie en especial al decir esto, dado que lo dirigo a todos los que aquí estamos.

Cuando se decide el primer turno de vigilancia me dirijo hacía la cama más cercana y me siento en ella.

¿Qué hago?, yo no tengo sueño todavía.

José María comenta que le podemos hacer las preguntas que queramos y yo extrañado miro al resto de mis compañeros.

Yo tampoco tengo problemas en responder preguntas pero no tengo ninguna pregunta que hacerle.

-Yo tampoco tengo demasiado que preguntar. Sé lo que quiero hacer, y el cómo...pues ya se verá, pero por el momento es suficiente con continuar el camino. Y confiar sin reservas en el resto es algo complidado, aún más cuando acabamos de conocernos. En Math confío, y en Dafne también. En Edgar...confiaba hasta hace poco, pero empiezo a cambiar de idea...Pero no puedes pedirnos que confiemos en el resto cuando aún no sabemos qué os mueve a lo que hacéis, lo que podemos esperar de vosotros, etc.

- ¿Y entonces que esperas para hacer las preguntas? - Que más agregar que eso.