Partida Rol por web

Aquellos malditos Goblin aún no nos habías visto. Pero yo era un Gnomo de ataque cuerpo a cuerpo. Poco a poco me acerque en silencio a ellos intentandome ocultar entre las sombras de los arboles

Jarlan aprovecha que se ha movido con sigilo y se coloca junto a Colmillo en posición cercana para caer sobre los goblins.

Valytria se acercó a los goblins sigilosamente mientras desefundaba la cimitarra.

- Horrendas criaturas, están torturando a la pobre ave... no podemos permitirlo...

Espero a que todos sus compañeros estuvieran en posición, y una vez estaban todos listos los miró, con una sonrisa lobuna en su cara, y su cimitarra empezó a brilla con un azul intenso. Acto seguido se lanzó contra el goblin que tenía frente a ella gritando:

- ¡Que la luz de Sarenrae te purifique!

Valytria avanza con una gracia y ferocidad sobrehumanas, con su arma brillando con fulgor azulado y golpea hiriendo gravemente a uno de los goblins, que permanece en pie a duras penas.

Mientras algunos de vosotros os posicionais cerca ...

Valytria sintió como su cimitarra atravesaba la piel del goblin y sonrió con satisfacción. Acto seguido empezó a mover sus pies de un lado a otro, primero despacio, y luego cada vez más rápido. A los pocos segundos era evidente que estaba bailando, ejecutando una especie de danza frenética, la cual parecía aumentar la velocidad y precisión de sus ataques.

Otra vez atacó al goblin con su cimitarra, la cual nuevamente desprendía ese extraño brillo azulado.

Benito y Valytria se habían lanzado a por los malvados goblins. La tortura que hacían de los animales les delataba como los monstruos antinaturales que eran. Marissa les siguió, recuperando su arma que había dejado caer para conjurar. ¡Harían una fila de combate y los goblins se estrellarían contra sus escudos y su fervor sagrado!

—¡Vamos, compañeros pathfinders, a por ellos! —esperando que sus exhortaciones no quedaran demasiado genéricas, apretó más fuerte la empuñadura de su arma. 

Al ver a Valytria abalanzarse contra uno de los Goblin me acerque al más cercano a mi para castigarlo con mi lanza
Sentid la ira de Irori

Valytria y el gnomo avanzan como ángeles vengadores, dejando a sus enemigos agonizantes o muertos tras sus ataques.

Un goblin se lanza a la carga contra Benito, pero lo alcanza las ramas bajas de los árboles, mientras una flecha lanzada por el goblin montado se incrusta en un tronco a dos metros de la danzante aasimar.

El goblin restante continua azuzando al ave.

Valytria se acercó al goblin que estaba maltratando al pobre ave mientras bailaba frenéticamente. Su danza era un deleite para los sentidos, sus movimientos, hermosos y gráciles, maravillaban a cualquiera que les prestase atención. Una vez se hubo puesto a su altura, soltó un tajo descendente con su cimitarra que volvió a destellar con ese extraño brillo azul. Sin embargo, esta vez no consiguió impactar.

Jarlan y colmillo avanzan rápidamente hacia el goblin hechicero, no querían darle tiempo a reaccionar pero sus ataques son bastante lamentables.

Compañeros, debemos dejar al menos uno vivo para que hable. Déjadme a este que intentó atacarme, le daré un golpe de mammoth que lo dejara tonto

Aperte un poco el arma de mi cuerpo para preparar mi próximo ataque. Concentre en mi pie derecho la fuerza del espíritu de Mamoth que siempre me acompañaba. Una vez inspirado intente asestar una patada contra el goblin que me intentaba atacar.

Los ataques de Valytria, Benito, Jarlan y Colmillo no consiguen impactar, pero si uno de los goblins cuando pasa el lobo a su lado.

Marissa se acercó al enemigo. Sus compañeros habían avanzado sin preocupaciones, abalanzándose sobre los goblins como si se creyeran inmortales o dueños de una información y poder abusivo y superior, nada podían hacer los pobres orejudos contra semejantes adalides procedentes de un reglamento superior. ¿Pobres?. ¡No, no eran pobres! Marissa tenía que recordar las costumbres goblinoides... lo que más les gustaba era matar e incendiar orfanatos y reían cuando otro ser sapiente sufría a manos de sus vilezas. 

Negando los susurros que rondaban su cabeza diciendo que pronto los goblins serían miembros productivos de la sociedad y que además siembre lo habrían sido, golpeó con su maza el cráneo del más cercano. —¡Te ayudo, Benito!   —exclamo. 

—Por los viejos tiempos —pensó. 

El goblin al que golpea Marissa cae como un tronco ante el hacha del leñador.

Parecía que ver aquellas especie de ave recibiendo golpes le había dejado petrificada, tardando en reaccionar incluso cuando sus compañeros comenzaron a atacar.

*¿Qué estás haciendo? ¡Nos atacan!*

Tras la advertencia, corrió hacia donde se encontraba el animal. Tan solo quedaban dos de los goblin en pie, y uno aparentaba tener un rango más alto que los que quedaban a su espalda, ya muertos en el suelo. 

Circe avanza, mientras Melcorian permanece atrás dubitativo.

El enorme pájaro con pico de hacha se libera de la sustancia pegajosa que entorpecia su movimiento y ataca con saña al goblin más cercano, derribandolo y ensañandose con el cuerpo.

El goblin que queda, el jinete del lagarto, hace que su lagarto ataque a colmillo y retroceda, para disparar sobre el lobo, alcanzandole.

Valytria se acercó al jefe goblin mientras bailaba alegremente, alejándose primero de él y acercándose por un lateral para evitar que su lagarto pudiera atacarla. Una vez estuvo cerca de la criatura, su cimitarra volvió a refulgir con ese brillo azul y descargó un golpe con fuerza contra la horrible criatura.

No le mates, necesitamos uno vivo
Corri hacia el Goblin montado mientras Valytria le asestaba un gran golpe
Valytria, tengo una cuerda. Espero que siga vivo después de tu cimitarrazo. Debemos atarle y hacerle hablar