Partida Rol por web

El enano miro a Aaronvir sorprendido

- ¿Por si no podemos con ellos? ¿No los dirás por ese rasguño que me hicieron? Vamos, no creo que sean un problema para nosotros. Pero no estaría mal avisar a las autoridades -concedió el enano-.

-No creo que el alcalde os reciba... y si lo hace dirá que cada uno se pague su propia curación, que no tiene la culpa de la "suciedad y falta de higiene" de los pobres-.

Laurel habla como evocando un suceso pasado.

-Aunque si queréis hacerlo, podéis ir a la percha a ver que os dicen.- mueve la cabeza en dirección a la colinita donde se encuentran las viviendas nobles y el cuartel del consorcio maderero.

-Por cierto, os lo pregunto otra vez ¿Quienes sóis? ¿A quién representáis?.-

El enano asiente mirando hacia "la percha".

- Tendremos que intentarlo.

Mira a Laurel valorando todo lo que ha hecho.

- Te has ganado nuestra sinceridad. Pertenecemos de la Sociedad Pathfinder. Venimos a ponernos en contacto con la Reina ninfa Syntira del Valle de la Luna Oscura la plaga afecta a las hadas del Bosque. La sociedad cree que la extraña enfermedad se origina de una reliquia maldita conocida como "el Cuenco de Isandrea". Como imaginas esta información no vamos a dar al Consorcio, te rogaría discrección ... y ayuda si puedes ponernos en contacto con las hadas.

-Vaya, pensaba que la sociedad Pathfinder eran un puñado de robatumbas y metomentodos sin muchas luces, pero es evidente que tienen poderosos y nobles guerreros entre ellos.-

-Gracias por vuestra ayuda, voy a repartir los antídotos, suerte con nuestros "amados" gobernantes.-

Y se va. La veis entre las calles arrancando collares a los niños y metiéndoles el remedio por la garganta.

Deben de quedar un par de horas para anochecer, si queréis pillar a Vondrella tenéis como mucho media hora para avisar a quien sea.

Así que un mapa, piensa para si Valändil, debe indicar donde se ha originado todo esto.. o quizá un lugar donde tengan más de esas plantas. Lo mejor será investigarlo mas adelante.

-¿Nos ponemos en camino? Creo que necesitaremos mucha diplomacia con esos gobernantes.. no parecen demasiado "amables"

Saca del zurrón un trozo de carne y le da unos picotazos a su compañero mientras le agradece a Laurel su ayuda .

Viento miró de soslayo su amigo enano al ver que le contaba todo lo referente a ellos y a su sociedad ... SECRETA. Bueno, la alquimista parece una persona cabal, honesta e inteligente. Supongo que no hará nada que pueda perjudicar a ella o a los suyos... incluso a su comunidad. Pensó el elfo mientras volvía la vista hacia lo alto del pueblo y sus casas, donde vivia el dirigente.- Vamos, no perdamos más tiempo.- apresuró Aaronvir a sus compañeros.- Supongo que no coseguiremos nada, pero bastará para ponerlos en alerta si no volvemos.- El elfo se encogió de hombros y empezó a caminar hacia la cima de la colina.

- Pongamonos en camino Valandil, no tenemos mucho tiempo. Y ten cuidado con tu mascota, sabes que no es bien vista.

Volviendose al elfo, le pega un codazo en las costillas.

- ¿Quien ha dicho que no vamos a volver? Elfos, siempre tan lánguidos y tan pesimistas...

Sonrie, reflexionando sobre lo mucho que aprecia a sus compañeros.

- Vamos chicos -palmea el brazo de Lezort- quiero ver como funciona la democracia y los líderes andorianos.

Hablar con gobernantes hmmm, no me gusta mucho la idea- Pensaba lezort mientras limpiaba su espada de la sangre de esos maldecidos.

Está bien, marchemos esa bruja y yo tenemos una cuenta pendiente, está noche correra sangre

Os dirigís a la colina donde se encuentran todos los edificios importantes y las viviendas de los ricos.

Todo el lugar cuenta con su propia muralla, y antes de llegar tenéis que pasar por su puerta, en la que os espera una figura familiar.

Un corrillo de cuatro semiorcos que charlan y ríen se encuentra como guardia de las puertas que dan paso a la zona noble. Uno de ellos se da la vuelta y os mira con cara burlona.

-Vaya ¡Pero si son el bardo y sus amigos! ¿No te has quitado todavía ese asqueroso disfraz?.-

Era demasiado bonito... llegar hasta la casa del alcalde y convencerle de que nos ayudara a defender el pueblo que, a la postre, le hace a él rico. Pensó Viento mientras miraba a los brutos apostados en la puerta de la muralla interior.

Lo malo es que no tenían tiempo que perder y, más que posiblemente, tendrían otra pelea que acometer, así que no había ni tiempo ni ganas para broncas con los semiorcos.- Es que es pobre y no tiene mucha ropa de recambio.- Dijo antes de que contestara Välandil, para que centraran en él la atención y no en su compañero druida.- Bien, señores. Estamos buscando la casa del alcalde ¿Tendríais a bien decirnos donde vive?.- preguntó el elfo y los miró para que contestaran.

El semiorco sonríe enseñando todos los dientes.

-Claro, claro... puedo guiaros ante la gente que manda en esta ciudad, pero debéis saber que aquí en la zona noble no dejamos pasar a nadie armado. Si queréis pasar tendréis que dejar a mi amigo Brurkk todas las armas que midan más que un palmo.-

- No buscamos problemas, así que por mi parte no hay inconveniente en dejar las armas aquí.

Las intenciones del semiorco no te parecen muy claras...

El elfo miró al semiorco y forzó una sonrisa al oir lo de las armas. Se lo esperaba pero no le hacía gracia ir a ver a unos tipos que no conocía de nada sin ir armado.... y mucho menos dejar sus pertenecias a esos tipos.

Luego miró a sus compañeros y les dijo.- Creo que para ir a hablar con el que manda no hace falta que vayamos todos.- Dicho esto, se encogió de hombros y continuó.- Así que antes de dejarles las armas a... a estos buenos hombres, mejor se las dejamos a los dos que se queden ¿os parece?.- Concluyó Aaronvir mientras se quitaba los cintos que contenían sus pertenencias.

- Si no aparezco os lo pedís quedar todo.- Y tras dejar todo a los pies de sus amigos dió un paso en dirección a la puerta flanqueada por los semiorcos.

El enano se mueve hacia Aaronvir. 

- No pienso quedarme aquí. Voy contigo.

Se acerca a Valandil.

- Tal vez sea prudente que esperes ... no parece que sean muy amistosos y menos contigo.  No fio del guardia. Tal vez estemos yendo a una trampa. Si lo ves mal ... marchate.

Me dirijo al semiorco

Nuestros compañeros se quedaran cuidando las armas.

Lezort se queda pensando en lo que dijo el elfo de quedarse alguien fuera, la verda que su diplomacia con la gente era mas que poca asique decidio quedarse fuera.

Yo prefiero esperar fuera cuidando vuestras armas, yo no pienso dejarlas ante gente que conozco, asi, ademas, vigilo que no venga nadie sospechoso, ir tranquilos- Dice lezort con contundencia sin esperar que nadie le convezca de entar dentro