Partida Rol por web

Khyron, camino a la casa de la sacerdotisa, intenta recordar algo sobre enfermedades y curas de lo poco que aprendiera en el templo de Pharasma...

¿Quizás si los enfermos duerman bien cerca de los sanos, se contagien la buena salud?? razona.

Llegas a una casa de madera bastante común, pero la familia que vive en ella oye quien te envía y te manda rápidamente a la habitación de arriba, donde ves a una mujer con los dos brazos y una pierna escayolados, tumbada en una cama, varios objetos personales como una preciosa espada larga están cuidadosamente depositados en la mesa de al lado.

-¿que te trae por aquí viajero? ¿quién eres y por qué me buscas?.-

Me pongo a pensar en mis años mozos. Algo tenía que haber en las cuevas, en el interior de la montaña...

Aquellos hongos... ah no, eran para los vahos del mal de los ojos rojos. ¿Aquel helecho? Tampoco, solo servía para el picor de espalda para los mineros. No sé, no me acuerdo de nada que sirviera...

Tras un rato devanándome los sesos, salgo al huerto a buscar algo que me sirva. Pero al no ser muy ducho en materia de naturaleza, salvo en lo referente a la fermentación de la cerveza y alguno de los licores clandestinos de mi juventud, no encuentro nada que pueda aportar beneficios para la herbolista.

Esto no es para mi. Dime qué tengo que cortar, y le pego un hachazo. Pero es que pensar es un palabro que no está ni en mi consciente ni en mi subconsciente.

Mmmm, eso entra un poco lejos de mis conocimientos, pero quiza pudieras usar el hecho de que parece una enfermedad causada por esa a la que adoraban los muertos... y soy incapaz de ver nada mas en el huerto que nos pueda ayudar

comento un poco fatigada

Permanezco cerca del mendigo atado.

- Escuchame ¿ves a ese tipo de ahi? - digo señalando a Khyron - parece muy enfadado, eso es porque esta contagiado por vuestra enfermedad. Le he oido jurar - le digo entre susurros - que cualquiera que propagase la enfermedad, encontraria una muerte mil veces mas horrible de la que le espera a el. Mi abuela me conto cosas sobre el sadismo que emplean los de Osirion en sus torturas. Yo mismo le he visto una especie de insectos pequeños que creo que se meten debajo de la piel y tardan mas de diez dias en devorarte, mientras eres consciente de todo... quizas si nos ayudases, si recordases algo mas, por pequeño que fuera... seguro que podre convencerle de que te deje con vida ... (intimidar)

Le traigo algo de agua.

- es muy facil, mira - le digo mientras bebe algo - si tu te portas bien con nosotros, nosotros nos portaremos bien contigo. Estoy seguro que recuerdas algo mas aparte de lo que nos has contado, quizas has vito alguna variedad mas de flor, quizas oiste algo mas de tu señora, o alguno de los mendigos "mejoro" al tomar algo... es el momento de hablar... para que pueda intentar convencer al resto de mis compañeros de que te dejen libre.... (diplomacia)

- ademas, ¿tu crees que tu señora realmente quiere acabar con la gente del pueblo? ... piensa un poco... si fuera asi, si adorar a tu señora siempre supusiera la muerte ¿quien quedaria para adorarla? ... a no ser que os hayais creido que sois inmunes a la enfermedad... solo porque ¿porque ella lo dijo? ... si quieres Laurel puede examinarte para confirmar lo que ya sabemos, que vas a acabar muerto como todos los demas si no nos ayudas... muerto por la plaga o por los insectos del tipo de Osirion.... yo no me lo pensaria amigo (bluff)

Viendo la reticencia que tenia el mendigo a hablar conmigo, me la juego a la desesperada. Veo un brillo en los ojos cuando le enseño unos dados.

- Vamos, esto puede ser facil - le intento convencer - ¿que hay mas justo que una buena partida de dados?...  venga, apostemos por tu vida y la informacion que todavia nos tienes que contar. (gambler)

Los dados no me son nada favorables esta noche, asi que, intento "forzar" a la suerte a que se alie conmigo, con tan mala fortuna que el mendigo lo ve y empieza a chillar llamandome tramposo (truco de manos) "no, te estas equivocando amigo... es que no soy muy habil y se me han caido los dados... bueno, hay uno mas pero no se de donde habra salido, crei que habia metido solo cinco.... esta claro que los juegos de azar no son para mi"

Me alejo del mendigo mientras sigue protestando, maldiciendome.

A los pocos instantes, aburrido, vuelvo a mirar sobre el hombro el trabajo de Laurel, cotilleando, molestando, y cuando esta apunto de echarme de su casa le digo

- perdoname, pero creo que eso no esta bien - hago referencia a la mezcla destilada de hierbas que esta haciendo - todo el mundo sabe que el agracejo y el hidraste no pueden mezclarse si no quieres acabar con la cara llena de granos, es mucho mejor que lo hagas con un poco de uña de gato... o en su defecto con algo de salvia ¿no crees? (heal)

Laurel me mira sorprendida con los ojos abiertos... "si, claro... puede funcionar"

El halfling hiperactivo de duque consigue que el mendigo (que se ha cerrado en banda y no habla) le tire los dados a la cabeza, sin embargo si consigue ayudar en la fórmula...

Vamos muchacho, cuéntale algo a éste - señalo al calvo compañero que le ha estado torturando antes - que si no no podré ayudarte a salir de ésta...

Seltyel trata de complementar lo que ya han hecho sus compañeros revisando el jardín y la casa de Laurel. Tampoco logra sacarle nada al mendigo con buenas palabras ni amenazas.

Khyron camina solitario por las calles de Refugio del Halcón. Al llegar al caserón descrito por la joven herborista, llama a la puerta insistentemente.
¡Hola! Saluda cuando al fin oye pasos tras la puerta.
Mi nombre es Khyron Hassam. Vengo de parte de Laurel. Por favor, necesito hablar con la sacerdotisa de Iomedae. Es muy importante COff cofff coff...!

Me acerco al mendigo tras unos instantes mirandole con cara de preocupacion

Seguro que sabes algo que nos pueda ayudar, y se que estas preocupado por estar capturado y lo que pueda pasar, y sabes una cosa, yo tambien estoy preocupada, se que vamos a conseguir la cura antes o despues pero si no nos lo cuentas puede que sea despues, y puede que de tiempo para que me contagie, y aunque me curaran seguro quiza me deje alguna marca, o la piel palida y fea, y tu no querras que le pase eso a la chica que puede ser tu amiga entre todo el grupo de los que te han capturado verdad? termino haciendo un mohin con los labios

Soy un acólito de Pharasma, la señora de las tumbas, y un miembro de la Sociedad de coff...cof cof...de Pathfinder. Dice presentándose con su tono de voz característico.
Fuimos enviados aqui para investigar ésta plaga, y como puedes vercoff...cofff, me contagié!

Ahora, Lauriel está investigando una cura, pero me ha enviado a preguntarte sobre otro tema. Muertos vivientes.

Al ver a la mujer lesionada, el explorador se acerca y se coloca en cuclillas para hablarle.
Hemos enfrentado unos muertos vivientes. Lobos particularmente. Lobos zombies.
Sin embargo, éstos lobos no eran simplemente zombies. Eran los compañeros de unos druidas que se corrompieron y ayudaron a crear ésta plaga, sus propias mascotas!
Ëstos lobos-zombies, estaban rellenos de flores y bosta en su interior.

El guerrero, saca las muestras que ha guardado de los lobos y se las muestra.

Este....¿que te ha ocurrido? Le pregunta entonces, dándose cuenta de su falta de cortesía. ¿Te encuentras bien?

-Bah-te mira con ojos golosos-solo tienes que adorar a la gran Urgathoa y no te pasará nada-continúa en voz baja- pero si aplicas aloe-vera a la piel o la mezclas con agua en una poción... la enfermedad te afecta mucho menos... nosotros aguantamos así mucho mas...-