Partida Rol por web

Los chicos se fueron a mirar la furgoneta mientras me fui con Sidney recoger las cosas de la habitación. Por fortuna habían podido arreglarlo y continuamos el viaje.

El viaje duró unas horas y transcurrió de la manera habitual , bromas silencios y anecdotas de lo que habíamos hecho en estos años.

Cuando por fin llegamos a los terrenos del abuelo vi la casa de Samuel.

-Vaya pedazo de chatarra de casa. Me contuve de decir nada no quería ofenderle pero la casa estaba bastante destartalada en otra epoca seria una bonita casa de estilo Victoriano pero estaba muy lejos de aquella época. Los aledaños no eran muchos mejores solamente crecían las malas hierbas.

En el porche estaba la imagen más pintoresca de un paisaje como este. Un hombre y una mujer en unas mecedoras.

Al acercarnos vimos que la mujer era una chica de unos diecisiete años que se acercó a la camioneta. Saludo primero a Samuel y este la presentó como su prima Amanda. El otro hombre permaneció en el porche.

Baje de la camioneta y di dos besos a Amanda.

-Soy Katherine, pero puedes llamarme Kate. dije con una sonrisa amable.

Escuche el parloteo nervioso de Bill con la chica.

-Puede que le guste. No entendía el nerviosismo de Bill a veces. Era un chico apuesto , musculoso y simpático. Cualquier chica estaría encantada de tener algo con el. Bueno cualquiera no. Cualquiera a la que le gusten los hombre.

Sidney enarcó una ceja en silencio al ver el estado de la granja y resopló en voz baja cuando sus ojos se detuvieron sobre los rastrojos que formaban el "jardín". Por suerte Samuel iba conduciendo y no podía ver la expresión de su rostro al contemplar el lugar paradisíaco al que se habían dirigido. Sí, podía haber sido bonito. Hace trescientos años. Antes de bajarse de la furgoneta dedicó un pensamiento a las dos figuras que se mecían en el porche. Desde luego sí que iba a tener razón la loca del motel, era un lugar maldito. Con la maldición del aburrimiento y la cutrez más absoluta.

Sin embargo, cuando descendió lo hizo con una sonrisa radiante en su rostro y se acercó a saludar a la prima de Samuel. - Hola, yo soy Sidney. - Dijo, cuando Kate terminó de presentarse. - Vaya pedazo de casa tenéis. Sammy nos ha hablado muy bien de vosotros. - Comentó con un tono perfectamente amable y encantador mientras en lo más profundo de su rubia cabecita dedicaba pensamientos ácidos hacia la idea que tenía Samuel de un lugar agradable.

Tras saludar a la chica su mirada se posó sobre el hombre que seguía en el porche. - ¿Y ese es vuestro abuelo? - Preguntó, alzando la mano para saludar al hombre desde allí.

Noe había estado callada parte del viaje pues se le había revuelto el estomago con el café y el traqueteo del coche pero al llegar allí se quedó alucinada. Era como una de esas granjas de cuento, aquel sitio molaba un montón. Estaba hecho una mierda, si, pero todo aquel campo para ellos solos se tenía que poder aprovechar. Seguro que podían hacer mil cosas por allí.

-Hola-se presentó a la prima de Samuel dedicandola una sonrisa- yo soy Noe, encantada.

Durante el viaje hacia la granja, hablando de todo un poco, comento que ahora me dedico a trabajar en el mantenimiento en un motel de carretera. Me cuesta admitirlo, ya que durante el instituto y la universidad yo era el arquetipo de triunfador. Sincerándome con mis antiguos amigos me siento algo mejor y se me quita un poco esa pose más seria que portaba hasta el momento. 

Al llegar a la granja me bajo casi de un brinco y me acomodo la ropa. Qué calor hace... Estiro el cuello de mi camiseta y me remango para que de efecto de camiseta de asas. Mi rostro parece decir que estoy algo decepcionado con la casa. Busco la mirada de mis compañeros a ver si todos opinamos igual. Joder, si no les mola fingen bien. Me sale una risilla al ver la presentación de Bill. Vale tío, ¿te ha hecho tilín una adolescente? Le doy una palmada en el hombro.

- Tyler, encantado. - Adelanto mi posición hasta estar más próximo del hombre que se mecía y saludo manteniendo una distancia. - Muchas gracias por acogernos en su granja, señor White.

Mierda, con mi torpeza ahora todos me miran como si quisiese algo con ella, joder, joder, joder!!

Cuando veo que Tyler se adelanta para saludar al señor White le sigo y me paro a su misma altura. - Acabamos de conocer a este tío y ya me cae raro... ¿no se ha acercado a presentarse por prepotencia? ¿quizás no quiere que estemos aquí? o ¿son solo imaginaciones mías? Mierda, deja de juzgar tan rápido.

Una vez Tyler le saluda yo hago lo mismo. - Muy buenas señor White. Un placer conocerle.

Amanda saludo con la mano a todos sin decirles ni una sola palabra, solo gestos con sus manos, parecía algo tímida y no le mantenía la mirada a ninguno de los recién llegados.

-Amanda es muda.- aclaro Samuel mientras ayudaba a la chica con otro de los bolsos.

-Pero estoy seguro de que esta contenta de conocerlos, ¿o no Amanda?- Dijo guiñándole un ojo a la chica para luego girar y dirigirse a la casa.

El hombre que estaba en la mecedora se levanto ante el saludo de Tyler y el de Bill
-Buenos días, muchachos, Bendito sea el señor que los trajo a la puerta de esta granja con salud.- Dijo el hombre. -Mi nombre es Jeremías Whithe y soy quien esta a cargo de esta granja.- Estrecho la mano del muchacho con fuerza.
-El señor te ha bendecido con un brazo fuerte.- Comentó.
Luego estrecho la mano de Bill. –Y con tigo no se ha quedado atrás tampoco.-
 Tyler y Bill pudieron notar que tenia una cruz y no les hacia falta mucho tacto para saber que estaban ante una familia religiosa.-

-Por favor pasen, les presentare al resto de la familia.- Dijo finalmente y se metió en la casa

- Vaya. La prima muda y el abuelo pirado. Me muero de ganas por conocer al resto de la familia Monster. - Pensó Sidney con acidez al ver al abuelo. Sin embargo, la sonrisa seguía instalada en su rostro de forma permanente a pesar de que sentía ganas de darse una ducha tan sólo con mirar el lugar y sus habitantes. 

- Gracias por la invitación, señor White. - Comentó con voz agradable mientras lo seguía hacia el interior de la casa. Aprovechó el momento para situarse cerca de Kate y tras asegurarse de que no estaba demasiado cerca de Samuel o su prima susurró algo al oído de su amiga en tono burlón. - Tal vez deberías prepararte para ganar ese Pullitzer. Creo que he visto un zombie mirándonos desde la ventana. 

Escucho la explicación de Samuel. Mierda, ¿muda? Y yo haciendo el torpe.

Tras estrechar la mano con Jeremías - Ok, algo rarito, pero a lo mejor es buen tipo... - Muy buenas señor Jeremías. Gracias por su invitación, será un placer conocerles.

Obviamente no es exactamente lo que teníamos en mente, pero habrá que hacer de la situación lo mejor posible.

Noe siguió al resto sin dejar de admirarlo todo. hacía mucho que no estaba en el campo y aquello le gustaba. Se quitó la pequeña chaqueta que tenía puesta y se la ató a la cintura, quedando solo con la camiseta pues hacía bastante calor.

Sonre a Amanda y asenti con la cabeza cuando Samuel dijo que era muda.

Me acerque con el resto al Señor White le di la mano con una sonrisa.

-Es un placer Señor White. Le agradecemos mucho que nos acoja en su casa.

-Joder que tio mas siniestro...

Avanzamos hacia la casa cuando Sidney me dice algo y reprimo una risa.

-No se por que te creo. dije con una sonrisa.

Recibo con fuerza el apretón. Joder, qué entusiasta... Pienso mientras sonrío lo más sinceramente que mi boca puede aparentar. Cuando se da la vuelta para que le sigamos echo una mirada a Sidney, instintiva casi, de esas que caían tanto en el instituto al ver lo que considerábamos extraño. 

Sigo al señor White sin mediar palabra. Escucho el comentario que le dice a Kate y me río un poco, cubriéndome la boca con la mano. - Venga, cortémonos un poco... - Miro a Samuel un instante. - No mola. - Me resulta increíble que sea yo quien pone los frenos a este tipo de situaciones.

Los jóvenes pasaron al interior de la casa y notaron que estaba tan destruida por dentro como lo estaba por fuera, había mugre acumulada por todos lados, polvo y tierra cubrían pisos y repisas, a algunos les costaba creer que había gente que pudiera vivir así.
 Por todos lados había colgadas imágenes religiosas, cruces rosarios imágenes de Jesús que no habían visto el plumero desde que fueron colgados allí.
 Samuel fue el ultimo en ingresar y saludo a Jeremías de una manera distante aunque respetuosa.

-Les presentare al resto de la familia, no somos muchos mas.- Dijo cerrando la puerta de enfrente.

-¡Isaías!, ¡Tobías!.- Grito Jeremías desde la sala en donde todos estaban aun reunidos con sus bolsos.

Un muchacho apareció por la puerta que conectaba con al cocina, vestía un pantalón andrajoso y una musculosa bastante sucia, despedía un fuerte olor ocre difícil de relacionar con algo en particular.

-Maldita seas Amanda, el abuelo esta llamándote hace varios minutos ve a ver que quiere.- Dijo a la chica.
 Esta soltó los bolsos y se perdió rápidamente por otra de las puertas conectoras.

-Mi nombre es Tobías.- Dijo a los allí presentes sus ojos se fijaron rápidamente en las 3 jóvenes a las cuales inspecciono de forma detallada, sus ojos estuvieron clavados en el busto de cada una de las chicas por lo menos un minuto y medio, del resto ni se dio cuenta.

-Isaías esta afuera.- Dijo finalmente mirando a Jeremías -si quieres lo voy a buscar.-

Cada vez que Sidney pensaba que ya no podía sorprenderse más, aparecía otro freak en aquel antro. La mujer enarcó la ceja mientras el tipo asqueroso las estudiaba a las tres largo y tendido. Estaba acostumbrada a ser objeto de miradas, así que no le afectó demasiado, pero no pudo evitar arrugar la nariz al ver la suciedad en la camiseta de aquel hombre. Repugnante. ¿Tendrían agua corriente en aquel cuchitril? ¿Cómo había podido salir Samuel de una pocilga así?

Y todavía parecía que faltaba otros dos engendros más, el tal Isaías y el abuelo fantasma con el que había confundido a Jeremías. Trató de no tocar nada, ni las paredes ni los muebles llenos de polvo y porquería y se forzó a continuar con una sonrisa encantadora en los labios. - Es un placer señor White. - Dijo al tal Tobías, manteniendo las distancias. No iba a darle dos besos a ese tipo a no ser que se viese obligada a ello. - Yo soy Sidney. Samuel nos ha hablado maravillas de su granja y vaya, es un lugar enorme. - Respondió con tono animado y haciendo un pequeño gesto con la mano señalando el lugar.

Yo soy Noe-respondió la chica al entrar- encantada de conocerles-una sonrisa afloró al ver la cara de aquel muchacho que no debía pasar mucho tiempo con otras personas y parecía que había visto chicas por primera vez. Ni se molestó en esconder o disimular su escote. Aquello sería divertido.

¿No piensa dejar de mirarlas o que?

Miro a las chicas de reojo - No parecen muy incómodas, pero aún así no me gusta como las mira. Tiene pinta de ser un puto cerdo.

Me acerco a Tobías, intentando ponerme lo máximo posible entre él y las chicas. Me esfuerzo por poner buena cara, y le acerco la mano para chocar - Buenas Tobías, soy Bill, amigo de Samuel.