Miércoles, 7 de agosto del 2019.
Mañana, temperatura 27ºC
Hora Local: 13.00; 
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-No me gusta nada lo que le ha pasado al doc, aunque lo entiendo -razonó Mitch, observando que se había quedado solo junto a las dos hermanas Cooper-. El hombre no ha dejado de ver cuerpos sin vida desde que está aquí, y creo que uno de los hombres muertos de la playa era su amigo. Eso afecta a cualquiera.

El hippie observó anonadado cómo Melvin, a pesar de haber sido operado el día anterior, se levantaba con facilidad y echaba a correr detrás de Alistair intentando alcanzarlo, como si se tratase de un pequeño pollito intentando alcanzar a su mamá.

-Deberíamos seguirlos -sugirió, intentando sonar apremiante-. No sólo para no quedarnos solos, sino también por si necesitáramos ayudar al doctor. -Dicho esto, Mitch se aproximó a Ava para intentar ayudarla a caminar en la dirección en la que iba a dirigirse-. Vamos, Alisson. Los tres juntos. No es bueno que nos separemos.

—¡Alistair, Melvin!— Soltó sin poder hacer mucho mas en aquella situación, mirando como el doctor, seguido del hombre mas robusto salían hacía quien sabe donde, miró por un momento al hippie antes de asentir pero a medias, señalando primero aquellas raíces que había observado anteriormente, era una tontería estar corriendo por una zona selvática donde no había animales ¿Acaso solo había insectos? Aquello no le daba buena espina y no quería que nadie le faltara agua, la falta de esta con el calor natural de la zona podían jugarles en contra en cualquier momento.

—Correr por allí sin mas no sería lo mas razonable, podremos encontrar agua en esa misma dirección, asi que sugiero seguir las raíces para poder encontrar la fuente y ver si están por allí ambos de igual forma...— Al menos la señal de agua potable apuntaba hacía el sur, justo hacía donde habian corrido ambos hombres antes de todo, por lo que se acercó a su hermana, decidida a seguir el camino pero sin despegarse mucho de las raíces y sus señalamientos, antes que seguir vagando detrás de los demas debían reponer energías con agua y alimento —Si tan solo pudiéramos llevar agua de algún lado, podríamos almacenar para Alistair y Melvin, no es bueno que pasen mas tiempo sin tomar nada, ni nosotros tampoco en todo caso.—

Vio con frustración como Melvin seguía a Alistair también, tambaleante, pero decidido. ¿Qué parte de era mejor no separarse nadie entendió? Miró a su hermana y a Mitch bastante irritada por el otro par y luego suspiró, asintiendo al hippie. —Realmente, deberían pensar mejor — dijo negando un poco para luego agarrar mejor a Mitch y comenzar a caminar con él —Es lo mejor, sigamos al sur y tratemos de encontrarlos, pero la prioridad es conseguir agua porque tenemos demasiadas horas sin beber nada — dijo al chico, aceptado las palabras de su hermana menor, no podían seguir así ni ir corriendo de un lado al otro si por fin tenían alguna pista de cómo lograr encontrar agua.

Miércoles, 7 de agosto del 2019.
Tarde, temperatura 29ºC
Hora Local: 17.00; 
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Montones de insectos habían recubierto el cadáver de una persona. Quien lo había conocido pudo ver que se trataba del cuerpo de Luis. Tenía algunas heridas, probablemente habrían sido causadas por el accidente de avión y el cuerpo desprendía cierto olor a putrefacción.

Lo sorprendente es que ningún carroñero hubiera ido a comerse aquel cuerpo.

André sonrió de medio lado.

- ¡Eh! No me trates como a un abuelo. Tengo 32 años.

Se puso en pie y miró de nuevo a Diana. El golpe dolía, pero podía respirar. Eso era bueno.

- Aunque claro, yo tenía casi tu edad cuando tu naciste, ¿si? Supongo que para ti parezco mayor. A mi me pasaba igual cuando iba al instituto. Todo el mundo parecía a un paso del geriátrico. No te preocupes por este golpe. Puedo seguir. Espero que tu estés bien, ¿si?

Siguieron hacia el sur, a través de las marcas que André fue dejando en el suelo. No encontraba ninguna otra marca y tampoco escuchaba ninguna voz. Quizás se habían ido. Quizás Diana, la doctora rubia, había conseguido ayuda y había movido a Luis.

Llegaron a un pequeño claro y se encontró de bruces con Luis. Con sus restos. André se dio la vuelta, intentando bloquear la vista del cuerpo a Diana.

- ¡Sacrebleu! ¡Diana, ne regardez pas! -el nerviosismo le hizo volver a su lengua natal. Con todo, no pudo evitar que la muchacha lo viese- Es Luis. Alejémonos, ¿si?

André se alejó unos pasos, lo justo para no mantenerse a la vista del cadáver.

Diana también sonrió ante el comentario de Andre. Es el doble de mi edad... abuelo!!!

Al ver que se levantaba continuó a su lado.

- Vale, eres un chico muy joven, pero no te muevas mucho.

El olor llegó antes de que Diana pudiera ver el cuerpo, así que no se acercó mucho y apenas pudo ver el cadáver gracias a André. Siguiendo sus instrucciones y sin mirar mucho se dejó guiar. Una vez alejados del cuerpo ya pudo hablar.

- No lo consiguió, no te culpes por ello.

La verdad es que lo mejor es irnos de aquí ¿tienes fuerzas para seguir un rato más?

André retrocedió, recuperando el resuello. Diana parecía haberlo tomado bien. No parecía impresionada.

- Luis. Que lastima. Tenía la espalda rota, ¿si? -dijo tocándose con una mano la espina dorsal- Diana, la doctora estaba con el. Es... extraño -André regresó sobre sus pasos, lentamente, oteando- Voy a mirar una cosa. Quizás dejó pistas de donde se fue.

André se acercó al cuerpo de Luis, tapándose la boca y la nariz con un faldón de su camisa. Era extraño. El cuerpo no estaba tocado. A parte de los insectos, nada. ¿No había carroñeros en esa isla? ¿Ni ratones tan siquiera?

André se aproximó al cuerpo, comprobando sus bolsillos. Podía ser que dispusiese de algo de utilidad. Después, comprobó los alrededores, en busca de señales que indicasen hacia donde había pudo haber partido la doctora.

Jueves, 8 de agosto del 2019.
Mediodía, temperatura 23ºC
Hora Local: 16.00; 
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Montones de insectos habían recubierto el cadáver de una persona. Quien lo había conocido pudo ver que se trataba del cuerpo de Luis. Tenía algunas heridas, probablemente habrían sido causadas por el accidente de avión y el cuerpo desprendía cierto olor a putrefacción.

Lo sorprendente es que ningún carroñero hubiera ido a comerse aquel cuerpo.

André prefería no acercarse. Ya había visto mi suficiente sobre cuerpos en descomposición.

Sus perros habían seguido aquel rumbo junto a alguien. Tenía que buscar alguna pista.

Se alejó unos pasos, buscando huellas. También él hambre le llamaba y tenía que hacerse con unos cocos antes de sentirse más débil. Pero él ansia le podía.

Aunque en aquel terreno era más difícil encontrar las huellas, André puso especial atención y volvió a encontrarlas. Seguía habiendo huellas de sus perros junto a otras huellas humanas. Esta vez se dirigían hacia el sur.

Sur.

Tenía hambre, pero aquel no le parecía el mejor lugar para buscar comida. Luis... lo que quedaba de Luis estaba allí, recordándole la asquerosidad que esperaba después de la muerte.

- Ojala tuviese el tiempo, Luis, de poder enterrarte. De veras que siento lo que te ha pasado. De colega a colega.

Dijo al cuerpo, sin mirarlo, por encima del hombro.

- Tengo prisa por encontrar a mis animales. Si consigo encontrarlos, tendré tiempo y me... me encargaré de ti. Te pondré en una tumba. Sobre todo si consigo una pala. Improvisaré, ¿si?

Respiró hondo, volvió a cargar su mochila y acarició el arma que tenía en su bolsillo. Quien quiera que se había llevado a sus animales, mas le valía no haberles hecho ningún daño.

Sin pararse a pensarlo, introdujo dos dedos en la boca y silbó con fuerza, llamando a Atila y Alamein.

Viernes, 9 de agosto del 2019.
Mañana, temperatura 18ºC
Hora Local: 10.00; 
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Alaric (su nueva personalidad), una vez se adentró en la jungla, se dispuso a buscar comida a su alrededor, exactamente por las zonas bajas en las que no tuviera la necesidad que escalar. De vez en cuando miraba a la mujer, había escuchado lo que le había dicho pero prefirió ignorarla. Apretó el paso intentando que le perdiera de vista y luego prosiguió con la búsqueda.

Por su parte Samanta tan solo siguió a ese tal Alaric (su nueva personalidad), mientras este se adentraba en la jungla y se disponía a buscar comida a su alrededor, exactamente por las zonas bajas en las que este no tenía necesidad alguna de escalar. Y pese a que este apretara el paso, ella lo seguía muy de cerca, no se fiaba que este hombre fuera a prepararle un buen desayuno si no le metía "presión".

Viernes, 9 de agosto del 2019.
Mañana, temperatura 19ºC
Hora Local: 11.00; 
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En aquella zona de la isla ya no parecía haber nada de comida. Todo lo que hubiera habido, ya había sido saqueado.

 Se frustraba al comprobar que no quedaba absolutamente nada. Revisó los arbustos cercanos, incluso alzó la mirada hacia los árboles pero nada. Si seguían así, morirían de hambre. Y para colmo, tenía a aquella mujer pisándole los talones. Eso le ponía de más mala leche.

— No te voy a dar nada de lo que me encuentre, así que ya puedes dar marcha atrás — la encaró y señaló con su diestra hacia dónde venían. Luego se volvió para dirigirse hacia el Oeste.

Por su parte Samantha estaba decidida a comer algo, cualquier cosa, y era evidente que esta mujer iba a conseguir algo de aquel hombre, quisiera este o no quisiera. Por lo que continuó siguiéndolo allá a donde este fuera, y no lo dejaría hasta saciar su apetito por una buena comida... o una comida a secas.

-¡Ya te digo yo a ti que sí! -Exclamó- ¡Comeré aunque sea lo último que hagas!. ¡Quiero hablar con el Encargado!.