Partida Rol por web

Tras una larga tarde de espectáculo parece que la pasión de Absolon llega a su fin, no sin antes la tan esperada demostración de Charvion Comehuesos de su ultimo hallazgo. 

Estoy ahora en comunión con el plano etéreo reino de los fantasmas! Pregúntadme lo qué querais, y los muertos contestaran a través de mí!

Al escuchar estas palabras el rostro de Dyvin se torna en una mueca de desaprovación y todo goce por el anterior espectáculo se esfuma sin dejar ni rastro. Los que ya se han ido no tendrían que ser parte de un espectáculo publico, y un artefacto como ese tendría que estar a buen recaudo y no en el centro de un circo para entretener al pueblo o para que un Pathfinder se vanaglorie de sus hallazgos.

Dyvin espera estoicamente el final de tan grotesca burla y mofa a los difuntos y no quita ojo a la maquina, ya que las palabras de Osprey, si ese era de verdad su nombre, empiezan a tomar mucho mas sentido del que tenían antes de empezar la tarde...

Repetinamente, un cuerno resuena sobre la cacofónica multitud. 

Poco después, se le une un segundo cuerno, luego un tercero, ... luego docenas.

Fakhundo y Valkia murmuran extrañados: 

- Cuernos de caza... 

Jarlan y Fakhundo señalan en ese momento al horizonte, veis unas manchas oscuras que se van más grandes, y al cabo de unos instantes ...  es evidente que son dragones.

Un dragón negro enorme desciende en el centro del Irorium, expulsando gotas de ácido en el piso de la arena. Se dirige directamente al pequeño escenario donde Charvion se encuentra dentro de la jaula. Golpeando con ambas garras, arranca el artefacto de la base, rompiendo el escenario y enviando los restos por todas partes del carromato. La criatura se eleva en el aire, con Charvion aferrado a los barrotes y gritando de terror. La gran bestia continúa su vuelo, volando hacia la Gran Logia. Unos pocos momentos después, explosiones sacuden la ciudad, y una columna brillante de luz plateada surge desde los jardines de la Gran Logia al cielo nocturno.

Los dragones escupen ácido sobre la multitud, que empieza a huir en desbandada, aunque muchos pathfinders y aventureros hacen frente al ataque. De las enormes criaturas caen goblins al suelo ... algunos con mejor fortuna que otros. Los que sobreviven empiezan a atacar sadicamente a la multitud y tres de ellos se aproximan a vosotros a la carga.

Zerebos, Divym y Fakhundo realizadas con sus hojas contrahechas mientras las agudas risas de los goblins se burlan de vosotros.

Zerebos, fiándose tan poco del encapuchado bajo el nombre de Osprey como del tal Charvion, poseedor del artefacto en cuestión, observaba silencioso ese espectáculo de masas. Ya era de por sí una situación en la que el monje se sentía algo a disgusto, ¡me lo pidieron! -remugó cual mantra a regañadientes, mientras vislumbraba una multitud ebria de jolgorio, felicidad, risas alocadas, jauja.

Lo más alejado a una batalla que se hubiera podido imaginar cualquiera -pensó-, le acababa de recordar a la manera en que la sociedad de hoy día tenía en consideración a la muerte. Muertes por aquí, por allá, libros sobre asesinatos, vanagloriando y elevando la muerte como lo más cercano a lo divino, cuando tan sólo se trataba, cuando uno lo había visto y vivido en propias carnes, de una cuenta atrás ante el caos y el disparo de salida ante un festín de insectos y pequeñas lombrices. 

Hacía tiempo, en sus días de entrenamiento más duros, había tenido que enfrentarse a la muerte de muchos seres queridos, antaño cercanos y hoy ni siquiera brisa de recuerdo en su mente alejada del propio pasado.

¿De qué deberían estar hablando esos juglares de feria pomposa de Absalón? Seguramente de sus proezas, de Voradni Voon y demás y, no se les olvidara, de ensalzar el abismo entre el bien y el mal, y de lo buenos que debían ser los habitantes de hoy día de la ciudad. Quizá la mayoría de los ahí presentes hacían caso omiso de lo que era en realidad la sociedad Pathfinder. Ahora quizá aparecería el tal Comehuesos a mostrar lo encontrado.

Zerebos se olvidó del ruido y caos de la muchedumbre para concentrarse en el pequeño espacio que encerraba la jaula cerca de Charvion. ¿De qué material era la jaula y qué tipo de mecanismo había hecho abrirla? ¿Cómo debía de ser de tamaño o peso? ¿Era siquiera eso relevante para contener un objeto tan poderoso, según comentaba el Comehuesos? ¿Podía ver el aspecto del objeto dentro de la jaula? ¿O habíase cerrado herméticamente con el engreído perilloso dentro?

Zerebos se preguntaba todo eso mientras el espectáculo circense del Comehuesos empezó, con éste respondiendo a preguntas del público, cada cuál más irrelevante y superficial.

¡Hasta un enano preguntó algo acerca de unas ciudadelas celestes...!

Pero lo más curioso era, sin duda, esa manera de responder de Charvion, digna de los oráculos de días antiguos, con verdades escondidas entre acertijos y dudosas afirmaciones. ¡Quién pudiera hacer tal tipo de lengua una comunicación más directa, menos propensa a malinterpretaciones...! -pensó el monje-. Tanta sangre derramada por los dichos de voces titubeantes como la que ahora mismo emite el Roehue...Comehuesos que podría haberse evitado. Beh.

Los pensamientos del tatuado Zerebos, barbudo centrado en la jaula en que había entrado el farfullero pathfinder, fueron interrumpidos por el sonido de la cacofonía de cuernos...

- Las ciudadelas celestes... En ellas lo que está muerto, puede volver a vivir en extraños evos. Los reyes enanos desean ser encontrados ... Y vengados.

Las palabras de Charvion, dejaron afectado al enano, si esto no era una farsa y era cierto lo que decía, se reafirmaba su búsqueda de las Ciudades Celestes…

En ese momento los cuernos de caza y el enorme dragón, lo sacaron de sus pensamientos, ¡¡¡NOS ATACAN, TODOS A LAS ARMAS!!! Grito Fakhundo, mientras sacaba hacha de batalla enana y se armaba con su escudo armado.

Fakhundo fijo su objetivo en el gran dragón, pero antes de que pudiera dar si quiera un paso, un asqueroso goblin se le abalanzo sobre él, rasgándole la mejilla. ¡¡¡Tu, Despojo como te atreves, quita de mi camino…!!! Fue la respuesta del enano mientras posponía el ataque al dragón para quitarse a ese parasito de encima.

Jarlan se quedó impresionado al escuchar la voz de su abuelo, estaba claro que seguía siendo un cabrón egoísta, pero no tuvo tiempo de pensar mucho en el tema, cuando aparecieron los dragones, y encima goblins! Esto es algo más que un ataque casual, alguien quiere acabar con la logia y con todo lo que se ponga por delante!

- Vamos Colmillo, es hora de jugar!

En mi turno
inspiro corage +1 a dar y mas uno al daño. (si el animal tiene int 2 o mas podría cogerlo)
Desenfundo el escudo

Fakhundo golpea con fiereza al goblin que le ataca, aunque no cae.

Sin embargo Colmillo destroza y acaba en el acto con otro de los pielesverdes.

Valkia enardece a los pathfinders  mientras el caos y los combates os rodean.

Mientras Charvion continua con su espectaculo respondiendo a las preguntas de unos y otros, la gente alrededor empieza a mirar al horizonte señalando con el dedo hacia unos puntos negros que se acercan. Cuando ya están casi encima nuestro se puede apreciar la figura de varias sierpes negras, una de las cuales se abalanza sobre Charvion y su jaula y lo levanta ante la expresión de horror del mismo.

"Como me fastidia acertar en estas ocasiones" piensa Dyvin al recordar sus anteriores pensamientos sobre artefactos muy poderosos y su uso en publico para mero divertimento... De repente algunos reptiles se acercan a la Gran Logia lo que desencadena una luz plateada. Pero al mismo tiempo, de los Dragones que sobrevuelan el Irodium empiezan a caer una lluvia de Goblins que empiezan a sembrar el caos, algunos de los cuales se acercan hacia nuestras posiciones y cometen el grave error de atacarnos... 

Dyvin arremete contra la desdichada criatura que le ha atacado enarbolando su espada larga y su escudo

Dyvin traza un arco con su espada , no demasiado elegante pero que logra alcanzar el cuello de su adversario trazando una fina línea de sangre verde.

El goblin cayo como un saco de patatas.

Zerebos, entrecortado entre pensamientos, mantuvo en todo momento la jaula como referencia objetivo del ataque.

Se dispuso a saltar y correr ágilmente entre la muchedumbre para alcanzar a Charvion. Se posicionó en defensa y se dispuso a atacar a todo aquel ser que se acercara...!

Zerebos echa a correr hasta el borde de las gradas, viendo como el dragon se lleva entre sus garras la Jaula de Almas y en su interior a Charvion. 

El goblin restante intenta golpear al enano sin éxito.

El enano estaba en su salsa, y se abalanzó sobre el pequeño piel verde, primero con el escudo de pinchos y luego con el hacha de guerra enana...

Motivo: Ataque al goblin rojo

Tirada: 1d20

Resultado: 19(+4)=23

Motivo: Confirma critico

Tirada: 1d20

Resultado: 13(+4)=17

Motivo: Daño

Tirada: 1d6

Resultado: 2(+2)=4

Motivo: Daño critico ¿?

Tirada: 1d6

Resultado: 2(+2)=4

Notas de juego

Accion de movimiento saco cimitarra
acción estándar ataco al goblin

El último goblin cae tras el brutal salto de Fakhundo y la estocada certera de Valkia.

A vuestro alrededor las luchas se recrudecen y los dragones negros escupen ácido sobre la múltitud.