Partida Rol por web

Miro al humano y le comento. -Está convencido... a medias... y a decir verdad yo también. Mejor nos sentamos...

Me siento en la mesa y me presento. -Bueno, me llamo Jenssar, un placer. Gracias por el gesto de cuidar de mis créditos.

Aliviado al ser bajado por el furioso Wookie, ordeno mis ropas y les acompaño a la mesa, donde también me siento. Escucho al Duro y le doy la mano mientras se presenta, momento en que hago lo propio:

 - "Mucho gusto en conocerte, Jenssar. Mi nombre es Kazer Almoth y no soy un Sith."

Sonrío con un poco de humor. Luego me vuelvo al desconfiado Wookie y le hablo directamente:

 - "Parece que no te gustan mucho los Siths. Créeme, no soy uno de ellos y disto demasiado de serlo. ¿Que te hizo pensar que un vagabundo como yo era un Señor del Imperio?"

Hasta la frase suena ridícula. Si fuese un Sith todos lo sabrían pues me beneficiaría del miedo que causaría mi presencia. Haría alarde y sería cruel y despectivo. No, no soy un Sith por ningún lado y me enorgullezco mucho de ello.

Según entras en la cantina la escasa iluminación y el vapor de esta te hace parar un momento para que los ojos se acostumbren. Oyes  una serie de ruidos parecidos a quejidos y golpes entremezclados. Efectivamente dos tipos, un humano y un rodiano están ensañándose con un pobre humano que dista mucho de ser un luchador, pues acurrucado en el suelo, encaja los golpes de la mejor manera posible.
Está claro, si buscas gente capaz este es el lugar, pero también hay gentuza que venderían a su madre a la primera señal de peligro. Tendrás que ser muy cuidadosa.

Roorh levantó al vista hacia el humano, todavía  mostrando su enfado y  precaución; ganado en sus tiempos de  mercenario, donde aprendió a no fiarse de nadie. Un gruñido  desganado fue la respuesta del enorme wookie:

- Wooor gruuur groar rooooarwuuur groooarr warrrg groooo...- gesticuló con la mano emulando aquel movimiento que había echo  Kazer y continuó:- ...grooor waaag roooour grith...wroooor....-

Luego miro hacia el duro y llevándose su mano diestra al pecho  gruño:

- warg Roorh.-

Se vuelve al humano, explicando las palabras del Wookie. -Tu pequeño truco le ha... preocupado... y no le culpo. Si no fuese porque actuaste contra ese ladrón de forma desinteresada, yo también hubiese sospechado. Quienes muestran su dominio de la Fuerza abiertamente suelen ser... peligrosos. Pero supongo entonces que eres un Jedi, o lo eras, o pretendías serlo.

-Oh, el Wookie se presenta, se llama Roorh , y también dice que debes pagar la primer ronda, por el mal trago que le has hecho pasar...

-Mhhh si os estáis presentando, es que no os conocías, ¿o algo así? Un wookie y un Jedi, casi desconocidos, peleando por otros y entre ellos... esta historia tengo que conocerla.

Me altero un poco después de escuchar a Jenssar y, apoyándome con un gesto de las manos que indica que bajen la voz, respondo a sus palabras:

 - "Por favor amigos, esa palabra con la que me denominas no debe decirse a la ligera en ningún lugar de la galaxia. Muchos me matarían solo por la sospecha y el dinero que los Siths han ofrecido por dichos individuos. Intenta llamarme por mi nombre, por favor."

Luego le contesto al Wookie con amabilidad:

 - "Es un gusto conocer finalmente tu nombre, Roorh. Como dice nuestro amigo Duro, no soy un Sith, te lo aseguro. Hay pocas cosas que detesto más que a los Siths y en ninguna puedo pensar en este momento, así que si odias a los Siths, puedes considerarme un amigo."

Luego me vuelvo otra vez hacía el Duro y le respondo:

 - "La verdad es que nos conocimos recién. Hubo problemas en el transporte que nos trajo, desconozco qué los causó, pero salimos juntos de esa, lo que nos pone un paso más cerca del compañerismo. ¿Que hay de ti? ¿Cual es tu historia?"

Pregunto mientras busco entre mis créditos para pagar esa primera ronda de tragos.

Aparte de la pequeña bienvenida, el resto de la cantina permanece casi a oscuras. Puede que esos dos tipos sean los que busques o puede que solo lo parezcan. Puede que con tu experiencia les encuentres a la primera.

Zendra salió de las sombras de la columna tras la que se apoyaba. Se encontraba a pocos metros de aquel extraño grupo y había oído más que suficiente. ¿Un jedi? La mercenaria no podía creer su suerte. Parecía el tipo perfecto para el trabajo que le habían encargado. El wookie también parecía material de primera y ella ya tenía experiencia compartiendo nave con los de su raza, así que sabría manejar cualquier situación problemática con él. En cuanto al duro... ellos siempre eran buenos pilotando una nave, e iban a necesitar un buen piloto para perseguir a esos piratas. Además, le había sorprendido gratamente cómo había manejado la situación. Parecía una buena incorporación.

Zendra avanzó por la taberna, consciente de las miradas que suscitaban sus tatuajes y su aspecto cadavérico, pero estaba convencida de que tras lo visto con el jedi, nadie en la cantina les daría más problemas. Agarró un taburete y lo planto justo frente a los desconocidos.

-Hola amigos. Podeis llamarme Zendra y estoy buscando gente como vosotros, gente de acción para un encargo que nos procurará muuchos créditos. ¿Estarías interesados?

Una Umbariana se sentó delante de vosotros y al parecer, era una persona de palabra directa que no necesitaba conversación para ir directa al asunto y sus blanquecinos ojos irradian un ingenio fuera de lo común.

Jenssar estaba por responderle a Kazer cuando la Umbariana se sentó en la mesa con su proposición.

Jenssar esbozó una sonrisa y se echó para atrás en su asiento –Vaya, y yo que pensé que Ultaar sería un puerto más bien aburrido… entre el alboroto en el espaciopuerto y vosotros 3, esto sí que será una buena historia… más cuanto termine de agrandarle algún detallecito aquí y allá.

Volvió a sentarse erguido, y jugando con su vaso, se dirigió a la muchacha. – Entonces, amiga Zendra, supongo que la cortesía de rigor es presentarnos. Estos son Kazer y Roorh, y yo soy Jenssar, aunque sospecho que ya lo sabías. Cómo parece que hoy no hay tiempo para juego previo, dinos, que es este encargo que requiere gente como nosotros, y de cuantos créditos estamos hablando…

-Nuestro contratante representa a un grupo de colonos y empresarios en problemas.

A zendra le gustaba ir al grano aquello estaba claro. Aun asi, se tomo el tiempo justo para apurar su copa de vino antes de continuar.

-Desde hace un tiempo a esta parte tienen un problema. La piratería. Al parecer la situación se ha vuelto demasiado...insostenible últimamente. Un pirata conocido como el Mynock, está asaltando sus convoys de suministros, matando a su gente y destruyendo sus naves. Por eso necesitan ayuda, la de gente como nosotros , para librarse de ese pirata.

- La recompensa es de 2500 creditos ahora y 2500 mas al finalizar el trabajo. 

El enorme wookie   escucho las palabras de la recién llegada,que parecía no tener pelos en la lengua y bastante prisa. Al escuchar  la palabra "piratería", el enorme salvaje  intervino:

- Wuuurr Goooor groooar..gruug warr groooor woooor grooooaar....gruuuu.- Golpeo su puño sobre la mesa para reafirmar sus palabras.- wrooot, waaar..groooar wuuuurrr gruuug gruuuar... gruuoooor....-

Roorh tenía demasiado fresco en su mente  recuerdos de haber  saqueado de mala manera algunas naves de comercio. Sin embargo,Sabia que era mejor conseguir créditos rápido para poder desaparecer durante algún tiempo.

- groooo...gruuuu...warr... Roorh.-

Esperaba la respuesta de Jenssar cuando veo a una mujer sentarse rápidamente a nuestro lado y hablar sin pelos en la lengua acerca de un trabajo. Me queda dando vueltas en la cabeza la frase "Gente como vosotros":

"¿Que habrá oído antes de acercarse a nosotros? ¿Cuantas veces me puedo poner en peligro en una sola jornada?"

Le miro durante su conversación con el Duro y no dejo de hacerlo a pesar de la demostración de ira del Wookie, suficiente para erizar los pelos de cualquiera. Cuando me llega el momento, le pregunto, tan directo como ella ha sido:

 - "Tengo una pregunta para ti, Zendra: ¿Que te hace pensar que somos los tipos indicados para este trabajo?"

La verdad es que me atrae. No me importan mucho los créditos, no más de lo que necesito para vivir y moverme, pero vine a Ultaar esperando poder ayudar con la amenaza de los piratas, por lo que esto es perfecto. Lamentablemente mi condición de proscrito me obliga a tomar precauciones que dificultan la relación entre personas. No debo perder de vista el hecho de que muy seguramente les salga más productivo entregarme a los Siths que hacer este trabajo arriesgado, aun lo tomen como un bono.

Jenssar escucho las palabras del Wookie. No sabía si la Umbariana podía entenderlas o no. Te estás adelantando con aceptar, amigo… todavía hay cabos sueltos que preguntar… En ese momento Kazer toma la palabra, con una muy buena pregunta, por lo que Jenssar espera la respuesta de la muchacha.

Zendra miró a un lado y a otro antes de responder al Jedi. Me han encargado buscar gente de armas, como tu y el Roorh y gente con experiencia en estos menesteres, capaz de moverse con facilidad por el espacio, como...Jenssar, ¿Verdad?

He sido testigo de como os habeis desenvuelto con el incidente del robo. Roorh es una fuerza a tener en cuenta, tú, en cambio, has mantenido la calma e intentado solucionar el conflicto por la via diplomatica, calmando al wookie. Esa clase de sangre fría puede resultar de gran ayuda y no es facil de encontrar. En cuanto a Jenssar, entre mercenarios nos reconocemos y solo por hablar wookie y ser un Duro ya se ve que es una incorporacion util. Por mi parte puedo aportar dotes de negociacion e infiltracion. Oh, y soy muy buena con esto, dijo señalando un bláster pesado que parecía usado...

Tengo la impresión que tendríamos todos los flancos cubiertos con un equipo asi.

Escucho la respuesta de la Umbariana y medito un momento sus palabras. Si realmente es tan buena en infiltración como asegura ser, muy probablemente haya escuchado más de lo apropiado o, mejor dicho, más de lo que yo habría preferido que oyese. Por otro lado, quizás estaba mirando el altercado lo suficientemente atenta para notar mi truco. Si no me hubiese visto en la necesidad imperiosa de usarlo, nadie lo habría notado y mi secreto estaría mucho más a salvo de lo que está ahora.

repito para mis adentros, aunque claramente audible para todos:

 - "La vía diplomática..."

Entendiendo que en realidad me tienen arrinconado pues son muchos quienes saben, o sospechan, mi condición, por lo que no puedo intentar desviar la atención, usar uno de mis trucos o algo para disminuir el peligro sobre mí, solo me queda confiar en que esta gente sean buenas personas o lo suficientemente honorables como para no entregar a uno de los suyos por unos cuantos créditos.

Contesto con una sonrisa resignada:

 - "Pues soy tu hombre."

Lo digo pues en la condición actual, rechazar el trabajo podría ser lo último que haga antes de verme rodeado de sables de luz rojos. A estos efectos, de nada importan las condiciones del trabajo pues estoy obligado a hacer las cosas así. Por otro lado, es justo lo que quería, por lo que no me importa tener que participar más forzadamente de lo que esperaba.