Partida Rol por web

Jacobo abre la nevera a ver qué hay de picar.

-Bueno Caty, parece que Miru no se lo ha pasado mal, el muy zorro ha venido aquí a jugar al billar, zampar y ver la tele, al igual no nos necesita. ¿Cuál es tu plan?

- No creo que Miru haya venido a jugar al billar a un lugar abandonado, Jacobo... - las colas de Caty se mantenian bajas mientras miraba a su alrededor. - Supongo que el plan es... inspeccionar bien esta sala y, si no encontramos nada relevante... continuar investigando el edificio. - murmuró. Jacobo ya estaba inspeccionando la nevera...

Jacobo abre la nevera y encuentra una loncha de quedo bastante mohosa, además de un bote de leche en el que había un montón de "yoghurt". Por otra parte, Caty registra todas las demás cosas en busca de algo útil. Parece que esta habitación es bastante tranquila, pero tampoco os parece prudente emplear demasiado tiempo en estar allí, no vaya a ser que los Gastlys decidan moverse de habitación.

-Puaj, qué asco, no hay churros, este Miru no tiene ni idea de locales buenos para pasar el rato, menudo pimpollo. Está todo roto y viejo, la gente aquí está muy muerta y encima ya no venden ropa. ¡Este es el peor Primark que he visto jamás!

Jacobo estaba enojado y tira el yoghurt contra la pared en un ataque de ira.

- ¡Jacobo, no tires cosas! ¡Podrias llamar la atención de los Gastly! - advirtió Caty. Tenian que ser sigilosos y darse prisa...

Caty encontró dos botellas de agua bien conservadas, aunque no es la más pura del mundo, puede servir para refrescarse un poco. Debido a que Jacobo lanzó el "yoghurt" contra una pared, ahora toda la habitación olía increíblemente mal, por lo que avanzáis a la siguiente estancia antes de que el olor a muerto atraiga a los Gastlys.

Al llegar a la habitación número seis, os quedáis parados pues oís un par de ruidos bastantes grandes y acto seguido ¡tres rattatas corriendo en vuestra dirección! No parecen muy amistosos, además de pareces muy nerviosos y asustados. ¡Parece que os van a atacar!

Caty habia encontrado algo de agua, pero no pudo seguir investigando en la habitación. ¡Lo que sea que habia tirado Jacobo (no queria ni pensarlo) olía demasiado mal! Así que avanzaron hacia la siguiente habitación y encontraron... ¡Rattatas! ¡Tres de ellos, y se dirigían hacia Jacobo y Caty! Y además parecian... ¿Asustados?

El pequeño equipo se encuentra con tres Rattata.

-Mierda, acabarán de empezar las rebajas y están escapando de la estampida de señoras, eh, vosotros, que nosotros no os queremos quitar ningún accesorio a mitad de precio, ¡estad tranquilos!

- ¡Ah...! ¡No, esperad! - dijo Caty al ver a los Rattata venir hacia ellos. Como temia un poco lo que pudiese hacer o decir Jacobo, que seguia convencido de estar en un Primark por alguna razón, Caty dio un par de pasos hacia adelante para hablar con aquellos Pokemon. - ¡No somos enemigos, no queremos haceros daño! - hubiera levantado las manos para mostrar su buena fe, pero desde que era un Pokemon no tenia manos. - ¡Tranquilos, de verdad, no somos malas per... no somos malos Pokemon! - aseguró. - Estamos buscando a un amigo perdido. Si hay algún peligro ahí dentro, ¡os ayudaremos!

Los asustadísimos Rattatas, no entienden ni papa de lo que dice Caty, después de todo son completamente salvajes, pero si que son capaces de notar que Caty no parece ser una amenaza, por lo que pasan a su lado y siguen huyendo en busca de salir de allí sin detenerse ni un solo segundo.

Con un sabor agridulce en la boca, observáis los alrededores y veis que la habitación no era más que una especie de habitación conectora con el resto, de hecho se parecía bastante a la habitación de recepción con la pequeña diferencia que aquella habitación parecía más cara y destinada para asignar tareas y dar discursos a los empleados. Quizá si rebuscáis un poco encontréis algo.

Jacobo les dice adiós con la mano a los Rattata.

-Ay, esta gente, les gustan mucho los 50% pero no madrugar para no pillar atasco de señoras mayores. Bueno Caty, vamos a ver qué nos encontramos aquí, al parecer estamos en la sala de espera, ¿habrá café?

Jacobo rebusca entre la basura, pero su parcial ceguera hace muy difícil encontrar nada, acaba con las manos vacías.

-Malditas, se han bebido todo el café y no han dejado nada para los demás, ¡esas señoras lo pagarán caro, quiero mis frivolidades!

Oís unos golpecitos en la puerta que está bloqueada, al acercaros podéis ver por un pequeño cristal a vuestros compañeros. A pesar de que no llegáis hasta ellos podéis veros unos a otros además de hablar.

Podéis continuar.

-Caaaatyyyy... ¡tengo hambre, dame churros!

Dice Jacobo mientras ambos se dirigen a la siguiente habitación.

-¿Crees que el otro grupo estará bien? Tienen a Dit para protegerlos; pero parece que no saben que hoy es el Black Friday, va a estar lleno de Pokemons haciendo sus compras. ¿Qué crees que debemos hacer ahora?

Al final, el otro equipo se marchó, y Caty suspiró. Aliviada de que estuvieran bien por un lado, y preocupada porque volvian a separarse. Se giró hacia Jacobo y escuchó lo que le decía, y volvió a suspirar preocupada.

- Deberiamos inspeccionar bien esta habitación... con el encuentro con el otro grupo apenas la hemos registrado. - murmuró la Vulpix, y dicho y hecho comenzó a buscar algo que le llamara la atención. Detrás o debajo de las sillas, en la estanteria, o detrás, o debajo si estaba caida, en la nevera, en el sofá... Caty nunca salia de casa, así que se le daban bien los juegos de tipo Buscando a Wally, y no iba a dejar oculto nada en aquel desorden.

Caty rebusca por todos los rincones de la habitación, no parece haber nada que llame la atención, excepto una cosa. Un montón de documentos parecen haber sido escritos y estar dirigidos a la misma persona "Sada Lisin". Sin duda alguna podéis deducir que parece una persona importante en estas instalaciones.

Ya solo quedan dos posibles caminos, la última habitación por registrar en esta planta y las escaleras hacia el próximo piso.

Caty y yo nos movemos hasta la siguiente habitación intentando hacer poco ruido pues estamos avisados de los Pokemons salvajes que habitan las instalaciones, Jacobo, buscando el suelo para encontrar algún caramelo tirado, examina que no haya ninguna trampa plantada hasta la siguiente habitación.