Partida Rol por web

Miaka bajó de la estación dando saltitos ilusionada, aún recordaba cómo se había despedido de todos los pokemon de su padre, había madrugado tanto el día anterior que parecía que no había dormido, había prometido volver con pokemon extraños como hacía su padre, y también con las ocho medallas para demostrar que tarde o temprano sería una gran entrenadora y nadie podría cortarla las alas, por muy joven o pequeña que fuera.

Al bajar, tres había por lo menos tres personas y el que parecía llevar todo el tema de los recién llegados, Miaka se acercó aún dando pequeños saltitos, ¡Hola! Dijo enseñando a todos la voz que tenía, dulce aunque parecía mucho más alta de lo que podría ser normal, al escuchar como todos decían lo que querían hacer en la región, Miaka se autoinvitó al pequeño grupo, Aunque la timidez empezó a hacer efecto. Yo, em, yo quiero buscar pokemon y conseguir las medallas con ellos, espero ser un rival a la altura. Sonrió de forma inocente.

Uno se fué corriendo, y otro parecía no estar en la conversación por lo que se acercó al tal Nate, parecía amable y quizá la primera persona que conocería en este lugar. Algo ruborizada aunque alegre se acercó a él.

¡Espera!, Dijo acercandose al chico, con una voz agradable. ¡Hola!, empezó la conversación recobrando el aliento, Yo soy Miaka Akame, de Pueblo Paleta, También me dirijo al laboratorio, Podemos ir juntos, si no seguro que me perderé, Dijo sonriendo, Espero que algún día pueda ser uno de esos rivales que buscas. Dijo mirando sus cosas asegurandose que tenía todo, cuando recordó algo. ¡El dinero!, ¿dónde está?, A miaka se le había olvidado en la cafetería de la estación de Kanto, no había duda, siempre se la olvidaba todo. Posiblemente por que iba a todos lados con prisas.

Buenos días, dijo el jefe de estación con cara de sueño, el laboratorio no tiene pérdida, en cuanto salgas lo vas a encontrar a tu izquierda, es el primer edificio. Respondió con una sonrisa al ver llegar a un nuevo entrenador. ¡Sin duda las noticias sobre la nueva región habían calado en múltiples zonas del mundo y eso le hacía sentir orgulloso de su ciudad!

Para alojarte tienes un buen hotel justo detrás del edificio, o un poco a las afueras tienes un Camping. En cuanto a los lugares para comer, lo mejor es ir al Restaurante que está cruzando el puente, el segundo edificio que queda a tu derecha. Respondió amigablemente.

La Estación de Shakonya es una estación ferroviaria localizada al norte de la ciudad junto al Gimnasio 1 y el laboratorio Pokémon.

Esta estación, recién inaugurada ha sido la última construccción de Shakonya permitiendo así convertirla en una ciudad/región capaz de comunicarse con todas las regiones pokémon existentes. Además tiene varias vías que permite viajar a diferentes puntos de los alrededores de Shakonya. 

Es un edificio sumamente moderno capacitado con cualquier cosa que un visitante necesita, incluido un mapa de la región y un oficinista capaz de solucionar la mayoría de las dudas que un recién llegado tenga.

Jian bajó del tren, hacía un poco de fresco pero el sol subiría rápidamente en aquel cielo azul por lo que aprovechó ordenadamente a sentarse en un banco y guardar su chubasquero y su sudadera en la mochila. Uno de los cordones azules de sus deportivas estaba desatado por lo que cuidadosamente volvió a anudarlo. Al cerrar la mochila, casi pilla el borde de uno de sus póster... le era muy valioso.

Yendo a la estación , su padre había comprado casi todos aquellos pósters, y le había metido uno en la mochila. Dobló las puntas hacia adentro deseando tener ya una habitación donde colgarlo y evitar así el trajín por Shakonya que podía hacer que se estropeara.

No vio ningún pokemon en la estación y por allí solo habían chicos mayores. Se acercó al oficinista de la estación - Por favor señor, ¿Me puede indicar donde se encuentra el Laboratorio Pokemon? Me llamo Jian Abiko, y voy a ser entrenador

La Estación de Shakonya es una estación ferroviaria localizada al norte de la ciudad junto al Gimnasio 1 y el laboratorio Pokémon.

Esta estación, recién inaugurada ha sido la última construccción de Shakonya permitiendo así convertirla en una ciudad/región capaz de comunicarse con todas las regiones pokémon existentes. Además tiene varias vías que permite viajar a diferentes puntos de los alrededores de Shakonya. 

Es un edificio sumamente moderno capacitado con cualquier cosa que un visitante necesita, incluido un mapa de la región y un oficinista capaz de solucionar la mayoría de las dudas que un recién llegado tenga.

¡Oh! Se sorprendió Gazo sin cambiar el gesto de su rostro, no se esperaba que estuviera tan cerca. 

El muchacho asintió a las indicaciones del jefe de estación y después le agradeció de forma educada. Muchas gracias señor. Me ha sido de gran ayuda. Una leve sonrisa brotó en sus labios, pero apenas duró unos segundos. 

Gazo se volvió a colocar en la oreja el casco que se había quitado y tomó camino al laboratorio. A pesar de la emoción que sentía no se alteraba, su paso era tranquilo y sereno. Se tomaba su tiempo para ver bien cada rincón por donde iba a pasando, en cualquier lugar podía estar el cuadro que iba buscando. 

La Estación de Shakonya es una estación ferroviaria localizada al norte de la ciudad junto al Gimnasio 1 y el laboratorio Pokémon.

Esta estación, recién inaugurada ha sido la última construccción de Shakonya permitiendo así convertirla en una ciudad/región capaz de comunicarse con todas las regiones pokémon existentes. Además tiene varias vías que permite viajar a diferentes puntos de los alrededores de Shakonya. 

Es un edificio sumamente moderno capacitado con cualquier cosa que un visitante necesita, incluido un mapa de la región y un oficinista capaz de solucionar la mayoría de las dudas que un recién llegado tenga.

Sebastián se bajó del tren admirando la nueva estación. Las nuevas tecnologías permitían desplazarse entre regiones a una velocidad de asombro. 

El joven llevaba una maleta de mano en la mano derecha y su habitual bandolera al lado izquierdo. Al bajar del tren, siguió a la mayoría de la gente, pero al llegar al vestíbulo buscó el punto de información y preguntó al oficinista.

Saludos. ¿Me podría dar algunas indicaciones?

Soy nuevo en la ciudad y buscó un lugar donde alojarme. En los tiempos en los que vivimos, los pokemon se han convertido en amigos y compañeros de viaje indispensables, por eso también estoy buscando el laboratorio pokemon y conocer un poco las ubicaciones más importantes de la ciudad. Mi intención es quedarme una temporada larga por esta ciudad.

Mientras espera a que el oficinista pudiera atenderle, observó a los demás viajeros y transeúntes.

Buenos días, dijo el jefe de estación con cara de sueño, el laboratorio no tiene pérdida, en cuanto salgas lo vas a encontrar a tu izquierda, es el primer edificio. Respondió con una sonrisa al ver llegar a un nuevo entrenador. ¡Sin duda las noticias sobre la nueva región habían calado en múltiples zonas del mundo y eso le hacía sentir orgulloso de su ciudad!

Para alojarte tienes un buen hotel justo detrás del edificio, o un poco a las afueras tienes un Camping. En cuanto a los lugares para comer, lo mejor es ir al Restaurante que está cruzando el puente, el segundo edificio que queda a tu derecha. Respondió amigablemente.

La Estación de Shakonya es una estación ferroviaria localizada al norte de la ciudad junto al Gimnasio 1 y el laboratorio Pokémon.

Esta estación, recién inaugurada ha sido la última construccción de Shakonya permitiendo así convertirla en una ciudad/región capaz de comunicarse con todas las regiones pokémon existentes. Además tiene varias vías que permite viajar a diferentes puntos de los alrededores de Shakonya. 

Es un edificio sumamente moderno capacitado con cualquier cosa que un visitante necesita, incluido un mapa de la región y un oficinista capaz de solucionar la mayoría de las dudas que un recién llegado tenga.

Al llegar la chica del cabello rosa empezó sin miramientos a buscar ya fuese al carismático entrenador de gafas o al encargado con el que estaba hablando cuando llegaron, se notaba que era algo serio para ella, pues su característica sonrisa no estaba presente en su rostro.

Se acerco a toda persona que vio con la misma pregunta, disculpe ¿podría decirme si ha visto a un entrenador de gafas, llevaba una playera negra con franja roja? también me serviría si han visto a un hombre con un gran gorro y una gabardina ambas de color Azul.

Luego de fracasar con varias personas, decidió intentar con una ultima persona antes de ir directo a preguntar a la oficina, perdone la molestia, de casualidad podría informarme donde encontrar a un chico de cara amigable que usa lentes, llevaba una camisa negra con una franja roja, lo vi hablando con un hombre que vestía de azul con franjas y un gorro, necesito encontrarlo.

-Eso ha sido rápido, mi vida ya ha empezado. ¡Y esta vez sí que lo hizo! -dialogaba con sí mismo mientras, tomándose un respiro, realizaba unos breves estiramientos en el andén para reponerse del viaje, o "prepararse para la gran aventura que tenía en sus propias manos", como a él le gustaba pensarlo, con cierta exageración. Al finalizar, perplejo, se quedó como una estatua observando hacia el frente con un rostro que vistosamente denotaba sorpresa y desconcierto. Se le había olvidado un importante detalle. -Eh... esto... ¿A-ahora qué debía hacer...? -se cuestionó algo agitado en voz baja con una sonrisa irónica y desconcertada. No había sido hasta ese momento que, cayó en la realidad y se dio cuenta lo que hizo: no sabía ni dónde se encontraba. Por poco recordaba el nombre de la región, mas, no sabía dónde se ubicaba, ni mucho menos tenía algún tipo de plan a seguir o idea de cómo proseguir; plenamente, no estaba informado sobre la región en absoluto. No llevaba una mochila, por lo que sólo revisó sus bolsillos, encontrando por suerte, el dinero del almuerzo de los últimos tres días, que había salteado del trabajo, dejando escapar un aliviado suspiro. 

Je... sé lo que hago, sí -pensaba intentando disimular su error. Para ahorrarse la incomodidad de explicar su situación, se acercó a las paredes y comenzó a caminar como si llevase allí un rato y no pasase nada, ocultando su mirada sobre el mapa de la ciudad por un corto rato. -¿Laboratorio pokémon? -musitó con desdén al ver el más cercano edificio del mapa -¡Pfff...! ¡Llévate un bento también antes de ir de aventuras con el pokémon de tu profesor! Yo ya soy un mayor de edad. ¡Mi gran debut en esta ciudad será conseguir un compañero como los adultos lo hacen, je, je..! Y tengo lo necesario... -  ¿T-tengo lo necesario? Sólo son 2000 y no he jugado en meses... ¿tengo lo necesario? Creo que... me arrepentiré... a lo mejor el laboratorio... Ya sabes, pokémon para principiantes, sí, esto... ¡No, no! ¡Ya no hay vuelta atrás! ¡Sólo haré "eso" si... si debo! Tras su breve y vistosa conversación con él mismo, Yuuzo caminó perdido por un rato cuestionando sus decisiones hasta dar con el oficinista, acercándose a él con una sonrisa confiada. -Disculpe. ¿Podría indicarme cuál es la línea más cercana para llegar al casino? -consultó intentando lucir discreto. Parecía listo para partir en cuanto recibiese una respuesta.

El joven asintió a las indicaciones del oficinista. Cogió su maleta de nuevo y cuando estaba a punto de irse, llegó la joven de pelo rosado y marcadas curvas femeninas.

Sebastian escuchó sus ruegos y contestó- Lo siento, muchacha. No conozco a ningún entrenador de esta ciudad. De todas formas, si esa persona quisiera pasar desapercibida, este sería el lugar idóneo. Hay demasiada gente yendo de un lado a otro como para fijarse en uno solo. Puede que haya visto a una persona con esa descripción, por desgracia no sé si era entrenador o no; y desconozco a donde se dirigía. Ahora, si me disculpa- Con la maleta en la mano, Sebastián se dirigió hacia la puerta de salida de la estación y salió de esta para dirigirse al Hotel

El alto y atractivo hombre no pudo darle ninguna información, pero tras hablar con el vio que había un oficinista cerca, entiendo, gracias por prestarme un poco de su tiempo, sin mucha tardanza paso a su lado tocando sin prestar mucha mas atención al hombre con el que acababa de hablar, para dirigirse al oficinista, a quien no había podido reconocer aun, si no era el que había hablado con Haren al menos podría indicarle donde encontrar al que había hablado con el.

La entrenadora extendiendo una mano hacia el frente dijo, ¡disculpe! necesito de su ayuda, mientras iba acercándose, le preocupaba quedarse sin tiempo antes de tener que reunirse con su hermana.

Uri, el jefe de estación, se acercó hasta Vanessa pues parecía estar preguntando por Haren. El muchacho se fue al laboratorio pokémon. Acababa de llegar a Shakonya y estaba deseando comenzar su andanza pokémon. Allí el Porfesor Fir le hará entrega de su primer pokémon. Comentó a Vanessa como si no supiese nada de aquello.

Después Uri se giró hacia Yuuzo que le preguntaba por el casino. ¿Línea? Bueno, realmente Shakonya no es tan grande y no hay servicio de transporte entre la ciudad. Comentó. Para ir al casino tan solo tienes que cruzar el puente e ir por la vereda del Río Phoet hasta el lago. Cuando llegues allí, podrás ver el Casino. Es un edificio dividido en dos, el Casino de apuestas para mayores de 18 años y unos recreativos para mayores de 16.

Mientras el hombre del sombrero hablaba, la pelirosa agarro una de sus trenzas como tratando de abrazar algo.

¿El laboratorio? dijo dudativa la joven, dudo que sigua ahí, me parece que estuvo hablando con usted ¿no menciono algún lugar que llamase su interés? ¿alguna pista de donde podría ir después de su visita al Laboratorio? la chica observaba atenta al jefe de la estación, con una mirada triste esperando que con su expresión estuviera mas dispuesto a ayudarla, es muy importante para mi poder localizarlo, necesito hablar con el.

La Estación de Shakonya es una estación ferroviaria localizada al norte de la ciudad junto al Gimnasio 1 y el laboratorio Pokémon.

Esta estación, recién inaugurada ha sido la última construccción de Shakonya permitiendo así convertirla en una ciudad/región capaz de comunicarse con todas las regiones pokémon existentes. Además tiene varias vías que permite viajar a diferentes puntos de los alrededores de Shakonya. 

Es un edificio sumamente moderno capacitado con cualquier cosa que un visitante necesita, incluido un mapa de la región y un oficinista capaz de solucionar la mayoría de las dudas que un recién llegado tenga.

Lay estaba que se moría de la emoción. Estaban a punto de llegar a la estación de tren de la ciudad región de Shakonya, después de lo que parecía una eternidad. Se veía en sus ojos que deseaba llegar de una vez y conocer todo lo que le depararía su nueva aventura. El tren comenzó a adentrarse en la ciudad región y le pareció sencilla y bonita. Estaba acostumbrada a la inmensidad de Kalos, así que Shakonya le parecía más pequeña de la cuenta. - Es pequeña, supongo que no lo tendremos tan complicado, ¿verdad chicos? - preguntó a sus amigos. Aunque no le dio mucho tiempo a ojear, porque el tren se paró en seguida. - ¡Ay, que ya llegamos! - exclamó, mientras se sacudía un poco y se ponía en pie para estirarse. Cogió su bolso en cuanto el tren se paró y se lo colgó, para seguir a su hermana y amigos fuera del tren.

Barrió la estación con la mirada, y fue a coger dos mapas. - Uno para ti, y uno para nosotros. - le dijo con una sonrisa a su hermana, mientras abría el que se había quedado para ella y sus amigos. - Vale, estamos en la estación. - indicó, señalándola en el mapa. - ¿Dónde deberíamos ir primero, chicos? Mirad, el laboratorio pokémon está justo al lado... - añadió como quien no quiere la cosa, pero que sí la quiere, mientras le dejaba el mapa un momento a Kalel, para que se lo sujetara mientras ella sacaba una botella de agua del bolso y daba un sorbo. - Tampoco tengo mucho dinero, así que espero que la gente esté dispuesta a contratarnos para algún extrajob, al menos hasta que consigamos ganar unos cuantos combates. - añadió, teniendo claro que los primeros combates no podían salir bien.

Tras un viaje en el que Kalel había dormido casi todo el rato, el tren finalmente llegó a su destino. El muchacho se había despertado por las palabras de Lay, no es que él no estuviera ilusionado por el inicio de su aventura, es que simplemente habían tenido que coger uno de los trenes que más temprano salían de Kalos para que les saliese más barato, y eso había hecho que el muchacho no pudiera aguantar despierto en el cómodo asiento del tren que conectaba Shakonya con el resto del mundo.

El chico se desperezó un poco mientras se frotaba los ojos y cogía su mochila y su gorra, la verdad es que era triste lo vacía que se encontraba la mochila, y lo que era peor, no tenía demasiado dinero para llenarla, pero precisamente para aquello se había apuntado, no se iba a rendir, les demostraría a sus padres que podía con todo.
No había llegado a conocer demasiado a la hermana de Lay, y eso le cortaba un poco, pero el muchacho se centró en sus amigas y cogió el mapa mientras le echaba un vistazo y escuchaba la pregunta de la rubia. No pudo evitar sonreír con su no tan sutil insinuación.

-Vamos a tener que buscar alguna forma de conseguir dinero, pero entre los tres seguro que lo conseguimos.- Dijo el muchacho optimista.- De momento deberíamos ir a conocer a nuestros pokémons, al fin y al cabo a eso hemos venido ¿no?

La verdad era que el muchacho tenía demasiadas ganas de conseguir su primer pokémon, con 15 años ya iba con atraso respecto a muchos otros entrenadores, aunque eso no le importaba tanto como el hecho de que muchos de sus amigos habían conseguido sus primeros pokémon hacía años mientras él nunca había podido tener ninguno, ni si quiera sus padres tenían pokémons, así que estaba deseando conocer al que sería su primer compañero en su largo camino como entrenador.
El chico, aun con el mapa en las manos comenzó a mirar la estación boquiabierto al ver lo moderno de la misma.

La pelirrosa se había pasado todo el viaje con la cara pegada al cristal del tren, viendo cómo el paisaje pasaba ante sus ojos a toda velocidad, solo cuando se anunció que estaban próximos ha la estación, dejó de mirar por la ventana, para sentarse mirando al frente. Sonrió ampliamente a las dos hermanas ya que seguro que estaban tan emocionadas como ella. Después miró de reojo a Kalel que estaba despertando después de un buen sueño -​​​​​​-Que mono es cuando se despierta- pero ese pensamiento fue rápidamente sustituido cuando escuchó el tren pararse. Con todos los nervios, ilusión y energía que podía tener en un día como este, cogió su bolsa y salió afuera del tren.

-​​​​​​-UHALA- exclamó realmente sorprendida al ver la estación. Era muy bonita y con gente y Pokémon de aquí para allá. Se acercó hasta sus amigos para mirar el mapa y clavó la vista en su objetivo, el laboratorio Pokémon. - Kalel tiene razón, ya veremos el dinero después ¡Primero hay que conocer a nuestros Pokémon! - miró a los dos con una amplia sonrisa. - ¡Venga vamos! - salió corriendo, pero a unos pasos se dio la vuelta y alzó la mano para despedirse de Ruby - Adiós Ruby, suerte en tu aventura- después volvió va girarse mientras gritaba un desafío a sus amigos - ¡El último que llegue de un huevo de Chansey podrido!- y salió disparada, casi se cayó por su torpeza innata, pero consiguió seguir corriendo tras un par de traspiés.