Partida Rol por web

¿Sangre de uno de los invitados? ¿A qué os referís?-digo, con algo de alarma, aunque con precaución-¿Está herido alguno de vosotros?-inspecciono con detenimiento a los presentes.

Te guia por los pasadizos hasta llegar a una puerta que abre para ti, al otro lado puedes reconocer a varios de los citados acompañados por el anfitrión.

Una mujer entra a la sala acompañada por un hombre de armas que se retira en el mismo momento en que ella cruza el umbral.

La dama titubea, al entrar, paso lento, mas tarde, de hielo el ritmo gelido se torna, fria, mas, su mirada recorre a los presentes con velocidad, a decision corriente, mucho vampiro, sangre de sombras, la habitacion apesta a sanguijuela negra. mas de una vez ha sido maltratada por vastagos, y, rencor, a todos los de su estirpe, que con la diosa  comparten maldicion, guarda en el seno de su memoria, mas, ¿como de otro mdo se puede recobrar la dignidad que enfrentadose al peligro?, dos pasos mas, de fuego ahora, y el suelo vuelve a sentir el peso.

  La diosa entre vivos se detiene en medio de la sala, a duelo de miradas con los anfitriones, espada ya en ristre las pupilas feroces, sus labios se despegan, y la melodia de Isis entona...

 Soy Neferata, de Egipto, Dama del junco y el laurel, hija del carnero, soberana de la garganta del Nilo hasta los arrabales del Sur, y la desierta Nuvia, soy Isis, diosa, enemiga de Venus y Nefrosine. He sido llamada para comparecer aqui, frente a ustedes, mas, el trato cordial que he recivido ha dejado aun mas que desear, decidme, a quien me estoy dirigiendo???

Don Andrés permanecía callado a cualquier acusación o palabra que se estuviese cruzando. Ya había pasado demasiado tiempo, y yo no me sentía cómoda en ese lugar.

Ante el contínuo mutis del anfitrión, sobrentiendo que mi temporal ausencia no le parece descortesía alguna, pero al salir una figura se cruza en mi ruta. Isis... diosa... Tales palabras resuenan en mi cabeza. ¿Podría el objetivo de mi búsqueda venir a mi de forma tan sencilla y presentándose como tal? Mis amarillentos ojos se entornaban mientras escrutaban de arriba a abajo ese nuevo ser que entraba en la sala, permitiéndome ver sus más oscuros secretos...

la dama alza la cabeza, oh rayo de invisible sol que como sangre caeis. Bañais mi rostro de azul, oh celeste mirar, ¿como tanto silencio, en tan negro abismo? si son gritos, lo que el aiere llena cuando tales de dios abominaciones se cruzan y se muestran presentes...

La recién llegada enseguida se me atraganta. Se dice diosa y señora de un lugar extraño, cuando no hay dios ni señor sobre Mardulf. Mis pobladas cejas se inclinan en un gesto de desagrado más que obvio y doy un golpe sobre la mesa, tratando de controlarme para no destrozarla.

¡Yo soy Mardulf, el godo! —la miro de arriba a abajo. Es hermosa, cierto, e imponente, pero mi orgullo de guerrero es mayor—. Y no necesito más títulos.

Los golosos labios se inflan, y con liviana apariencia se tornan en sonrientes rubies, sombria la mirada, y oscuro el corazon...

Pues, son pocos, mi señor godo

Andrés observa a la recién llegada un momento, para luego interrumpirle

- Mis invitados no han venido aquí a ser juzgados por vos... - seco

Como las veces anteriores, no realizo ningún esfuerzo en intentar ocultar mi tremenda decepción - Tu no eres más diosa que cualquiera de los aquí presentes - susurro para mí misma mientras miro para el suelo. Cierto es que posee una belleza y una estética imposibles de pasar por alto, mas en mi búsqueda de la divinidad, he descubierto que la carne y el hueso solo son herramientas para buscar la divinidad... Muy lejana esta de la simple belleza terrenal.

En un breve momento, mi rostro se transfigura por la sorpresa de aquella que osa menospreciar al godo sin ningún tipo de tapujo - Las frías noches del desierto son duras... enloquecen a las personas... o quizás simplemente desee morir. Dos muertes en la misma noche... bonita reunión...

Por mi parte, respondo al nombre de Myriam Ionescu, a secas, pues mis iguales no deberían dirigirse a mi por ninguno de los títulos que otros me hayan dado, ni mi persona ni mi esencia se ven realzadas por palabras creadas por los mortales o los cainitas. - miro desafiante a Neferata, esperando que por su parte la respuesta no ose buscar la ofensa, pues podría ser que Mardulf se hallase intimidado por el hecho de situarse en el dominio ajeno, pero yo no entiendo de protocolos y cualquier excusa es buena para conseguir un nuevo especimen.

    La dama alza las cejas: Su mente, fue cerrada hace ya muchos años, hace ya, que no comprende, como un inmortal se despega de los humanos, como, se bastan con los titulos que la sangre ofrece, el rango que el animal poder establece en el reino de las tinieblas y en sus habitantes, ¿como no se sienten intimidados, han perdido ya todo lo humano que quedaba en ellos, no son semihumanos ya, acaso ellos, son los primeros?...

   La dama sonrie, pero en silencio, no es menester, que su voz vuelva amezclarse con la de seres tan muertos, ella adora la vida, y es probable que sus invitados la arrastren a su condicion si se sobrepasa....

Una sonrisa burlesca asomó a sus labios-Oh querida diosa... De nada os sirve contar con dones y títulos mortales, poco os van a servir para defenderos entre seres semejantes a los que aquí se encuentran y entre los que debéis y debo incluirme...-negó levemente con la cabeza.

Por otra parte, jamás vi a un carnero enjendrar mujeres... Y jamás vi Dios que se mostrase ante mí que no fuera un muerto que anda, como todos lo somos-decía, mientras caminaba en círculo por la sala-Si vuestra merced fuera una deidad, ¿no estaría por encima de aquellas cosas que nos hieren, como la estaca, el fuego, la fé o la luz del sol?

Alzó un dedo, lo miró fijamente, y sobre él apareció primero una chispa que pareció prender y convertirse luego en llama, en una roja lengua de fuego-¿sois a caso invulnerable, mi señora?

La portadora de la noche argenta duda,¿cuanto es el poder de aquellos que usando de estoques las palabras desenvainan sus lenguas rente una deidad?, mas, en cirto modo ¿que mas da?, si deciden matarme poco importa lo que yo haga, solo Ra conoce mi destino, y tan solo ante el ,he de mostrarme recatada.

Solo las deidades deviles son condenadas con la constancia, yo soy las tercera de las diosas, puedo elegir mi curpo y mi carne, mi alma y de sino. No como los dioses jovenes, que son encarcelados en un cuerpo inmortal enc¡vuelto en relucientes sedas, yo decido, y, muera o no, si me sucede, sera porque lo deseo, pues, no hay criatura bajo las estrellas que escape a mi juicio y castigo, asi como a mi voluntad.

Sin duda el verdadero ciego es el que no escucha, pues el que no ve al menos presta atención a lo que a sus oidos llega...-da la espalda a la mujer, la supuesta deidad, y mira al resto de los presentes-entonces, siguiendo vuestra lógica, ¿ninguno de los aquí presentes vivimos, o simplemente existimos, libres de vuestro castigo? 

Deberíais vigilar vuestras palabras, pues con esta sentencia afirmáis una superioridad que no es tal ante los que aquí se encuentran... Y no es difícil ganarse buenos enemigos en nuestro mundo

Como si de hombres recién púberes se tratara, parece esto una competición a ver cual tiene el miembro más grande... o cual demuestra un mayor grado de estupidez - digo mirando hacia el suelo, para luego encararme a Giovanna - Te aconsejo que apagues eso, Giovanna, pues aunque yo sea inmune a vuestras artes, vuestro fuego podría incomodar a los presentes. Resulta algo de muy mal gusto.

Una muerte iba en la noche, y aquella pelea de gallinas no parecía llegar a ninguna parte, pues cada cual intentaba inflar el pecho en mayor medida que el contendiente anterior. Las palabras vacías de aquella de la tierra de Ra y Set que solo engalardonaban su figura y las respuestas afiladas de la "noble gitana" me aburren en exceso, ya que no tienen ningun objetivo.

Ya decidida y retenida más tiempo del que necesito, me dirijo a la puerta y tiro del pomo de esta - Estaré a menos de 10 pies de este lugar, por si necesitais mi presencia... además. el suculento cadaver del niño me espera. Quizás pueda sacar algo útil de él...

Los ánimos han empezado a caldearse en la habitación, por lo que parece, sobre todo con la llegada de Giovanna y Neferata.

Rodrigo sin embargo, ha mantenido una posición más bien reflexiva en su rostro joven pero de complexión vieja. Vieja al haber vivido las historias que han corrido por su sangre. Su mirada esta entrecerrada mirando a algún punto entre la infinidad y el suelo. Su mano derecha, callosa por el uso de la espada, reposa plácida sobre la empuñadura.

En un instante, mira a todas las mujeres allí reunidas.

- Mis señoras, Marduf - mira al hombre - , creo que las palabras que estamos usando son duras y descorteses, sobre todo porque Andrés nos ha citado aquí para una reunión cordial. No sé a vuesas mercedes, pero yo deseo poner de mi parte para solucionar todo tipo de problemas. Quizás deberíamos comenzar a escucharnos en serio y no tener encuentros por como son los dioses o lo que decimos, más bien por un plan de acción que nuestro anfritrión tendrá a bien comunicarnos.

Tenéis razón, Lady Myriam, no había considerado a los demás presentes, disculpad mi descortesía-cerró el puño, desapareciendo con él su artificio. Inclinó levemente la cabeza, mirando a la mujer demonio mientras ésta se dirigía hacia la puerta

Don Rodrigo, despreocupáos, mi intención está bastante lejos del velicismo, sólo pretendo comprobar el ingenio de la recién llegada invitada...-sonrió hacia la figura del hombre que, haciendo uso de la sensatez, procuraba encauzar nuevamente la reunión hacia su verdadero fin-al igual que con Lady Myriam, me disculpo con vos si os he importunado

Dirigió ahora su atención hacia la mujer egipcia-Podéis llamarme Giovanna Paola, o Giovanna, simplemente. Al igual que el buen Mardulf, no preciso de adornos para hacer respetar mi nombre...

Zafiros, los ojos que la piel morena engarzan son curvados, y una mueca de asco,  en los dulces rubies se disalumbra tras su explendor...

Los mil ojos, que ya, por los años y la eterna vida, de carmesi se han tornado, no son jueces, ni jurado. Mas, con dureza, critican lo que el sol impone, lo que los humanos descubren en el seno de la sabiduria divina. Mas, ¿quien podria?, ¿quien, se atreviese? a lanzar la roca a tan divina musa, pues, no es su alma entre inmortales, pero quiza su aregento cuerpo, lo que es deidad , aunque sin templo...

 Isis no se disculpa, pues ninguno de sus actos estan mal realizados, ya que , si ella volase, todo humano que no  lo hiciese estaria a un nivel inferiro, como los peces bajo nosotros y las aves en el cielo.... Pero, siento mis modales, no haberlos ejercido, sino sufrir por ellos vuesos desdenes....