Partida Rol por web

Bip, bip . . .

1 mensaje nuevo:

Presentese en el principado con la mayor brevedad posible.

Susan Comb, subsecretaria del principe Julian.

 <<Un mensaje a estas  horas de la noche... interesante. Hace mucho tiempo que esta frase perdió su sentido. Ahora todos mis mensajes son enviados a estas horas de la noche. Sin embargo... es la primera vez que una reunión en el principado me obliga a cancelar un seminario. Esto no es bueno para el negocio... nada bueno.>>

Después de pensar esto, John cogió su teléfono movil y, sin pulsar tecla alguna, digo:

-Llamar Ashton.

El telefono le respondió con unos tonos de marcación. Acto seguido Ashton respondió a la llamada.

-John, ¿donde estás? No es propio de ti llegar tarde a un seminario. De hecho, ¡no es propio de ti llegar tarde a ningún sitio! -el manager principal de John estaba visiblemente tenso por la tardanza de su única fuente de ingresos.

-Ashton, siento mucho lo que te voy a decir, pero... no voy a poder ir...

-¡¿Que no vas a poder ir?! ¡¿Qué coño significa eso, John?! -Ashton estaba al borde del colapso. En esta reunión habían congregados ciertos "peces gordos" del gobierno local que no iban a encajar demasiado bien la cancelación del evento.

-Ashton, tranquilo. Estoy totalmente seguro de que puedes pensar en algo compensatorio para los participantes. -John miró el reloj. Tendría que darse prisa. A este "evento" si que no podía llegar tarde- Ashton, tengo que dejarte.

-¡John! ¡John, no me puedes hacer...!

-Esto -se dijo John mientras cortaba la llamada y se dirigía al punto de encuentro.

Aunque generalmente utilizo chofer, me encanta conducir este coche. Su motor de hidrógeno hace que conducir uno de estos sea casi tan contaminante como ir en bicicleta. 

Tengo tiempo hasta la hora del encuentro, con lo que disfruto de las calles de la ciudad mientras conduzco. Al llegar a unas manzanas más lejos del punto de encuentro, aparco y me dispongo a dar un paseo nocturno de camino al centro de mando del Príncipe Julian, esperando no encontrarme ningún contratiempo por el camino: no tengo hambre en absoluto.

Cuando llegas al edificio del principado ves la ya conocida entrada de puerta doble en la pared frontal. Todas las luces de la alta edificación están a oscuras. Miras a lo largo de la calle y no ves a nadie a excepcion de una muchacha apoyada en la pared junto a la puerta.

 Me acerco a la chica.

-Perdona, ¿eres alguna especie de portero atractivo o algo así? -esbozo una de mis mejores sonrisas.

La joven levanta la mirada del suelo mostrando una cara inexpresiva que  cambia a divertida cuando oye a John. - Me llamo Rachel Douglas - Sonrie y mira al cielo - En serio tengo pinta de portero?

 Divertido por la reacción de la joven, respondió sonriendo:

-Sabe el cielo que no. De lo contrario, yo iría a más discotecas de las que voy, solo por enfrentarme a sus porteros.

Inmediatamente después, y volviendo la mirada al edificio, prosigue:

-Solo he venido a encontrarme con el propietario de este sitio. -después, volviendo de nuevo su mirada a la chica- ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? Me ha quedado claro que no estás para impedirle el paso a nadie. ¿O sí?

Mientras espera su respuesta, intenta concentrarse en el olor de la chica, en el sonido de su corazón, en la cadencia de su respiración... todo para saber si está tratando con una humana... o no.

- Jajajaja, simplemente . . . espero a alguien.

- Rachel! - En ese momento la puerta se abre y sale un hombre, te mira de arriba a bajo y cruza la puerta sin esperar reacción. - Vamos.

Rachel corre hasta alcanzar al hombre y se van andando.

 Tras un breve vistazo al alejamiento de Rachel, entro por el portón siguiendo a aquél hombre.

 Me dirijo al ascensor. Pulso el botón de llamada y, mientras espero a que llegue hasta mi planta, mi mente divaga sobre los motivos que pueden haber llevado al Príncipe a llamarme con esta urgencia. Sabía lo impulsivos que podían ser sus juicios, y que muchas veces la sentencia se daba sin avisar al acusado de que estaba siéndolo. La verdad es que no estaba nada tranquilo al respecto desde que entró en este mundo "tan oscuro". Puede que fuera por eso por lo que seguía sintiéndose más a gusto entre los vivos.

Escuchas una tos procedente del mostrador, al acercarte, el hombre que está tras el  te mira, y con un boli que tiene en la mano te señala el cartel que tiene detras, donde indica que en la planta -4 está las "Oficinas principales; P. Julian.

 -Oh, perdón, no me había dado cuenta de que está Usted ahí. -me acerco al mostrador con una sonrisa. Miro el cartel siguiendo el gesto del hombre y continuo- Gracias. No haré esperar más Mr. Julian.

Me meto en el ascensor y pulso la planta 4 del Principe.